Nicolae Ciucă

En Rumanía, una paralizante crisis política de casi tres meses de duración quedó superada el 25 de noviembre de 2021 con la instalación de un primer ministro en la persona de Nicolae Ciucă, ex general en jefe del Ejército y hasta ahora ministro de Defensa. Miembro del conservador Partido Nacional Liberal (PNL), Ciucă pasa a encabezar un Gobierno de gran coalición con el centroizquierdista Partido Social Demócrata (PSD) y la Unión Democrática Magiar de Rumanía (UDMR). Se trata de un entendimiento no exento de polémica entre dos fuerzas ideológicamente alejadas que ya tienen una experiencia de gobernar en común, si bien fallida, en 2012-2014.

El Gabinete Ciucă cuenta con el parabién del influyente presidente de la República, Klaus Iohannis, y descansa en una potente mayoría absoluta de 94 senadores (sobre 136) y 209 diputados (sobre 330), más el apoyo externo de los 18 representantes de las minorías étnicas. En las últimas elecciones generales, celebradas en diciembre de 2020, el PSD fue el partido más votado y el PNL el segundo. Con este tripartito de cromatismo semáforo (rojos, amarillos y verdes), la oposición parlamentaria queda reducida a los social liberales de la Unión Salvar Rumanía (USR) y los ultranacionalistas de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), amén de la escisión liberal derechista del ex primer ministro Ludovic Orban.

Este doble aval institucional debería brindar la debida estabilidad, tan escasa en la tumultuosa política rumana, al Gobierno Ciucă, en mitad de una coyuntura nacional muy delicada por el azote de la COVID-19, y agravada por el encarecimiento de los precios de la energía y los alimentos. La agresiva cuarta ola de la pandemia, asociada por las autoridades al bajísimo porcentaje de población vacunada y provisionalmente superada con un balance de cerca de 700.000 contagios y más de 20.000 fallecidos –cifras a sumar a la cuenta acumulada desde marzo de 2020-, coincidió con la caída del anterior Ejecutivo de centro-derecha dirigido por el PNL y el subsiguiente bloqueo político.

Este se prolongó durante 12 semanas y vivió momentos dramáticos en el clímax del embate vírico, entre finales de octubre y principios de noviembre, cuando el país llegó a registrar más de 15.000 positivos y 500 muertes al día. El Gobierno que mandaba el líder liberal Florin Cîtu, sucumbido en una moción de censura el 5 de octubre, decretó el toque de queda nocturno para el 69% de población no vacunada y el cierre del ocio y la hostelería, restricciones que la notable mejora de la situación ha permitido levantar el 30 de noviembre. Además, para animar a los remisos a inolucarse, lanzó una lotería nacional de tres meses solo para los vacunados con la pauta completa, quienes hasta el 31 de diciembre pueden ganar alguno de los 1.139 premios dotados con un total de 15 millones de leus, al cambio más de 3 millones de euros.

Ahora, liberales y socialdemócratas, que han pactado intercambiarse la jefatura del Gobierno y los ministerios clave dentro de 18 meses, apuestan por concluir la legislatura sin más quebrantos en 2024, cosa que ningún Gabinete ha logrado en los últimos 17 años. Ciucă es el décimo octavo primer ministro titular desde la Revolución de 1989. Además de bregar con la crisis sanitaria y la presión inflacionista, el nuevo Gobierno ha de reajustar los presupuestos deficitarios (2020 terminó para Rumanía con un déficit público del 9,4% del PIB) para introducir un paquete social de emergencia que incluye subidas de las pensiones y los salarios mínimos. Tarea no menos perentoria, Bucarest debe comenzar las reformas estructurales que la Comisión Europea le exige para acceder a los 29.100 millones de euros en créditos y ayudas que la Facilidad de Recuperación y Resiliencia (FRR) tiene asignados a Rumanía. El 29 de septiembre Bruselas aprobó el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia presentado por el Gobierno Cîtu.


(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 2/12/2021. El 12/6/2023, en cumplimiento de los términos del acuerdo de gran coalición entre el PNL y el PSD, Nicolae Ciucă traspasó la jefatura del Gobierno a un primer ministro interino, Cătălin Predoiu. Tres días después, el Parlamento invistió como nuevo primer ministro de Rumanía al líder socialdemócrata, Marcel Ciolacu).

Nicolae Ciucă, casado y con un hijo, es un soldado profesional con 34 años de servicios en las Fuerzas Terrestres Rumanas. Formado como oficial en los últimos años de la dictadura comunista de Nicolae Ceausescu, en la primera década de la democracia fue ascendiendo en el escalafón y en 2001 recibió el mando del 26º Batallón de Infantería. Con esta unidad de élite del Ejército rumano, conocida como los Escorpiones Rojos, Ciucă estuvo destacado en las operaciones multinacionales comandadas por la OTAN en Afganistán y por Estados Unidos en Irak, escenario este último donde el oficial rumano llegó a dirigir a sus hombres en acciones de combate contra la insurgencia, concretamente en el área de Nasiriyah en 2004.

Ciucă alcanzó el generalato en 2010 y cinco años después, en enero de 2015, sucedió a Stefan Dănilă como jefe del Estado Mayor General con un mandato de cuatro años. En 2018 el presidente Klaus Iohannis, dentro de sus prerrogativas, prolongó el ejercicio de Ciucă al frente de la milicia por un año más, prórroga que fue criticada por el entonces Gobierno del Partido Social Demócrata (PSD), con Viorica Dăncilă de primera ministra y Liviu Dragnea de líder partidario.

Su cesión del mando castrense al teniente general Daniel Petrescu y su pase a la reserva de las Fuerzas Terrestres el 28 de octubre de 2019 los yuxtapuso Ciucă con su debut en la política civil y el servicio de Gobierno. Cuatro días antes, su nombre, asignado a la cartera de Defensa, había aparecido en la lista de ministros anunciada por Ludovic Orban, el líder del Partido Nacional Liberal (PNL) y la persona designada por el presidente Iohannis para relevar a Dăncilă, tumbada por una moción de censura, en la jefatura del Gobierno. En el Gabinete Orban, inaugurado el 4 de noviembre, se sentaban solo ministros del PNL, por lo que adolecía de una aguda minoría legislativa, más dos independientes, Ciucă en Defensa y el diplomático Bogdan Aurescu en Exteriores.

Actor secundario en la trifulca política 2020-2021
El general retirado tuvo su bautismo en las instituciones políticas republicanas en circunstancias de profunda inestabilidad. Su debilidad congénita no tardó en pasarle factura al Gobierno Orban, que el 5 de febrero de 2020 cayó en la enésima moción de censura parlamentaria, lanzada por los socialdemócratas. Entonces, Iohannis pidió a Orban que formara un nuevo Gabinete y el 10 de febrero el dirigente liberal planteó un equipo de gobierno que no presentaba cambios con respecto al anterior. Ciucă y sus colegas mantenían sus carteras. Sin embargo, el 24 de febrero, el Tribunal Constitucional, en un fallo favorable a la apelación del PSD, requirió al presidente que nombrara otro candidato a primer ministro. Al día siguiente Orban dimitió y una jornada más tarde, el 26 de febrero, Iohannis designó al ministro de Finanzas del PNL, Florin Cîtu. La pelea político-institucional no terminó ahí: el 12 de marzo Cîtu comunicó que desistía de formar gobierno y el 13 Iohannis volvió a trasladar el encargo formativo a Orban, quien, de nuevo, propuso un Gabinete sin novedades, el cual fue aprobado por el Parlamento el 14 de marzo. Aquel mismo día, Iohannis anunció la declaración del estado de emergencia ante la propagación en Rumanía de la pandemia del coronavirus.

Ciucă continuaba siendo el ministro de Defensa y en octubre de 2020 decidió ingresar en el PNL para presentarse a un escaño de senador por Dolj, su condado natal, en las elecciones legislativas de diciembre. Orban le dio la bienvenida en la ejecutiva del PNL, donde el ex militar recibió la posición de vicepresidente para el área de Defensa y Seguridad Nacional. Los comicios del 6 de diciembre de 2020 no alteraron drásticamente la relación de fuerzas parlamentarias al conservar los muy erosionados socialdemócratas el primer lugar con una mayoría simple de 110 diputados. Decepcionado por la repetición del segundo puesto de su partido, pese a sumar los liberales 24 diputados (hasta los 93) y 11 senadores (hasta los 41), Orban dimitió el 7 de diciembre y cedió la jefatura del Gobierno a Ciucă, nombrado primer ministro interino. No obstante, Orban, investido a cambio presidente de la Cámara de Diputados, confiaba en mantener al PNL en el poder, como el núcleo de una coalición de mayoría. En efecto, el 23 de diciembre otro de sus hombres de confianza, Cîtu, tomó posesión como jefe de un Ejecutivo que integraba al PNL, la UDMR, y la alianza formada por las agrupaciones de centro liberal Unión Salvar Rumanía (USR) y Partido Libertad, Unidad y Solidaridad (PLUS), posteriormente fusionadas en un único partido, de nombre USR y bajo el liderazgo de Dacian Ciolos, anterior primer ministro del Gobierno técnico de 2015-2017.

El 7 de septiembre de 2021, la nueva USR, enfadada por el despido por Cîtu seis días antes de uno de sus ministros, el responsable de Justicia Stelian Ion, en represalia por el rechazo de la USR a un programa de desarrollo regional, dio portazo al Gobierno, dejándolo en franca minoría. La vulnerabilidad fue aprovechada por los socialdemócratas, liderados por Marcel Ciolacu, para iniciar la ya familiar moción de censura. El 5 de octubre la moción salió adelante con los votos del PSD, la USR y la ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), es decir, la oposición parlamentaria al completo. A lo largo de esta crisis, el presidente Iohannis apoyó abiertamente al finalmente descabalgado Cîtu, quien paralelamente sostuvo un pulso interno con Orban, consiguiendo arrebatarle la jefatura del PNL el 25 de septiembre. La ingobernable Rumanía abría un nuevo capítulo en su interminable lista de embrollos.

El 11 de octubre Iohannis designó primer ministro al líder de la USR. Ciolos presentó seis días después un Gobierno minoritario compuesto únicamente por ministros de su partido y el 20 de octubre, como cabía esperar, las cámaras del Parlamento le denegaron la confianza. En la jornada posterior, Iohannis lo intentó de nuevo con el vicepresidente del PNL y ministro de Defensa en funciones, Ciucă. El 30 de octubre Ciucă facilitó la lista de sus ministros, un Gabinete de coalición PNL-UDMR que también era de minoría, al sumar meramente 99 diputados y 47 senadores. El 1 de noviembre, al constatar que el PSD, la USR y la AUR (amén de Orban y sus partidarios de la disidencia liberal, a punto de romper oficialmente con el grupo parlamentario y de ser expulsados del PNL) no le iban a dar ningún apoyo, Ciucă renunció a someterse a la confianza del Parlamento y devolvió a Iohannis su mandato formativo.

El bloqueo parecía insoluble a menos que se recurriera al adelanto electoral, pero entonces el PNL y el PSD sorprendieron con un acuerdo de coalición que aparcaba su antagonismo y al que se sumaron los magiares de la UDMR. Existía el precedente de la Unión Social Liberal (USL), la inédita alianza PSD-PNL forjada en 2011, ganadora de las elecciones de 2012 y que aguantó hasta 2014, cuando los liberales, mandados en aquel período por Crin Antonescu, rompieron con el primer ministro socialdemócrata Victor Ponta y se retiraron del Gobierno.

Según los términos del pacto suscrito ahora y urgido por la brutal virulencia de la cuarta ola nacional de la COVID-19, los liberales colocarían inicialmente al primer ministro y al cabo de 18 meses, el 1 de julio de 2023, cederían el puesto a un socialdemócrata. La rotación de cargos afectaría asimismo a la Secretaría General del Gobierno y a los ministerios de Defensa, Interior, Finanzas y Justicia. La intención era celebrar las elecciones generales a finales de 2024, al cabo de la legislatura regular de cuatro años. El 22 de noviembre de 2021 Iohannis volvió a nombrar a Ciucă, el 23 el nuevo Gabinete fue presentado y el día 25 el Parlamento le estampó su confianza con una mayoría aplastante de 318 votos contra 126, tomando acto seguido posesión.

En el Gabinete Ciucă, el PSD, en tanto que primera fuerza parlamentaria, obtenía una decena de puestos, entre ellos los ministerios de Defensa, Economía y Salud, y la Secretaría General del Gobierno. El PNL, sin contar al propio Ciucă, se quedaba con siete carteras, incluidas las de Interior, para Lucian Bode, y Justicia, para Cătălin Predoiu, mientras que la UDMR recibía cuatro puestos. El PSD y la UDMR poseían sendos viceprimeros ministros, respectivamente Sorin Grindeanu, quien fuera fugaz primer ministro en 2017, y Hunor Kelemen, el líder de la formación magiar, quien de hecho ya venía desempeñando la función desde el año anterior. Bodgan Aurescu continuaba en Exteriores y el también independiente Adrian Câciu pasaba a hacerse cargo de Finanzas. La peculiar coalición semáforo a la rumana incluyó el otorgamiento de las jefaturas parlamentarias a los respectivos cabezas de facción: el líder del PSD, Ciolacu, fue elegido presidente de la Cámara de Diputados y su homólogo del PNL, Cîtu, alcanzó la presidencia del Senado.

(Cobertura informativa hasta 2/12/2021)