Lori Lightfoot
Alcaldesa de Chicago (2019-2023)
Las votaciones municipales de febrero y abril de 2019 en Chicago derivaron en un duelo electoral de características insólitas: contendieron por la Alcaldía dos mujeres, ambas de color y además miembros del mismo partido, el Demócrata. La ganadora fue Lori Lightfoot, una abogada privada y ex fiscal federal principiante en estas lides políticas pero con una sólida experiencia en la gestión funcionarial de diversos ámbitos municipales de la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, en particular la supervisión civil de su Departamento de Policía, en la picota por los casos de abuso de autoridad y sobreactuación violenta. Lightfoot, presentada como una "reformista independiente" comprometida con el bienestar de los 2,7 millones de habitantes de Chicago sin distingos socioeconómicos, se impuso a la "maquinaria" oficialista leal al alcalde saliente, Rahm Emanuel, para el que ella trabajó hasta que dimitió en 2018 y al que ahora sucede.
El programa de Lightfoot para Chicago, urbe de rascacielos, grandes corporaciones y barriadas pobres que arrastra serios problemas de desigualdad zonal y criminalidad vinculada a las bandas y el narcotráfico, apela a un modelo de ciudad mucho más inclusivo y participativo. Se propone focalizar inversiones en las vecindades tradicionalmente relegadas y donde residen mayoritariamente ciudadanos negros, relanzar las escuelas públicas de barrio, ampliar las opciones de vivienda de alquiler asequible y atajar la "epidemia de violencia" en las calles yendo a la "raíz" del problema, que no es otro que la desatención por el Ayuntamiento de las áreas de bajos ingresos del sur y el oeste. También, quiere completar la reforma policial y mejorar la transparencia del consistorio. Para ello, la nueva regidora plantea un reenfoque presupuestario que tomará más recursos de unos impuestos municipales de tipo progresivo.
La subida de Lightfoot al City Hall de la megápolis de Illinois ha tenido repercusión internacional no tanto por la raza de la nueva alcaldesa como por su condición gay. Según sus palabras, una "orgullosa lesbiana negra", Lightfoot está casada con una mujer (blanca) y es madre adoptiva de una niña, esposa e hija que celebraron a su lado la victoria en las urnas.
(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 9/4/2019. Lori Lighfoot se presentó a la reeleción como alcaldesa de Chicago en las elecciones municipales del 28/2/2023, pero con el 16,8% de los votos quedó en tercer lugar y fue derrotada por los también demócratas Brandon Johnson y Paul Vallas. El 15/5/2023 Lighfoot fue sucedida en el puesto por Johnson). |
Natural de Massillon, una pequeña ciudad industrial del nordeste de Ohio próxima a Cleveland, y criada en un hogar afroamericano de condición social humilde, su padre, sordo a raíz de una grave enfermedad, se ganaba la vida como barbero y portero, mientras que la madre, emigrada al igual que su esposo desde el sur agrícola de Estados Unidos, realizaba trabajos de cuidadora en hospitales psiquiátricos, residencias de ancianos y casas particulares. Tras terminar la high school en un centro local, la joven estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Michigan y para costearse las clases laboro en fábricas y como coordinadora de residencias de estudiantes. En 1984 se graduó con el título de Bachelor of Arts y en los dos años siguientes trabajó en Washington para los congresistas Ralph Regula, representante republicano de Ohio, y Barbara Mikulski, representante demócrata de Maryland.
En 1986 Lightfoot fijó su domicilio en Chicago decidida a labrarse una carrera profesional en el mundo de las leyes. En la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago mostró cualidades dirigentes como presidenta del capítulo estudiantil y se hizo notar también por sus marcados enfoques feministas y antirracistas. Asimismo, dejó de ocultar su condición de lesbiana, si bien no se apuntó a la militancia de causas de la comunidad LGBT. Durante la carrera universitaria, realizada con la ayuda de una beca, compaginó las clases y una práctica jurídica en la oficina de un magistrado del Tribunal Supremo de Michigan.
Abogada privada, fiscal federal y supervisora policial en el Ayuntamiento de Chicago
Una vez titulada Juris Doctor en 1989, Lightfoot empezó la práctica legal privada en el bufete de abogados litigantes Mayer Brown de Chicago. Durante siete años, la futura alcaldesa tuvo entre sus clientes a grandes corporaciones, políticos del Partido Republicano e incluso personas acusadas de discriminación racial contra ciudadanos negros. La aparente contradicción entre las convicciones personales de la letrada y el perfil de muchos de sus defendidos, típicos representantes de las élites conservadoras blancas, iba a ser sacada a colación por los adversarios de la candidata en la campaña para las elecciones municipales de 2019.
Lightfoot debutó en el servicio público en 1996 al ser reclutada como fiscal asistente por la Fiscalía del Distrito Norte de Illinois, labor auxiliar que la involucró en la persecución judicial de los delitos federales perpetrados en el estado. Fue en 2002 cuando Lightfoot recaló por primera vez en el aparato administrativo del Ayuntamiento de su ciudad adoptiva, concretamente los escalafones civiles conexos con el Departamento de Policía de Chicago (CPD), un cuerpo enfrentado, desde los tiempos de la Ley seca y la explosión del gangsterismo, a algunas de las tasas de crímenes violentos más altas de Estados Unidos.
La ex fiscal empezó dirigiendo la Office of Professional Standards (OPS), agencia de investigación civil, independiente de la oficina de asuntos internos del CPD, que podía recomendar medidas disciplinarias contra agentes que hubiesen cometido infracciones del reglamento a costa de la seguridad y la integridad de los ciudadanos. En 2004 Lightfoot dejó la OPS para fungir de jefa de gabinete y consejera legal de la Oficina de Gestión de Emergencias y Comunicaciones de la ciudad de Chicago, un bastión del Partido Demócrata, que dirigía el Ayuntamiento sin interrupción desde 1931. Meses después, a principios de 2005, el entonces alcalde, Richard M. Daley, la nombró adjunta a la responsable del Departamento de Contrataciones, Mary Dempsey, una oficial con fama de intolerante con la corrupción.
Lightfoot solo estuvo unos meses en este destino. En octubre de 2005 se despidió del Ayuntamiento y reanudó la abogacía privada en el despacho de Mayer Brown. De nuevo, representó a políticos republicanos y, en un caso sonado, defendió la inocencia de un agente del CPD acusado de agresión injustificada fuera de servicio. También, llevó la defensa legal de la Ciudad de Chicago frente a una demanda civil por negligencia policial en la custodia por agentes de una mujer que había sufrido un percance de salud. Por otro lado, en 2013, la abogada aspiró sin éxito a la plaza de fiscal jefe del Distrito Norte de Illinois.
En junio de 2015 Lightfoot estuvo de vuelta en el Ayuntamiento de la mano del alcalde demócrata Rahm Emanuel, recién elegido para un segundo mandato de cuatro años. El antiguo congresista por Illinois y jefe de Gabinete de la Casa Blanca con el presidente Obama puso a la abogada de su mismo partido al frente del Chicago Police Board (CPB), órgano independiente civil de nueve miembros encargado de dirimir en los casos, nada infrecuentes, de empleo excesivo de la fuerza por los agentes del Departamento de Policía. El CPB se atenía al Código Municipal de Chicago y trabajaba estrechamente con el Superintendente de la Policía y con la Independent Police Review Authority (IPRA), sucesora en 2007 de la OPS y que a su vez iba a ser reemplazada en 2016 por la Civilian Office of Police Accountability (COPA).
Las sucesivas reconfiguraciones de la autoridad de escrutinio civil de la Policía local (OPS, IPRA, COPA), en el sentido de potenciar su autonomía del instituto armado y valorar los casos de mala conducta con más severidad, indicaba hasta qué punto revestía gravedad en Chicago el problema de la brutalidad policial, fuente permanente de escándalos, denuncias y pleitos que acarreaban onerosos costes económicos, y daños en términos de imagen pública, al Ayuntamiento. Lightfoot hizo del CPB un organismo más punitivo, tal que ahora menos de la tercera parte de los agentes investigados y expedientados se libraban del despido.
Lightfoot encabezó también la Police Accountability Task Force (PATF), panel que en abril 2016 emitió un minucioso y crítico informe sobre el comportamiento rutinario del personal con placa, pródigo en ejemplos de actitudes racistas y violentas, y con la política en general del Departamento de Policía, necesitado de una mayor transparencia y de una mejor rendición de cuentas. Precisamente, este informe de evaluación y recomendaciones tuvo mucho que ver en la decisión del Ayuntamiento de abolir la IPRA y crear en su lugar la COPA. Aun así, la funcionaria y su equipo recibían acusaciones de falta de contundencia desde voces de la sociedad civil movilizadas contra unas reiteradas sobreactuación y brutalidad policiales que solían cebarse en los jóvenes negros de baja condición social y residentes en barrios pobres y marginales (como Fuller Park, Garfield Park, Burnside, Englewood o Lawndale), cantera inagotable de pandilleros y delincuentes.
El celo parapolicial de Lightfoot afectó sus relaciones con Emanuel, si bien las discrepancias serias afloraron de manera nítida en 2017 a raíz de las discusiones iniciadas por el alcalde con el Departamento de Justicia de la nueva Administración Trump para que las medidas destinadas a acabar con las situaciones de violaciones de derechos civiles por algunos funcionarios policiales fueran puestas bajo observación de la justicia federal, cambio que Lightfoot no dudó en rechazar al considerarlo superfluo. En enero de aquel año el Departamento de Justicia había emitido un informe de recomendaciones que en buena medida repetía lo dicho por el informe publicado por la PATF meses atrás, y Lightfoot consideraba que la necesaria reforma del CPD sería más ágil sin la implicación de estancias superiores a la jurisdicción de la ciudad. Además, reclamaba que el CPB tuviera la prerrogativa de despedir al Superintendente de la Policía llegado el caso.
En agosto de 2017 Emanuel, contrariando el rumor de que pensaba despedir a su díscola subalterna, anunció la renovación de Lightfoot como responsable del CPB por otros dos años. Ahora bien, le puso como condición que colaborara en la aplicación de los cambios que el Departamento de Justicia y el Ayuntamiento querían introducir en su organismo.
Elección para la Alcaldía con una plataforma antioficialista
Sin embargo, Lightfoot tenía unos ambiciosos planes políticos que suponían romper con Emanuel, en adelante un responsable municipal abiertamente cuestionado y retado. El 7 de mayo de 2018, en mitad de las deliberaciones sobre el destino del enésimo agente policial acusado de hacer un uso injustificado de su arma reglamentaria con el resultado de muertes accidentales o culposas, Lightfoot notificó su renuncia como presidenta y miembro del CPB. Sin aclarar las razones de su salida, la dimisionaria se limitó a indicar que seguiría siendo "una apasionada defensora en cuestiones que son críticas para elevar la calidad de vida de todos los habitantes de Chicago".
Tres días después, confirmando la expectativa general, Lightfoot anunciaba su candidatura a la Alcaldía y su aspiración de batir a Emanuel, al que la ley no impedía optar al tercer mandato, en 2019. Al confirmar su entrada en una liza electoral apretada que ya contaba con siete contrincantes, Lightfoot negó que tras su envite hubiera motivos "personales", es decir, que la impulsara algún tipo de rencor hacia Emanuel. Ella se presentaba a las urnas porque estaba preocupada por el curso negativo de la tercera urbe más grande de Estados Unidos (con 2,7 millones de residentes censados, a los que se sumaban otros 7 millones de habitantes de su área metropolitana) en una serie de indicadores socioeconómicos. El gran problema estructural de Chicago era la acusada desigualdad de sus barrios residenciales, donde las diferencias en los índices de criminalidad, nivel educativo y renta, y, como corolario, en la esperanza de vida, podían llegar a ser abismales. Así, a ella le parecía acuciante una reorientación de las finanzas municipales hacia el gasto social en las barriadas menos desarrolladas, para conseguir un Chicago más integrado.
Las posibilidades electorales de Lightfoot, una experimentada funcionaria insider vinculada a las clases altas por profesión pero que se presentaba a estos comicios como agente del cambio y abogada de las vecindades menos favorecidas y de la "clase trabajadora", tomaron un cariz claramente posibilista cuando a principios de septiembre de 2018 Emanuel comunicó que su ciclo político en Chicago había concluido y que él no sería candidato de nuevo. La postulación del oficialismo recayó entonces en la afroamericana Toni Preckwinkle, veterana ex concejala y desde 2010 presidenta de la Junta de Comisionados de Cook, uno de los condados de Illinois.
Para Lightfoot y su equipo, Preckwinkle era obviamente el rostro del establishment del Partido Demócrata, refractario a las innovaciones y permeable a las corruptelas, al que había llegado la hora de desplazar del poder municipal por su incapacidad para hacer más y mejores cosas en la gran ciudad ribereña del lago Michigan. Por su parte, los colaboradores y seguidores de Preckwinkle presentaban a Lightfoot como una novata en estas lides que además no era la valedora de los negros pobres y las familias trabajadoras que decía ser, sino la candidata de los chicagüenses pudientes de los barrios norteños y la downtown de los rascacielos, una persona que venía a recortar o privatizar las pensiones de los funcionarios municipales, y hasta la preferida por la derecha blanca que seguía mirando a los negros con menosprecio. De ganar en Chicago, Lightfoot no sería ni la primera mujer alcalde (Jane Byrne ya había plantado ese hito en 1979) ni el primer regidor de color (Harold Washington y Eugene Sawyer habían dirigido el consistorio entre 1987 y 1989), aunque sí el primer alcalde gay reconocido.
Mientras intercambiaba pullas crecientemente ásperas con Preckwinkle, Lightfoot procuró perfilar el carácter diferencial de su candidatura con un programa articulado en torno al concepto del desarrollo inclusivo. Su plataforma incluía los siguientes capítulos: un ambicioso plan para relanzar la red de escuelas públicas de barriada, concebidas por ella como bastiones de la integración, el civismo y el sentido de pertenencia a una comunidad, dotándolas de más recursos y buscando elevar el rendimiento educativo de los alumnos; atajar la "epidemia de violencia" en las calles considerando los mortales tiroteos una auténtica crisis de seguridad y de "salud pública" que precisaba la creación en la Alcaldía de una oficina ad hoc y la atención de la "raíz" del problema, el cual no era otro que la falta de inversiones en las vecindades en el foco del problema; ampliar las opciones de vivienda de alquiler asequible, partiendo de los recursos extra que proporcionaría un gravamen a las transmisiones inmobiliarias de tipo "progresivo"; crear incubadoras de empresas y ayudar a las startups en las zonas económicamente relegadas del South Side y el West Side; y, punto que no podía faltar en el programa, acometer la reforma del CPD, donde debían servir agentes mejor adiestrados.
Otros puntos recogidos por el programa de la opositora eran: la limitación de los mandatos del alcalde a dos y la lucha en firme contra la opacidad, la corrupción y las conductas no éticas en la gestión de la ciudad; el otorgamiento de más contratas municipales a empresas regentadas por mujeres y minorías raciales; la elevación del salario mínimo a los 15 dólares la hora; el rechazo a toda colaboración del departamento local de Policía con las redadas de los agentes del Servicio federal de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), operaciones que "aterrorizaban" a los residentes venidos de fuera y en situación irregular; el despliegue de un sistema de movilidad urbana orientado al transporte público no contaminante, con una flota de autobuses eléctricos inclusive; el restablecimiento del departamento municipal del Medio Ambiente; la legalización y regulación del cannabis; y la salvaguarda de los derechos civiles y la participación en el gobierno municipal de la comunidad LGBTQ+, esto último por parte de quien se consideraba a sí misma una "una orgullosa lesbiana negra".
La competición electoral presentaba nada menos que 14 participantes, entre ellos Bill Daley, hermano del anterior alcalde Richard M. Daley, hijo del también ex alcalde Richard J. Daley, antiguo secretario de Comercio con Bill Clinton y luego jefe de Gabinete con Obama (precisamente en sucesión de Emanuel), aunque terminó siendo una cosa de dos mujeres de color: Lightfoot, con un fondo de campaña mucho más modesto pero al alza en los sondeos, y Preckwinkle, la oponente que gozaba del respaldo del aparato del alcalde saliente. El 26 de febrero de 2019, al cabo de un pugilato verbal con expresiones subidas de tono, Lightfoot se puso en cabeza con el 17,5% de los votos, seguida muy de cerca por la jefa ejecutiva de Cook County con el 16%. Las dos se batieron el 2 de abril en una segunda vuelta que fue ganada de manera aplastante por Lightfoot, receptora del 73,7% de los sufragios.
En su discurso de la victoria, la alcaldesa electa, cuyo relevo de Emanuel estaba previsto para el 20 de mayo, dirigió a sus seguidores las siguientes palabras: "Hoy hicisteis más que historia. Creasteis un movimiento por el cambio (...) Teníamos en contra poderosos intereses, una poderosa maquinaria y un poderoso alcalde. Pero recuerdo algo que Martin Luther King dijo cuando era muy joven: «fe es dar el primer paso cuando no puedes ver la escalera». Pues bien, nosotros no podíamos ver la totalidad de escalera cuando iniciamos este viaje, pero teníamos fe. Una fe duradera en esta ciudad, su gente y su futuro. Así que dimos ese primer paso". Lightfoot compareció a escena acompañada de la mujer que era su esposa desde hacía un lustro, Amy Eshleman (la pareja se había casado el mismo día, el 1 de junio de 2014, en que el matrimonio de personas del mismo sexo pasó a ser legal en Illinois), y de la hija adoptada por ambas, Vivian, de 11 años.
(Cobertura informativa hasta 9/4/2019)