Sophie Wilmès

Por primera vez en sus 189 años de historia, Bélgica confirió en octubre de 2019 la jefatura del Gobierno a una mujer, Sophie Wilmès. La nueva primera ministra sucede a Charles Michel, quien tras un lustro en el cargo abandona las instituciones belgas para presidir, a partir del 1 de diciembre, el Consejo Europeo. Gestora financiera de corto recorrido en la política federal de su país, Wilmès ha servido desde 2015 como ministra del Presupuesto y de la Función Pública en los dos gobiernos Michel, de cuyo partido liberal francófono, el Movimiento Reformador (MR), es asimismo miembro. Su mandato en funciones es solo temporal, mientras duren las negociaciones, habitualmente muy prolijas en Bélgica por la necesidad de armonizar una serie de complicados equilibrios constitucionales y políticos, para alinear un Gabinete de amplia coalición que disponga de mayoría en el Parlamento salido de las elecciones del 26 mayo.

Las mismas castigaron fuertemente a los tres partidos de centro-derecha (además del MR, su equivalente neerlandófono, el Open VLD, y los democristianos flamencos, CD&V) que integran el Ejecutivo saliente, en situación de minoría aguda. Toda vez que las discusiones entre las tres formaciones citadas, los dos partidos socialistas y la Nueva Alianza Flamenca (N-VA, el nacionalismo flamenco moderado, primera fuerza de la Cámara) acaban de naufragar justamente ahora, Wilmès podría tener por delante un ejercicio provisional de varios meses de duración. Desde el colapso en diciembre de 2018 del primer Gabinete Michel por la marcha de la N-VA a la oposición, el Gobierno Federal tiene sus capacidades limitadas por ley, y desde los comicios de mayo solo cuenta con el respaldo oficial de 38 diputados sobre 150.


(Texto actualizado hasta noviembre 2019)

La francófona Sophie Wilmès adquirió en 1997 un primer perfil académico en el campo de la publicidad y el marketing en virtud de una titulación impartida por el Institut des Hautes Etudes de Communications Sociales (IHECS) de Bruselas. Posteriormente se especializó en gestión financiera en otro centro de formación superior de la capital belga, la Haute Ecole ICHEC-ISC Saint-Louis-ISFSC (hoy llamada Haute École ICHEC-ECAM-ISFSC), escuela comercial por la que se licenció en 2002. En paralelo a estos estudios, realizó una beca laboral en la Comisión Europea, donde trabajó en el control financiero de dosieres de asistencia técnica y proyectos relacionados con la ampliación de la UE y la cooperación al desarrollo en países de Asia.

Aunque su experiencia en la política federal no empezaría hasta mucho más tarde, desde la infancia Sophie Wilmès tenía contacto con ese mundo a través de su familia, ya que el padre, el profesor de Economía Philippe Wilmès, era asistente institucional de Jean Gol, uno de los más destacados políticos del liberalismo belga en las últimas décadas del siglo XX, mientras que la madre, de religión judía, pertenecía a los escalafones funcionariales del Gobierno. Los Wilmès militaban en el Partido Reformador Liberal (PRL), fuerza francófona liderada por Gol y activa en la Región Valona y en la bilingüe Bruselas, que en 2002 pasó a llamarse Movimiento Reformador (MR).

En 2000 Wilmès ganó con el PRL un mandato de consejera comunal en el ayuntamiento bruselense de Uccle, pero en 2005 se separó temporalmente de la política municipal para ejercer en el sector privado. Durante dos años fue asesora económica y financiera de un bufete de abogados, hasta que en enero de 2007 retomó las funciones de concejala en Sint-Genesius-Rode/Rhode-Saint-Genèse, una comuna de la Región y la Comunidad Flamencas; administrativamente, el ayuntamiento de Rhode-Saint-Genèse pertenecía a un territorio neerlandófono, si bien al lindar con la Región de Bruselas-Capital y situarse en la parte sur de la provincia del Bravante Flamenco muchos de sus residentes tenían el francés por lengua vernácula. Desde 2013 Wilmès simultaneó su mandato municipal con otro de consejera provincial en el Bravante Flamenco. Aquel mismo año, además, empezó a dirigir la sección del MR en la Periferia de Bruselas.

Las elecciones parlamentarias del 25 de mayo de 2014 marcaron el debut de la futura primera ministra en la enrevesada política federal de Bélgica. Incluida como primera suplente en las listas del MR a la Cámara de Representantes, la baja de su colega Didier Reynders, anterior líder del partido y electo por Bruselas-Capital, a fin de seguir siendo viceprimer ministro y ministro de Exteriores del Gobierno Federal, sentó a Wilmès en el escaño a partir de octubre.

Fue entonces cuando se constituyó el nuevo Gobierno de coalición de centro-derecha bajo la dirección de Charles Michel, desde 2011 presidente del MR y en adelante piloto de un Gabinete de mayoría integrado por cuatro partidos: además del francófono MR, que solo era la tercera fuerza parlamentaria y la quinta más votada, las tres principales formaciones del campo neerlandófono, cuales eran la nacionalista Nueva Alianza Flamenca (N-VA) de Bart De Wever, los Cristiano-Democratas y Flamencos (CD&V) de Wouter Beke y los liberaldemócratas (Open VLD) de Gwendolyn Rutten. Dato añadido, Michel se trataba del primer jefe de Gobierno del MR y sus tres predecesores orgánicos entre 1972 y 2002, el PLP, el PRLW y el PRL, si bien los liberales francófonos, considerados un elemento moderador de la política belga, venían siendo socios de todos los gabinetes de coalición habidos desde 1999.

La diputada Wilmès se inscribió en la Comisión parlamentaria de Finanzas y Presupuesto. Transcurrido menos de un año, el 22 de septiembre de 2015, Michel recurrió a ella para cubrir la baja en el Gabinete de Hervé Jamar, ministro del MR al frente del Presupuesto, que dejaba el Ejecutivo federal para fungir de gobernador provincial de Lieja. En los tres años siguientes, la ministra desarrolló la compleja tarea de elaborar unos presupuestos federales acomodados a los objetivos de reducción de déficit del Gobierno Michel; este había encontrado en 2014 más de un 3% de desequilibrio en las cuentas y en 2017 iba a conseguir reducir el déficit a solo el 0,7% del PIB.

El 9 de diciembre de 2018 Wilmès añadió a su cartera presupuestaria la de Función Pública y Política Científica de resultas de la marcha a la oposición de la N-VA, abandono que obligó a Michel a recomponer un Gabinete de franca minoría. Sin embargo, nueve días después de romperse la llamada coalición kamikaze, que de hecho había durado más de lo vaticinado por la mayoría de los comentaristas en 2014, Michel presentó la dimisión para permitir la convocatoria de elecciones federales. Los comicios del 26 de mayo de 2019, ganados por el nacionalismo flamenco en sus versiones moderadas (N-VA) y radical (Vlaams Belang), depararon unos resultados desastrosos para el tripartito MR-CD&V-Open VLD, que perdió 14 escaños en conjunto y vio encogerse su minoría parlamentaria hasta los 38 diputados.

Comenzó entonces el proceso, casi siempre extremadamente prolijo y farragoso en Bélgica por las particularidades de su legislación federal y su sistema de partidos, de formar el nuevo Gobierno de coalición, el cual debía salvaguardar la obligación constitucional de la paridad lingüística, con igual número de ministros francófonos y neerlandófonos, aunque este era solo el más importante de los equilibrios a cumplir. Por de pronto, una cosa estaba más o menos clara: Charles Michel, cuyo partido era ahora el cuarto en escaños, no renovaría como primer ministro, pero hasta que pasara el testigo a su sucesor, lo que considerando los precedentes podría tardar bastantes meses, él seguiría gobernando en funciones, al igual que sus ministros.

Hecho no sorprendente, las conversaciones preliminares de los partidos, a las que Wilmès se sumó a la diestra de Michel, adoptaron un ritmo tan parsimonioso que transcurrido un mes desde las elecciones seguía sin saberse nada sobre las características que podría tener el próximo Gabinete. Así las cosas, el 2 de julio de 2019 llegó la noticia de que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, reunidos en Bruselas, habían elegido a su colega de Bélgica para presidir el Consejo Europeo a partir del 1 de diciembre, fecha en que Michel tomaría el relevo al polaco Donald Tusk.

El verano transcurrió sin ninguna novedad significativa y hasta el 8 de octubre no se anunció que el rey Felipe, siguiendo con los usos de la tradición local, nombraba dos pré-formateurs, Geert Bourgeois, de la N-VA, y Rudy Demotte, del Partido Socialista (PS, francófono), con la misión de preparar el camino para el arranque de unas negociaciones formales a seis bandas. Bourgeois y Demotte intentarían sustanciar la labor exploratoria de los informateurs Didier Reynders por el MR y Johan Vande Lanotte por el Partido Socialista (Sp.A, flamenco). Se trataba de examinar las bases para la posible alineación de un Gabinete integrado por la N-VA, el PS, el MR, los CD&V, los Open VLD y el Sp.A, cuya suma daba una mayoría absoluta de 92 diputados.

Se esperaba que el dúo Bourgeois-Demotte entregara al monarca un informe resolutivo a principios de noviembre. Antes, el 26 de octubre, un comité ministerial se decantó por Wilmès para suceder de inmediato a Michel al frente del Gobierno tripartito. En otras circunstancias, el sucesor de Michel sería seguramente el muy experimentado Reynders, pero el viceprimer ministro y ministro de Exteriores y de Defensa en funciones también iba a partir en breve a la UE, pues era el designado de Bélgica para sentarse en la nueva Comisión Europea de Ursula von der Leyen, donde Reynders llevaría la cartera de Justicia.

En la jornada siguiente, 27 de octubre, el rey hizo el nombramiento oficial y Wilmès asumió la oficina del primer ministro, el primero no varón en la historia del país, con carácter provisional. Wilmès no hizo ningún cambio en la asignación de carteras, salvo nombrar a su conmilitón David Clarinval para suplirla a ella misma en los ministerios del Presupuesto y la Función Pública. El 4 de noviembre los pré-formateurs comunicaron al jefe del Estado el fracaso de su tarea de exploración debido a la falta de entendimiento entre la N-VA de Bart De Wever y el PS de Elio Di Rupo, es decir, los partidos más votados de los campos flamenco y francófono. Eso daba a entender que los partidos tendrían que buscar otra fórmula de coalición mayoritaria, prolongando la fase negociadora de tanteo y por ende el mandato del Gobierno Wilmès.

Sophie Wilmès está casada con el australiano Christopher Stone y es madre de cuatro hermanos.

(Cobertura informativa hasta 5/11/2019)