Argelia, el “patito feo” en la reconciliación de España y Marruecos

Eduard Soler i Lecha, investigador sénior de CIDOB, explica los antecedentes y resolución de la crisis diplomática entre España y Marruecos: “Si por España fuera, la crisis diplomática no habría existido. Es decir, España no retira embajadores, España no amenaza a Marruecos en ningún momento, lo que pasa es que en una situación en que Estados Unidos, a través de Donald Trump, había cambiado su política respecto al Sáhara Occidental, reconociendo la marroquinidad de ese territorio, Marruecos esperaba que España y otros países hicieran lo mismo, no lo hacen, y entonces hay un primer nivel de descontento ahí. Y después la cosa va empeorando con el desencadenante que fue la acogida de Ibrahim Ghali, el líder del Polisario, en un hospital de Logroño para tratarse de Covid-19. En esas circunstancias, el enfado de Marruecos fue mayúsculo: retirada del embajador, primeras amenazas de que la cooperación iba a resentirse, y vimos lo de la crisis de Ceuta en mayo de 2021. Desde entonces las relaciones han sido malas, aunque con promesas de voluntad de mejorarlas. Como digo, por España esta crisis no hubiera existido nunca, pero Marruecos la fuerza, y ha sido Marruecos quien ha decidido cuándo se cerraba la crisis, cuando lo que el gobierno estaba dispuesto a poner encima de la mesa era suficiente para desagraviarle de alguna forma”.

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