Milos Vucevic

El Partido Progresista Serbio (SNS), junto con sus aliados, fue el ganador —por sexta vez consecutiva— de las elecciones legislativas del 17 de diciembre de 2023 en Serbia, esta vez de nuevo por mayoría absoluta —129 de los 250 escaños— y no sin la protestas de la oposición, que denunció un presunto fraude. El 30 de marzo de 2024 su jefe nominal, Milos Vucevic, fue designado primer ministro por la primera autoridad política del país, Aleksandar Vucic, presidente de la República y anterior líder de esta formación conservadora surgida en 2008 como una escisión moderada del campo ultranacionalista. 

Hasta ahora viceprimer ministro y ministro de Defensa, Vucevic tomó el testigo a Ana Brnabic, primera ministra desde 2017 y en adelante presidenta de la Asamblea Nacional. El 2 de mayo fue investido por los diputados con 152 votos contra 61 y comenzó a pilotar un Gabinete de amplia coalición integrado por los socios y adláteres habituales de los progresistas. A la cabeza de los mismos se sitúa el Partido Socialista (SPS) de Ivica Dacic, quien hizo las funciones de primer ministro puente durante unos días a partir del 20 de marzo. Vucevic figura en el círculo íntimo de colaboradores de Vucic, el cual en teoría ya no manda en el SNS, a cuyos principales argumentos y consignas este abogado de profesión ha venido dando eco.

La continuidad caracteriza, por tanto, al nuevo Gabinete encabezado por el SNS, el partido dominante de la escena política serbia en la última década. Esto implica la negativa frontal a reconocer la independencia de Kosovo, que, se teme aquí, llegue "de facto" en el momento en que se normalicen plenamente las relaciones con el Gobierno de Pristina, al que de paso se acusa de violar los acuerdos bilaterales ya suscritos, y la perseverancia en el muy arduo proceso de adhesión del país balcánico occidental a la UE. Las negociaciones, en curso desde 2014 (de los 34 capítulos a tocar, 22 han sido abiertos y únicamente dos han sido provisionalmente cerrados), se ven dificultadas no solo por las tensiones y violencias intermitentes en la región norte de la que para Belgrado sigue siendo su Provincia Autónoma de Kosovo y Metohija, sino también por la ambivalente postura adoptada frente a la guerra de Ucrania, que pretende ser ecuánime y coherente con los intereses nacionales y la legalidad internacional, pero molesta a los socios europeos.

Así, Serbia condenó sin reservas la invasión rusa de 2022 y ha votado a favor de todas las resoluciones favorables a Ucrania aprobadas por los órganos de la ONU. Pero por otro lado, viene resistiendo las presiones de la UE para que se sume a las sanciones económicas adoptadas contra Rusia, que sigue siendo un suministrador energético básico. Ahora bien, el deseo de reducir esta dependencia proveyéndose de gas azerí, las quejas de Vucic por el reclutamiento clandestino de combatientes serbios para luchar en el Ejército ruso, la acogida de miles de exiliados rusos y la publicación de que una empresa pública serbia exportó munición de lanzacohetes directamente a Ucrania —extremo vehementemente desmentido por Vucevic— no están favoreciendo las relaciones con el régimen de Putin, de cuya excelencia Vucic muchas veces de ha jactado.

Las dudas sobre la pertinencia de no adoptar sanciones contra Rusia para preservar el principio, consagrado en la política exterior, de la neutralidad y la no intervención han aflorado en el Gobierno serbio, donde algunas voces señalan que esta estrategia empieza a ser insostenible al abrir una brecha con la UE. Belgrado arguye que no puede aceptar las separaciones unilaterales y las anexiones por la Federación Rusa de los territorios ucranianos de Crimea, Donetsk, Luhansk, Zaporizhzhia y Jerson por la misma razón que rechaza la "ilegal" separación de Kosovo, violadora de la integridad territorial de Serbia. De manera contradictoria, Rusia es el principal aliado de Serbia en su oposición a la independencia kosovar, pero Putin no dudó en esgrimir el "precedente" de Kosovo para justificar la secesión de Crimea en 2014 y ocho años después volvió a invocar el caso a la hora de reconocer el secesionismo anexionista del Donbás ocupado. Otro rasgo de la política exterior serbia es la intensa relación comercial con China.

(Texto actualizado hasta 6 junio 2024)


Milos Vucevic es un abogado titulado por la Universidad de su Novi Sad natal que ejerció como especialista en derecho de familia. Al igual que Aleksandar Vucic y el líder fundador del SNS así como presidente de la República en el quinquenio 2012-2017, Tomislav Nikolic, su primera lealtad política en los últimos años del régimen milosevista y los primeros de la nueva Serbia democrática fue para con el Partido Radical Serbio (SRS), la agrupación de extrema derecha del criminal de guerra Vojislav Seselj, valedora de la tradición chetnik y el concepto de la Gran Serbia, e intensamente implicada, con sus propias fuerzas paramilitares, en las sangrientas contiendas bélicas de Croacia y Bosnia-Herzegovina. El padre de Milos, Zoran, letrado también, era uno de los dirigentes del SRS en la Provincia Autónoma de Vojvodina.

En 2008 Vucevic hijo secundó a Nikolic y Vucic en su sonada ruptura con Seselj, preso en La Haya y juzgado por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, y posteriormente se perfiló como uno de los activos destacados del SNS. En aquellos momentos en la oposición al Gobierno del Partido Democrático (DS), el SNS era una formación vagamente derechista oscilante entre el populismo, el liberalismo económico y un nacionalismo serbio compatible al parecer con un europeísmo suave, que ni renegaba de la rusofilia tradicional ni rehusaba arremeter contra las malas intenciones de "Occidente". Para los progresistas, la soberanía de Serbia sobre Kosovo, perdida en la guerra de 1998-1999 contra la guerrilla separatista albanesa y los bombardeos de la OTAN, era un principio patriótico irrenunciable.

Siguiendo en la política local los pasos de su padre, presidente de la Asamblea Municipal de Novi Sad en 2004-2007, Vucevic salió elegido en septiembre de 2012 alcalde de la capital de Vojvodina. Este mandato se prolongó durante una década, tiempo en el cual el SNS conquistó la Presidencia de la República y entró en el Gobierno, al principio un tanto a la sombra del SPS, siendo Ivica Dacic el primer ministro, y a partir de 2014 en calidad de socio principal y piloto del Gabinete, primero con Vucic y luego, al suceder este a Nikolic en la jefatura del Estado, con Ana Brnabic de primeros ministros. Los progresistas y su cohorte de partidos satélite ya se apuntaron una modesta mayoría simple en los comicios de 2012, que convirtieron en abultada mayoría absoluta en la edición de 2014. La mayoría absoluta fue revalidada en las elecciones legislativas de 2016 y 2020, dejó paso a una mayoría simple en las de 2022 (como consecuencia de la erosión política causada por las restricciones propias de la COVID-19, respondidas con furia en las calles) y fue recuperada en las elecciones de 2023.

El 26 de octubre de 2022 Vucevic, meses después de afirmar que su país "no tenía alternativa" a la ruta de la UE pero que tampoco podía aceptar ser "humillada y avergonzada" al apremiársele a acelerar con el Gobierno de Pristina unas conversaciones que podían desembocar en el "reconocimiento de facto" de Kosovo, dejó la Alcaldía de Novi Sad para tomar la cartera de Defensa y un puesto de viceprimer ministro en el tercer Gabinete Brnabic a propuesta del presidente Vucic. Desde noviembre del año anterior era asimismo vicepresidente del SNS.

En marzo de 2023 Vucevic tachó de "mentira" la filtración desde Estados Unidos de que una fabrica de armas estatal serbia, contraviniendo las directrices oficiales del Gobierno sobre la no intervención, había vendido cohetes de artillería de lanzaderas Grad a Ucrania, hecho que fue dado por cierto por medios rusos. Por otro lado, reclamó sin éxito a la OTAN que autorizara el despliegue de un millar de soldados de las Fuerzas Armadas serbias para ayudar a la misión KFOR a mantener la seguridad en el conflictivo Kosovo del Norte, región de cuatro municipios (Mitrovica del Norte, Leposavic, Zvecan y Zubin Potok) con mayoría de población serbokosovar. En octubre, Vucevic afirmó que el Ejército, ya puesto en alerta de combate cerca de la frontera ante los últimos incidentes y disturbios, entraría en el norte de Kosovo y Metohija si recibía la orden de su comandante en jefe, Vucic, con el fin de proteger a los serbios locales de "persecuciones" e "intimidaciones". Se trataba de un escenario hipotético que suscitó la advertencia de Estados Unidos.

Desde hace años, Serbia denuncia la continua y creciente privación de los derechos de los serbios étnicos en Kosovo, ampliamente minoritarios en el conjunto del territorio y en su gran mayoría leales a Belgrado, y acusa a la UE, la OTAN y las potencias occidentales de tolerar el incumplimiento por el Gobierno albanokosovar de los compromisos internacionales ya adoptados. Al mismo tiempo, el presidente Vucic se resiste a implementar por lo que toca a su país el Acuerdo de Normalización de Ohrid, mediado por la UE y aceptado de palabra junto con el primer ministro kosovar, Albin Kurti, el 27 de febrero de 2023 en Bruselas, a lo que siguió el acatamiento, solo verbal también, de una hoja de ruta el 18 de marzo. La Comisión Europea ha dejado claro que el cumplimiento de las previsiones del Acuerdo, entre las que figura la aceptación de cualesquiera procesos de membresía de Kosovo en organizaciones internacionales (como el Consejo de Europa y la misma UE), es condición sine qua non para el éxito de las negociaciones de adhesión de Serbia a la Unión.

El 27 de mayo de 2023 Vucevic fue elegido presidente del SNS en lugar de Vucic.

Milos Vucevic está casado y es padre de dos hijos.

(Cobertura informativa hasta 6/6/2024).

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