El odio yihadista encuentra cantera en la Región de Murcia

Dos décadas después del ataque terrorista del 11-M, Interior mantiene una vigilancia permanente en la Comunidad para parar los pies a un yihadismo cada vez más joven y que encuentra en las redes sociales y la 'darknet' el caldo de cultivo ideal para la radicalización. “Ya hemos roto con el paradigma en el que la radicalización se producía en determinados entornos, como mezquitas clandestinas y garajes. Desde hace más de una década ya no es el caso”, explica Moussa Bourekba, investigador principal del Cidob y profesor asociado en Relaciones Internacionales en la Universitat Ramon Llull y la Universidad de Barcelona. El aumento de la radicalización virtual conecta directamente con el rejuvenecimiento del perfil del yihadista. “Si partimos de la idea de que hay agravios preexistentes –marginalización socioeconómica, exclusión política... – que fomentan el proceso de radicalización, los jóvenes pueden constituir el segmento más vulnerable”, explica Bourekba. Para parar los pies a esta amenaza, Bourekba insiste en la necesidad de actuar contra los factores desencadenantes de los procesos de radicalización: “Se trata de actuar de forma preventiva y no reactiva, promocionando narrativas inclusivas y fomentando un espíritu crítico en los jóvenes mediante la educación”. 

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