Michal Kovác

 Estudió en la Academia Comercial de Humenne, distrito donde ejerció brevemente de contable en una cooperativa agrícola, y, desde 1950, en la Escuela de Economía de Bratislava, en cuya plantilla se integró en 1954 como docente de Ingeniería y candidato al doctorado en Ciencias. Dos años después entró a trabajar en el Instituto Eslovaco del Banco Estatal de Checoslovaquia, entidad donde en la década siguiente desarrolló una carrera en el mundo de las finanzas como asesor financiero del Banco Nacional de Cuba (1963-1966) y subdirector del banco comercial Zivnostenska al frente de su delegación en Londres (1966-1969). Tras la Primavera de Praga de 1968 figuró entre los miles de servidores públicos represaliados por las autoridades prosoviéticas: en 1970 fue expulsado del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC) y un año después fue degradado al puesto de simple oficinista en el mismo banco del que había sido directivo. Kovác desempeñó este trabajo de empleado en Bratislava durante siete años.

En 1978 retomó la actividad académica como investigador científico en el Instituto de Finanzas y Crédito y luego en el Instituto Central de Investigación Económica Nacional, así como, a partir de 1987, conferenciante en la Escuela Técnica de la Universidad de Bratislava. En diciembre de 1989 fue invitado a tomar parte en el Gobierno eslovaco dirigido por el comunista Milán Cic, quien le concedió la importante cartera de Finanzas. Tras la desaparición del régimen comunista Kovác siguió en este puesto en los gobiernos de Vladímir Meciar de junio de 1990 y Ján Carnogurský de abril de 1991, aunque el 18 de mayo de 1991 lo abandonó.

Como candidato del Foro Público contra la Violencia (VPN), en las elecciones libres de junio de 1990 ganó el acta de diputado en la Cámara del Pueblo de la Asamblea Federal checoslovaca, donde Eslovaquia disponía de 49 de los 101 escaños. Cuando en 1991 dimitió como ministro de Finanzas se unió al Movimiento por una Eslovaquia Democrática (HZDS), partido reformista y nacionalista fundado hacía poco por Meciar, del que se que convirtió en vicepresidente. En las segundas elecciones legislativas, en junio de 1992, Kovác renovó su escaño y en el momento de la constitución de la Asamblea Federal, el día 26, fue elegido para su presidente.

La disolución pactada de Checoslovaquia convirtió a Eslovaquia en un Estado independiente el 1 de enero de 1993. Considerado un político de perfil bajo y reacio al pugilato político (todo lo contrario que su entonces mentor, Meciar), Kovác fue nominado por su partido para el puesto de presidente de la República, que en el pasado sólo había existido entre 1939 y 1945, cuando, encabezada por Jozef Tiso, Eslovaquia mantuvo una teórica independencia mientras los países checos formaban parte del III Reich alemán como territorios anexados o en régimen de protectorado. La votación se realizó en el Consejo Nacional (Parlamento) el 15 de febrero y Kovác, en virtud de su única candidatura, fue investido con 106 votos sobre 150. Con su toma de posesión para un quinquenio, el 2 de marzo, cesó de militancia en el HZDS.

Como titular de un puesto con atribuciones limitadas (Eslovaquia, como la República Checa, adoptó el sistema parlamentario) y con un pasado reciente de correligionario de Meciar, de Kovác se esperaba una relación fluida con el primer ministro. No obstante, no tardó en surgir el enfrentamiento institucional, tanto por razones, ahora desveladas, de incompatibilidad personal, como por sus diferentes puntos de vista con respecto a la estrategia de aproximación a las estructuras euro-atlánticas. En este sentido, Meciar se mostró circunspecto y más bien pareció aspirar a una posición equidistante entre Este y Oeste, que recuperara con Rusia el nivel de las otrora privilegiadas relaciones con la URSS; Kovác, sumándose al criterio de la oposición parlamentaria, recriminó la ambigüedad exterior del primer ministro y urgió una apuesta decidida por el ingreso en la Unión Europea y en la OTAN, como estaban haciendo los vecinos checos, polacos y húngaros.

El enfrentamiento entre los dos titulares del poder ejecutivo alcanzó cotas de virulencia insólitas en una república parlamentaria. El presidente, que en su discurso a la nación del 9 de marzo de 1994 acusó al jefe del Gobierno de “incompetencia”, “obstrucción a la democracia” y “populismo”, apoyó visiblemente la rebelión interna del HZDS contra Meciar, que días después fue derribado en una moción de censura parlamentaria con los votos conjuntos de los disidentes y la oposición. Luego, el 31 de agosto de 1995, estalló el escándalo por el secuestro y traslado a Viena del hijo menor de Kovác, también llamado Michal, quien, luego de permanecer encarcelado a instancias de un juez alemán que le acusaba de un delito de fraude, fue autorizado por las autoridades austríacas a regresar a Eslovaquia en febrero de 1996, sin aportar información clara sobre la identidad y motivaciones de sus captores. Para Kovác y los partidos de la oposición (que, derrotados en las urnas por el HZDS, retornaron a este estatus en diciembre de 1994) no cabían dudas de la implicación en el suceso del Servicio de Información Eslovaco (SIS), cuya instrumentación por Meciar para labores de espionaje político había sido reiteradamente denunciada.

La inquina personal entre Meciar y Kovác, con mutuas exigencias de dimisión y amenazas de forzar ese paso por la vía plebiscitaria, iba a mediatizar las elecciones presidenciales de 1998, que el segundo, descartándose para la reelección, exigía que se hicieran por sufragio directo. Kovác y la oposición parlamentaria acusaron al HZDS de torpedear el proceso en su conjunto; según ellos, Meciar confiaba en que el complicado sistema electoral (se requería el voto de tres quintas partes del Parlamento) y la mayoría absoluta de la que gozaba su coalición de Gobierno invalidaran las sucesivas votaciones parlamentarias y creasen una vacancia que sería aprovechada por él de cara a las legislativas.

En mayo de 1997 la cuestión, impulsada por la oposición y respaldada por más de medio millón de firmas, fue añadida por decisión de Kovác como una cuarta pregunta en el referéndum organizado por Meciar sobre el ingreso del país en la OTAN. Sin embargo, el Ministerio del Interior sólo hizo imprimir en las papeletas las tres primeras preguntas a propósito de la OTAN, de manera que el 23 y el 24 de mayo el electorado optó por la abstención. El 26 de mayo la Comisión Central del Referéndum invalidó la caótica consulta, que registró una participación inferior al 10%, por los graves fallos de procedimiento.

El 2 de marzo de 1998 concluyó el mandato de Kovác y, en efecto, en las rondas de voto efectuadas entre el 6 de febrero y el 9 de julio ningún candidato reunió la mayoría exigida, luego Meciar, en tanto que jefe del Gobierno, se convirtió también en jefe del Estado en funciones. Esta situación quedó desbloqueada a raíz de la derrota del HZDS en las elecciones legislativas de septiembre de 1998 y la constitución por cuatro partidos, un mes más tarde, de un Gobierno de coalición presidido por Mikulás Dzurinda. El 24 de noviembre de 1998, después de que el bloque gubernamental sacara adelante una enmienda constitucional para permitir las elecciones presidenciales directas, Kovác se desdijo de anteriores declaraciones y anunció su candidatura, pero el 11 de mayo, cuatro días antes de los comicios, la retiró para no perjudicar las posibilidades de Rudolf Schuster, el candidato del Gobierno, y evitar el retorno al “aislamiento internacional”, en referencia a un hipotético triunfo de Meciar, quien efectivamente fue derrotado por Schuster. No hubo tiempo de retirar el nombre de Kovác de las papeletas, de manera que las autoridades electorales computaron un 0,1% votos favorables.

Kovác recibió en 1994 la Gran Cruz de la Orden del Mérito de Polonia y en 1995 el Lions Club Award y el Premio CEELIA de la Asociación de Colegios de Abogados de Estados Unidos.

(Cobertura informativa hasta 1/4/2001)