¿Es la Unión Europea joven?

Monografia CIDOB nº 88
Fecha de publicación: 05/2024
Autor:
Javier Carbonell, investigador doctoral, Universidad de Edimburgo
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La Unión Europea (UE) tiene en los jóvenes a uno de sus principales aliados: las elecciones al Parlamento Europeo de 2019, por ejemplo, experimentaron una participación récord impulsada, sobre todo, por los menores de 25 años —algo que no sucedía desde 1994—. Además, los jóvenes apoyan significativamente más a la UE que las generaciones anteriores; un apoyo que se manifiesta con la participación en organizaciones proeuropeas, como la JEF (Jóvenes Europeos Federalistas). Por lo tanto, a la UE, que todavía hoy sigue padeciendo un importante déficit democrático, le interesa especialmente involucrar a los jóvenes en las campañas y políticas públicas, ya que ayuda a su legitimación y continuidad de cara al futuro. Igualmente, a los partidos europeos les interesa llegar a los jóvenes teniendo en cuenta que en estas elecciones constituyen un importante caladero de votos.

Sin embargo, esta realidad contrasta con la precaria situación de los jóvenes. Aunque hay importantes variaciones entre países, la edad de emancipación ha aumentado en toda Europa como consecuencia de la crisis de la vivienda. La precariedad laboral y el desempleo juvenil han provocado que un 26,5% de los jóvenes europeos de entre 18 y 24 años estén en riesgo de pobreza o exclusión social (Bristelle et al., 2024: 20). Mientras que a principios del siglo xx padecían pobreza, sobre todo, las personas mayores, hoy en día la sufren más las nuevas generaciones (Palier, 2021). Además, la crisis de salud mental ha situado el suicidio como la segunda causa de muerte más frecuente entre los jóvenes europeos.

Esta pésima situación social se traduce en una desconfianza enorme en la política y en las instituciones. Estudio tras estudio, se evidencia que los jóvenes tienen interés en la política pero se declaran muy alejados de los tradicionales canales partidistas de participación, y dicen tener muy poca influencia sobre las decisiones políticas (Bristelle et al., 2024). Además, aunque la mayoría busca profundizar en la democracia y apoyan la igualdad de género y el ecologismo, existe una creciente minoría de jóvenes, especialmente hombres, que se ven atraídos por los reclamos de identidad nacional de los partidos de derecha radical, rechazan las políticas feministas, e incluso podrían apoyar menos a la democracia como sistema político (Cordero y Roch, 2023). El reto de la Unión Europea, por tanto, consiste en dar respuesta a las demandas de los jóvenes de manera que sus agravios no los politicen las fuerzas euroescépticas.

La inmensa mayoría de problemas de la juventud —la crisis de la vivienda, el empeoramiento de la salud mental, las dificultades para encontrar trabajos decentes, la crisis de la democracia— no son exclusivos de las nuevas generaciones, pero sí que afectan o preocupan especialmente a los más jóvenes. Por ello, desde el Foro Europeo de la Juventud, la organización juvenil más importante de la UE, se demanda que toda política pública cuente con una «perspectiva de juventud» que involucre a dicho colectivo en los procesos de toma de decisiones y tenga en cuenta los efectos de las políticas sobre él.

Los partidos europeos ante la juventud

Por lo que respecta al discurso, la juventud no es un tema divisivo ya que a todos los partidos les interesa atraer su voto, la mayoría comparte el diagnóstico de que su situación es complicada y todos dicen querer solucionarla. Sin embargo, podemos distinguir dos grandes grupos en función de la importancia que otorgan a los asuntos de la juventud. Por un lado, estarían los verdes, la izquierda europea y los socialistas, que enfatizan las cuestiones de juventud en sus discursos, y, por otro, los partidos de derecha radical que tratan de atraer a los jóvenes a través de sus reclamos identitarios y rechazo del feminismo, pero que carecen de un discurso explícito sobre los jóvenes. El Partido Popular Europeo y los liberales se sitúan en un punto intermedio, más cerca del primer grupo que del segundo, pero con matices respecto a las políticas sociales que los jóvenes necesitan.

Aunque los partidos europeos están realizando un esfuerzo por llegar al votante joven a través de campañas en redes sociales o de visibilizar a sus organizaciones juveniles, en términos de representación de candidatos, los logros son menos significativos. Así pues, se espera un leve incremento en el número de candidaturas encabezadas por jóvenes, dado que actualmente solo el 6% de los europarlamentarios es menor de 35 años, a pesar de que un quinto de todos los europeos tiene entre 18 y 35 años. En Francia, por ejemplo, todos los candidatos a excepción del socialista tienen menos de 40 años, y el de Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella, menos de 30. De hecho, Bardella fue la gran apuesta de Le Pen por atraer al voto joven ya que lo incluyó como candidato en las pasadas elecciones europeas (2019) con solo 23 años. No obstante, quienes lideran la representación juvenil son Los Verdes, que ya adoptaron una resolución en 2023 en la que se comprometían a priorizar a personas jóvenes en puestos de salida. El resultado es que uno de sus dos Spitzenkandidaten, Terry Reintke, tiene 36 años, y su cabeza de lista en Austria es una activista climática de tan solo 23.

El consenso en favor de las políticas de juventud de verdes, socialistas, liberales y populares se refleja, sobre todo, a nivel institucional en las campañas tanto de la Comisión como del Parlamento. A excepción de las políticas educativas (Plan Bolonia y programa Erasmus+), la juventud no ha constituido una prioridad para la UE hasta la última legislatura. Sin embargo, tras las elecciones de 2019 se han realizado importantes esfuerzos institucionales para llegar a la población joven. En este sentido, el año 2022 fue declarado Año Europeo de la Juventud, se creó la Estrategia de la UE para la Juventud, se impulsó el programa de Garantía Juvenil y este último abril se celebró la Semana Europea de la Juventud 2024. Por último, en línea con el Youth Test, propuesto por el Foro Europeo de la Juventud, la Comisión Europea anunció la creación de un Youth Check, que incluiría la participación de la juventud en el diseño y la evaluación de políticas de la UE.

Sin embargo, la importancia de las campañas institucionales y los discursos contrastan con la limitada actuación en políticas públicas. Esto se debe, en parte, a que, en muchos asuntos que afectan a los jóvenes, como la edad de voto o la crisis de la vivienda, la UE carece de competencias. Además, es en las políticas concretas donde surgen más divisiones y reticencias. Una de las políticas más debatidas, por ejemplo, ha sido la reducción de la edad de voto a los 16 años. En mayo de 2022 el Parlamento Europeo propuso al Consejo de la UE reducir la edad para votar a los 16 años como ya hacen Austria, Bélgica, Alemania y Malta. Aunque la decisión final es de los estados miembros, en la votación, los liberales, los socialistas, los verdes y la izquierda votaron a favor, mientras que la derecha radical votó en contra. Los populares se dividieron y solo la mitad votó a favor de la propuesta.

Otra de las grandes políticas sociales para los jóvenes, impulsada por el Foro Europeo de la Juventud, ha sido la prohibición de las prácticas no remuneradas. La propuesta de solicitar una directiva para prohibir las prácticas no remuneradas salió adelante con un amplio apoyo parlamentario, aunque contó con la oposición de varios eurodiputados de la derecha radical y el PPE trató de que solo fuese una recomendación y no una directiva legalmente vinculante. No obstante, todavía es necesario que los estados miembros apliquen la propuesta en sus legislaciones nacionales.

En resumen, el apoyo a la juventud es consensual desde el punto de vista discursivo, una política de representación para la mayoría de partidos, y una cuestión de políticas sociales y democráticas para Los Verdes y los socialistas. Paradójicamente, aunque muchos jóvenes se ven atraídos por la derecha radical, esta carece de un discurso propio sobre la juventud y sus problemas materiales. La gran incógnita es el Partido Popular Europeo, el cual se suele apoyar discursivamente en los jóvenes, pero en votaciones clave puede decantarse hacia uno u otro lado.

Los jóvenes tras las elecciones europeas

La prioridad institucional de la que goza la juventud en la UE no parece que vaya a cambiar significativamente dependiendo del resultado ya que todos los partidos quieren atraer a ese electorado, y la legitimidad de la UE depende enormemente de las nuevas generaciones. Lo que se dirime es si las políticas de juventud serán lo suficientemente valientes como para solucionar la complicada situación de los jóvenes, o si se aplicarán medidas tibias. Ante la previsible repetición de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión, se pueden distinguir básicamente dos escenarios dependiendo de en qué grupos se apoye el PPE para las votaciones. 

El primer escenario es continuista. Von der Leyen se apoyaría en socialistas y liberales como hasta ahora para cuestiones sociales, y se seguiría profundizando en las políticas de apoyo a la juventud, aunque quizá no a la velocidad que esta necesita. Los verdes, liberales y socialistas han dado apoyo en sus manifiestos a las políticas que ya han venido trabajando en la pasada legislatura como prohibir las prácticas no remuneradas, presionar para reducir la edad de voto a los 16, implementar el Youth Check, impulsar el programa Erasmus+, o paliar la crisis de la vivienda entre la población joven. El Partido Popular Europeo también se hace cargo del problema de la vivienda y del desempleo, pero solo se compromete a implementar el Youth Check. El partido verde es el que más ha hecho de la juventud una de sus banderas, no obstante, las encuestas parecen indicar un retroceso de estas formaciones en las elecciones de junio. 

En el segundo escenario, cada vez más probable, Von der Leyen se apoyaría en los partidos de derecha radical del Grupo de Conservadores y Reformistas para cuestiones sociales. Esto implicaría un parón significativo de las políticas de juventud, en especial de las de corte social. Además, afectaría gravemente a dos temas que preocupan en extremo a los jóvenes: el cambio climático y los derechos civiles. Apoyarse en la derecha radical ralentizaría o frenaría el Pacto Verde Europeo (ver García y Noferini en esta monografía) y legitimaría todos los retrocesos que se están produciendo en calidad democrática y derechos de las mujeres. Cabe señalar, también, que el colectivo joven es el grupo de población que se más autoidentifica como LGTBIQ+, por lo tanto, serían un grupo especialmente afectado en caso de que la derecha radical siguiese ascendiendo. 

Asimismo, tanto los gobiernos de la derecha radical, como los del PPE apoyado por ésta, muestran prácticas contrarias a la participación de la sociedad civil juvenil. El Gobierno de Suecia, por ejemplo, eliminó las ayudas al Consejo de la Juventud sueco; el Consejo británico ha anunciado su cierre por falta de fondos, y Vox propuso la eliminación del Consejo de la Juventud de Madrid. Por lo tanto, el apoyo de la derecha radical al PPE podría implicar una disminución de las partidas presupuestarias a organizaciones juveniles como el Foro Europeo de la Juventud, principal herramienta de que dispone la población joven para defender sus derechos

En definitiva, la asociación de la juventud con la Unión Europea trasciende a qué fuerzas se impongan en la Eurocámara o quién encabece la Comisión, ya que es un elemento estructural de la UE. Sin embargo, la situación de esa fracción de la población europea es enormemente complicada y, por tanto, lo que se decide en las próximas elecciones no es si se apoyará o no a la juventud, sino si se hará con la fuerza y rapidez necesarias para afrontar los enormes retos de vivienda, mercado laboral y crisis climática a los que se enfrentan las generaciones más jóvenes. 

Toda persona de menos de 30 años ha crecido con la Unión Europea, y la mayoría la apoya, la sostiene y la legitima. En las próximas elecciones europeas se dirime si la UE les devuelve el favor o si decide darles la espalda.  

Referencias bibliográficas

Bristelle, Antoine; Carbonell, Javier; Dressler, Matteo; Kaszás, András; Kostrzewski, Adam; Mitchell, Gerry, y Wirthwein, Kilian. How Young People Facing Disadvantage View Democracy in Europe. Brussels: FEPS: Foundation for European Progressive Studies, 2024.

Cordero, Guillermo y Roch, Juan. Democracia se escribe con Zeta: Jóvenes, precariedad laboral y actitudes políticas. Documento de trabajo n.º 223, Fundación Alternativas, 2023.

Palier, Bruno. Réformer Les Retraites. París: Presses de Sciences Po, 2021.

Monografia CIDOB -88- 2024