La tensión en el Mar Rojo por Gaza no se sentirá en España: representa el 5% del petróleo y el 3,4% del gas

El estrecho de Bab al Mandeb, que separa África y Oriente Medio y es la puerta de entrada al Mar Rojo, se ha convertido en cuestión de días en un polvorín para el comercio mundial. Las principales navieras europeas han anunciado que sus barcos de mercancías no circularán por ese paso de apenas 30 kilómetros de ancho para evitar más ataques de la milicia yemení, que en los últimos días ha disparado misiles contra al menos una quincena de barcos por el apoyo de Occidente a Israel en su guerra contra Hamás. Moussa Bourekba, investigador principal del CIDOB, reconoce que "no esperaba que los hutís llegasen a ataques de este tipo", sino que pensaba que se limitarían a apoyar políticamente a Hamás. Según explica, esta subida de intensidad en los enfrentamientos –hasta el punto de atacar barcos de compañías europeas– busca presionar a Israel para negociar un alto al fuego en Gaza a cambio de parar los ataques a los navíos.

 

 

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