El populismo en Europa: ¿de síntoma a alternativa?
CIDOB Report nº 1 Abril 2017
Las democracias liberales están en una situación frágil. Los mensajes populistas simplistas de nosotros vs. ellos, con tintes a menudo xenófobos, así como los intentos de minar la legitimidad de las instituciones democráticas pueden contar con una audiencia receptiva en Europa y un panorama de los medios de comunicación (sociales) transformado. En algunos países, como Francia y Austria, los partidos populistas han dejado de ser marginales y han participado como serios contendientes en las elecciones nacionales, y en Hungría y Polonia ya están gobernando. Buena parte de la población europea podría imaginar vivir en sistemas autoritarios. Considera atractivos algunos aspectos de esa gobernanza, tales como una vigilancia estricta, libertades individuales en peligro y estructuras sociales uniformes; y ve con admiración algunos modelos actuales e históricos. Para algunos, esta situación recuerda la década de los años treinta del siglo pasado, cuando el fascismo en Europa estaba en auge y gozaba de un apoyo considerable de simpatizantes, incluso dentro de las democracias desarrolladas, como la Unión Británica de Fascistas de Oswald Mosley o Charles Lindberg, que desempeñó un papel influyente en el America First Committee de Estados Unidos. Sin embargo, de los fascistas de ayer a los populistas de hoy hay un trecho. Se podría argumentar que resulta incluso difamatorio, dado su papel todavía limitado, sus actitudes más benignas y la legitimidad de algunas de las preocupaciones que articulan. Aun así, los desafíos para las democracias liberales son reales y constituyen el núcleo del análisis en este volumen colaborativo de investigadores de CIDOB y de otros think tanks e instituciones.
ISSN: 2564-9078 / E-ISSN: 2564-9124
D.L.: B 11820-2017