Las encuestas para las elecciones europeas apuntan a la extrema derecha como tercera fuerza en el Parlamento

La mejora considerable de los resultados de la extrema derecha en Portugal en los comicios del 10 de marzo se producen pocos meses antes de que los ciudadanos de toda la Unión Europea sean llamados a las urnas el próximo mes de junio en las elecciones europeas. ¿Qué consecuencias tendría un aumento de la extrema derecha en las instituciones europeas? Para Héctor Sánchez Margalef, investigador del CIDOB, el hecho de que crezca tanto la extrema derecha en la Unión Europea podría dar lugar a “una parálisis institucional”, es decir, que ciertas cuestiones se desarrollen con mayor lentitud. No obstante, como indica Sánchez, “mientras que las fuerzas proeuropeas sigan siendo mayoría o que no haya jefes de Estado en el Consejo, como Marie Le Pen, no habrá grandes diferencias en el funcionamiento de la Unión Europea”. Así, Héctor Sánchez pone un ejemplo hipotético. En el caso de que se acelerara la entrada de Ucrania a la Unión Europea y se votara con un mayor número de jefes de Estado de partidos de extrema derecha en el Consejo, al ser una decisión que debe aprobarse con unanimidad, puede que no saliera adelante. “Hay algunos líderes de partidos de extrema derecha que están más alineados con la idea de no imponer sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, o que rechazan el seguir enviando ayuda militar”, explica Sánchez. En el caso de que el PPE vuelva a ganar las elecciones europeas, y como señala el investigador del CIDOB, “tendrán que decidir si se alinean con los socialistas, los verdes y los liberales o eligen a la extrema derecha”, afirma. 

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