La respuesta al nuevo imperialismo ruso: el dispar destino de Ucrania, Belarús y las Repúblicas Bálticas
El presente capítulo analiza las distintas respuestas de los países vecinos de Rusia –Ucrania, Belarús y los Estados bálticos– frente al nuevo imperialismo ruso. Ucrania es el principal objetivo de las políticas neoimperialistas y anexionistas de Moscú ya que la clase política dirigente rusa no ha llegado a aceptar nunca la existencia de Ucrania como estado independiente. Así puede verse en ejemplos que van desde declaraciones efectuadas en el marco de los discursos y entrevistas de Vladimir Putin y otros líderes rusos a acciones que niegan al Estado ucraniano, tales como las concentraciones que ha organizado en Ucrania la banda de motoristas rusos los Lobos Nocturnos, cuyo jefe, Aleksandr Zaldostanov, es amigo personal de Putin. La reciente introducción de la denominación «Malorossiya» (Pequeña Rusia), el antiguo nombre zarista que se le daba a Ucrania, por parte del líder separatista Aleksandr Zakharchenko, supone una amenaza aún más grave. Encaja en la estrategia rusa de hacerse con el control no ya solo de una parte de Ucrania, sino de todo su territorio. El uso de este provocador término lo ha respaldado, (si no inventado) el Kremlin, y ofrece la clave para comprender el comentario de Putin de que «no es necesario».