Estonia repite las elecciones de 2019

Monografia CIDOB nº 88
Fecha de publicación: 05/2024
Autor:
Merili Arjakas, investigadora junior, International Centre for Defence and Security (ICDS)
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En las elecciones celebradas en marzo de 2023 hubo seis partidos que obtuvieron escaños en el Parlamento de Estonia. El Gobierno se estableció mediante una coalición integrada por el Partido Reformista (Renew Europe), de carácter liberal; Estonia 200 (de centro y actualmente sin representación en el Parlamento Europeo); y el Partido Socialdemócrata (Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas / S&D). La oposición la forman el Partido de Centro (también de Renew Europe), ahora con una base rusófona; Patria (Partido Popular Europeo), conservador; y EKRE (Identidad y Democracia), euroescéptico y de derecha radical populista. 

Las elecciones al Parlamento Europeo (PE) han pasado relativamente desapercibidas en la política de Estonia, pese a que la población ha mostrado siempre un amplio apoyo a la pertenencia a la Unión Europea (UE). El respaldo alcanzó un máximo histórico del 86% en 2022, nivel que ha mantenido desde entonces. Este sentimiento se refleja en todo el espectro político: EKRE es el partido más crítico con las políticas comunitarias, pero no propugna abandonar la Unión; los demás partidos, en general, son favorables a la UE.

Los seis partidos parlamentarios actuales compiten por obtener uno o varios de los siete escaños asignados a Estonia en el Parlamento Europeo. Actualmente, solo un eurodiputado en ejercicio, Andrus Ansip, del Partido Reformista, no se presenta como candidato, al parecer por discrepancias con la primera ministra, Kaja Kallas. Este panorama coloca a los actuales eurodiputados en una posición ventajosa, ya que, mediante su conocimiento de los asuntos europeos, pueden alegar con credibilidad que defienden los intereses de Estonia y de sus respectivos electorados. En consecuencia, se prevé que la dinámica de las elecciones al PE de 2024 sea muy parecida a la de los comicios de 2019 —con prácticamente el mismo elenco de candidaturas principales y probablemente resultados similares—, pese a los importantes cambios que se han producido en el panorama político mundial desde entonces. 

Una campaña sin inicio claro 

En vísperas de las elecciones, es difícil señalar los aspectos europeos presentes en el debate político estonio. El resultado de las elecciones nacionales de 2023 consolidó el dominio del Partido Reformista, que se volvió casi indispensable para formar Gobierno. Se había pronosticado que la coalición establecida con el Partido Socialdemócrata y Estonia 200 sería estable y podría mantenerse en el poder durante la legislatura (toda una hazaña, pues las coaliciones en Estonia casi nunca han durado los cuatro años de legislatura). La caída vertiginosa del opositor Partido de Centro, de dieciséis a seis escaños en un año, debido a las luchas internas, todavía ha reforzado más la coalición gubernamental al dejar al conservador Patria como única opción viable en caso de que el Partido Reformista quisiera cambiar de socio. Sin embargo, los resultados cada vez mejores en las encuestas de Patria desde las elecciones, que restan simpatizantes tanto al Partido Reformista como a EKRE, han disminuido sus posibilidades de entrar en el Gobierno, ya que el partido en el poder prefiere socios menos populares. 

Las matemáticas de la coalición son importantes para explicar la característica dominante de la política estonia actual: existe una fuerte polarización entre la coalición y la oposición, lo que se refleja en el alto grado de obstrucción en el Parlamento. Aun así, no parece que las posiciones de poder vayan a cambiar de forma significativa en los próximos tres años. La guerra de Rusia en Ucrania es la cuestión internacional más importante en la política estonia, y todos los partidos han enfocado este tema desde el punto de vista de la seguridad. Aunque los partidos discrepan en algunos matices, existe en Estonia un amplio consenso sobre los términos en que se plantea esta guerra —como amenaza para la seguridad europea en general y para el país en particular— y las ramificaciones que su final tendrían para el futuro del Estonia.  

El asunto de la guerra de agresión de Rusia en Ucrania está presente en la política estonia y se vincula a preocupaciones internas, tales como la situación de la economía y las estrategias para reactivar el crecimiento, y los debates sobre la subida de impuestos. Además, desde las elecciones de 2023, existe un debate latente sobre si la población de Estonia con ciudadanía rusa o bielorrusa debería conservar los derechos de voto en las elecciones municipales, cuestión que se plantea periódicamente porque permite así a Patria posicionarse como el principal partido de oposición en política nacional. 

El ámbito europeo está algo presente en el discurso político, especialmente en las cuestiones climáticas relacionadas con la silvicultura y las fuentes de energía renovables, pero, en general, las conexiones explícitas con el contexto europeo siguen siendo escasas. Por ejemplo, prácticamente no se comenta el proceso de elección de la presidencia de la Comisión Europea basado en las candidaturas principales («spitzenkandidaten»), ni se debate sobre la redistribución de los altos cargos de la UE tras las elecciones. A veces se plantea la cuestión de si la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, será nombrada para algún puesto de alto nivel, pero incluso en estos debates prevalece la sensación de que la decisión se tomará en otro lugar. 

Por tanto, a menos de un mes, las elecciones al Parlamento Europeo siguen sin despertar interés entre la ciudadanía. Las campañas de los partidos empezaron a cobrar un tímido impulso hacia finales de abril y principios de mayo, y no lo hicieron en un grado comparable a las de las elecciones nacionales (los comicios europeos de 2019 tuvieron lugar pocos meses después de las elecciones parlamentarias, por lo que una campaña fue seguida de la otra y es difícil hacer comparaciones). Esta ausencia de trabajo de campaña no puede atribuirse a la falta de interés de los medios de comunicación, que han publicado artículos de opinión, organizado debates entre los candidatos y facilitado información sobre el proceso electoral. Además, los eurodiputados en ejercicio iniciaron sus campañas de reelección a finales de 2023, con inversiones en publicidad y marketing en los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales. No obstante, parece que los propios partidos muestran poco interés en destacar la importancia de las elecciones europeas ante la ciudadanía y prefieren centrarse en asuntos internos. 

La rivalidad de quienes ocupan actualmente el cargo 

Hasta ahora, la cuestión principal ha sido determinar qué partidos lograrían obtener dos de los siete escaños, y si alguno conseguiría incluso tres. A diferencia de las elecciones nacionales, las del Parlamento Europeo ofrecen a todos los partidos la posibilidad de mejorar respecto a la posición que ocupan en la política interna, aunque también pueden quedar por debajo. Esto se debe al importante papel que desempeñan los candidatos individuales más populares, ya que Estonia constituye un distrito electoral único y los partidos utilizan listas abiertas. Además, debido a la desproporcionalidad en el reparto de escaños entre los estados miembros y la relativamente escasa participación registrada en anteriores elecciones europeas celebradas en el país, los partidos o candidatos solamente necesitan unos 34.000 votos para asegurarse un escaño. 

Esta situación brinda a los candidatos la oportunidad de obtener escaños adicionales para sus partidos. Históricamente, el Partido Socialdemócrata ha movilizado con éxito a sus políticos más populares para obtener un resultado mejor de lo que su apoyo nacional podría sugerir. Este año la favorita según los sondeos es la actual eurodiputada socialdemócrata Marina Kaljurand. Por tanto, es probable que su partido obtenga dos escaños, el segundo de ellos posiblemente para el otro eurodiputado en ejercicio, Sven Mikser. Asimismo, el eurodiputado Urmas Paet, del liberal Partido Reformista, goza de popularidad y su campaña electoral es más visible que la de muchos otros candidatos, lo que coloca a su partido en segundo lugar en cuanto a posibilidades de obtener dos representaciones. 

La notoriedad de estas tres personas se ve acentuada por el hecho de que han ocupado la cartera de Asuntos Exteriores y suelen hablar de asuntos internacionales, actuales como la guerra en Ucrania. Además, en Estonia, el electorado sigue considerando que el Parlamento Europeo es un lugar para la política exterior, y la clase política suele asumir lo mismo (Paet, Mikser y el eurodiputado de EKRE, Jaak Madison, forman parte de la Comisión de Asuntos Exteriores); por tanto, los candidatos elocuentes en materia de asuntos exteriores tienen una ventaja en los debates. La defensa y la seguridad también ocupan un lugar destacado, especialmente desde 2022, lo que da ventaja al eurodiputado de Patria, Riho Terras, que fue jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas estonias y conoce bien el ámbito de la industria de la defensa. Sin embargo, tampoco hay que sobreestimar el prestigio de los asuntos internacionales: Estonia 200, cuyo principal candidato es el actual ministro de Asuntos Exteriores, Margus Tsahkna, tendrá dificultades para conseguir siquiera un escaño. La popularidad de este partido se hundió en abril de 2023 —y no ha vuelto a recuperarse— a causa de un escándalo sobre malversación de fondos benéficos concebidos para apoyar los esfuerzos bélicos de Ucrania. 

Este resultado dejaría a Patria, EKRE y el Partido de Centro con un escaño cada uno, ocupado muy probablemente por sus eurodiputados en ejercicio, aunque sigue habiendo cierta incertidumbre porque el descenso del apoyo al Partido de Centro permite a los otros dos partidos conservadores albergar esperanzas de verse favorecidos. Sin embargo, este pronóstico debe tomarse con cautela, ya que los sondeos de opinión muestran que las posiciones de los cuatro partidos más populares están muy igualadas, y pequeñas diferencias  de votos pueden traducirse en distintos desenlaces. Se trata de una elección de personas, no de partidos, con lo que la distribución de los escaños presenta un alto grado de incertidumbre. 

La primacía de la seguridad 

La importancia de la guerra de Rusia en Ucrania se refleja en los programas de los partidos publicados para las elecciones europeas, ya que todos ellos comienzan con referencias a la seguridad de Estonia, a la vez que otros temas —como el crecimiento económico, la migración, las cuestiones climáticas o el desarrollo regional— también se enfocan en parte desde una perspectiva securitaria. En este sentido, el Partido Reformista, Patria, el Partido Socialdemócrata, el Partido de Centro y Estonia 200 instan a crear la figura de un comisario de Defensa. Además, estos partidos apoyan la ampliación de la UE, y hacen hincapié en la importancia de la admisión de nuevos miembros mediante un proceso basado en los méritos —no solo como gesto político—, pero sin crear barreras injustificadas. Todos los partidos destacan el fortalecimiento de las capacidades de defensa y el apoyo a este sector. Del mismo modo, la seguridad fronteriza es prioridad absoluta para las formaciones de todo el espectro, desde EKRE hasta el Partido Socialdemócrata, lo que refleja la ubicación de Estonia como estado comunitario fronterizo. 

El Partido Reformista aspira a repetir su éxito de las elecciones del año pasado dando prioridad a los mismos temas: la seguridad y la independencia. En concreto, plantea utilizar eurobonos para invertir en la industria europea de defensa. Además, esta formación defiende la ampliación del voto por mayoría cualificada a los asuntos de política exterior relacionados con sanciones, violaciones de los derechos humanos y la delincuencia común organizada. Aunque el eurodiputado Urmas Paet ha expresado en ocasiones anteriores un firme apoyo a la idea de ampliar el voto por mayoría cualificada, en la política estonia no existe consenso al respecto y el Gobierno mantiene que debe conservarse el derecho de veto. 

Patria aborda temas similares en su programa, pero, debido a su papel de partido de oposición, una parte considerable del documento está dedicada a criticar al Gobierno actual. La seguridad es un tema prioritario tanto para el partido como para su principal candidato, el eurodiputado Riho Terras, por lo que en el programa se propugna el aumento del gasto en defensa al 3% del PIB en todos los estados miembros de la UE. También se destaca la soberanía de los estados miembros en materia de política migratoria, se apoya el aumento del presupuesto de Frontex y se defiende llegar a acuerdos con los países del Norte de África para frenar la llegada de personas migrantes a Europa. Además de Ucrania y Rusia, se subrayan otras posibles amenazas globales y se señala en particular a China como reto estratégico a largo plazo para las naciones democráticas. 

La libertad, la equidad y la seguridad son los temas fundamentales del Partido Socialdemócrata. Esta formación afirma que en las próximas elecciones está en juego el futuro de Estonia y Europa, debido a la guerra de agresión rusa y a la convulsión mundial derivada de las crisis económica, sanitaria y climática. Con una postura favorable a la UE, la OTAN y las relaciones transatlánticas, la plataforma socialdemócrata refleja fielmente la de los demás partidos y el consenso existente en la política exterior estonia. 

EKRE insta a que la UE vuelva a sus raíces como unión de estados-nación. Este partido está a favor de la repatriación de las personas migrantes a sus países de origen, incluida la población refugiada ucraniana una vez que concluya la guerra, y se opone a todas las cuotas de la UE en materia de migraciones. Además, al igual que las demás formaciones, aboga por redoblar los esfuerzos para impulsar el sector de la defensa y apoya la adquisición conjunta de armamento. 

En resumen, el aspecto más destacable de las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 en Estonia es la ausencia de algo destacable, pese a la convulsión política presente en los últimos años en Europa y el mundo. Salvo acontecimientos imprevistos, entre cuatro y seis de los próximos eurodiputados serán personas que ya ocupan actualmente el cargo. Aunque eso hace que los candidatos tengan más experiencia, a la vez, esta circunstancia ha restado dinamismo al debate político.

Monografia CIDOB -88- 2024