Oriente Medio y el Norte de África, un laboratorio para los límites del orden global
El proyecto MENARA, liderado por CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs) e IAI (Istituto Affari Internazionali), confirma que la retirada estadounidense de la región y la voluntad de Rusia de llenar el vacío de poder en Siria, además del músculo económico que muestra China en la región, han creado una nueva realidad.
El pasado 6 de marzo, después de tres años de trabajo, el proyecto MENARA presentó los resultados de su investigación durante la conferencia Oriente Medio y la UE: Nuevas realidades, nuevas políticas que tuvo lugar en Bruselas.
Durante el evento, que reunió a más de 200 expertos y decisores políticos, la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidenta de la Comisión Europea, Federica Mogherini, resaltó la importancia de “reajustar nuestro pensamiento para que nos permita ver qué se puede construir”. La región de Oriente Medio y el Norte de África se encuentra en una encrucijada: “tras diez años de conflicto y agitación, hay un atisbo de esperanza que no podemos ignorar”, dijo Mogherini. “Aunque la paz en Medio Oriente Medio y el Norte de África no se puede imponer desde el exterior, tenemos el deber de continuar produciendo nuevas ideas y propuestas para contribuir a este objetivo y evitar que los peores escenarios se hagan realidad”, agregó la Alta Representante.
En este contexto, el coordinador científico de MENARA Eduard Soler, investigador senior de CIDOB, y la coordinadora Nathalie Tocci, directora de IAI, presentaron los principales resultados de su investigación:
- MENARA prevé que aquellos territorios que sufren una combinación de degradación del medio ambiente, desigualdades persistentes y unas instituciones deslegitimadas podrían presenciar nuevas oleadas de agitación social que podrían ser reprimidas con dureza, poniendo a la comunidad internacional en una posición muy incómoda.
- Si bien los riesgos a menudo se asocian a dinámicas políticas y de seguridad, los elementos sociales y económicos resultan más prometedores. La juventud y el diálogo se mencionan a menudo como clave del éxito. Más específicamente, la digitalización, el giro hacia África, los planes para fomentar las energías renovables y la diversificación económica, las dinámicas políticas y sociales post-sectarias en Irak o los avances sostenidos en el empoderamiento de las mujeres se encuentran entre los desarrollos positivos recogidos durante las consultas con los distintos actores implicados.
- Al proyectar las tendencias actuales en el futuro, se considera que Rusia se mantendrá como un actor clave a lo largo de la próxima década, pero las perspectivas a largo plazo apuntan a un papel cada vez mayor de China en los asuntos mundiales y también en esta región en particular.
- Cuando se trata de la implicación de la UE en Oriente Medio y el Norte de África, la proximidad es la clave. La UE deberá ampliar el alcance de su proyección y sus políticas para adaptarse a los centros de gravedad cambiantes de la región (hacia África y el Golfo), la influencia y el impacto de los instrumentos de la UE aumenta cuando se acompañan de una estrategia política orientada hacia el futuro y cuando se trata de conflictos actuales, los esfuerzos de reconstrucción deben ir ligadas a políticas de reconciliación.
MENARA ha reunido a 14 centros de investigación de la UE, Turquía, el Magreb, el Mashreq y el Golfo. El proyecto ha analizado los cambios geopolíticos en Oriente Medio y el norte de África, la polarización a nivel nacional, la fragmentación y el conflicto a nivel regional y el aumento del número de actores globales que intervienen en esta región en particular. Asimismo, ha realizado numerosas misiones de investigación (en países como Siria, Libia e Irak), alrededor de 300 entrevistas personales, una encuesta Delphi con 71 expertos, 3 focus group (Bruselas, Rabat y Beirut) y 2 reuniones con stakeholders (Estambul y Roma).
Galería de fotos The Middle East and the EU: New Realities, New Policies
Discurso Federica Mogherini