Stipe Mesic
Presidente de la República (2000-2010) y primer ministro (1990)
Hijo de funcionario, su infancia coincidió con la Segunda Guerra Mundial y el establecimiento por Tito de la República Popular Federativa de Yugoslavia. En los años cincuenta inició su actividad política en el terreno sindical y como miembro de la Alianza de Estudiantes de la Universidad de Zagreb, por la que se licenció en Derecho en 1961. Durante unos años desempeñó labores de dirección empresarial. En 1966, como miembro de la Liga de los Comunistas Croatas (SKH, la rama local del partido comunista gobernante, la Liga de los Comunistas Yugoslavos, SKJ), fue elegido miembro de la Asamblea Popular de la República Socialista de Croacia y dos después regresó a su Orahovica natal, en la región de Eslavonia, para convertirse en presidente del distrito, o responsable municipal.
En 1971 tomó parte en la denominada Primavera Croata, un movimiento contestatario, animado por los estudiantes y tolerado de buena gana por los comunistas locales, en favor de reformas liberalizadoras y de un mejor reconocimiento de la identidad croata en el seno de la Federación, por lo que fue desposeído de su cargo y detenido. Tito, en un discurso, acusó directamente a Mesic de introducir medidas capitalistas en su distrito y de intentar privatizar una fábrica local.
Tras la supresión de la disidencia y la depuración masiva de miembros de la SKH (entre ellos, la primera ministra del Gobierno republicano y primera secretaria de la SKH, Savka Dabcevic-Kucar, y el representante croata en la SKJ, Mika Tripalo), Mesic fue acusado de pertenecer a un Comité por Eslavonia de carácter contrarrevolucionario, por lo que recibió una condena de dos años y dos meses de cárcel. El 1975 el Tribunal Supremo redujo la sentencia a un año, la cual sirvió en la prisión de Stara Gradiska junto con Vlado Gotovac, Petar Sala, Marko Veselica y Drazen Budisa, otros críticos que, como él y los arriba citados, jugarían un papel descollante en la Croacia poscomunista.
Durante una década y media, Mesic se mantuvo inactivo políticamente y, por unos años, también profesionalmente. Luego de ver rechazadas varias solicitudes de empleo por su expediente carcelario, hacia 1979 fue contratado como abogado por una firma de arquitectos de Zagreb, y al cabo de unos años se convirtió en administrador general de la sociedad. A comienzos de 1990 Mesic reapareció en la alta política como uno de los dirigentes de la Unión Democrática Croata (HDZ) y estrecho colaborador del líder de esta formación, Franjo Tudjman, un antiguo general e investigador de la historia croata que fue purgado del partido en los años setenta por sus posturas políticas revisionistas. La HDZ, con un programa democrático e intensamente nacionalista, y un ideario tradicionalista y conservador, ganó la adhesión masiva de la sociedad croata por proponer una reestructuración de la Federación Yugoslava en un sentido más ventajoso, política y económicamente, para la república, pero también por plantear la recuperación de la memoria histórica croata.
Cuando a comienzos de 1990 la SKJ comenzó a desintegrarse por la aparición de partidos y movimientos particularistas en todas las repúblicas, Croacia, junto con Eslovenia, se puso a la cabeza de las reformas democráticas, con el sentimiento nacionalista creciendo día a día. El 30 de mayo de 1990, luego de celebrarse, el 22 de abril y el 6 de mayo, las primeras elecciones libres que dieron la mayoría parlamentaria a la HDZ, Mesic fue elegido primer ministro por el Parlamento tricameral a la vez que Tudjman era investido presidente de la Presidencia colectiva (en diciembre, con la entrada en vigor de la nueva Constitución, el ex militar adquirió la condición de presidente de la República), y al día siguiente formó un gobierno monocolor con la HDZ.
Aunque la deriva soberanista de Croacia era inequívoca, las autoridades de Zagreb siguieron participando en las instituciones federales, fundamentalmente el Gobierno y la Presidencia colectiva. El 24 de agosto de 1990 Mesic fue designado representante de Croacia en este órgano federal con sede en Belgrado, lo que supuso su cese como primer ministro en Zagreb. Poco antes había intentado parlamentar con los serbios de Knin, que habían levantado barricadas en las carreteras para impedir que la policía croata detuviese la celebración de un referéndum sobre la autonomía de la llamada región de la Krajina, de mayoría serbia.
En las negociaciones interrepublicanas de la primavera de 1991, que aparecieron como la última oportunidad para salvar la Federación y evitar su desintegración traumática -y posiblemente sangrienta, como a la postre fue-, la parte croata, al igual que la eslovena, acusó al bloque serbo-montenegrino de intransigencia y de esconder tras su negativa a una revisión del sistema federal sus propios proyectos nacionales; para el presidente serbio, Slobodan Milosevic, los liquidadores de Yugoslavia eran exclusivamente aquellas dos repúblicas. Mesic empezó a acusar a Milosevic de bloquear cualquier posibilidad de arreglo y de precipitar la confrontación violenta con una sucesión de actos unilaterales. Así, cuando el 15 de mayo expiró el mandato anual del esloveno Janez Drnovsek al frente de la Presidencia colectiva, el representante serbio, Borisav Jovic, se negó a que Mesic le sucediera, tal como estaba previsto en el sistema rotatorio, para impedir que un croata nacionalista tomara la jefatura del Estado y, por ende, el control formal del Ejército Federal.
Los acontecimientos tomaron un camino de no retorno el 25 de junio cuando los parlamentos esloveno y croata proclamaron la independencia de las repúblicas y el Ejército Federal se enfrentó con la Defensa Territorial Eslovena. La mediación de la Comunidad Europea (CE) restableció el alto el fuego en Eslovenia y, de paso, consiguió que el bloque serbo-montenegrino levantara el veto a Mesic, quien el 30 de junio pudo entrar en funciones.
El 27 de julio el Ejército Federal inició la invasión de Croacia con el propósito oficial de restaurar la autoridad federal en la república secesionista, pero Mesic declaró que él no había dado esa orden y denunció al Gobierno serbio y a los mandos militares como actores por su cuenta. Durante su asistencia a la Conferencia de Paz convocada por la CE en La Haya, amenazó a la cúpula castrense con formarle un consejo de guerra si no ordenaba a las tropas el inmediato retorno a los cuarteles; cuando al día siguiente el Ejército reanudó los ataques, Mesic calificó el desafío de "golpe de Estado". En las semanas siguientes Mesic, cuya autoridad era virtualmente nula, multiplicó sus recriminaciones al poder serbio, trató de que la Presidencia declarara agresora a Serbia e incluso invitó a los soldados (el Ejército, al menos en la tropa, todavía presentaba un componente plurinacional) a que desertaran, siendo acusado por el Gobierno serbio de "usurpar el poder" y de ponerse del lado de la "rebelión armada" croata.
El 13 de septiembre Croacia abandonó el Gobierno Federal y el 3 de octubre Mesic fue apartado de su puesto por el bloque serbo-montenegrino, en un golpe de fuerza por el que se concedía el poder de decidir en nombre de Yugoslavia en ausencia de las otras cuatro repúblicas (el serbio Branko Kostic asumió la Presidencia con carácter provisional). Cuatro días después, la aviación atacó el palacio presidencial de Zagreb cuando en su interior se reunían Mesic, Tudjman y el primer ministro federal, Ante Markovic: los tres salvaron la vida gracias a que, minutos antes de ser destrozada por un misil la habitación donde estaban reunidos, bajaron a refugiarse a los subterráneos del edificio. Todavía hasta el 5 de diciembre Croacia no retiró a Mesic de la Presidencia Federal, que en la práctica dejó de existir. De esta manera, el antiguo represaliado por el régimen comunista fue, irónicamente, el último presidente legal de la República Federativa Socialista de Yugoslavia, además de (dato poco conocido), presidente nominal de turno del Movimiento de Países No Alineados, ya que el país ostentaba la presidencia en el trienio 1989-1992.
En los años siguientes, que conocieron la derrota de Croacia en la guerra y su arranque como Estado internacionalmente reconocido, Mesic continuó en el círculo de colaboradores de Tudjman y encabezó el Comité Ejecutivo de la HDZ. Celebradas el 2 de agosto de 1992 nuevas elecciones generales, que confirmaron la hegemonía de Tudjman y la HDZ, el 7 de septiembre Mesic fue elegido presidente de la Cámara de Representantes del Sabor, lo que en su momento se vio como un premio por su exitosa conducción de la campaña electoral de Tudjman.
No obstante, una irregularidad financiera protagonizado por su hija, Dunja (funcionaria en el Ministerio de Asuntos Exteriores, había adquirido acciones de una compañía de cementos en vías de privatización con dinero prestado por los propietarios, sin el conocimiento de su padre), que fue ampliamente difundida por la prensa adicta al régimen, inició su distanciamiento de la HDZ. En añadidura, la línea moderada del jefe del legislativo no gozaba de las simpatías del núcleo duro, derechista y proclive a la retórica ultranacionalista, del partido de Tudjman.
En la primavera de 1994 Mesic se puso del lado de su colega en la cámara alta del Sabor, Josip Manolic, cuando fue destituido al exigir la dimisión de Gojko Susak, Vladimir Seks, Petar Sala y los demás dirigentes de la línea dura por alentar a los croatas de Bosnia a combatir al Gobierno de Sarajevo y a declarar su propia república, tal como habían hecho los serbios. El 20 de abril Mesic y Manolic se separaron de la HDZ y, junto con otros miembros del ala liberal, fundaron el partido Demócratas Independientes Croatas (HND). Acto seguido lanzaron una ofensiva frontal contra Tudjman, acusándole de autoritario, de gobernar con "métodos bolcheviques" y de promover una guerra innecesaria en Bosnia entre musulmanes y croatas, aliados potenciales contra los serbios. El 30 de abril Mesic fue elegido presidente del partido en su congreso fundacional. La represalia de la HDZ no podía tardar en llegar, y el 25 de mayo Mesic fue destituido como presidente de la Cámara de Representantes.
Para Mesic se abrió la segunda travesía en el desierto de su vida política. Las intimidaciones de los servicios de seguridad, al servicio de la HDZ, disuadieron a muchos descontentos que al principio pudieron unirse al proyecto de Mesic, con lo que el HND no pasó de la condición de grupúsculo: en las legislativas del 29 de octubre de 1995 sólo arañó el 3% de los votos y un único escaño, mientras que la HDZ consolidó su hegemonía. La imagen de renegado del ex presidente yugoslavo, que en septiembre de 1995 fue aparatosamente expulsado por la policía de su apartamento oficial en Zagreb, tampoco facilitó su inclusión en las alianzas electorales de la oposición que empezaban a fraguarse. A mayor abundamiento, la crisis estalló en el seno del HND y el 9 de octubre de 1996 Mesic suspendió a Manolic como número dos del partido por auspiciar el acercamiento a la HDZ y la normalización de relaciones entre Croacia y la nueva Yugoslavia, esto es, Serbia y Montenegro.
Verdadero apestado del régimen, en 1997 la prensa oficial le acusó de suministrar al Tribunal Penal Internacional de La Haya, que investigaba y juzgaba los crímenes de guerra cometidos en la ex Yugoslavia, información comprometedora para el liderazgo croata, lo que, en su opinión, constituía una traición al presidente Tudjman y a la nación entera. En sus testimonios en La Haya (que, pese a su confidencialidad, trascendieron a la prensa croata), Mesic informó con lujo de detalles sobre los niveles de responsabilidad de los dirigentes de la HDZ. Según él, Tudjman habría planeado en varios encuentros secretos con Milosevic el reparto territorial de Bosnia, mientras que Susak, ministro de Defensa, habría supervisado la creación de campos de concentración para musulmanes y la cooperación militar con los serbios. Más aún, publicó el libro Cómo cayo Yugoslavia, en el que contaba su versión de los hechos del período 1990-1991 y que divulgó por todo el país en conferencias extremadamente críticas con el régimen de la HDZ.
Aunque estas revelaciones les parecían totalmente dignas de crédito, algunos sectores de la oposición recordaron a Mesic que él no levantó la voz cuando tuvo acceso a los planes de una Gran Croacia mientras fue un hombre de confianza de Tudjman entre 1990 y 1992. También en 1997 Mesic fusionó el HND, al borde de la desaparición tras una serie de escisiones, con el Partido Popular Croata (HNS), una pequeña fuerza centrista, aunque con mayor implantación, que había fundado en 1990 Savka Dabcevic-Kucar. Mesic se convirtió en vicepresidente del partido, supeditado a Radimir Cacic.
El declive de la popularidad de la HDZ y de la salud de Tudjman -que falleció el 10 de diciembre- a lo largo de 1999, aceleraron la unidad de los diversos partidos de la oposición de cara a las próximas elecciones. Mesic articuló en torno a su candidatura para las presidenciales una alianza de cinco partidos centristas o moderadamente conservadores: además del HNS, el Partido Liberal (LS) de Vlado Gotovac, el Partido Campesino Croata (HSS) de Zlatko Tomcic, la Asamblea Democrática de Istria (IDS) de Ivan Jakovcic y la Acción Socialdemócrata Croata (ASH).
Esta alianza se hizo con el 14,7% del voto y 25 escaños (dos los aportó el HNS) en las legislativas del 3 de enero de 2000, y aunque había un pacto previo para formar un gobierno de coalición con la otra alianza opositora, la formada por el Partido Socialdemócrata de Croacia (SDP) de Ivica Racan y el Partido Social Liberal Croata (HSLS) de Drazen Budisa, ambos grupos no se pusieron de acuerdo sobre un candidato presidencial unitario, de manera que a las elecciones del 24 de enero concurrieron Mesic y Budisa por separado. En esta dispersión del voto opositor tuvo mucho que ver la animosidad personal entre ambos líderes, que se remontaba desde la independencia en 1992. Contradiciendo las encuestas, en la primera vuelta Mesic adelantó a Budisa con el 41,1% de los votos (Mate Granic, el candidato oficialista -aunque partidario de superar el legado de Tudjman-, cosechó sólo el 22%) y en la segunda y definitiva del 7 de febrero le batió con el 56,2%.
Los analistas apuntaron como razones del sorprendente triunfo de Mesic su estilo campechano, bien contrastado con la seriedad de Budisa, y austero, puesto que dejó claro que, de ganar, seguiría viviendo en su modesto apartamento en Zagreb, su indudable carisma y la cierta aureola de víctima que había ganado en los últimos años. Incluso días antes de las elecciones, medios de comunicación favorables a Budisa cuestionaron la licitud de los fondos de su campaña y aseguraron que había trabajado para la policía secreta del régimen comunista. Entre tanto, Racan había formado un Gobierno de coalición con los seis partidos, cuyas agendas coincidían en lo esencial: superación del aislamiento internacional, solicitud de adhesión a la OTAN y a la Unión Europea, reformas económicas de mercado, democratización de los medios de comunicación y despolitización de los servicios de seguridad.
Mesic tomó posesión de la Presidencia el 18 de febrero con un mandato quinquenal, en una ceremonia a la que asistieron 12 jefes de Estado y de Gobierno europeos y delegaciones de alto nivel de otros países. Ello contrastó poderosamente con la mínima presencia internacional en los funerales de Tudjman, cuando sólo asistió un mandatario, el presidente turco Süleyman Demirel. A pesar de que la Constitución croata no impide jefe del Estado desempeñar actividades políticas, Mesic cesó de militancia en el HNS.
El nuevo mandatario croata alzó la voz más que otros líderes de la alianza gubernamental a la hora de esgrimir el despido o el procesamiento judicial de todos los colaboradores del antiguo régimen (políticos, funcionarios, policías, militares o periodistas) que habían mostrado una conducta corrupta o criminal. Apeló también a la cooperación total con el Tribunal de La Haya, al que se entregarían los acusados croatas por crímenes de guerra a fin de "individualizar la culpa" y de superar la "incriminación colectiva" de etnias por lo sucedido en las guerras de Croacia y Bosnia. Además, informó a la HDZ de Herzegovina el final del apadrinamiento y la financiación por Zagreb de sus veleidades secesionistas, con lo que les instaba a que acatasen a los gobiernos de la República serbo-croato-musulmana y la Federación croato-musulmán de Bosnia-Herzegovina. También se declaró favorable al retorno de los miles de refugiados serbios que huyeron de la autoproclamada República Serbia de la Krajina cuando su fulminante reconquista por el Ejército croata en 1995.
A pesar de sus amplias coincidencias programáticas y de compartir por igual las felicitaciones y elogios de la comunidad internacional por las primeras medidas adoptadas, en los meses siguientes se airearon fuertes discrepancias entre Mesic y Racan a propósito de la proyectada reducción de los poderes presidenciales en beneficio del Gobierno, idea que partía con un amplio consenso. Mesic acusó a Racan de pretender un recorte tal que le dejaría con atribuciones meramente simbólicas, sin capacidad política en los asuntos internacionales, aunque el verdadero caballo de batalla era la jurisdicción sobre los servicios secretos. Estas disonancias, más la posición menos entusiasta de Racan sobre la colaboración con el Tribunal de La Haya, vaticinaban futuros contratiempos en la coalición gobernante, aunque el 9 de noviembre el Sabor aprobó un documento de compromiso que, al menos en lo legal, removió las objeciones. Con esta reforma, Croacia abandonó el sistema de Gobierno semipresidencialista y se convirtió en una democracia parlamentaria.
Mesic realizó el 23 de marzo de 2000 una histórica visita a Sarajevo, el 24 de junio recibió al presidente montenegrino, Milo Djukanovic, cerca de Dubrovnik y el 11 de julio se reunió en esta ciudad adriática con el checo Václav Havel, el esloveno Milan Kucan y el propio Djukanovic para analizar la situación en Serbia y los riesgos de inestabilidad en la región. En este punto, el dirigente croata advirtió contra un desenlace violento del bloqueo poselectoral en Yugoslavia, y cuando Milosevic reconoció su derrota y el candidato opositor Vojislav Kostunica accedió a la presidencia del país, optó por un cauteloso llamamiento a las nuevas autoridades de Belgrado para que rompieran con las "políticas expansionistas y de la Gran Serbia" de Milosevic.
El 17 y el 18 de julio fue recibido en Bruselas por los responsables de la OTAN y la Unión Europea, quienes le comunicaron la inclusión de Croacia en sus respectivos programas de asociación, y el 7 de agosto se desplazó junto con Racan a Estados Unidos en visita oficial. El 24 de noviembre el presidente croata atrajo la atención internacional con motivo de la primera cumbre entre los 15 líderes comunitarios y los de Eslovenia y cinco países balcánicos occidentales, incluido Kostunica, celebrada en Zagreb. El 28 de enero de 2001 Mesic se entrevistó con el nuevo presidente yugoslavo en la ciudad suiza de Davos para tratar el relanzamiento de las relaciones bilaterales.
(Cobertura informativa hasta 20/3/2001)