Hacia sistemas de gobernanza en red para el desarrollo
Durante más de cuatrocientos años, los estados nación han sido el sujeto legítimo de la gobernanza global, y no sin logros innegables, como la Organización de las Naciones Unidas o la Unión Europea. Hoy, la creciente complejidad de los retos globales hace que para los gobiernos nacionales sea imposible abordarlos en solitario.
Los actuales mecanismos de gobernanza global necesitan anteponer flexibilidad a rigidez, plantearse aplicar medidas voluntarias por encima de normas vinculantes, y privilegiar las asociaciones sobre las acciones individuales. Teniendo presentes las deficiencias de la democracia, tanto reales como percibidas, así como un contexto geopolítico en constante evolución, es indispensable que los mecanismos de gobernanza global se adapten de manera constante reajustando sus planteamientos a las soluciones y desarrollen nuevas herramientas y medidas para abordar los problemas.