Siim Kallas

Siim Kallas se licenció cum laude en Economía Financiera por la Universidad de Tartu en 1972 y hasta 1975 cursó un posgrado de especialización. Aquel año empezó a trabajar en el Ministerio de Finanzas de la entonces República Socialista Soviética Estonia y en 1979 fue promovido a director del organismo estatal que controlaba las instituciones de ahorro y crédito en la república. A diferencia de otros dirigentes políticos de la actualidad en Estonia, Kallas participó desde un segundo plano, fuera de estructuras partidistas, en la efervescencia democrática y nacionalista que entre 1989 y 1991 condujo al enfrentamiento constitucional con el Estado soviético y, finalmente, a la independencia internacionalmente reconocida.

Editor adjunto desde 1986 de Rahva Hääl ("La Voz del Pueblo"), el periódico estatal de mayor tirada entonces, en 1990 pasó a presidir desde su fundación la Asociación de Sindicatos Estonios (EAKL), que reemplazó a la rama republicana del aparato sindical soviético. Tras la consecución efectiva de la independencia, en septiembre de 1991, fue puesto al frente del flamante Banco Nacional de Estonia. Durante cuatro años Kallas advocó y, bajo los gobiernos encabezados por el partido nacionalista de derecha Coalición Nacional Pro Patria (RK Isamaa), ejecutó una política monetarista estricta que tuvo la virtud de reducir la inflación desde la tasa del 1.050% que alcanzó en 1992 a la del 35% a mediados de 1995.

Para influir mejor en las políticas del Ejecutivo, en junio de 1994 Kallas articuló en el Riigikogu o Parlamento un grupo de siete diputados denominado los Liberales (Liberaalid), que alió al bloque gubernamental entonces presidido por el primer ministro Mart Laar. De cara a las elecciones generales del año siguiente, el 14 de noviembre de 1994 organizó a los Liberales como un partido propiamente dicho, el de la Reforma Estonio (Reformierakond), con él de presidente, cargo que compatibilizó con la dirección del Banco de Estonia, y el cual no tardó en absorber al Partido Liberal Democrático Estonio (ELDP, fundado en 1990), facilitando su inclusión en la Internacional Liberal.

El Reformierakond se definió como una formación liberal-conservadora que iba a pugnar por un progreso radical en las desregulaciones, las privatizaciones de las empresas del Estado y la reforma de la propiedad tierra, así como por la disciplina en las finanzas públicas y las rebajas fiscales como mejores fórmulas para meter al país por la senda del crecimiento y el progreso. Este programa de liberalización total y sin cortapisas de la economía estonia le granjeó a Kallas el apoyo de la emergente clase empresarial estonia, en lo que resultaron instrumentales sus contactos y amistades en el antiguo aparato estatal del período soviético.

Poco antes de fundar el Reformierakond, Kallas fue nominado por el presidente de la República, Lennart Meri, para sustituir a Laar, derrotado el 26 de septiembre en una moción de censura parlamentaria, pero el 13 de octubre el Riigikogu le vetó con la suma de los votos de la izquierda y de la facción centrista de Edgar Savisaar, que había visto rechazada por Kallas su exigencia de una cartera en el futuro gobierno. La función de pilotar el Ejecutivo hasta las elecciones anticipadas recayó entonces en el independiente Andres Tarand, que nombró a ministros del RE.

En los comicios del 5 de marzo de 1995 el Reformierakond registró un meritorio segundo puesto con el 16,1% de los votos y 19 escaños, detrás del centroizquierdista Partido de la Coalición-Unión Rural (KMÜ), que en la persona de Tiit Vähi formó gobierno el 17 de abril. Días después, Kallas cesó como gobernador del Banco de Estonia y pasó a desempeñar el primer cargo político representativo de su carrera, el escaño de diputado en el Riigikogu. El Reformierakond ya había conversado con el KMÜ sobre una eventual participación suya en el Gabinete poselectoral, pero esta posibilidad se concretó sólo a raíz de la defección del Partido del Centro Estonio (Keskerakond) de Savisaar el 11 de octubre de 1995. Vähi entonces se dirigió al economista para recomponer su gobierno y el 7 de noviembre, mediante un acuerdo por el que los reformistas se aseguraron la eliminación de subsidios agrícolas y aranceles a las importaciones, quedó constituido el Gobierno sobre la fórmula, para muchos inesperada, KMÜ-Reformierakond, siendo Kallas viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores. En total, el Reformierakond recibió seis ministerios.

Sin embargo, bien poco duró esta experiencia. El 21 de noviembre de 1996, al poco de terminar su presidencia semestral de turno del Comité de Ministros del Consejo de Europa, Kallas decidió dar portazo a la coalición con Vähi en desacuerdo con lo que consideraba un intento del primer ministro de alterar la política exterior absolutamente prooccidental de Estonia dando cancha al acercamiento a Rusia, y también por la incapacidad para trasladar la cooperación bipartita a los ayuntamientos de Tallinn y Tartu, donde el Reformierakond había sido más votado que el KMÜ en las elecciones locales del 20 de octubre. Así, desde el 1 de diciembre Vähi siguió sólo y en minoría.

Durante algo más de dos años, Kallas se mantuvo en la oposición, no obstante las ya habituales conversaciones de cuando en cuando entre los cabezas de facción sobre la entrada en el gobierno de turno, imposible de monopolizar por un partido con mayoría absoluta. A lo largo de 1998 fue objeto de una investigación por la Fiscalía General del Estado por su responsabilidad en la concesión por el Banco de Estonia en 1994 de una aval para cubrir las pérdidas sufridas por un pequeño banco privado en una inversión que prometía altos beneficios, aval que dio lugar a la transferencia ilícita de varios millones de dólares. El Riigikogu aprobó el 17 de junio lo solicitado en el suplicatorio del fiscal general, que era levantarle la inmunidad parlamentaria para procesarle por abuso de poder, falsificación documental e intento de desfalco, y el 2 de diciembre dio comienzo el juicio en el tribunal de Tallinn. Sin embargo, el 5 de marzo de 1999 Kallas quedó absuelto de todos los cargos.

Sólo dos días después, el 7 de marzo, tuvieron lugar las elecciones legislativas. El Reformierakond salió como la tercera fuerza más votada con el 15,9% de los sufragios y 18 escaños, si bien, en el Riigikogu más fraccionado desde la independencia, quedó prácticamente a la par de la Unión Pro Patria (Isamaaliit) de Laar y los Moderados (Mõõdukad) de Tarand, siendo ahora la formación descollante el Keskerakond de Savisaar. Reformierakond, Isamaaliit y Moderados eran los partidos más comprometidos con las políticas liberales de mercado y se pusieron de acuerdo para formar un gobierno de coalición, que, sumando una mayoría absoluta de 53 escaños, entró en funciones el 25 de marzo con Laar de presidente.

A Kallas, reelegido en su mandato legislativo, le fue concedida la cartera de Finanzas con la misión de reajustar un presupuesto equilibrado exclusivamente en función de las necesidades derivadas del futuro ingreso en la Unión Europea (UE) y la OTAN. Así, si por un lado el presupuesto de Defensa tendría que incrementarse, otras áreas iban a sufrir vigorosas podas en aras de la competitividad en una economía de libre mercado, como eran los casos de los subsidios agrícolas y las barreras fiscales y normativas a la inversión extranjera. Igualmente, se incluyó en la agenda la culminación del programa de privatizaciones.

Como quiera que sus problemas con la justicia se habían reactivado por la apelación por el fiscal de la primera sentencia exculpatoria y el litigio había llegado hasta el Tribunal Supremo, la oposición del centro y la izquierda aprovechó para promover iniciativas de destitución de Kallas en el Riigikogu, arguyendo que un representante político con mácula no era digno de ser ministro. El 25 de noviembre de 1999 y de nuevo 10 de abril de 2000 Kallas fue objeto de sendas mociones de censura, pero las sorteó con un cómodo margen de votos. Por otro lado, el 18 de octubre de 2000 el tribunal de Tallinn le exoneró por cuarta vez del último de los cargos, llegando a su fin el tortuoso caso del aval financiero de 1994. El 6 de mayo de 2001 el líder reformista fue reelegido casi por unanimidad presidente del partido en un congreso que expresó también el apoyo total de los reformistas al ingreso del país en las estructuras euro-atlánticas y la necesidad de convocar un referéndum en el caso de la UE.

Las relaciones entre Kallas y Laar, caracterizadas por la cordialidad durante años, se empañaron con motivo de las elecciones presidenciales indirectas de septiembre de 2001, a las que el Isamaaliit y el Reformierakond presentaron candidatos propios, Peeter Tulviste el primero y Toomas Salvi el segundo, facilitando la victoria final del antiguo jefe del Estado (1990-1992) proveniente del poder soviético, Arnold Rüütel.

En diciembre de 2001 estalló la crisis en el Ejecutivo, ya últimamente zarandeado por tensiones relacionadas con diversas iniciativas de reforma, por la decisión del Reformierakond de formar coalición con el Keskerakond en el Consejo Municipal de Tallinn. Laar y el sucesor de Tarand en el liderazgo de los Moderados, el ministro de Exteriores Toomas Hendrik Ilves, pidieron explicaciones a Kallas por la mudanza unilateral, pero éste prefirió conducir negociaciones secretas con Savisaar, a la sazón flamante alcalde de Tallinn, con vistas a la formación de un nuevo gobierno nacional. El 8 de enero de 2002 Laar ejecutó su advertencia de que dimitiría antes de prolongar un equipo gobernante débil que no atendiera debidamente las conversaciones con la UE y la OTAN, dejando al titular de Finanzas expedito el camino para plasmar su ambición.

El 18 de enero el presidente Rüütel designó a Kallas primer ministro y el día 22 el Riigikogu aprobó la candidatura con un sorprendente número de votos favorables, 62, incluidos los de todos los diputados del Partido Unido Popular Estonio (EURP, representante de la minoría rusófona) y varios de la Unión Popular Estonia (Rahvaliit), que hasta su asunción presidencial había liderado Rüütel. El 28 de enero Kallas tomó posesión al frente de un gabinete en el que el Kesk se quedó con ocho ministerios y el Reformierakond con cinco.

Kallas, que de acuerdo con su currículum oficial es presidente de la Unión de Ciclistas Estonios, anticipó que este iba a ser un ejecutivo de transición hasta las elecciones generales de 2003 y que no iba a adoptar grandes decisiones políticas debido a las diferencias entre reformistas y centristas en torno a varias cuestiones clave, como en la fiscalidad. Sobre este punto, por ejemplo, Savisaar era partidario de elevar la presión tributaria para atender el capítulo social, pero a Kallas le preocupaba más el estado de la inflación, que rozaba el 6%. Lo que unía a ambos partidos, la determinación de entrar en la UE y la OTAN tan pronto como fuera posible, iba a guiar, aseguraba, su acción de gobierno, aunque preguntado sobre cuándo podría realizarse aquella doble aspiración se mostró, a diferencia de sus predecesores, más bien cauteloso, incluso pesimista. Sobre la primera instancia, no obstante figurar Estonia entre los aspirantes de Europa Central y Oriental más adelantados, el primer ministro señaló que aún quedaban muchos obstáculos para satisfacer plenamente los requisitos económicos de la Comisión Europea; en cuanto a la OTAN, aparte las insuficiencias militares que el país debía cubrir, Kallas apreciaba un condicionante "fundamentalmente político" ligado al entendimiento global entre la organización de defensa y Rusia.

Dentro de estos planteamientos autolimitados discurrió la corta ejecutoria de Kallas al frente del Gobierno, y lo hizo con unas repercusiones ampliamente positivas, no obstante las reservas expresadas por el político en vísperas de su toma de posesión. En una situación económica estable, con aceptables tasas de crecimiento (en torno al 5% del PIB) y de creación de empleo, Kallas apostó decididamente porque el Riigikogu aprobara con celeridad un amplio abanico de reformas normativas destinadas a asimilar el acervo comunitario en política agrícola, fiscalidad, justicia, mercado interior, seguridad alimentaria, controles fronterizos y lucha contra el crimen organizado

A finales de año, los avances realizados eran suficientes como para que el 12 de diciembre el Consejo Europeo reunido en Copenhague certificara que Estonia, a la par que otros nueve estados solicitantes, tenía luz verde para convertirse en Estado miembro de la UE el 1 de mayo de 2004, pudiendo firmar el Tratado de Adhesión en la fecha prevista del 16 de abril de 2003, ya con Kallas fuera del Gobierno. Previamente, el 22 de noviembre, el primer ministro asistió en Praga a una cumbre del Consejo de Asociación Euro-Atlántica (CAEA) que brindó el colofón al Consejo de la OTAN reunido en la víspera, trascendental para Estonia por cursarle la invitación, además de a otros seis países demandantes, de ingresar en la Alianza Atlántica también hacia mayo de 2004. Las conversaciones oficiales para la adhesión a la OTAN arrancaron el 29 de enero de 2003 y el Protocolo correspondiente fue firmado en el Consejo Atlántico de Bruselas el 26 de marzo siguiente.

Para las elecciones generales del 2 de marzo de 2003 Kallas diseñó un programa de propuestas con hincapié en las reformas liberales radicales de la economía, la privatización parcial de la enseñanza universitaria, y la abolición del servicio militar obligatorio y la creación de un Ejército profesional. Como el resto de dirigentes de los países de Europa central y oriental embarcados en la apuesta atlantista, Kallas salió a alinearse con Estados Unidos en su determinación de invadir Irak con los argumentos de la tenencia por el régimen de este país de armas de destrucción masiva prohibidas por la ONU y de los vínculos con el terrorismo internacional.

En el caso del pequeño país europeo este respaldo se limitó a un "apoyo moral" a la superpotencia norteamericana, aunque suficiente como para que Estonia apareciera en la lista de 30 países reclutados para Libertad Iraquí, en la práctica una operación militar de Estados Unidos y el Reino Unido, que emprendió la guerra contra Irak el 20 de marzo sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta relación de países aliados (la "coalición de los que quieren") fue publicada por el Departamento de Estado de Estados Unidos el 18 de marzo de 2003, dos días antes de la invasión, aunque ya el mes anterior, el 5 de febrero, Estonia había expresado su apoyo en firme en tanto que signatario de la declaración formulada por los diez países europeos del denominado Grupo de Vilnius.

Los comicios del 2 de marzo de 2003 consagraron al Reformierakond como el partido más estable desde la independencia al repetir su cuota electoral, esta vez ligeramente al alza con el 17,7% de los sufragios y 19 escaños, pero fue superado por el siempre fuerte Keskerakond de Savisaar y una fuerza nueva de signo conservador, la Unión por la República-Res Publica (ResP) dirigida por el ex auditor general del Estado, Juhan Parts. Autodescartado para el puesto Savisaar, a pesar de haber sido el Keskerakond la lista más votada, por su aislamiento en el concierto de partidos, Parts pactó con Kallas y con Villu Reiljan, presidente del Rahvaliit, la formación de un gobierno de coalición mayoritario. Este equipo tomó posesión el 10 de abril y en él Kallas obtuvo para su partido cinco carteras ministeriales, incluidas Asuntos Exteriores, para Kristiina Ojuland, que retuvo, y Defensa, para Margus Hanson. En cuanto a él, prefirió no seguir en el Ejecutivo e hizo asunción de su renovada condición de diputado para presidir el grupo parlamentario del partido, función que dejaba vacante Urmas Paet, ahora ministro de Cultura.

(Nota de edición: esta biografía fue publicada el 15/4/2003. Tras dejar la jefatura del Gobierno de Estonia, Siim Kallas siguió liderando el Partido de la Reforma hasta el 21/11/2004, cuando dejó paso Andrus Ansip. Entre el 1/5/2004 y el 1/11/2014 Kallas fue miembro de la Comisión Europea, primero como comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, luego (desde el 22/11/2004) como vicepresidente y comisario de Asuntos Administrativos, Auditoría y Lucha contra el Fraude, y posteriormente (desde el 9/2/2010) como vicepresidente y comisario de Transportes. Su hija, Kaja Kallas, es la primera ministra de Estonia desde 2021).