Prefacio
La relevancia de la salud en las relaciones internacionales es hoy incuestionable, pero hasta la irrupción de la pandemia había quedado en una posición secundaria, tanto en el debate académico como en la acción política. Con la COVID-19 y el despliegue de las campañas de vacunación se han abierto nuevos debates y, sobre todo, ha aumentado la necesidad de afrontar colectivamente retos que ya estaban sobre la mesa.
Entre estos, la necesidad de reformar los mecanismos de gobernanza internacional, la gestión de los riesgos asociados a la competencia entre potencias en un mundo multipolar, la recuperación de la confianza en las instituciones, la reducción de las desigualdades entre países y dentro de cada uno de ellos, o la gestión de dramas humanitarios que no son una amenaza para la seguridad de los estados, pero sí para la de sus ciudadanos.
Este informe es fruto de una reflexión conjunta e interdisciplinar por parte de los equipos de investigación de tres instituciones con sede en Barcelona: CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), Ideograma y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Su publicación ha contado, además, con el apoyo de la Secretaría de Estado de la España Global del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Ante la constatación de que el debate público gira cada vez más en torno a la geopolítica de la pandemia y de la vacuna, las tres instituciones coincidieron en que este tipo de aproximaciones ponen el foco, sobre todo, en las dinámicas de competición y conflicto. Como creemos que son relevantes y merecen un estudio en profundidad, estas se van a tratar en el presente volumen. Sin embargo, no queremos que estas aproximaciones eclipsen otros procesos que se han desencadenado o acelerado con la pandemia. La salud también puede ser un ámbito en el que se ponga en práctica una geopolítica cooperativa, que sitúe a las personas en el centro y que, sin minusvalorar el papel de los estados, amplíe el abanico de actores relevantes en la política internacional actual.
Esperamos que este ejercicio contribuya a abrir el prisma a través del cual analizamos y discutimos el papel de la salud en las relaciones internacionales. Las reflexiones de nuestro equipo de analistas, de los datos que ponen sobre la mesa, los dilemas que identifican y las vías de actuación que sugieren, coinciden en señalar que estamos en un punto de inflexión, y, por lo tanto, aspiramos, con esta publicación, a proporcionar argumentos sobre el camino que hay que seguir.