Miro Cerar

La gran movilidad del sistema de partidos esloveno, que permite mudanzas de poder sensacionales en esta pequeña democracia parlamentaria de Europa central, sentó el 18 de septiembre de 2014 en la jefatura del Gobierno de Ljubljana al jurista Miro Cerar, fundador de un partido centrista de corte social-liberal que lleva su nombre, el SMC, y ganador por mayoría simple de las elecciones anticipadas del 13 de julio.

Este catedrático de Derecho de maneras suaves saltó a la arena política, donde no tenía la menor experiencia, tan solo seis semanas antes de los comicios forzados por la dimisión de la primera ministra desde 2013, Alenka Bratusek. Una imagen de hombre serio y responsable, y un discurso sencillo que incide en una "nueva política" con bases éticas y comprometida con el desarrollo sostenible, el estado del bienestar y las reformas de mercado equilibradas, han bastado para convertir a Cerar en primer ministro. Su éxito fulminante supone un nuevo golpe a la clase política tradicional, desacreditada por los escándalos de corrupción y las prácticas endogámicas. Pero también ha aniquilado a la formación, Eslovenia Positiva (PS), hasta ahora gobernante y con unos planteamientos ideológicos similares, que en las votaciones de 2011 precedió al SMC en el papel de outsider.

El nuevo Gobierno Cerar, de coalición con el Partido Democrático de los Pensionistas (DeSUS) y los Social Demócratas (SD), asume una situación económica no tan mala como hasta el año pasado (vuelve a haber crecimiento y se está creando empleo), pero con todo presionada por la deuda y el déficit; estos se dispararon en 2013 al decidir el Gobierno Bratusek una inyección masiva de dinero público en la banca local amenazada de insolvencia, onerosa operación financiera que sin embargo le ahorró a Eslovenia convertirse en el sexto país de la Eurozona en solicitar el rescate. Cerar se propone mantener los esfuerzos de consolidación fiscal, que pasan por la austeridad presupuestaria, pero pone objeciones al ambicioso programa de privatizaciones de empresas estatales.

(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 1/10/2014. Miro Cerar presentó la dimisión como primer ministro de Eslovenia el 14/3/2018. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue, el 13/9/2018, Marjan Sarec, de cuyo Gabinete de coalición fue viceprimer ministro y ministro de Exteriores hasta la terminación del mismo el 13/3/2020. En 2019 Cerar cedió la presidencia de su formación, denominada Partido de Centro Moderno (SMC) desde 2015, a Zdravko Pocivalsek y en 2020 se dio de baja en el mismo, permaneciendo en lo sucesivo como independiente).

El padre del nuevo primer ministro esloveno desde septiembre de 2014 es Miroslav Cerar sénior, uno de los más laureados gimnastas de la antigua Yugoslavia socialista, con un palmarés de 23 medallas obtenidas en dos olimpiadas y seis campeonatos mundiales y europeos, amén de abogado; la madre, Zdenka Cerar, al igual que su esposo practicante de la gimnasia y la abogacía, sirvió entre 1999 y 2004 como fiscal general de la República y ministra de Justicia, tratándose de uno de los dirigentes del partido de centro progresista Democracia Liberal de Eslovenia (LDS), en el Gobierno en aquellos años.

El joven, si bien se adiestró como gimnasta y durante un tiempo jugó al fútbol y el baloncesto, escogió seguir los pasos jurídicos de la doble vertiente profesional de sus padres y se formó como abogado en la Universidad de Ljubljana, donde luego inició una carrera de docente especializado en las materias de jurisprudencia, derecho comparado, filosofía del derecho y ética jurídica. Durante una serie de años realizó prácticas académicas en la Escuela de Derecho de la Universidad de California en Berkeley y dio clases como profesor visitante Fulbright en la Universidad Golden Gate de San Francisco. Reconocido experto legal, tras el acceso de Eslovenia a la independencia en 1991 participó en los trabajos de elaboración de la Constitución nacional y prestó diversos servicios de asesoría a la Asamblea Nacional y otros órganos del Estado. A partir de 2007 el nombre de Cerar empezó a circular discretamente entre el público general como el autor de una serie de libros dirigidos a lectores no especializados donde, con un estilo didáctico, hacía divulgación de aspectos del derecho, la teoría política, la educación o la ética.

El 2 de junio de 2014 Cerar, con 50 años, seguía siendo, fuera de los círculos jurídicos, un virtual desconocido profesor del Departamento de Teoría y Sociología del Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ljubljana, aunque su apellido sí era famoso. Ese día, el profesor, que nunca había sido afiliado o militante de formación alguna, irrumpió públicamente en la política nacional como el fundador del Partido de Miro Cerar (Stranka Mira Cerarja, SMC), nueva agrupación organizada e inscrita a tiempo para concurrir a las elecciones legislativas anticipadas del 13 de julio. El congreso fundacional del SMC, celebrado en el Centro de Exposiciones y Convenciones de Ljubljana, aconteció el mismo día de la disolución de la Asamblea Nacional, anunciada en la víspera, el 1 de junio, por el presidente de la República, Borut Pahor

En estos momentos, el pequeño país centroeuropeo pasaba por una prolongada etapa de volatilidad política que se enmarcaba en las grandes angustias económicas padecidas por Eslovenia desde el estallido de la crisis financiera global en 2008. Así, un mes antes, el 5 de mayo de 2014, había dimitido, tras poco más de un año de mandato, la primera ministra Alenka Bratusek a raíz de ser descabalgada del liderazgo de su partido, Eslovenia Positiva (PS), por el fundador y primer líder del mismo, el empresario y alcalde Ljubljana Zoran Jankovic. El PS, con menos de dos meses de vida, fue el ganador por mayoría simple de los comicios de diciembre de 2011, adelantados por la caída del Gobierno de coalición que desde 2008 encabezaba el socialdemócrata (SD) Pahor (más tarde elegido presidente de la República), pero entonces no pudo formar gobierno. A cambio, en febrero de 2012, se constituyó el Gabinete centro-derechista de Janez Jansa, anterior primer ministro en 2004-2008, quien a su vez vio desintegrarse su coalición y fue derribado por una moción de censura parlamentaria en febrero de 2013 .

En marzo siguiente el PS tomó las riendas del Ejecutivo en coalición centro-izquierdista con los SD, la Lista Cívica (DL) y el Partido Democrático de los Pensionistas de Eslovenia (DeSUS). El puesto de primer ministro recayó en Bratusek en reemplazo de Jankovic, que, como Jansa, era objeto de unas acusaciones de corrupción. Luego, Bratusek enfrentó la calamidad económica y financiera que afligía a la otrora próspera Eslovenia, sumida en la recesión, agobiada por el déficit y la deuda, y al borde del rescate crediticio de la Eurozona por la iliquidez de su sistema bancario. En los meses que gobernó, Bratusek lanzó un paquete de medidas de ajuste fiscal, recapitalización y saneamiento de la banca enferma, junto con una reforma estructural centrada en la privatización de 15 grandes empresas del Estado.

En diciembre de 2013, la inyección de 3.300 millones de euros de dinero público a los bancos locales evitó que Eslovenia se convirtiera en el sexto país de la Eurozona en solicitar auxilio financiero de sus socios comunitarios y del FMI, pero a cambio se dispararon automáticamente la deuda y el déficit públicos, cuyas tasas alcanzaron el 71,7% y el 14,7% del PIB; el déficit casi se cuadruplicó en tan solo un año. Estas eran las turbulentas circunstancias que animaron a Cerar a dar el salto en la política en junio de 2014, salto que iba a impulsarlo hasta las nubes en un tiempo asombrosamente breve.

Haciendo gala de un estilo tranquilo y suave, a la vez que riguroso y serio, omitiendo cualquier estridencia verbal o aire populista, Cerar dio la campanada en la campaña electoral transmitiendo un proyecto moderado de centro o centro-izquierda que incidía en la moralización de la política, ennegrecida por los escándalos de corrupción, en la superación de la actual "crisis de valores" y en la defensa de las reformas liberales de la economía, pero poniendo ciertos límites. En particular, el SMC reclamaba moderar el alcance de la campaña de privatizaciones aprobada por el Gobierno Bratusek, que según él debía excluir a la compañía Telekom Slovenije y al Aeropuerto de Ljubljana. No vender esta parte sustancial del patrimonio del Estado haría perder a este unos pingües ingresos con los que financiar el ajuste fiscal. Ahora bien, Cerar aseguraba estar comprometido con la consecución de los objetivos de reducción de déficit, negociados con la Comisión Europea por el Gobierno saliente, que estipulaban un tope del 3% para 2015, a partir de la previsión del 4,2% para el año en curso.

Comunicador sobrio y sin carisma convencional, rasgos que iban a hacer más llamativo el inminente éxito sensacional en las urnas de su agrupación, Cerar incidía en el mensaje básico de que las personas como él entraban en política porque Eslovenia necesitaba "nueva gente, nuevas ideas y nuevas prácticas"; sólo de una "nueva política" podrían venir las "soluciones adecuadas" para los problemas del país, que pedía a gritos reformas de calado capaces de garantizar "el desarrollo económico y social sostenible". En su manifiesto fundacional, el Partido de Miro Cerar proclamaba su fe en un "estado del bienestar basado en la cooperación, el conocimiento y la responsabilidad". Para asegurar el estado del bienestar esloveno, el SMC preconizaba un acción de gobierno guiada por principios y valores como el imperio de la ley, la rendición de cuentas, el desarrollo sostenible, la innovación, la sociedad del conocimiento, la cooperación de los sectores público y privado, la seguridad social y económica, la tolerancia, la libertad y la solidaridad intergeneracional.

Provisionalmente, el SMC podía situarse de manera vaga en la tercera vía y el social-liberalismo, mientras que su europeísmo expreso presentaba como matiz la defensa del derecho a aplicar el ajuste económico con criterios de interés nacional, no acatando sin rechistar las recetas prescritas por los poderes de la UE. Es lo que se desprendía de la postura con respecto a las privatizaciones. Cerar invocaba esta reserva de autonomía para poder desarrollar políticas "en el respeto a la dignidad humana". Con estas premisas personales e ideológicas, aunque impulsados más que nada por la bocanada de aire fresco que insuflaban en un sistema rico en partidos viejos desacreditados por las corruptelas y en partidos nuevos (como el PS de Jankovic y Bratusek) prematuramente consumidos, Cerar y su flamante formación, de golpe y porrazo, se colaron en las encuestas para señorearlas desde el primer día con una intención de voto que iba del 30% al 38%.

La espectacular irrupción del fenómeno Cerar mantuvo su impulso en el mes largo que duró la campaña y se vio coronada el 13 de julio de 2014, cuando el SMC ganó las elecciones con el 34,5% de los votos y 36 de los 90 escaños de la Asamblea Nacional. Desde la independencia, y estas eran las séptimas elecciones generales tras la ruptura de la extinta Yugoslavia, ningún partido había conseguido una mayoría simple tan abultada, ni siquiera la LDS del difunto Janez Drnovsek en su mejor momento. El Partido Democrático Esloveno (SDS) de Jansa –quien acababa de empezar a cumplir su sentencia judicial de dos años de prisión como reo de corrupción- y los SD del presidente Pahor aceleraron la tendencia declinante comenzada en las elecciones de 2011 y perdieron entre los dos 9 diputados. El desastre fue mayúsculo para el PS de Jankovic, que perdió casi todos sus votos y la totalidad de sus 28 escaños, y para la DL de Gregor Virant, cuarta en 2011 pero ahora aniquilada en las urnas y convertida en fuerza extraparlamentaria, al igual que un partido conservador con solera, el Popular Esloveno (SLS).

Saltaba a la vista que el SMC había succionado toda la fuerza electoral que en la anterior legislatura había tenido el PS. Otras dos formaciones debutantes, la Alianza de Alenka Bratusek (ZaAB, formada por la gobernante tras abandonar el PS) y la Izquierda Unida (ZL), se estrenaron en la Asamblea con cuatro y seis diputados, respectivamente. El único partido con recorrido que obtuvo buenos resultados fue el DeSUS de Karl Erjavec, aupado a la tercera posición por detrás del SMC y el SDS con una decena de puestos. Cerar, candidato in péctore a primer ministro como el cabeza de la lista más votada, emprendió una ronda de contactos para la formación de un Gobierno de coalición mayoritario que dio preferencia de interlocución al DeSUS y a los socialdemócratas, miembros del Ejecutivo saliente. De las discusiones preliminares quedó fuera el SDS, que calificó de "ilegítimo" el resultado electoral. Cerar tampoco contó con la ZaAB, pues la alianza de la todavía primera ministra, y en breve designada por Jean-Claude Juncker para flanquearle como vicepresidenta en la próxima Comisión Europea, no le inspiraba "suficiente confianza".

El 19 de agosto, el presidente Pahor, tras serle comunicado que ya había un principio de acuerdo para la creación de una mayoría parlamentaria de gobierno de 52 escaños, los sumados por el SMC, el DeSUS y los SD, designó primer ministro a Cerar, que seis días después obtuvo la aprobación de la Asamblea por 57 votos contra 11. El 8 de septiembre Cerar firmó el acuerdo de coalición con pensionistas y socialdemócratas. De los 16 ministerios, nueve fueron para el SMC, entre ellos los de Finanzas (para Dusan Mramor, ex decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Ljubljana), Economía (Ervin Pfeifer), Interior (Vesna Gyorkos Znidar) y Justicia (Goran Klemencic). El DeSUS obtuvo cuatro carteras, incluida la de Asuntos Exteriores, para su líder, Erjavec, titular de la misma desde 2012, y los SD tres, incluidas las de Defensa y Agricultura, puesto este último que siguió en manos del jefe en funciones de la formación, Dejan Zidan.

Según Cerar, el próximo Gobierno tripartito tenía como objetivos "sacar a Eslovenia de la crisis, estabilizar la escena política, impulsar el desarrollo económico y consolidar las finanzas públicas". También, citó como prioridades "el crecimiento económico, la preservación de los puestos de trabajo y la creación de otros nuevos, y la mejora de la competitividad". Adelantó que su política fiscal iba a ser "restrictiva", pues había que reducir el gasto público, a la vez que mejorar la eficiencia de la recaudación tributaria. Por último, el 18 de septiembre, el Gabinete Cerar recibió el preceptivo visto bueno de la Asamblea por 54 votos contra 25, tras lo cual tomó posesión.

(Cobertura informativa hasta 1/10/2014)