Irlanda: la agricultura y la migración ocupan un lugar destacado en la campaña

Monografia CIDOB nº 88
Fecha de publicación: 05/2024
Autor:
Barry Colfer, director de investigación, Institute of International and European Affairs
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 El actual Gobierno de Irlanda —el 34º de la historia del Estado— entró en funciones el 9 de abril de 2024, tras la sorprendente dimisión en marzo del taoiseach (primer ministro) Leo Varadkar. Conteniendo las lágrimas, Varadkar insistió en que sus motivos para dimitir eran «personales y políticos, pero principalmente políticos», en la línea de la líder de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, o de otros gobernantes que optan por dimitir en su apogeo, aludiendo a las muchas exigencias y retos de la vida política moderna. 

A los 37 años, Simon Harris se convirtió en el 16º y más joven taoiseach de la historia. Harris encabeza una coalición formada por su partido, Fine Gael (PPE), Fianna Fáil (Renew Europe) y el Partido Verde (Verdes-ALE). La coalición surgió tras las elecciones generales celebradas en febrero de 2020, en el estrecho margen entre el nuevo año y el inicio de la pandemia en marzo. De hecho, todos los gobiernos irlandeses de los tiempos modernos han sido coaliciones, pero el actual Gobierno une por primera vez a Fianna Fáil y Fine Gael. Estos partidos han dirigido todos los gobiernos del país desde la fundación del Estado hace un siglo, aunque nunca juntos. La oposición está liderada por el Sinn Féin (GUE-NGL) junto a una serie de partidos más pequeños, como el Partido Laborista (S&D), los Socialdemócratas, People Before Profit (GUE-NGL) y 20 diputados (de un total de 160) que se presentan como independientes. 

Euroentusiasmo en Irlanda 

La opinión pública irlandesa sigue siendo una de las más entusiastas respecto a la permanencia de su país en la Unión Europea (UE). Muchos irlandeses asocian la pertenencia a la UE a la transformación económica y social del país desde los años ochenta, período en el que ha pasado de ser uno de los más pobres de Europa a uno de los más ricos del mundo. La adhesión también ha permitido al país adquirir un perfil internacional y diferenciarse del Reino Unido, su antigua potencia colonial y vecino más cercano. En Irlanda no existe una oposición organizada a la adhesión a la UE ni en la política parlamentaria ni en la local. 

Existen voces críticas, sobre todo en la izquierda, sobre el papel de la UE en el debilitamiento de la soberanía o en la promoción de la economía de libre mercado. Los puntos álgidos de estas críticas fueron las campañas de referéndum de 2001 y 2008, en las que se votó «no» en las primeras rondas de los referendos de Niza y Lisboa. Cabe destacar que el entusiasmo irlandés por la pertenencia a la UE se ha mantenido a pesar del rescate financiero del país por parte de la UE y el FMI en 2010 y los años de austeridad que siguieron. También es un hecho ampliamente aceptado que Irlanda recibió el firme apoyo de los estados miembros de la UE a su posición respecto a la frontera irlandesa durante el prolongado proceso de salida del Reino Unido (entre 2016 y 2020). 

La campaña 

Irlanda elegirá 14 eurodiputados en junio, uno más que en la actualidad, lo que la sitúa entre las delegaciones parlamentarias más pequeñas. Los escaños se reparten en tres circunscripciones: cuatro de ellos corresponden a la zona de Dublín, y cinco a cada una de las dos extensas circunscripciones de Midlands—North-West y South. Por convención, las elecciones al Parlamento Europeo y a todos los gobiernos locales de Irlanda se celebran el mismo día, y los referendos se programan ocasionalmente al mismo tiempo (aunque no este año, tras el aplazamiento de la votación sobre la propuesta de un Tribunal Unificado de Patentes). 

Como suele ocurrir con las elecciones que no son generales, los comicios europeos en Irlanda se consideran de segundo orden y no se rigen precisamente por las mismas reglas. Con todo, las próximas elecciones generales tendrán lugar antes de marzo de 2025, y los comicios de junio se considerarán un indicador importante de cómo podría ser el próximo Gobierno. 

Las elecciones generales y locales en Irlanda siguen estando muy arraigadas en los distritos electorales, por lo que se espera que los candidatos interactúen directamente con los electores tanto en el periodo electoral como entre diferentes campañas. Sin embargo, dada la escala de las circunscripciones, las elecciones europeas tienen un carácter más parecido al de las presidenciales. Así, suelen presentarse candidatos de gran notoriedad y con un perfil nacional, procedentes tanto del mundo del deporte (por ejemplo, Sean Kelly, eurodiputado, o Nina Carberry, una conocida jinete profesional), la televisión y los medios de comunicación (por ejemplo, la comisaria Mairéad McGuinness, y Maria Walsh, eurodiputada, antigua ganadora del Festival Internacional Rose of Tralee), como de la primera línea de la política nacional (por ejemplo, Barry Andrews o Billy Kelleher, ambos eurodiputados). 

Los candidatos empiezan a hacer campaña meses antes de las elecciones, pero la atención nacional se centra de forma significativa durante el mes previo a los comicios. RTÉ, la emisora nacional, organiza una serie de debates televisivos y radiofónicos con los candidatos en las cuatro semanas anteriores a las elecciones. 

Elecciones transnacionales en un contexto muy local 

La dimensión transnacional de estas elecciones y las afiliaciones de los candidatos a grupos del Parlamento Europeo suelen ser más enfatizadas por los candidatos de izquierda y centro-izquierda. Es poco probable que se produzcan debates en profundidad sobre el nombramiento y la actuación de los eurodiputados y grupos políticos fuera de las discusiones especializadas y el diálogo entre expertos y entusiastas. En la mayoría de los casos, en medio del ruido de unas elecciones muy concurridas en las que decenas de candidatos compiten por la atención junto a cientos de aspirantes a las elecciones locales, es más probable que los eurodiputados en ciernes hagan hincapié en sus cualidades de liderazgo, sus conocimientos técnicos y en su capacidad para ser la «voz» de sus electores. 

Los candidatos suelen incluir la marca del europartido en su material electoral, pero la asociación más fuerte es, por encima de todo, con el partido nacional. Será poco probable que los candidatos principales de los partidos políticos europeos aparezcan de forma significativa en la campaña, un fenómeno que sería difícil de hacer entender a la población irlandesa. 

La Coimisiún na Meán (Comisión de medios de comunicación), de reciente creación, es responsable de regular el sector audiovisual en Irlanda, y existen directrices estrictas en materia de objetividad, equilibrio e imparcialidad en la cobertura de las elecciones. Además, éstos serán los primeros comicios que se celebren desde la creación de la An Coimisiún Toghcháin (Comisión electoral) en 2023, responsable de supervisar el proceso, incluidas las operaciones electorales, las revisiones de las circunscripciones y la integridad de los procesos electorales. 

Como es de prever, la cobertura mediática se centrará principalmente en los puntos fuertes y débiles de los distintos candidatos y en sus compromisos de campaña, así como en la trayectoria en el cargo de quienes aspiran a la reelección. Además, como también es habitual, la atención en los debates se centrará en el papel que desempeña la UE en cuestiones tradicionales relacionadas con la agricultura, el medio ambiente y la economía. Tras la aprobación de la histórica Ley de Registro de la Naturaleza en 2023, la regulación medioambiental y el uso del suelo ocuparán un lugar destacado en la discusión, sobre todo entre las comunidades rurales y los grupos agrarios, que en Irlanda cuentan con una sólida organización. 

La política de migración y asilo, incluido el pacto migratorio de la UE —que el Gobierno irlandés ha apoyado—, ha adquirido mayor relevancia y ocupará un lugar destacado en la campaña electoral, tras la cobertura que ha recibido el aumento del número de solicitudes de asilo en los últimos meses. Es la primera vez que la migración ocupará un lugar destacado en el debate público de unas elecciones nacionales en Irlanda. Las cuestiones relacionadas con la reforma de la PAC, la vivienda y el coste de la vida también estarán en el primer plano, al igual que la política de seguridad y defensa, debido a la guerra que Rusia mantiene en Ucrania y el debate nacional en curso en Irlanda sobre la postura del país en materia de seguridad —aunque en menor medida que en otras partes de Europa, donde la percepción de la amenaza rusa es mayor—. Irlanda es históricamente un firme partidario de la ampliación de la UE y es probable que también se debata la cuestión de «dónde acaba Europa».

Posibles resultados 

Setenta y tres candidatos competirán por los 14 escaños irlandeses en el Parlamento Europeo: en Dublín y South habrá 23 candidaturas por circunscripción, mientras que en la de Midlands—North-West se presentarán 27 aspirantes. Dos eurodiputados en ejercicio (ambos de Fine Gael) no optarán a la reelección. 

En las elecciones europeas de 2019, cinco eurodiputados de Fine Gael fueron reelegidos junto a tres independientes, dos miembros de Fianna Fáil y dos del partido de los Verdes. El Sinn Féin obtuvo peores resultados, con un solo eurodiputado. Como ya se ha mencionado, las circunscripciones para las elecciones europeas son grandes y, debido al uso de la representación proporcional por el voto único transferible dentro de las circunscripciones plurinominales, resulta difícil obtener datos detallados. Con todo, la referencia a los sondeos de opinión sobre la intención de voto sigue siendo ilustrativa. El Sinn Féin, el principal partido de la oposición, ha liderado sistemáticamente las encuestas en lo que va de 2024, con un apoyo que oscila entre el 27 y el 29%, por delante de Fine Gael (entre el 19 y el 20%), y Fianna Fáil (15-17%). La existencia de tres «grandes partidos» es un fenómeno relativamente nuevo en la política irlandesa, debido a los constantes avances logrados por el Sinn Féin desde su irrupción en 2011, cuando el país se encontraba en pleno rescate financiero. El resto del apoyo a los partidos se divide entre los socialdemócratas (5-6%), el Partido Verde (3-4%), el Partido Laborista (3-4%), el socialconservador Aontú (3-4%) y el izquierdista People Before Profit (2-3%). El apoyo a los candidatos independientes sigue siendo notablemente alto para los estándares europeos, con un porcentaje que oscila entre el 16 y el 19% en la mayoría de las encuestas, y de hasta el 24% en algunos sondeos recientes

Así, es probable que el Sinn Féin, que siempre ha sido el partido más votado a ambos lados de la frontera irlandesa, gane escaños en junio. La posición de esta formación ha evolucionado desde el euroescepticismo tradicional, con campañas en contra de los sucesivos referendos sobre la UE, hasta comportarse como un partido socialdemócrata crítico de corte más convencional. De hecho, algunos miembros del Sinn Féin han propuesto trasladarse, tras las próximas elecciones, al grupo S&D, que no cuenta con ningún miembro irlandés desde 2014. 

En resumen, parece probable que el Sinn Féin obtenga mejores resultados, mientras que Fine Gael, en el Gobierno desde 2011, perderá terreno. Los eurodiputados de Fianna Fáil y el partido de los Verdes, cuyas formaciones han estado en el Gobierno durante los últimos cuatro años, intentarán mantener sus posiciones. De acuerdo con una de las hipótesis, tanto el Sinn Féin como Fine Gael podrían salir «ganadores», en función de cuánto terreno consiga conquistar el primero y cuánto logre mantener el segundo. Todos los restantes parlamentarios tienen posibilidades de ser reelegidos, y se prevé que algunos de los candidatos independientes —antiguos y nuevos— obtengan buenos resultados. 

Un partido denominado «Irlanda Independiente» ha surgido en torno a un grupo de diputados anteriormente independientes que representan los intereses rurales. Como guiño al carácter presidencialista de estas elecciones, mencionado anteriormente, este partido consiguió la candidatura de Ciarán Mullooly, un conocido ex corresponsal de RTÉ, para disputar la circunscripción de Midlands—North-West. Además, dada la creciente importancia de la cuestión migratoria, también han surgido voces de la extrema derecha contrarias a la inmigración, que hasta ahora habían estado en gran medida ausentes del panorama político irlandés. 

Consecuencias para Irlanda 

Estas elecciones, y el posterior programa de trabajo de la Comisión, tendrán enormes consecuencias para todos los europeos, dadas las apremiantes exigencias políticas relacionadas con el cambio climático, la guerra de Rusia en Ucrania, la competitividad, las cuestiones de seguridad y defensa, la salud pública y muchos otros asuntos. Ahora bien, desde el punto de vista nacional, los resultados de estas elecciones europeas crearán una narrativa sobre qué Gobierno saldrá de las próximas elecciones generales irlandesas, que probablemente será una versión del ejecutivo actual o una alternativa de izquierdas liderada por el Sinn Féin. Asimismo, es muy probable que cuestiones de especial importancia para las zonas rurales de Irlanda, como la agricultura y el uso de la tierra, ocupen un lugar destacado, al igual que los asuntos relativos a la política migratoria, que seguirán influyendo y configurando el discurso público más allá de estas elecciones. 

Conclusión 

Es probable que el lugar de Irlanda en la UE esté más disputado en estas elecciones que en el pasado, pero seguirá sin existir un bloque antieuropeo de tamaño significativo en la política del país. Posiblemente las elecciones confirmen al Sinn Féin —que actualmente dirige el Ejecutivo de Irlanda del Norte, pero nunca ha formado parte del Gobierno de la República— como el partido de mayor tamaño a ambos lados de la frontera. 

La pertenencia a la UE ha sido siempre un pilar de la política exterior irlandesa y es probable que esto se refuerce a partir de junio. Éstas son las primeras elecciones europeas que se celebran sin el Reino Unido, el vecino más próximo de Irlanda. Dada la retirada del Reino Unido y la posibilidad de cambios políticos en Estados Unidos, país con el que Irlanda mantiene fuertes vínculos económicos y políticos, es probable que la pertenencia de Irlanda a la UE cobre aún más importancia a medida que el país trata de posicionarse en un mundo cada vez más conflictivo.

Monografía CIDOB -88- 2024