Reseña de libros | La «carrera de la inteligencia artificial» y el nuevo orden mundial

Revista CIDOB d'Afers Internacionals 131
Fecha de publicación: 09/2022
Autor:
Celso Cancela Outeda
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Celso Cancela Outeda,  profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración, Universidade de Vigo

Reseña de libro: Kai-Fu Lee. Superpotencias de la inteligencia artificial: China, Silicon Valley y el nuevo orden mundial. Ediciones Deusto, 2020. 302 págs.

¿Existe una competición tecnológica o es una mera metáfora propia de la Guerra Fría o de la «carrera espacial»? La obra reseñada aborda, parcialmente, esta cuestión en diversos apartados. Su autor es un auténtico referente mundial en inteligencia artificial (IA). La tesis central de la obra es: China será la primera potencia mundial en soluciones y servicios de IA, adelantando a Estados Unidos para liderar este ámbito tecnológico en todo el mundo. En concreto, según Kai-fu Lee, «las empresas y los investigadores chinos especializados en IA ya han ganado mucho terreno frente a sus homólogos estadounidenses, experimentando con algoritmos y modelos de negocio innovadores que prometen revolucionar la economía del país. Juntos, estas empresas y eruditos han convertido a China en una auténtica superpotencia de la IA, el único verdadero contrapeso internacional a Estados Unidos en esta tecnología emergente. La forma en que estos dos países decidan competir y cooperar en la IA tendrá consecuencias significativas para la economía y la gobernabilidad mundial».

La estructura del libro se asienta en nueve apartados principales. En su apartado primero se hace referencia al inicio, en 2017, de la «fiebre de la inteligencia artificial» en China. El apartado segundo expone las diferencias entre el entorno empresarial chino y el estadounidense y sostiene que las empresas chinas están mejor preparadas para utilizar las aplicaciones prácticas de la IA y generar oportunidades de negocio en los mercados de todo el mundo. La construcción de las bases de la economía impulsada por la IA en China y las transformaciones operadas en el ecosistema empresarial y, especialmente, en Internet son el objeto del tercer apartado. En el cuarto se revisa la trayectoria reciente de Estados Unidos y China en lo relativo al desarrollo de la IA, en particular, las iniciativas amparadas por sus respectivos gobiernos. El apartado quinto examina las cuatro olas que permitirán completar la revolución de la IA. El apartado sexto aborda la «verdadera crisis de la IA»: el desempleo tecnológico generalizado y la desigualdad económica mundial. El séptimo relata la experiencia personal de diagnóstico y superación de un cáncer. En el octavo defiende un enfoque de la IA que garantice la simbiosis entre humanos y máquinas, al tiempo que expone cuestiones como la automatización, la reconversión laboral, la renta básica universal o las futuras profesiones. Y, por último, el apartado noveno contiene una invitación a moldear la IA a través de acciones humanas deliberadas sustentadas en los valores centrados en el ser humano.

Propiamente, el libro no adopta una perspectiva de Relaciones Internacionales. De manera fundamentada, analiza una innovación tecnológica, la IA, y sus implicaciones económicas, sociales y culturales. También presenta derivadas o extensiones políticas como el papel a desarrollar por los gobiernos, la configuración de un nuevo orden mundial o la «carrera de la IA». Justamente, el autor subraya que es posible un futuro y un desarrollo global de la IA sin esta «carrera de la IA». Así, escribe: «es fácil volver a las metáforas militares y a la mentalidad de suma cero (…) Si no tenemos cuidado, esta obtusa retórica en torno a una “carrera de la IA” socavará la planificación y configuración de nuestra futura IA compartida (…) Pero esta no es una nueva Guerra Fría».

Sin embargo, la realidad política y tecnológica parece tomar esa deriva. En la actualidad, ya se ha entablado una auténtica competición entre actores estatales y corporaciones que desean liderar la IA. En 2016, la Administración Obama publicó un plan a largo plazo sobre el aprovechamiento de la IA. En 2017, el presidente ruso Vladimir Putin declaró: «quien lidere la carrera por la inteligencia artificial gobernará el mundo». Por su parte, el Gobierno chino lanzó, a mediados de 2017, su plan de IA llamado a convertir a China en líder mundial de IA en 2030. Hace un año, el Senado estadounidense aprobó la Ley de Innovación y Competencia que se orienta al impulso de la tecnología y la investigación en materia de IA en el contexto de pugna o competencia con China para preservar el liderazgo estadounidense (también a proteger la propiedad intelectual). Así pues, tanto la práctica política como el discurso político de las élites responden a esta lógica competitiva a escala global que involucra a centros de investigación y universidades, empresas privadas y estados. Existe consciencia de la importancia y el valor de la IA como instrumento de competencia geoeconómica y geopolítica global, y de su potencial transformador interno e internacional.

Kai-fu Lee parece subestimar el papel de la UE; de hecho, el libro apenas contiene menciones a la UE. Pasa por alto que, aunque con cierto retraso respecto de Estados Unidos o China y siguiendo un enfoque principalmente reactivo, la UE ha ido configurando su propia agenda. En concreto, desde 2014, la Comisión Europea ha adoptado varias iniciativas para su promoción y regulación. Además de la protección de los derechos civiles, trata de promover la soberanía digital y tecnológica europea de manera que se traduzca en el aumento de la competitividad a escala mundial de la economía de la UE. En particular, el marco regulador se orienta a manejar y controlar la recopilación y tratamiento de datos (evitar el colonialismo de datos). En esta línea, otros estados o grupos de estados que no lideran la competición podrán, al menos, regular el acceso y uso de los datos. No olvidemos que la IA entraña riesgos políticos (manipulación de la opinión pública) que afectan a los sistemas democráticos. Por último, pese a la referencia al nuevo orden mundial, apenas alude a las fórmulas institucionales para su gobernabilidad. Confía, excesiva e ingenuamente, en valores que debieran conformar y orientar el desarrollo de la IA, así como la relación con las personas.

Revista CIDOB d’Afers Internacionals, nº 131, p.213-215
Cuatrimestral (mayo-septiembre 2022)
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X