El populismo en Italia: el caso del Movimiento Cinco Estrellas

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Fecha de publicación: 04/2017
Autor:
Elena Dal Zotto, máster en economía y desarrollo, Universidad de Florencia. Exasistente de investigación, CIDOB
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Los italianos sufren de una debilidad inherente: el populismo. El fenómeno está profundamente arraigado en la historia del país. De formas diversas, ha sido recurrente desde el proyecto fascista. Las versiones actuales del populismo, representadas por la Liga Norte (LN) de Matteo Salvini y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, constituyen juntos aproximadamente el 40% del electorado.  

En vista de las elecciones generales de 2018, el riesgo más concreto de una deriva populista radica en el M5S, un riesgo más tangible que las posiciones antieuropeas y antinmigración de la derechista LN, que capta solo el 10% de los votos. Las últimas encuestas (del 24 de marzo de 2017) muestran que el M5S es la primera fuerza política del país, con el 31% de preferencia de voto y un 5% de ventaja respecto al Partido Democrático (PD) en el Gobierno. El PD se está aún recuperando de un congreso encarnizado, del que algunos exponentes secesionistas (Bersani, D'Alema, Rossi y Speranza) salieron cerrando la puerta en las narices a Matteo Renzi, que fue primer ministro hasta diciembre de 2016 y secretario general del partido hasta el febrero de 2017. En el período previo a las elecciones primarias del partido, previstas para el 30 de abril de este año, el porcentaje de votos favorable a Renzi va en aumento, distanciándole del ministro de Justicia, Andrea Orlando, y del gobernador de Apulia, Michele Emiliano. Es probable que el exprimer ministro recupere el liderazgo del centro izquierda. Aun así, el reto para Renzi de cara a las elecciones generales se anuncia difícil, incluso como secretario general recién rehabilitado del PD, debido a su limitada popularidad tras su (demasiado) reciente –y en muchos aspectos, decepcionante– mandato como primer ministro.  

En cambio, el M5S aún no se ha visto comprometido por experiencias administrativas perjudiciales, a pesar del polémico mandato de la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, que no parece haber marcado una diferencia. El prolongado estado de decadencia de la capital, fomentado por varias administraciones a lo largo del tiempo, parece haber contribuido a su calificación como «tierra de nadie». Como resultado, el escenario de un Gobierno estelar del M5S parece cada vez más real, con consecuencias impredecibles para el país y posiblemente portador de una nueva ola de inestabilidad. Las primeras medidas de un Gobierno del M5S serían el establecimiento de una renta mínima garantizada y la celebración de un referéndum consultivo sobre el euro.  

El M5S muestra síntomas típicos del populismo (como sinónimo de demagogia, grosería cultural y rebeldía aparente) que son comunes en muchas protestas de base. Manifiesta una hostilidad pronunciada hacia la clase política que contrapone a la imagen del ciudadano común, el cual compensa la falta de experiencia con honestidad cuando ocupa el cargo. Rechaza las categorías de derecha e izquierda, que considera meros recursos para distraer a la gente de la oposición real entre arriba (la clase dominante corrupta) y abajo (el pueblo virtuoso). Afirma que existen soluciones simples a problemas complejos, es propenso a formas elementales de democracia directa, rechaza cualquier tipo de alianza política y se niega a organizarse como suelen hacerlo los partidos políticos, doblegándose a la voluntad de Beppe Grillo y de su carismático liderazgo.  

Nacido para estimular la democracia directa y la transparencia a través de internet, el principio romántico del M5S de que cada uno vale uno, en realidad, ha dejado poco espacio para el pluralismo y la disidencia interna. Desde 2012, más de 60 miembros discrepantes han sido expulsados del partido. Además, si bien lícito desde el punto de vista jurídico, el código de conducta impuesto a todos los candidatos del M5S en la última ronda de las elecciones administrativas locales ha sido muy controvertido. El contrato obliga a los candidatos elegidos a consultar al garante (es decir, a Beppe Grillo) cualquier decisión crucial y a pagar una multa de 150.000 euros como compensación por la reputación dañada del M5S, en caso de que no se respeten las directrices éticas.  

Más aún, el M5S ha sido acusado recientemente de ser una fuente importante de desinformación y de propaganda del Kremlin. Una investigación periodística ha rastreado la red de información del M5S, empezando por el blog y las cuentas en redes sociales de Beppe Grillo, hasta varios sitios web gestionados por la empresa de comunicación del cofundador del M5S, Gianroberto Casaleggio (fallecido en 2016 y sustituido por su hijo Davide), que desarrolló y controla la tecnología para el voto en línea interno del M5S. La investigación también examinó la relación entre el M5S y Rusia, ya que muchos artículos que aparecen en las páginas web vinculadas al M5S fueron publicados originalmente en sitios web y periódicos bajo el control del Kremlin, como Sputnik y Russia Today.  

Hasta 2014, el interés del M5S hacia Rusia era mínimo y sobre todo crítico. En ese momento, Putin era considerado un amigo y aliado autoritario del exprimer ministro Silvio Berlusconi. Como tal, fue demonizado por el M5S. Cuando los primeros hombres armados entraron en el este de Ucrania, el M5S habló de una invasión. Acusó tanto al Gobierno italiano como a la Unión Europea de no adoptar una posición firme contra Rusia para proteger los acuerdos comerciales sobre el suministro de gas. Sin embargo, las cosas han cambiado radicalmente desde entonces. El M5S pide ahora la inmediata eliminación de las sanciones económicas a Rusia y un referéndum para salir de la OTAN.  

En lo que respecta a Unión Europea, el Movimiento profesa la voluntad de «permanecer para cambiar la Unión desde dentro». Sin embargo, vale la pena mencionar que, desde 2014, el M5S forma parte del grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa (EFDD) con el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) de Nigel Farage, de extrema derecha, al que Grillo apoyó como aliado en un primer momento. No obstante, durante la actual legislatura parlamentaria, los 17 eurodiputados del M5S han votado más en consonancia con el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea / Izquierda Verde Nórdica (GUE/NGL), los Verdes (Greens/EFA) y la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ADLE), que con el UKIP. Los primeros días de enero 2017, Grillo activó en su blog una votación en línea para definir la nueva estrategia de alianzas del M5S y posiblemente abandonar la coalición con el UKIP, puesto que, con el futuro Brexit, este dejaría de ser miembro del Parlamento Europeo. Los Liberales (ALDE) emergieron como la opción favorecida, después de la negativa de los Verdes a abrirse a Grillo. Sin embargo, el intento del M5S de converger con la coalición liberal y proeuropea fracasó. Guy Verhofstadt, jefe de la ADLE, acusó al M5S de no ofrecer «garantías suficientes en una agenda europea común» y de tener puntos de vista opuestos sobre temas europeos clave, como la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP). En consecuencia, el M5S volvió al EFDD y a su aliado UKIP, prometiendo continuar su batalla contra el euro y el Acuerdo de Dublín sobre los refugiados.  

Comparado con formas anteriores de «partido de un líder» y de populismo en Italia, como el Forza Italia de Silvio Berlusconi o la Liga Norte de Umberto Bossi, el MS5 resulta difícil de enmarcar en el espectro derecha-izquierda. Propone medidas tradicionales de izquierda, como la renta mínima, pero luego se alía con los euroescépticos. La alternancia de gobiernos de izquierda y de derecha y la Unión Europea solían ser considerados como regeneradores para el sistema político italiano. Ahora este papel se ve en entredicho, ya que el M5S pretende deslegitimar a la UE y a la clase política en su conjunto.  

La democracia de la web que practica el M5S tiene un considerable sesgo de selección. No es representativa de todo el país, cuya población se cuenta entre las de más edad del mundo y, en consecuencia, tiene un índice de digitalización bajo. El blog de Grillo y los sitios web del M5S utilizan los mismos mecanismos que Google para analizar las visitas. Algunos comentaristas sospechan que el programa político del M5S es el mero resultado de un algoritmo que proporciona los temas más populares en internet. Antiguos miembros del M5S informan que el sistema realiza un seguimiento de los votos individuales, lo que permite simular escenarios de votación y posiblemente manipularlos. Estas graves acusaciones, de ser verificadas, podrían degradar el voto en línea a una mera formalización de lo que Grillo ha decidido previamente. Por último, el propio Grillo surge como un «garante» muy invasivo, que –a pesar de no haber sido elegido– es decisivo en todas las cuestiones del partido, desde la coalición en el Parlamento Europeo y el referéndum sobre el euro hasta la construcción del nuevo estadio del Club de Fútbol de Roma.