Vlado Buckovski
Primer ministro (2004-2006)
Graduado en Derecho por la Universidad San Cirilo y San Metodio de Skopje en 1986, en los últimos años de existencia de la República Socialista de Macedonia fue miembro de base de la Liga de los Comunistas Macedonios (SKM, la rama republicana de la Liga de los Comunistas Yugoslavos), sirvió de consultor jurídico en la Asamblea Popular de la República (1987-1988) y posteriormente trabajó en su antigua facultad como auxiliar de docencia en la especialidad de Derecho Romano. En 1991, año de la desmembración de la Yugoslavia legada por Tito y del acceso de Macedonia a una independencia estatal que tardó en ser reconocida internacionalmente debido al litigio con Grecia por la titularidad de los símbolos de la Macedonia histórica, Buckovski obtuvo la licenciatura en su disciplina, tras lo cual siguió ejerciendo en las aulas sin intromisiones en la política, salvo la afiliación al partido sucesor de la SKM, la Unión Social Demócrata de Macedonia (SDSM), que, con Kiro Gligorov en la Presidencia de la República y Branko Crvenkovski en la jefatura del Gobierno, ostentaba el poder.
Su aproximación a las funciones públicas comenzó en 1998 al ser nombrado miembro de la Comisión Electoral Estatal, y como tal le tocó certificar los comicios celebrados el 18 de octubre y el 1 de noviembre de ese año, los cuales otorgaron la victoria a la formación de derecha nacionalista Organización Revolucionaria Interna de Macedonia-Partido Democrático para la Unidad Nacional Macedonia (VMRO-DPMNE), cuyo líder, Ljubco Georgievski, desbancó a Crvenkovski como primer ministro. Por otra parte, su carrera académica se afianzó con la obtención del doctorado y la integración, en 1999, en la plantilla de profesores titulares de la Universidad.
El salto del futuro primer ministro a la política representativa se produjo en 2000 como el candidato de la SDSM a la alcaldía de Skopje, un puesto de gran relieve en un país sin órganos administrativos intermedios entre los municipios y el Gobierno nacional, y que acusa una macrocefalia demográfica al concentrar la capital la cuarta parte de los dos millones de habitantes. El 24 de septiembre, en segunda vuelta, Buckovski se llevó tan importante plaza para el partido, que batió al oficialismo también en otras ciudades. La SDSM le premió eligiéndole vicepresidente de la formación.
El mandato de edil le duró poco a Buckovski, ya que el 13 de mayo de 2001 fue catapultado al Gobierno de Georgievski como el flamante ministro de Defensa. El retorno de la SDSM al Ejecutivo fue en unas circunstancias críticas para la Ex República Yugoslava de Macedonia (FYROM, en su sigla en inglés, que así estaba registrada en la ONU, de manera provisional, mientras no se pusiera de acuerdo con Grecia sobre el nombre oficial del Estado), en situación de quasi guerra civil desde el estallido en marzo, en las inmediaciones de la frontera con Kosovo en la región de Tetovo, de combates entre el Ejército de mayoría eslavomacedonia y rebeldes albaneses agrupados como Ejército de Liberación Nacional (UCK).
Con el objeto de impedir que los albaneses extremistas arrastraran a su campo al grueso de esta potente minoría étnica (en torno al 22% de la población) que, sin renegar de la exigencia de derechos culturales y equidad socioeconómica, apostaba por el pacifismo y proclamaba su lealtad al Estado, y para conseguir un consenso partidista sobre ulteriores decisiones críticas como la declaración del estado de guerra y la movilización general, Georgievski acertó a formar en la fecha indicada un Gobierno de unión nacional que reunía, además de los socialdemócratas, a los dos partidos albaneses moderados y a otras dos formaciones liberales. Este Gabinete era de carácter interino, con duración prevista hasta las elecciones de 2002.
Buckovski asumió, por tanto, una función harto delicada, ya que por su mano pasaron las órdenes militares que perseguían sofocar la insurgencia del UCK, lo que incluía la adquisición a varios países europeos de armas y pertrechos para las débiles Fuerzas Armadas, pero intentando al mismo tiempo no contribuir a una escalada bélica que podría hacer estallar el país por sus costuras étnicas o religiosas, en otras palabras, sumirlo en una conflagración como las que habían devastado las vecinas Croacia y Bosnia-Herzegovina en la década anterior.
La estrategia de Buckovski, que gozaba de respaldo político pleno de su jefe partidario, Crvenkovski, y que se modulaba a las exhortaciones de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, consistió en hacer prevalecer la integridad y la seguridad estatales sin dar pábulo a más violencias intercomunitarias y sin bloquear las puertas a un arreglo político de la crisis, a todas luces ineludible. Ello le enfrentó a su colega en el Ministerio del Interior, Ljube Boskovski, del VMRO-DPMNE, que cargaba las tintas en la dimensión sectaria del conflicto. El forcejeo entre Buckovski y Boskovski por cuestiones de estrategia operativa y de ámbitos de jurisdicción se inscribió también en la abierta discordancia entre el presidente de la República, Boris Trajkovski (no obstante pertenecer al VMRO-DPMNE), un moderado proclive a la negociación, y el primer ministro Georgievski, quien insistía en destacar la naturaleza terrorista de la agresión del UCK y que apostaba por las soluciones de fuerza con el respaldo militar de la OTAN.
La actuación gubernamental de Buckovski se interrumpió el 30 de noviembre de resultas del abandono, anunciado nueve días atrás, del Gobierno por el SDSM, para no comprometerse con la aplicación, arriesgada en términos de rentabilidad electoral por su impopularidad en amplios sectores de la población eslavomacedonia, del paquete de reformas constitucionales aprobado por la Asamblea o Sobranie el día 16 de dicho mes y que era uno de los compromisos asumidos por el Estado en los acuerdo de paz alcanzados en Ohrid el 8 de agosto.
El documento que consiguió detener las luchas y restaurar una paz, eso sí, tensionada por numerosos incidentes de mayor o menor calado, establecía el desarme y la desmovilización de la guerrilla albanesa, la supervisión del proceso por un operativo militar de la OTAN, la amnistía para todos los rebeldes no implicados en crímenes de guerra y la articulación legal de un abanico de concesiones lingüísticas y administrativas al segundo grupo étnico el país. Temporalmente apartado del Gobierno, Buckovski retomó las actividades educativas, aunque siguió en la alta política como el número dos de la SDSM.
Tal como venían aventurando los sondeos, la SDSM, concurriendo aliada bajo el membrete de Juntos por Macedonia con el Partido Liberal Democrático (LDP) y una pléyade de grupúsculos ecologistas y representantes de diversas minorías étnicas, ganó las elecciones parlamentarias del 15 de septiembre de 2002 con el 40,5% de los votos y justo la mitad de los escaños de la Sobranie, 60, de los que 47 le correspondieron a ella. El 1 de noviembre Crvenkovski estuvo de vuelta al frente del Gobierno, que era de coalición con el LDP y el partido albanés más votado, la Unión Democrática por la Integración (DUI, BDI en su sigla en albanés), y con él Buckovski, portando su antigua cartera de Defensa y desprendido del acta de diputado que había ganado en las elecciones.
El segundo ejercicio ministerial de Buckovski presentó numerosos aspectos destacados: la cooperación intergubernamental en las materias de seguridad transfronteriza y armamento con sus homólogos de Albania, Serbia, Croacia y Bulgaria; el programa de refuerzo del componente albanés en los escalafones del Ejército para reflejar la realidad del censo demográfico; la depuración de uniformados vinculados al radicalismo eslavomacedonio; la prevención de las asechanzas terroristas de elementos residuales del extremismo albanés; el trabajo conjunto con la OTAN y (desde marzo de 2003, tomándole el testigo a la anterior) la UE para el desarrollo exitoso de las sucesivas misiones de asistencia al mantenimiento de la seguridad (Zorro Ámbar, Armonía Aliada, EUFOR-Concordia y EUPOL-Próxima); y, los esfuerzos para requisar las numerosísimas armas de fuego en manos de la población civil, cuyo trasiego fomentaban las omnipresentes redes del crimen organizado.
Todas estas labores las acometió en estrecha coordinación con el ministro del Interior, Hari Kostov, un tecnócrata afín a la SDSM aunque sin ser miembro del partido. Por otra parte, en junio de 2003, Buckovski ejecutó el despacho a Irak, aprobado por la Sobranie, de un pelotón de 28 soldados de fuerzas especiales para operar bajo el mando de ocupación de Estados Unidos. En septiembre siguiente, el ministro añadió a sus funciones la presidencia del Consejo Legal del Gobierno.
La trágica muerte de Trajkovski en un accidente aéreo en Herzegovina el 26 de febrero de 2004 provocó el adelanto de las elecciones presidenciales, que tocaba celebrar en el otoño, a los días 14 y 28 de abril. La SDSM presentó como candidato a Crvenkovski, quien ganó el envite y el 12 de mayo tomó posesión de su mandato quinquenal a la vez que se daba de baja como miembro del partido.
Entonces, Buckovski y Kostov, dos dirigentes que gozaban de la plena confianza de Crvenkovski, que comulgaban plenamente con su línea de moderación, reformismo y apego a los acuerdos de Ohrid, y que compartían una vocación europeísta y atlantista, se destacaron en similares condiciones como candidatos a presidir el Gobierno. Las quinielas periodísticas también tenían en cuenta a la viceprimera ministra –y jefa del Gobierno en funciones- Radmila Sekerinska, y el responsable de Finanzas, Nikola Popovski, igualmente del círculo de Crvenkovski. Sin embargo, el designado fue, el 14 de mayo, Kostov, quien el 2 de junio tomó posesión al frente de un Gabinete con mínimos cambios, exclusión hecha de la continuidad de Buckovski en Defensa.
Batiendo un récord de brevedad, Kostov presentó la dimisión el 15 de noviembre alegando disputas con la DUI que lideraba el ex comandante guerrillero Ali Ahmeti. En su opinión, las desavenencias internas del Gobierno estaban ralentizando las reformas económicas y judiciales, y perturbando los esfuerzos de integración en la UE (tortuoso camino que en los pasados meses había conocido los jalones de la presentación de la solicitud formal del ingreso, el 22 de marzo, y la entrada en vigor del Acuerdo de Estabilización y Asociación adoptado en 2001, el 1 de abril) y la OTAN, hoy por hoy sin fecha conocida de culminación, ni siquiera aproximada.
La crisis de Gobierno se planteó también al hilo de la acerba controversia política que había levantado el referéndum del 7 de noviembre, impulsado por los sectores nacionalistas macedonios y el VMRO-DPMNE con el propósito de abrogar la Ley de Organización Territorial. El texto, aprobado por la Sobranie en agosto, suponía la reducción de los 123 distritos municipales y otorgaba a las administraciones locales más poderes en las esferas financiera, educativa y sanitaria.
Los partidos del Gobierno consideraban esta normativa la piedra angular de los planes de descentralización territorial, en consonancia de los acuerdos de Ohrid, pero el VMRO-DPMNE veía en ella la génesis de una peligrosa federalización o cantonalización del país sobre líneas étnicas, a pesar de que la Constitución asentaba la forma unitaria del Estado. Para satisfacción de la SDSM, la DUI y los gobiernos occidentales, la consulta fue anulada por no cumplir el requisito de participación: sólo el 26,3% de los censados, desoyendo las consignas del oficialismo, acudió a votar, pero de entre aquellos, el 95% apoyó la abolición de la ley.
Asimismo, la espantada de Kostov confirió ímpetu a la disputa que ya venía registrándose en la SDSM en torno a la sucesión del liderazgo de Crvenkovski. La presidencia del partido estaba vacante desde mayo, y el puesto lo ambicionaban Buckovski, Sekerinska –convertida por segunda vez, desde el 18 de noviembre, en el momento de la aceptación por la Sobranie de la dimisión de Kostov, en la primera ministra en funciones- y Tito Petkovski, ex presidente de la Cámara y frustrado pretendiente presidencial de los socialdemócratas en las elecciones de 1999 frente a Trajkovski.
La cúpula de la SDSM, de la que también formaban parte los ministros de Finanzas, Popovski, y Asuntos Exteriores, Ilinka Mitreva, acordó que el nuevo presidente del partido fuera el candidato a primer ministro. La pugna entre Buckovski, Sekerinska y Petkovsk por la jefatura orgánica fue dirimida en una elección interna el 26 de noviembre con victoria para el ministro de Defensa por una mayoría de 391 votos. Era la señal que estaba esperando el presidente Crvenkovski para designar al reemplazo de Kostov, así que ese mismo día Buckovski recibió la encomienda de formar el nuevo Ejecutivo. El político socialdemócrata hizo varios cambios en el Gabinete, que siguió siendo tripartito, en coalición con la DUI y el LDP. Entre los cesados, aunque por propia voluntad, estuvo el titular de Transportes y Comunicaciones, Agron Buxhaku, un miembro del partido albanés, que hacía frente a unas acusaciones de corrupción sostenidas por el propio Kostov.
El programa que trazó Buckovski –como no podía ser de otra manera-, incidía en los propósitos que se había fijado Kostov cuando su investidura en junio: apuesta en firme por el ingreso en la UE y la OTAN, pese a que ambas organizaciones, por el momento, rehusaban cortésmente aceptar siquiera las respectivas solicitudes en la convicción de que el país balcánico adolecía de un monumental retraso en cuanto al desarrollo económico, el marco legal y la estructura organizativa, en relación con los estándares propios; el cumplimiento de la letra y el espíritu de los acuerdos de Ohrid; la creación de un entorno "viable y seguro" para la muy necesaria inversión privada extranjera; y, la lucha contra las tramas delictivas y corruptas, cuyas ramificaciones se extendían hasta los más altos despachos de la Administración del Estado.
La Sobranie dio luz verde al Gobierno de Buckovski con una mayoría de 71 votos el 17 de diciembre de 2004, en el preciso momento en que tocaba a su fin una crisis de seguridad provocada por extremistas albaneses. Desde hacía semanas, la opinión pública venía asistiendo con temor e indignación al desafío de un nutrido grupo de hombres armados y uniformados que se había hecho fuerte en la población rural de Kondovo, al oeste de Skopje, un conocido foco del crimen organizado, luego de declararla "liberada" del Gobierno macedonio. Según algunas fuentes, los subversivos exigían que se extendiera la amnistía a todos los ex combatientes del UCK, independientemente de su historial violento, y que la administración de Naciones Unidas en Kosovo levantara las interdicciones que pesaban sobre algunos de sus líderes, obtenido lo cual, aseguraban, saldrían de la localidad y cruzarían la frontera.
Aunque tenían acordonado Kondovo, las fuerzas de seguridad macedonias, apoyadas por los efectivos policiales de la EUPOL, recibieron órdenes de no intervenir para evitar víctimas. Buckovski, como ministro de Defensa saliente, Kostov y Crvenkovski apostaron por la capacidad mediadora de Ali Ahmeti y Arben Xhaferi, líder del Partido Democrático de los Albaneses (DPA/PDSh), quienes, en efecto, demostraron tener ascendiente sobre los facciosos convenciéndoles de que debían rendirse. Con un ojo puesto en esta perturbación, Buckovski, en su discurso de investidura ante la Sobranie, afirmó que "resolver las tensiones interétnicas y apagar las luchas políticas consumen tanto tiempo y energías que no podemos concentrarnos en solventar los problemas reales de la gente".
(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente en 12/2004. El ejercicio de Vlado Buckovski como primer ministro de Madeconia del Norte concluyó el 27/8/2006. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue Nikola Gruevski). |