Argelia, con la democratización pendiente, aspira a recuperar su influencia en el mundo

Como país más extenso del continente africano y referente de los movimientos que luchaban contra la colonización durante la década de los 70, Argelia siempre ha aspirado a contar con una “proyección global”, un papel que en los últimos años había quedado muy limitado debido al delicado estado de salud del jefe del Estado. “Quiere volver a ser un país de peso”, puntualiza Eduard Soler i Lecha, investigador sénior de CIDOB. De la era en que ejerció un papel global, mantiene “estrechos vínculos con Sudáfrica y goza de gran peso en la Unión Africana, que ha permitido incluso la membresía del Frente Polisario en la organización”, continúa el analista. Se define como un país “perteneciente al mundo árabe”, con un interés prioritario “en la zona del Sahel”, concluye.

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