Reseñas de libros. Una nueva visión de los partidos magrebíes desde la política comparada

Revista CIDOB d'Afers Internacionals, nº. 135
Data de publicació: 12/2023
Autor:
Bosco Govantes
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Bosco Govantes, profesor Contratado Doctor, Área de Ciencia Política y de la Administración, Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)

Reseña de libro: Cimini, Giulia. Political parties in post-uprising Tunisia and Morocco. Routledge, 2023. 218 págs.

Esta obraatrae, en primer lugar, por lo novedoso de la temática que aborda. Los regímenes políticos árabes, y particularmente los magrebíes, han estado en gran medida ausentes de los estudios de política comparada. Por otra parte, también despierta la curiosidad sobre cuál será la aproximación analítica de la autora, teniendo en cuenta que, a pesar de las similitudes existentes entre los dos sistemas de partidos estudiados (contexto regional, auge de partidos que pretenden combinar el islam político y la democracia), existen importantes diferencias en relación con el papel ejecutivo de los partidos cuando llegan al poder: un poder más real en Túnez (al menos hasta las elecciones legislativas y presidenciales de 2019) y menor en Marruecos, por existencia de vetoplayers.

Metodológicamente, la autora ofrece un estudio con una doble vía de análisis: intrapartidista y transnacional. El estudio se basa en el análisis de dos grandes partidos, uno de ideología islamista y otro de ideología antiislamista, para cada uno de los casos analizados: en Marruecos, el Partido de la Justicia y Desarrollo (PJD) y el Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM) y, en Túnez, el partido Ennahda y Nidaa Tounes. La selección de casos parece apropiada para aplicar un diseño de ejemplos similares, resultando particularmente interesante la coincidencia temporal en 2011 del auge de los partidos de ideología islamista en ambos contextos.

En primer lugar, Cimini aborda la tradición política magrebí desde una perspectiva organizacional interna y de acción política externa, a través de los conceptos de modernidad y tradición. Destaca una aproximación general más racional-weberiana en los de los partidos antiislamistas, frente a una aproximación más tradicional al gobierno en el caso de los partidos islamistas.

A continuación, da paso al análisis de los casos que nos ocupan en un espectro temporal más amplio. Se destaca la existencia de cierto pluralismo político antes de 2011, que permitía una relativa articulación de las élites políticas, a pesar de ser sistemas políticos limitados por su supeditación al palacio real marroquí y al palacio de Cartago, respectivamente. En 2011, destaca la apertura de una ventana de oportunidad aprovechada por los dos partidos islamistas para llegar al poder. Esto produce un fuerte discurso de contestación por parte de los partidos de ideología antiislamista, como Nidaa Tounes en Túnez y PAM en Marruecos.

A nivel de estructura interna e imagen partidista, la autora subraya que los partidos islamistas llevan a cabo una separación formal de los movimientos de los que surgieron, adoptando valores de tradición modernista. De este modo, abrazan la legitimidad racional weberiana, buscando su reconocimiento fuera del ámbito religioso. Los partidos antiislamistas, por el contrario, basan su legitimidad modernista en la tradición política bourguibista en el caso de Túnez y en los valores auténticos del país y su monarquía, en el caso marroquí. Especial interés presentan las reflexiones sobre la convivencia de la nueva estructura partidista de los partidos islamistas con las tradicionales funciones de predicación (da’wa).

En lo relativo a los procesos electorales, Cimini analiza los perfiles de votantes y los clivajes relevantes del mapa político pos-2011. En este sentido, destaca que tanto el tunecino Ennahda como el marroquí PJD concentran un voto religioso entre personas conservadoras, formadas y bien integradas, excluyendo los perfiles más radicalizados. El clivaje en el caso tunecino se da entre conservadores y modernistas, mientras que en el caso marroquí se da entre lealistas y no lealistas a la monarquía, por la estrecha vinculación del PAM con el palacio real. En este capítulo, cabe destacar el análisis de la importancia de los procesos electorales en contextos no democráticos.

Finalmente, Cimini se aproxima a la vida interna de los partidos, examinando su liderazgo, su funcionamiento interno y su trabajo sobre el terreno con la militancia de base, siguiendo el modelo analítico de Katz y Mair. En el caso de Túnez, subraya que el liderazgo de Ennahda responde de una manera más clara a un modelo de legitimación legal-racional que en el de Nidaa Tounes, a pesar del discurso modernista de este partido, que mantiene unos liderazgos personalistas y una toma de decisiones ambigua y variable. De igual modo, el partido islamista tunecino implica más a los militantes en los procesos decisionales. De manera similar, en el caso marroquí, el PJD ha desarrollado una estructura de poder sistematizada, transparente y estandarizada. Por el contrario, el PAM sigue un modelo tradicional basado en redes clientelares, con un proceso decisional elitista y centralizado.

Podemos concluir que la obra de Cimini abre un campo de exploración novedoso en el ámbito de la política comparada aplicada a la región MENA (Middle East and North Africa). La obra nos lleva a un alto nivel de comprensión de las dinámicas políticas de los países magrebíes estudiados en la primera década tras las revueltas. Entre los elementos más notables destacamos la necesidad de combinar elementos de tradición y modernidad en todos los casos estudiados, la mayor capacidad de adaptación al contexto democrático de los partidos islamistas y la especificidad de los casos estudiados con relación a los estudios de partidos en perspectiva comparada de Occidente.

Revista CIDOB d’Afers Internacionals, nº 135, p.  250-251
Cuatrimestral (octubre-diciembre 2023)
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X