Violencia de género y relaciones internacionales. Presentación del número 117 de la Revista CIDOB d’Afers Internacionals

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Académicas, periodistas, juristas, responsables políticos y de ONG se dieron cita el pasado 1 de junio en la sede del Parlamento Europeo en Madrid para debatir sobre las causas, respuestas y patrones internacionales de la violencia contra las mujeres que, según datos de la OMS, afecta a una de cada tres mujeres en el mundo.

Alison Brysk, catedrática de Gobernanza Global en la Universidad de Santa Bárbara (California), y coordinadora científica del núm. 117 de la Revista CIDOB d’Afers Internacionals, expuso las causas, pautas y respuestas a la violencia de género en el ámbito internacional con su ponencia La lucha por liberarse del miedo: hacer frente a la violencia contra las mujeres en las fronteras de la globalización. 

En una entrevista previa para CIDOB, Alison Brysk quiso hacer hincapié en el hecho de que la violencia de género ocurre tanto en contextos de guerra como de paz, en democracias como en regímenes autoritarios, y tanto a manos de actores estatales y militares como también de actores civiles privados y/o transnacionales –desde jefes, familiares, vecinos y amigos–, hasta autoridades tradicionales; porque las patologías del patriarcado –añadió Brysk– están presentes en cada una de las sociedades, aunque existen distintos niveles y patrones de abusos por motivo de género. Es lo que Brysk califica como “régimen de género”, esto es, una combinación de instituciones, prácticas y expectativas culturales de una sociedad en relación con el comportamiento social, sexual y reproductivo de sus mujeres y hombres.    

A la pregunta sobre qué puede aportar la academia en la lucha contra la violencia de género, Alison Brysk manifestó que las ciencias sociales pueden guiar el análisis de las raíces y las causas estructurales de este tipo de violencia, así como ofrecer un marco comparativo de derechos humanos para un tema “que a menudo es visto como un problema personal, cultural y/o psicológico”. También subrayó la importancia del estudio académico de las respuestas a la violencia de género para ayudar a diseñar políticas y campañas más focalizadas y efectivas.      

Para Alison Brysk, si el control de la reproducción es el objetivo último del régimen de género, el avance en los derechos reproductivos sería la clave para cambiar dichos regímenes. “Los derechos humanos reproductivos y sexuales son la respuesta adecuada a la cultura de la violación”, concluyó Brysk. 

Mujeres refugiadas: ¿una doble vulnerabilidad? 

Blanca Garcés, investigadora sénior de CIDOB, centró parte de su intervención en dar respuesta a la pregunta: En el contexto de conflictos, refugiados y flujos de población, ¿son más vulnerables las mujeres?

La violencia de género, el matrimonio forzado, la mutilación genital, el feminicidio, la esterilización y el aborto selectivo, los crímenes de honor o la trata de personas con fines de explotación sexual son algunos de los motivos por los que se pueden considerar a las personas refugiadas por razones de género. “Pero más allá de las personas refugiadas por el hecho de ser mujeres, o de las refugiadas por razones de género, tenemos a las mujeres refugiadas que sufren formas específicas de violencia” –explicó Garcés–. “No son refugiadas por ser mujeres, pero sí son refugiadas que sufren una situación de doble vulnerabilidad”.  

Las formas de persecución y de violencia en contextos de conflicto no son neutras en términos de género. “Hace tiempo que las violaciones son un arma de guerra”. Las violaciones son una forma de perpetuar el control social, redibujar las fronteras étnicas. “Violar y embarazar a las mujeres es una manera de destruir a la comunidad del adversario; es una forma de genocidio” –sentenció Garcés. Se utiliza la violación como una forma de humillar, destruir y castigar a los grupos opositores.

Blanca Garcés también quiso poner de manifiesto que la violencia sexual contra las mujeres va más allá de las situaciones de conflicto antes mencionadas, ya que se da también en contextos de impunidad, los cuales se producen durante la huida (mafias, campos de refugiados) o en el postconflicto. Por último, esta investigadora quiso evidenciar que “la necesidad de demostrar vulnerabilidad por parte de las mujeres refugiadas para obtener derecho al asilo es la última violencia que sufren. Una violencia institucional que las desposee de agencia”.

El acto de presentación del Afers núm. 117 tuvo lugar el pasado 1 de junio en la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid cuya directora, María Andrés Marín, explicitó el compromiso de la institución que ella representa con las cuestiones de género impulsando iniciativas como el manifiesto ≠DóndeEstánEllas o mediante al apoyo a iniciativas como la propia presentación de la Revista Afers de CIDOB. María Andrés Marín fue la encargada de presentar y dar la bienvenida al acto junto con Anna Estrada, subdirectora ejecutiva de CIDOB. Esta última quiso durante su intervención subrayar la idoneidad de dedicar un número de la Revista CIDOB d’Afers Internacionals a la violencia de género desde la perspectiva de las relaciones internacionales, y destacó la trayectoria de esta publicación académica que cuenta ya con más de 35 años de historia, reúne a reconocidos expertos en el campo de las relaciones internacionales y cuya versión digital tiene una media de 200.000 consultas anuales.

Tras las intervenciones de Alison Brysk y Blanca Garcés, la coordinadora de publicaciones de CIDOB y editora de Revista CIDOB d’Afers Internacionals, Elisabet Mañé, fue la encargada de moderar el debate posterior con la audiencia.

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