Vahagn Jachaturyan

En marzo de 2022 la Asamblea Nacional de Armenia eligió presidente de la República a Vahagn Jachaturyan, político sin filiación que fue nominado por el partido del primer ministro, Nikol Pashinyan, y cuya investidura fue boicoteada por las fuerzas de la oposición. El quinto presidente de la Armenia independiente sucede a Armen Sargsyan, dimitido en enero, y asume sus funciones, simbólicas sobre el papel y más en la práctica, en un contexto regional azaroso y revuelto.

Así, por un lado, siguen en alto las espadas con Azerbaiyán, estrepitosa ganadora de la guerra que en 2020 supuso la pérdida por los armenios de los territorios azeríes en manos de la autoproclamada República de Artsaj (Nagorno-Karabaj) desde el anterior conflicto armado, el de 1994. A las tensiones militares con el país vecino, íntimo aliado de Turquía –enemigo histórico de Armenia con el que Jachaturyan ve factible el establecimiento de relaciones diplomáticas–, se les suma la brutal invasión rusa de Ucrania, que deja en una situación embarazosa a los países pequeños y vulnerables que, como Armenia, mantienen relaciones de dependencia clientelar con Moscú. Esta gran crisis bélica es afrontada por las autoridades de Yereván con la máxima cautela, puesto que, al tiempo que cultivan unas buenas relaciones con las potencias occidentales, consideran indispensable para los intereses nacionales la asociación/alianza estratégica con Rusia en los ámbitos euroasiáticos de la seguridad colectiva y la integración económica y comercial. Sin sorpresas, el 2 de marzo Armenia fue uno de los 34 estados miembros de la Asamblea General de la ONU que se abstuvieron en la votación de la resolución de condena de la agresión rusa a Ucrania.


(Texto actualizado hasta 6 abril 2022)

El bajo perfil político de Jachaturyan y su personalidad no controversial invitan a augurar una jefatura del Estado armenio para los próximos cinco años de carácter puramente protocolario, modulada a la dirección política del Gobierno Pashinyan y en los cauces precisos del sistema parlamentario vigente. Los límites que la Constitución impone a la influencia del presidente en la vida nacional, límites que en teoría deberían franquearse en tiempos de guerra, fueron precisamente el motivo aducido por Armen Sargsyan, elegido en 2018, para anunciar su dimisión a principios de 2022.

La carta magna promulgada en 1995 y enmendada vía referéndum en 2015 –reforma que puso fin al sistema semipresidencialista de Gobierno– retiene para el presidente la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas y la prerrogativa de nombrar o cesar a los altos mandos castrenses. Sin embargo, cuando el enfrentamiento bélico del otoño de 2020 contra Azerbaiyán, Pashinyan se empeñó en concentrar en sus manos toda la autoridad política y militar, asumiendo una responsabilidad absoluta que, una vez producida la derrota en el campo de batalla, estuvo a punto de costarle el poder. Luego, en marzo de 2021, la decisión del primer ministro de destituir al jefe del Estado Mayor del Ejército, general Onik Gasparyan, bajo la acusación de orquestar un golpe en Estado al socaire de la fuerte protesta política y social generada por la claudicación ante Azerbaiyán, fue rechazada por un impotente Sargsyan.

De 62 años, casado y con dos hijos, Jachaturyan es un economista formado en el Instituto de Economía Nacional de Yereván, hoy Universidad Estatal de Economía de Armenia (ASUE). En la última década de la etapa soviética desempeñó tareas directivas en empresas industriales. En 1990 empezó a servir en el Consejo Municipal de Yereván y entre 1992 y 1996 fungió de alcalde de la capital del país. Tras dejar el Ayuntamiento se integró en las instituciones republicanas como diputado de la Asamblea Nacional y asesor del presidente desde la independencia en 1991, Levon Ter-Petrosyan, en el cargo hasta 1998. Su labor de legislador concluyó en 1999.

Durante años, Jachaturyan fue miembro del partido nacionalista y liberal de Petrosyan, el Movimiento Nacional Pan-Armenio (HHSh), y luego del sucesor de este en 2013, el Congreso Nacional Armenio (HAK), que tuvo el estatus de fuerza parlamentaria entre 2012 y 2017. Jachaturyan asegura que fue precisamente en 2017 cuando se dio de baja en el HAK y adquirió la condición de independiente. En 2002 el economista fue nombrado vicepresidente del Centro de Ciencias Políticas, Derecho e Investigación Económica, y en 2019 entró en la directiva del Armeconombank. El 4 de agosto de 2021 Pashinyan reclutó a Jachaturyan para su Gabinete como ministro de Industria de Alta Tecnología, cometido que cerró un paréntesis de 22 años en la titularidad de puestos políticos estatales.

El 23 de enero de 2022 Jachaturyan seguía siendo miembro del Gobierno cuando Sargsyan comunicó su renuncia, faltándole más de un año para terminar el mandato quinquenal, por las razones ya comentadas. La dimisión presidencial fue efectiva el 1 de febrero con la asunción de la jefatura del Estado en funciones por el presidente de la Asamblea Nacional, Alen Simonyan. Correspondía ahora a la Asamblea, de 107 miembros, elegir al nuevo presidente de la República. Entonces, la agrupación centrista de Pashinyan, Contrato Civil (KP), con una mayoría absoluta de 61 diputados (a los que podían sumarse una decena de independientes progubernamentales) desde los comicios de junio de 2021, presentó la candidatura del ministro de Industria de Alta Tecnología, quien oficialmente era un independiente, no adscrito a ningún partido, tal como estipulaba la Constitución.

La oposición en bloque, las coaliciones Alianza Armenia, liderada por el ex presidente (1998-2008) Robert Kocharyan, y Tengo el Honor, coliderada por el también ex presidente (2008-2018) Serzh Sargsyan, anunció su boicot a la elección.

El 2 de marzo Jachaturyan, aspirante único, recibió 69 votos, pero no salió elegido porque necesitaba 81. Al día siguiente, tuvo lugar una segunda ronda en la que bastaban 64 votos para ser electo. Jachaturyan recibió siete votos más, 71. En su discurso de toma de posesión con mandato no renovable hasta 2027, el 13 de marzo, Jachaturyan invocó su condición de alta figura suprapartidista para instar a todos los bloques parlamentarios a "trabajar juntos para construir nuestra nueva Armenia". La apelación no fue escuchada in situ por ningún representante de la oposición, que mantenía su boicot al cambio de presidente.

A lo largo de la alocución, el flamante mandatario no mencionó la guerra de Ucrania y tampoco hizo alusiones explícitas a Azerbaiyán, si bien sus mensajes evocaron ambos países: "Hoy asumo el cargo (…) en un momento crucial para el futuro de Armenia, cuando nos encontramos en un período difícil de desafíos regionales e internacionales. Estamos presenciando desarrollos geopolíticos que cambian rápidamente, como resultado de los cuales los sistemas de seguridad mundiales están cambiando. Hoy, más que nunca, necesitamos sabiduría, confianza, estabilidad y unidad (…) En estos tiempos de transformaciones geopolíticas, esta posguerra con las incertidumbres del coronavirus, de persistentes dificultades económicas y sociales, de profundas heridas de guerra sin sanar, cuando puede haber nuevos enfrentamientos y conflictos, y cuando nuestros compatriotas en Artsaj se ven privados de la garantía de vivir en su tierra, todos nosotros y nuestro Estado, la República de Armenia, necesitamos más que nunca paciencia, unidad, esperanza, fe y amor por nuestra patria" dijo Jachaturyan en su discurso inaugural.

(Cobertura informativa hasta 6/4/2022)