Vaira Vike-Freiberga

Huyendo en 1944 con su familia del Ejército soviético, que ocupaba Letonia en su avance hacia Alemania, se educó en una escuela administrada por refugiados letones en la ciudad alemana de Lübeck y más tarde en un colegio francés en la ciudad marroquí de Casablanca, bajo protectorado de la Francia de Vichy. Sus padres se desplazaron a Canadá y la familia se asentó definitivamente en el país tras el final de la guerra. Crecida y educada en un entorno bilingüe anglófono y francófono, cursó estudios de Psicología, disciplina en la que se licenció en 1960 por la Universidad de Toronto y se doctoró en 1965 por la Universidad McGill de Montreal. Antes de obtener su titulación obtuvo ingresos como traductora de español, idioma que habla junto con el alemán, además del letón, el inglés y el francés.

Nada más licenciarse y hasta 1961 trabajó en el hospital psiquiátrico de Toronto y tras recibir el título de doctora entró en la Universidad de Montreal como profesora de Psicología. En este centro desarrolló su carrera académica los 33 años siguientes e impartió las asignaturas de psicofarmalogía, psicolingüística y psicología experimental. Como otras elites bálticas que fijaron en Norteamérica su segunda patria, Vike-Freiberga se mantuvo vinculada a su país de origen, convertido en república socialista soviética, con el estudio de aspectos de la cultura popular letona, fundamentalmente el cancionero poético, y perteneciendo a organizaciones de exiliados nacionalistas. Como directora y presidenta de Divreizdivi, centro dedicado a la conservación de la herencia cultural letona, organizó diversas conferencias y seminarios en Canadá y otros países americanos. En total, Vike-Freiberga tiene publicados siete libros en lengua letona, francesa o inglesa sobre la poesía tradicional letona y ha participado en la confección de bases de datos recopilatorias de estas obras. Su marido desde 1960, el también letón naturalizado Imants Freibergs, colaboró estrechamente en estos proyectos en tanto que profesor de tecnologías de la información en la Universidad de Quebec.

Desde los años setenta Vike-Freiberga ensanchó el campo de sus participaciones y ostentó puestos de responsabilidad no universitarios, como vicepresidenta de la Royal Society de Canadá y presidenta de sus Academias de Ciencias y de Letras y Ciencias Humanas (1984-1989), presidenta de la Asociación Canadiense de Psicología, presidenta de la Federación de Ciencias Sociales de Canadá y presidenta de la Asociación de Estudios Bálticos Avanzados (Estados Unidos). A comienzos de los ochenta fue representante canadiense y presidenta del panel sobre el factor humano en el programa científico de la OTAN en Bruselas. Entre 1993 y 1995 desempeñó una beca de investigación concedida por la Fundación Killam. Desde la independencia de Letonia de la URSS en 1991 realizó diversos viajes al país.

En 1998, tras ser nombrada profesora emérita por su universidad y renunciar a la ciudadanía canadiense, regresó definitivamente a Letonia para hacerse cargo, el 19 de octubre, del Instituto Letón, centro de investigación privado recientemente inaugurado. Sin militancia política conocido, su nombre apareció entre los candidatos a presidente de la República de cara a la votación parlamentaria del 17 de junio de 1999. En el sistema parlamentario letón, el presidente de la República posee atribuciones limitadas, si bien la oficina, dependiendo de la personalidad de su titular, puede adquirir un rol político destacado. Además de las funciones representativas, diplomáticas e institucionales habituales, el presidente puede promover la disolución del Parlamento a través de un referéndum (que si lo pierde le convierte en sujeto de destitución), imponer el veto suspensivo sobre la legislación aprobada por el Saeima y presentar él mismo enmiendas como iniciativa legislativa.

Después de cinco votaciones fallidas, Vike-Freiberga venció inesperadamente al conseguir 53 de los 100 votos, superando a media docena de postulantes al cargo, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores y ex primer ministro Valdis Birkavs, y la ministra de Economía Ingrîda Ûdre. El 8 de julio tomó posesión con un mandato cuatrienal, convirtiéndose en la primera presidenta de un Estado de Europa oriental o de la antigua URSS. En su discurso inaugural, Vike-Freiberga apostó por el pronto ingreso de Letonia en la OTAN y la Unión Europea (UE) en tanto que nación plenamente democrática e independiente, por lo que seguiría la senda del presidente saliente, Guntis Ulmanis. Este apoliticismo e inequívoco posicionamiento en política exterior le asemeja a su homólogo lituano Valdas Adamkus, que también ha pasado la mayor parte de su vida en Occidente y que llegó a la presidencia (1998) con similar nivel de consenso político. En el caso letón, Birkavs no sólo aceptó su derrota sino que consideró a su rival como una buena elección, ya que su proyección exterior encajaba en un puesto sobre todo ceremonial y esencialmente representativo.

Días después de asumir tuvo la ocasión de practicar una de sus limitadas atribuciones vetando el borrador de la ley sobre el uso del letón, la única lengua oficial, en los diversos ámbitos profesionales e instando al Gobierno a que la redactara de nuevo conforme a los estándares homologados por las organizaciones europeas. La ley revisada, que recibió el visto bueno del alto comisionado para minorías nacionales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), fue aprobada por el Parlamento el 9 de diciembre. Justo dos días después, las políticas integradoras de Ulmanis y Vike-Freiberga dieron sus frutos con la aceptación por el Consejo Europeo de Helsinki de la demanda letona de adhesión a la UE, sobre la mesa desde octubre de 1995, que levantó sus objeciones políticas, de manera que el 15 de febrero de 2000 comenzaron las negociaciones formales.

Precisamente la elaboración de esta ley, considerada por Rusia insuficientemente protectora de los derechos políticos y civiles de la muy importante minoría rusófona, en torno al 30% la población, inauguró una serie de avisos de Vike-Freiberga -la cual, pese, a su habilidad políglota, no habla el ruso, si bien en su asunción prometió aprender dicho idioma- a la potencia heredera de la URSS. La presidenta ha declarado que Letonia decidirá sus políticas de defensa y seguridad a pesar de las objeciones de Moscú, que, ante una eventual entrada letona en la OTAN, "simplemente tendrá que aceptar la realidad". Otras iniciativas suyas, como la confección de un balance de víctimas letonas de la represión en el período soviético, han suscitado reacciones contrarias en medios políticos de Rusia, aunque la presidenta precisó que, dado que este país nunca reconocería el hecho de la ocupación soviética, la exigencia de compensaciones económicas por las pérdidas ocasionadas sólo dañaría las relaciones bilaterales.

Vaira Vike-Freiberga está en posesión del Premio a las Ciencias Sociales de la Asociación Mundial de Letones Libres (1989), el Premio Marcel-Vincent de la Asociación Canadiense Francesa para el Avance de las Ciencias (1992), la Medalla Pierre Chauveau de la Royal Society de Canadá (1995), la Orden letona de las Tras Estrellas (1995) y la Gran Medalla de la Academia Letona de Ciencias (1997), entre otras distinciones. En 1991 la Universidad Queen’s de Kingston, Ontario, le nombró doctora de honor en leyes, en 1999 fue elegida miembro pleno de la Academia Letona de Ciencias y miembro del Consejo de Mujeres Líderes del Mundo -dependiente de la Universidad de Harvard-, y en 2000 recibió sendas licenciaturas honorífica por la Universidad Victoria de Toronto y la Universidad de Letonia.

(Nota de edición: esta biografía fue publicada originalmente en 3/2001. Vaira Vike-Freiberga obtuvo un nuevo mandato como presidenta de la República de Letonia en la elección indirecta del 20/6/2003. Ese segundo ejercicio presidencial de cuatro años concluyó el 8/7/2007, fecha en que la jefatura del Estado letón pasó a Valdis Zatlers).