Hundir la economía y quebrar la unidad política

“Túnez ha sufrido dos atentados en poco más de tres meses que tienen rasgos comunes. El objetivo: el turismo, un pilar fundamental de la economía y carta de presentación de una sociedad abierta al mundo. El perfil de los atacantes: hombres jóvenes de nacionalidad tunecina, un elemento difícil de digerir para un país que presume de tolerancia y modernidad. Y el arma: un kalashnikov, el fusil soviético omnipresente en las zonas de conflicto desde 1949”, Eduard Soler, coordinador de investigación de CIDOB.