Yamandú Orsi Martínez

El Frente Amplio (FA), la coalición de izquierda que gobernó Uruguay entre 2005 y 2020, volverá al poder el 1 de marzo de 2025. Su candidato presidencial, Yamandú Orsi, ganó las dos vueltas electorales celebradas en el otoño de 2024. El frenteamplista se adelantó el 27 de octubre a una decena de contrincantes con el 46,1% de los votos y en el balotaje del 24 de noviembre derrotó con el 52,1% a Álvaro Delgado, del Partido Nacional o Blanco, la formación liberal conservadora del presidente saliente Luis Lacalle y, junto con el Partido Colorado, integrante de la oficialista Coalición Republicana. La compañera de fórmula de Orsi es Carolina Cosse, vicepresidenta electa. En cuanto a las elecciones legislativas, el FA se consolidó como la primera fuerza de la Cámara de Representantes, aunque de nuevo con mayoría simple, y alcanzó la mayoría absoluta en el Senado.

Discípulo 32 años más joven del ex presidente (2010-2015) José Mujica, quien continúa liderando el principal partido del FA, el Movimiento de Participación Popular (MPP), Orsi basa todo su bagaje político en la administración departamental de Canelones, su patria chica. El nuevo mandatario, ofreciendo un discurso moderado, constructivo y dialogante, a tono con la suavidad característica del juego democrático en el país sudamericano, ha basado su campaña en un triple eje: la dinamización del crecimiento económico, el refuerzo del sistema de protección social, menguado de recursos tras la pandemia, y la mejora de la seguridad ciudadana, muy deteriorada en los últimos años por el incremento de los homicidios y otros delitos violentos. Orsi tomará posesión coincidiendo con el 40 aniversario de la restauración democrática y meses antes del Bicentenario de la Declaratoria de Independencia de Uruguay, que se conmemora el 25 de agosto.

La comunidad internacional reconoce la marca Uruguay como un caso de éxito en cuanto a cultura democrática, estabilidad macroeconómica y jurídica, colaboración intersectorial pública-privada, liderazgo en energías renovables (el país austral nutre el 100% de su generación eléctrica con la hidráulica, la eólica y la biomasa) y desarrollo de la industria de las tecnologías de la información, rubro en rápida expansión que aporta porciones crecientes a las tartas de las exportaciones (dominadas por los productos agropecuarios), el PIB y el empleo.

La posición del pequeño país austral en tres rankings globales de referencia es notable o sobresaliente: Uruguay figura como el número 52 en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, a la zaga regional de Chile y Argentina, aunque subiendo ocho puestos desde 2015, una de las mejores evoluciones del mundo; es el 18º en el Índice de Percepción de Corrupción de la ONG Transparency International, en toda América solo por detrás de Canadá; y es el 15º en el Índice de Democracia de la revista The Economist, por delante de países como Japón, Reino Unido, Francia o España, y de nuevo solo mejorado por Canadá en el continente americano.

(Texto actualizado hasta 27 noviembre 2024).


El currículum del presidente entrante de Uruguay, portador de un nombre ancestral, Yamandú, que en las culturas indígenas locales recibía quien se destacaba en la protección de la tribu y velaba por el bienestar de sus miembros, está cortado por la sencillez y no presenta aristas polémicas. Hijo de una pareja de trabajadores rurales de Canelones, el departamento meridional que rodea Montevideo y después de este el más poblado del país, estudió la carrera de magisterio en el Instituto de Profesores Artigas (IPA) de la capital y en 1991 obtuvo el título de profesor de Historia. Durante dos décadas alternó o compaginó la docencia en diversos centros escolares de secundaria y la atención del pequeño comercio familiar, un almacén de venta de productos agropecuarios que los Orsi regentaban en la ciudad de Canelones. 

Dos décadas en la política de Canelones

El futuro presidente se interesó por la política en su etapa escolar en el liceo y su primer compromiso fue con el partido Vertiente Artiguista. Luego, estudiando en el IPA, se afilió al Movimiento de Movilización Popular (MPP), polo izquierdista organizado en 1989 entre otros por José Mujica Cordano, antiguo subversivo contra la dictadura militar concluida en 1985, y donde llevaba la voz cantante el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), anterior organización extremista que hasta su aplastamiento en 1972 por el Gobierno autoritario del presidente Juan María Bordaberry había combatido al Estado con métodos de guerrilla y terrorismo urbanos. 

El MPP integraba a su vez el Frente Amplio (FA), coalición de izquierda y centro-izquierda empeñada en romper en las urnas la hegemonía dual, conservada en la nueva era democrática con turnos respectivos de Gobierno, del Partido Colorado (PC) y el Partido Nacional (PN) o Blanco, dos formaciones rivales pero no antitéticas en el plano ideológico, pues compartían valores liberales y conservadores.

En julio de 2005 Orsi, miembro de la Dirección Nacional del MPP, fue nombrado secretario general de la Intendencia Departamental de Canelones por el recién inaugurado intendente municipal, Marcos Carámbula. Anterior miembro de la Cámara de Representantes, Carámbula se trataba del primer intendente del FA tras caso un siglo de titulares colorados (principalmente) o blancos. El mismo condominio histórico había sido quebrado a nivel estatal en las elecciones generales de octubre de 2004 con la victoria del frenteamplismo tanto en la votación presidencial como en la legislativa. Así, desde el 1 de marzo de 2005 el médico Tabaré Vázquez Rosas, del Partido Socialista de Uruguay (PSU), ocupaba la jefatura del Estado en sucesión del colorado Jorge Luis Batlle Ibáñez.

Orsi estuvo en el equipo ejecutivo de Carámbula hasta que en febrero de 2015 este renunció al cargo para ingresar en la Cámara de Senadores. Para entonces, llegaba a su fin el mandato presidencial de José Mujica, elegido en 2009, al que se disponía a suceder Tabaré Vázquez, elegido por segunda vez para el cargo en las votaciones de 2014. El profesor no continuó como secretario general de la Intendencia con la nueva regidora, Gabriela Garrido, porque preparaba su propia candidatura a intendente por el oficialismo en las elecciones departamentales y municipales previstas para el 10 de mayo. 

Puesto que en este nivel subestatal de elección popular seguía rigiendo el sistema del doble voto simultáneo, más conocido en Uruguay como ley de lemas (el cual había sido abolido para las elecciones a presidente y vicepresidente por la reforma constitucional de 1996), los partidos o coaliciones podían presentar más de un candidato a intendente departamental, dando expresión a sus diferentes facciones o corrientes internas. En el caso del FA de Canelones, los aspirantes en 2015 fueron dos, Orsi, vencedor en la elección primaria, y el representante nacional José Carlos Mahía, del partido Asamblea Uruguay. La ley de lemas estipulaba que el cargo sometido a elección directa no se lo llevaba el candidato más votado en la competición entre todos, sino el candidato más votado del partido (lema) más votado por la suma de sus candidatos (sublemas). 

En Canelones, los dos más votados fueron justamente Orsi, con el 37% de los sufragios, y Mahía, con el 20,7%. Por doble mérito por tanto, el primero quedó proclamado intendente electo. En cambio, en el vecino Lavalleja, por ejemplo, el frenteamplista Daniel Ximénez, único sublema de su bloque, recibió el mayor número de votos, pero la intendencia la consiguió la nacional Adriana Peña porque ella y los otros dos sublemas de su partido sumaron muchas más papeletas.

El 9 de julio de 2015 Orsi tomó posesión al frente de la Intendencia canaria. En el otoño de 2019 el profesor dirigió la campaña del candidato presidencial del FA, el socialista Daniel Martínez Villaamil, hasta marzo de aquel año intendente de Montevideo, pero el aspirante a suceder a su conmilitón Vázquez sucumbió en el balotaje ante el nacionalista Luis Lacalle Pou, hijo del ex presidente (1990-1995) Luis Alberto Lacalle Herrera. A Orsi le fue mejor en su apuesta reeleccionista en Canelones, donde el 27 de septiembre de 2020 añadió otros cinco años de mandato con el 51,5% de los votos. En esta ocasión, contendió como el único candidato del FA. Previamente, el 6 de febrero, Orsi había cedido el puesto de intendente a Tabaré Costa con el fin de preparar su campaña electoral sin compromisos institucionales. Su segundo ejercicio ejecutivo arrancó el 26 de noviembre de 2020.

Postulación presidencial en 2024

Tabaré Vázquez, el cuatro veces candidato presidencial y dos veces presidente de la República, falleció a los 80 años el 6 de diciembre de 2020, meses después de abandonar el Gobierno. El carismático Pepe Mujica seguía siendo el líder indiscutible del MPP y el principal referente moral del frenteamplismo, pero su avanzada edad, con 85 años cumplidos el 20 de mayo de 2020, le descartaba para cualquier función política que no fuera la de guiar operaciones partidarias desde fuera de las instituciones; en octubre siguiente, el antiguo guerrillero tupamaro se jubiló formalmente con su despedida del Senado. 

El sexagenario Daniel Martínez, tras su derrota en las presidenciales de 2019 ante Lacalle, limitaba sus ambiciones al retorno a la Intendencia de Montevideo, apuesta que fracasó en las elecciones departamentales del 27 de septiembre de 2020. Otro histórico del FA, Danilo Astori Saragosa, quien fuera vicepresidente de la República con Mujica y ministro de Economía con Vázquez, estaba retirado por la edad y los problemas de salud (en noviembre de 2023 iba a fallecer a los 83 años).

Este reguero de bajas y autodescartes impulsó necesariamente una renovación en las posiciones de liderazgo del FA de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Un primer movimiento en tal sentido fue la elección de Fernando Pereira Kosec, anterior jefe de la central sindical PIT-CNT y miembro de Vertiente Artiguista, como presidente de la coalición en diciembre de 2021. Pereira tomaba el relevo a Javier Miranda, si bien no mostró interés en lanzarse al proceso de primarias. 

No así Orsi, quien en marzo de 2023 dio un paso adelante con los respaldos, llenos de palabras de elogio, de José Mujica y de su esposa, Lucía Topolansky, ex senadora y ex vicepresidenta de la República. La precandidatura del intendente fue apoyado por el Espacio 609, la marca electoral de su partido, el MPP, más la Vertiente Artiguista, el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), sectores del Espacio Socialdemócrata Amplio (ESA), y otros partidos, movimientos y listas del FA. A Orsi le salieron tres contrincantes: Andrés Lima Proserpio, el intendente de Salto; el senador Mario Bergara Duque, apoyado por la Asamblea Uruguay,  el partido de Danilo Astori; y Carolina Cosse Garrido, la intendenta de Montevideo, quien ya compitiera en la interna de 2019, siendo derrotada entonces por Daniel Martínez.

El 10 de diciembre de 2023 estas cuatro precandidaturas fueron proclamadas por el VIII Congreso Extraordinario del FA, celebrado en Montevideo. El 1 de marzo de 2024 Orsi presentó su renuncia como intendente de Canelones, donde le cogió el testigo Marcelo Metediera Vidal (el hasta entonces secretario general de la Intendencia, así como partidario de Cosse), para centrarse en una campaña de la que semanas después se apeó Mario Bergara, el cual salió a respaldar al del MPP. El 30 de junio tuvieron lugar las elecciones internas abiertas de todos los partidos y en la del FA Orsi, sin sorpresas, resultó ganador con el 59,1% de los votos, en términos absolutos 247.295 preferencias. Segunda quedó Cosse, quien fue anunciada por el ya candidato presidencial como su compañera de fórmula para la Vicepresidencia.

El programa del Frente Amplio para el período de Gobierno 2025-2030

Bajo el eslogan de Sabremos cumplir, Yamandú Orsi y el FA propugnan un "nuevo modelo de desarrollo" para Uruguay ahora que el país rioplatense llega al bicentenario de su independencia. El documento programático presenta tres pilares fundamentales: la aceleración del crecimiento económico, que ha de ser "más robusto y equilibrado", la mejora de la seguridad ciudadana y el refuerzo del sistema de protección social.

En el capítulo Uruguay Crece, el nuevo presidente diagnostica que en la última década la economía uruguaya, a la que el sector exterior (las exportaciones tradicionales de carne bovina, lácteos, celulosa, cereales y otros productos agropecuarios, a las que en los últimos tiempos están sumándose con fuerza las nuevas de las tecnologías de la información) aporta el 27%, ha presentado un ritmo de crecimiento "muy bajo". 

Así, entre 2014 y 2023 la tasa promedio apenas superó el 1% anual, comportamiento que incluye la contracción del -7,4% acarreada por la COVID-19 en 2020. En 2023 el PIB avanzó solo el 0,4%, si bien las previsiones para 2024 apuntan a un ritmo superior al 3%, mejora notable en la que opera la vuelta del superávit a la balanza comercial, a su vez favorecida por la apreciación del dólar con respecto al peso. En el momento de las elecciones generales de octubre de 2024, la inflación se situaba en el 5% interanual, con tendencia bajista y aproximándose de nuevo al índice registrado en abril, el 3,7%, que fue el más bajo desde 2005.

Para Orsi, urge adoptar políticas de fomento desde el Estado, atracción y retención de la inversión privada, aumento de la productividad, mejora del capital humano y modernización de las infraestructuras. El presidente electo hace un énfasis especial en la facilitación a los emprendedores con la reducción de costos y cargas burocráticas para las mipymes, fundamento que son del tejido industrial uruguayo. No olvida la medida de "fortalecer y consolidar" la regla fiscal, introducida por el Gobierno de Lacalle durante la pandemia en clave de austeridad, para tener contenidos el déficit y la deuda públicos, que en 2023 fueron respectivamente del 3,1% y el 64,5% del PIB. Orsi asegura que su Gobierno no subirá los impuestos.

En Uruguay Seguro, Orsi propugna tratar el preocupante aumento de la delincuencia común y organizada —la tasa de homicidios en 2023 fue aquí de 11,2 por 100.000 habitantes, duplicando el promedio mundial, aunque en la franja media-baja del ránking hemisférico— a través de "políticas efectivas que fortalezcan la convivencia pacífica y enfrenten el crimen organizado, con el foco en la reintegración social". 

En concreto, anuncia: un "policiamiento orientado a problemas" (POP) en aras de la prevención, el control, la disuasión y la "respuesta oportuna" frente al delito y la violencia; la instalación de más cámaras y dispositivos de videovigilancia, llegando a los 20.000; un Sistema Integral de Lucha Contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico (SILCCON); un Plan Barrio y una Fuerza Especial de Tareas para cada una de las zonas asignadas; y la creación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. 

En relación con este tema, el FA se opuso al plebiscito, convocado por asambleístas de la oficialista Coalición Multicolor (formada principalmente por el PN y el PC) y otros partidos, sobre una reforma constitucional que facultara a las fuerzas de seguridad del Estado para practicar allanamientos nocturnos de viviendas ante los indicios de comisión de flagrante delito, posibilidad que la Carta Magna prohíbe de manera tajante, ni siquiera con una orden judicial de por medio (sí facultativa, en cambio, de los allanamientos diurnos). La consulta popular fue celebrada el 27 de octubre de 2024, a la vez que las elecciones generales, y se saldó con un insuficiente del 39,4%.

Uruguay es conocido por sus altos niveles de desarrollo humano y gasto público social. Con todo, el FA, según expresa en el capítulo Uruguay Cuida de su programa electoral, cree imperioso reformar el sistema de protección social, poniendo el foco en la infancia, la juventud y las madres para que no sufran el yugo de la pobreza, cuyo volumen, en torno al 10%, permanece por encima del que había antes de la pandemia, al igual que la desigualdad de las rentas. Es en este terreno donde el frenteamplismo más claramente hace gala de izquierdismo, de corte socialdemócrata.

Algunas de las medidas que Orsi anuncia aquí son: aumentar un 50% los montos de la Tarjeta Uruguay Social (TUS) y del Bono Crianza, destinados a los hogares con mayor vulnerabilidad, mientras se rediseña el esquema de transferencias monetarias; apoyar con 2.500 pesos a las familias con hijos en preescolar y primaria; multiplicar la cuantía de las becas para los estudiantes de enseñanza media; universalizar la cobertura del subsidio por maternidad; lanzar un programa de empleo protegido para 12.000 jóvenes de 18 a 24 años; facilitar el acceso a la primera vivienda con más asistencia crediticia del Banco Hipotecario del Uruguay (BHU); soluciones de vivienda social para las emergencias habitacionales; y, en la sanidad pública, una mejora del acceso a los medicamentos y la disminución "sustantiva" de los tiempos de espera.

También el 27 de octubre de 2024 los uruguayos fueron convocados a pronunciarse en un plebiscito de reforma constitucional con contenido social, paralelo al plebiscito sobre allanamientos nocturnos. En esta consulta popular, impulsada por el sindicato PIT-CNT y apoyada por algunos partidos del FA sin incluir al MPP, se preguntó sobre la definición en la Constitución del sistema de la seguridad social como un "Derecho Humano Fundamental, no susceptible de lucro". Los tres puntos centrales de la reforma buscaban eliminar las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP) y a su vez prohibir toda forma de ahorro individual con fin de jubilación lucrativa, adelantar la edad de retiro a los 60 años y determinar que ninguna jubilación ni pensión pudiera ser menor al valor del Salario Mínimo Nacional. De nuevo, la reforma no prosperó porque los votos afirmativos no llegaron al 50% del censo.

Yamandú Orsi y su esposa, Laura Alonso Pérez, son padres de dos mellizos, chico y chica, nacidos en 2012. Hasta ahora, la familia ha venido residiendo en Salinas, municipio costero de Canelones próximo a Montevideo.

(Cobertura informativa hasta 27/11/2024).

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