Pol Morillas: “No hay posibilidades de conseguir unos propósitos estratégicos que están absolutamente desviados de cualquier factibilidad. Y eso lo comparten la ofensiva israelí en Gaza y la guerra en Ucrania”

Cuando empezó esta guerra, el 7 de octubre, por el ataque de Hamás a los ciudadanos de Israel, parecía como si a partir del día siguiente lo que Israel haría en Gaza sería algo rápido y contundente, corto en el tiempo. Pero no lo ha sido. De la misma manera que tampoco lo está siendo lo que pasa en Ucrania. Estamos a un mes de que se cumplan tres años desde que estalló la guerra entre Rusia y Ucrania. Lo analiza Pol Morillas, director de CIDOB: “No hay posibilidades de conseguir unos propósitos estratégicos que están absolutamente desviados de cualquier factibilidad. Y eso lo comparten la ofensiva israelí en Gaza y la guerra en Ucrania. ¿Y eso qué hace? La consecuencia lógica es que ante estos objetivos inalcanzables las guerras se prolonguen. Hasta el cansancio de las partes, hasta una paz impuesta, pero no hasta una derrota absoluta de una de las partes”, afirma Morillas.

 

 

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