'Té para todos' en el 10 de Downing Street

El nacionalismo escocés no ha perdido. Puede haber sido una derrota emocional, pero no racional, porque ha conseguido lo que Londres le negó hace dos años cuando negoció el referéndum: más autonomía. "La denominada devolution max sería prácticamente una semiindependencia. Es la creación de un Estado escocés dentro del Reino Unido. Se convertiría en la región de la Unión Europea con más poderes competenciales", señala Marc Gafarot, investigador del CIDOB y coordinador del área de procesos internacionales de secesión.

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