Mohammad Shahabuddin Chuppu

Bangladesh, un sistema parlamentario de corte autoritario camuflado de democracia abierta a la alternancia, eligió el 13 de febrero de 2023 de manera indirecta al séptimo presidente de la República desde el arranque en 1991 de una conflictiva era de votaciones teóricamente libres. El nuevo jefe del Estado es, con un mandato de cinco años que se inicia el 24 de abril, el juez retirado Mohammad Shahabuddin Chuppu, miembro del partido gobernante desde 2009, la Liga Awami. Se espera que Chuppu, como sus inmediatos predecesores en el cargo, sea un estadista enteramente dócil a los designios de la poderosa primera ministra del país, la jequesa Hasina Wajed, ganadora de tres elecciones consecutivas (2008, 2014, 2018) con aplastante mayoría absoluta y que neutralizó por la vía penal a su contrincante de la oposición, la ex primera ministra Khaleda Zia.

En Bangladesh, superpoblada nación de Asia meridional altamente vulnerable al cambio climático, los déficits democráticos, la violencia política y las situaciones sociales deplorables —como la explotación laboral en la industria textil— coexisten con un sobresaliente balance, reflejan las estadísticas internacionales, en el ritmo del crecimiento económico, la mejora de los estándares de desarrollo humano y la reducción de la pobreza. El régimen de la Liga Awami, empero, afronta serias dificultades financieras y el descontento popular por el encarecimiento de los precios.



De 73 años, Chuppu se capacitó como jurista en el Government Edward College y el Shohid Aminuddin Law College de Pabna, además de obtener un posgrado en Psicología en la Universidad de Rajshahi. Siendo estudiante, participó como combatiente en la guerra de liberación nacional, con la que los bangladeshíes se separaron y obtuvieron la independencia de Pakistán en 1971. El joven se adhirió a la Liga Popular de Bangladesh (Bangladesh Awami League, BAL), el partido nacionalista y de izquierda fundado por el jeque Mujibur Rahman, primer jefe del Gobierno soberano y padre de la actual primera ministra Hasina Wajed. Tras el asesinato de Mujibur en el golpe de Estado militar de agosto de 1975, el abogado fue uno de los muchos miles de militantes de la BAL que sufrieron persecución; en su caso, indica su reseña oficial, estuvo tres años preso.

En los años ochenta, década dominada por la presidencia dictatorial del general Hossain Mohammad Ershad, Chuppu fungió de asistente de juez en el Departamento Judicial del Servicio Civil de Bangladesh. Entre 1995 y 1996, durante el primer Gobierno de la begum Khaleda Zia —jefa del conservador Partido Nacionalista de Bangladesh (BJD), viuda del asesinado (1981) presidente y general Ziaur Rahman, y acerba adversaria política de Hasina—, Chuppu fue secretario general del Servicio Judicial de Bangladesh, asociación de jueces y magistrados del país. Posteriormente ejerció la judicatura en los tribunales de distrito hasta su retirada en 2006.

Con el retorno de su agrupación al poder tras las elecciones de 2008, que devolvieron el puesto de primera ministra a Hasina luego de su primer ejercicio de 1996-2001, Chuppu fue el responsable de presidir la Comisión Judicial dedicada a investigar los delitos y abusos que la BAL imputaba al BJD, nuevamente gobernante en 2001-2006. A través del Ministerio de Asuntos Legales, Judiciales y Parlamentarios, su partido le colocó también como coordinador en la reanudación del juicio a los reos por el asesinato de Mujibur Rahman, quienes años atrás habían apelado con éxito sus condenas a la pena de muerte impuestas en primera instancia.

Entre 2011 y 2016 el veterano jurista fue miembro de la Comisión Anticorrupción, órgano estatal puesto en marcha en 2004 por el Gobierno del BJD. De orientación claramente tendenciosa, dependiendo del partido que estuviera en el Ejecutivo, la Comisión Anticorrupción solo mostró unas verdaderas neutralidad y efectividad entre 2007 y 2009, período políticamente anómalo pero constitucionalmente impecable en el que Gobierno de Bangladesh estuvo conducido de manera provisional, a la espera de poder celebrarse elecciones, por un asesor jefe independiente. Tras ese último cometido, Chuppu limitó sus actividades al terreno partidario.

Últimamente miembro del Consejo Asesor de la BAL y del Consejo Directivo de un banco privado nacional, el Islami Bank Bangladesh Limited, Chuppu emergió del anonimato el 12 de febrero de 2023 al ser presentado por la primera ministra Hasina como el candidato de su partido a presidente de la República, una posición de prestigio aunque meramente ceremonial, desprovista de verdadera autoridad ejecutiva. La elección competía al Jatiya Sangsad, el Parlamento unicameral, configurado como Colegio Electoral, y allí la Liga Awami, desde los comicios de 2018 (como los anteriores, caracterizados por la violencia y la manipulación), disponía de 304 diputados sobre 350, una supermayoría más que suficiente para investir al presidente.

El del oficialismo fue el único candidato nominado: ni el Partido Nacional (Jatiya) de Rowshan Ershad, viuda del ex dictador Hossain Mohammad Ershad, ni el también conservador BJD de la perseguida Khaleda Zia mostraron interés en el proceso. Protagonista por tanto de un mero trámite, Chuppu ni siquiera se sometió al procedimiento de votación, sino que fue proclamado sin más presidente electo por la Comisión Electoral. El anuncio fue hecho el 13 de febrero, al día siguiente de anunciar la BAL su postulación.

Lo sucedido no constituía ninguna novedad; de hecho, todos los presidentes bangladeshíes desde 1991 habían llegado al cargo de la misma manera, sin oposición. Así sucedió en 1991 con el candidato del BJD, Abdur Rahman Biswas, en 1996 con el de la BAL, Shahabuddin Ahmed, en 2001 y 2002 con A. Q. M. Badruddoza Chowdhury y Iajuddin Ahmed por el BJD, y en 2009 y en 2013 con Mohammed Zillur Rahman y Mohammad Abdul Hamid por la BAL; a este último, reelegido en 2018, Chuppu iba a tomarle el testigo el 24 de abril de 2023.

(Cobertura informativa hasta 18/4/2023)