Oscar Luigi Scalfaro

Perteneció a la resistencia antifascista y en 1942 se licenció en Derecho por la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán, pasando inmediatamente a ejercer la magistratura. En 1945, concluida la guerra, se desempeñó como fiscal público en los tribunales de Novara y Alessandria. Miembro de la Acción Católica, fue presidente diocesano de su sección masculina en Novara y, como para otros muchos jóvenes, esta militancia le sirvió de trampolín para alcanzar puestos de responsabilidad en el partido Democracia Cristiana (DC) que en 1944 fundó Alcide De Gasperi. En sus listas obtuvo el acta de diputado por Turín-Novara-Vercelli en las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1946, y luego en los comicios a la Asamblea Legislativa de 1948, escaño que ocuparía ininterrumpidamente hasta su elección presidencial en 1992.

En el partido fue miembro del Consejo Nacional y, de 1949 a 1954, de la Dirección Central, así como subsecretario político en 1964-1966 y secretario de organización en 1970-1972. En la Cámara de Diputados fue secretario y vicepresidente del grupo parlamentario democristiano y vicepresidente de la Comisión Especial para la redacción de la ley de funcionamiento del Tribunal Constitucional (1949-1952); presidente de la Comisión Permanente para, sucesivamente, Asuntos de la Presidencia del Consejo de Ministros, Interior y Culto, y Entes Públicos (1958-1959 y 1965-1966); vicepresidente de la Comisión para el estudio de los fenómenos mafiosos (1963-1964), y presidente de la Junta Electoral (1963-1966).

Entre octubre de 1975 y julio de 1983 ocupó la vicepresidencia de la Cámara de Diputados y desde 1987 participó en su Comisión Permanente para Asuntos Exteriores y de las Comunidades Europeas. También figuró en el Comité Bicameral de Reflexión sobre el nuevo código penal. Durante cuatro décadas ocupó asimismo diversos puestos gubernamentales: subsecretario de Estado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social con Amintore Fanfani (1954); subsecretario de Estado de la Presidencia con Mario Scelba (1954-1955); subsecretario de Estado en el Ministerio de Justicia con Antonio Segni (1955-1957) y Adone Zoli (1957-1958); subsecretario en el Estado del Ministerio del Interior con Segni, Fernando Tambroni y Fanfani (1959-1962); ministro de Transportes y Aviación Civil con Aldo Moro, Giovanni Leone, Mariano Rumor y Giulio Andreotti (1968-1972); ministro de Educación con Andreotti (1972-1973) y ministro del Interior con el socialista Bettino Craxi (1983-1987).

Precisamente a la caída del Gobierno Craxi, en marzo de 1987, el presidente Francesco Cossiga le pidió que formara un nuevo gabinete de coalición multipartito, pero ante las dificultades que encontró dejó ese cometido a Amintore Fanfani. El 24 de abril de 1992 Scalfaro fue elegido presidente de la Cámara y a raíz de la inesperada dimisión, un día después, del presidente de la República Cossiga, se convirtió en el candidato de consenso de los partidos políticos para ocupar el puesto vacante, de manera que el 25 de mayo, con 672 votos, fue investido como noveno presidente de Italia desde la instauración de la República en 1946. Con su toma de posesión tres días después (Giovanni Spadolini, presidente del Senado, había desempeñado la jefatura del Estado en el ínterin) se cerró una incómoda situación de acefalia institucional, con un presidente dimisionario y un Gobierno en funciones, ya que el primer ministro Andreotti había presentado también su renuncia el 24 de abril conforme al ritual poselectoral.

A Scalfaro se le ubicaba entonces en el ala izquierda de la DC y gozaba de una reputación de intransigente con la corrupción y el clientelismo políticos, razones ambas por las que le suponía irreconciliable enemigo de Andreotti. Efectivamente, Scalfaro daría sobradas muestras de independencia y firmeza de carácter en los momentos más delicados de la transición del sistema tradicional de partidos a otro completamente renovado, con los procesos judiciales anticorrupción como revulsivo. Cuando la DC se desintegró en enero de 1994, Scalfaro no se vinculó a ninguno de los partidos que surgieron.

Su actuación excedió el marco reservado al puesto presidencial, básicamente protocolario, y adquirió un innegable contenido político. Ello pudo apreciarse en su negativa a firmar el decreto del Gobierno de Giuliano Amato para limitar la acción de la justicia en la investigación de los escándalos de corrupción (7 de marzo de 1993), o en la elección de los primeros ministros independientes Carlo Azeglio Ciampi (26 de abril de 1993) y Lamberto Dini (13 de enero de 1995), con mandatos explícitos para ejecutar las reformas económicas e institucionales más urgentes, unas designaciones que encolerizaron a uno u otro partidos, en fase de reorganización e incapaces de formar mayorías estables, por considerar que iban dirigidas en contra de sus intereses. Con su histórico decreto del 16 de enero de 1994 para la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas, Scalfaro aceleró el final de cinco décadas de historia de Italia y el advenimiento de un nuevo régimen, con nuevos partidos y nuevas reglas de juego políticas.

En todo este tiempo, Scalfaro se erigió en autoridad moral y "paladín de la Italia honesta" y en último destinatario de la confianza de una ciudadanía conmocionada por la inacabable sangría de acusados y detenidos por corrupción, entre ellos la flor y la nata de la clase política tradicional. Aun más, Scalfaro adoptó una postura beligerante y animó a la judicatura a "aplicar el bisturí para sajar la peste bubónica" y a "atacar las patologías que se habían manifestado en la gestión pública", entre otras inequívocas declaraciones. Semejante posicionamiento, como no podía ser menos, le indispuso gravemente con los todavía poderosos sectores del viejo régimen, quienes intentaron comprometer su imagen de honestidad con una campaña de insidias. Scalfaro denunció la "estrategia de golpe" que entrañaban las acusaciones de haber participado "como todos" en el cobro de comisiones ilegales. Una polémica en la que el veterano Amintore Fanfani salió al paso el 3 de noviembre de 1993: efectivamente, los servicios secretos intentaron sobornar a Scalfaro cuando era ministro del Interior, pero éste se negó a aceptar el sobre de cien millones de liras que le pusieron sobre la mesa.

En el plano exterior, merece ser destacado el histórico viaje que Scalfaro realizó a Etiopía el 25 de noviembre de 1997, donde presentó disculpas por las atrocidades cometidas por el Ejército italiano cuando invadió el país en 1935.

El 15 de mayo de 1999, aunque su mandato expiraba el día 28, Scalfaro presentó la dimisión, de manera que su sucesor elegido el 13, el ex primer ministro Ciampi, tomó posesión anticipada el día 18. En su condición de ex presidente Scalfaro accedió a la condición de senador vitalicio dentro del grupo mixto.

(Nota de edición: esta biografía fue publicada originalmente el 20/3/2001. El ex presidente italiano Oscar Luigi Scalfaro falleció el 29/1/2012 a los 93 años de edad)