La alargada sombra del Kremlin sobre Rusia

Un referéndum, votado a comienzos de este mes, permitirá a Vladimir Putin presentarse a las elecciones rusas hasta 2036. Su gobierno, para entonces casi vitalicio, se perfilaría como uno de los más longevos del país. Mientras numerosas organizaciones y opositores protestan contra una nueva deriva autocrática, el puño de hierro bajo el que Rusia parece encontrarse se envuelve, de nuevo, en terciopelo. “Dejando de lado la ampliación del poder presidencial de Putin, lo que más me preocupa de estas modificaciones es la carga estructural, el giro completamente ultraconservador de una moralidad social que, supuestamente, es la propia del pueblo ruso”, explica Carmen Claudín, investigadora senior asociada CIDOB.

 

 

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