Kasym-Zhomart Tokáyev

El 19 de marzo de 2019, tras 30 años de poder omnímodo (iniciado incluso antes de la independencia nacional en 1991), el presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáyev, renunció voluntariamente a un puesto que venía desempeñando con carácter vitalicio y dejó paso a uno de sus colaboradores de mayor confianza, Kasym-Zhomart Tokáyev, hasta entonces presidente del Senado.

Alto funcionario con una amplia experiencia diplomática y gubernamental, tratándose de un antiguo primer ministro, ministro de Exteriores y director general de la sede de la ONU en Ginebra, el obediente Tokáyev representa la continuidad precisa del régimen autoritario fundado por Nazarbáyev, algunos de cuyos rasgos son la persecución de las voces disidentes, las elecciones pseudocompetitivas y una notable habilidad para jugar las bazas estratégicas del vasto país centroasiático. Muy rico en hidrocarburos y minerales, y paso obligado en el corredor euro-asiático que une la UE y Extremo Oriente, Kazajstán, una república secular de mayoría turcófona y musulmana, mantiene excelentes relaciones triangulares con Rusia -en cuya esfera geopolítica se inscribe-, China y las potencias occidentales, las cuales tienden a dejar correr la ausencia de democracia, las violaciones de los Derechos Humanos y los escándalos de corrupción, y prefieren quedarse con la estabilidad política, la seguridad interna y las ventajas comerciales. La primera situación es aún más cruda en Turkmenistán y Uzbekistán, mientras que la predictibilidad y los buenos negocios históricamente no han sido los fuertes de Kirguizistán y Tadzhikistán.

La primera decisión de Tokáyev como jefe del Estado kazajo fue renombrar la capital, Astaná, en adelante llamada Nur-Sultán en honor a Nazarbáyev, ya ensalzado como Elbasy (Líder de la Nación) en el marco del culto a su personalidad y que retiene una influencia "prioritaria", según palabras del propio Tokáyev, en tanto que presidente del Consejo de Seguridad y del partido hegemónico del régimen, el Nur Otan. Menos de tres meses después de asumir el cargo, Tokáyev se hizo validar en las urnas con el 71% de los votos. Más allá de la novedades, más bien anecdóticas, de un ramillete de candidaturas de la oposición teóricamente rivales y de un porcentaje del ganador no rayano en el 100%, la elección presidencial del 9 de junio, como las cinco ediciones anteriores, no cumplió los estándares de la OSCE y revistió un mero carácter plebiscitario. Tokáyev dispone de un mandato de cinco años susceptible de ser renovado en 2024, aunque las miradas se dirigen también a la influyente hija del dictador, Dariga Nazarbáyeva, de la que hace tiempo se dice que está preparándose para mandar un día en el país y que ahora es el segundo oficial de la jerarquía institucional como cabeza del Senado.


(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 1/7/2019. En las elecciones del 20/11/2022 Kasym-Zhomart Tokáyev ganó con el 81.3% de los votos un mandato adicional, de siete años de duración y no renovable, como presidente de la República de Kazajstán).

1. Dignatario del régimen de Nursultán Nazarbáyev
2. Sucesión presidencial en 2019


1. Dignatario del régimen de Nursultán Nazarbáyev

El segundo presidente en la historia de Kazajstán nació en Almaty, entonces llamada Almá-Atá y la capital de la República Socialista Soviética Kazaja, en mayo de 1953, al poco de fallecer Stalin. Su familia gozaba de un estatus acomodado: el padre, Kemel Tokáyev, era un veterano de la Segunda Guerra Mundial que había adquirido fama local como escritor, mientras que la madre, Turar Shabarbáyeva, trabajaba en el Instituto de Idiomas Extranjeros de Almá-Atá. Ambos eran miembros del Partido Comunista Kazajo (PCK) y del PCUS.

El joven se instruyó en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, una de las principales instituciones académicas soviéticas, dedicada a formar a los cuadros del Ministerio de Asuntos Exteriores, y su primer destino diplomático tras graduarse en 1975 fue en Singapur. En 1979 regresó a Moscú para servir de funcionario en el Ministerio y desde 1985 estuvo destacado en la Embajada de la URSS en Beijing, donde profundizó sus conocimientos idiomáticos. En la legación en la China Popular desempeñó los puestos de consejero, segundo secretario y primer secretario.

Los históricos acontecimientos de 1991, la desintegración de la URSS y subsiguiente acceso de la asiática Kazajstán, la república soviética donde más débil era el sentimiento soberanista, a la independencia nacional (de hecho, Kazajstán fue la última república en dar ese paso, el 16 de diciembre, cuando el Estado común ya estaba virtualmente liquidado), trajeron a Tokáyev de vuelta a su país para servir en el Ejecutivo mandado por Nursultán Nazarbáyev, anteriormente el primer secretario del PCK y desde 1990 el presidente de la República de Kazajstán.

En 1992, luego de realizar un cursillo de capacitación especial en la Academia Diplomática del Ministerio de Exteriores de la Federación Rusa en Moscú, Tokáyev fue nombrado viceministro de Exteriores de Kazajstán. En 1993 ascendió a primer viceministro y en 1994 se convirtió en titular del Ministerio, función que desempeñó durante cinco años en los gobiernos de los primeros ministros Akezhán Kazhegeldin y, desde 1997, Nurlán Balgimbáyev. Como segundo y primer responsable de la diplomacia kazaja, Tokáyev jugo un papel importante en la desnuclearización del país, que junto con Rusia, Ucrania y Bielarús había heredado una parte sustancial del anterior arsenal atómico soviético. Este proceso de desarme unilateral fue emprendido en 1992 por Nazarbáyev en estrecha coordinación con Rusia y Estados Unidos, y en el marco también del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

En marzo de 1999 Nazarbáyev, cabeza de un régimen intensamente autoritario que dejaba un escaso margen de desenvolvimiento a los débiles partidos de la oposición democrática -cuyos dirigentes sufrían un acoso y una persecución sañudos que podían conducirles a la cárcel con cargos fabricados, al exilio interior o incluso a la muerte violenta- y un espacio más exiguo aún en los procesos electorales -devenidos meros trámites sin verdadera competición-, nombró a Tokáyev viceprimer ministro. Siete meses después, el 1 de octubre de 1999, la imparable carrera política del diplomático llegó a un cenit provisional al confiarle el presidente el cargo de primer ministro en sustitución de Balgimbáyev. El 28 de enero de 2002 Tokáyev, acatando seguramente órdenes presidenciales, presentó la dimisión de manera inesperada. Entonces, Nazarbáyev nombró nuevo primer ministro a Imangali Tasmagambétov, pero retuvo en el Ejecutivo a Tokáyev, en adelante otra vez ministro de Exteriores y secretario de Estado.

Su segunda ejecutoria al frente del Ministerio de Exteriores le duró a Tokáyev, al igual que la anterior, un lustro, hasta que en enero de 2007 fue investido presidente del Senado, cámara alta parlamentaria cuyos 47 miembros, todos sin filiación partidaria pero leales al Gobierno, eran, bien de elección indirecta, bien de nombramiento presidencial. En cuanto a la cámara baja, la Asamblea o Mazhilis, de elección directa, estaba dominada por el partido con vocación hegemónica del régimen, el Nur Otan (literalmente, "Patria Radiante"), lanzado hacía poco, en septiembre de 2006, a partir de la fusión de varias formaciones progubernamentales y del que Tokáyev era por supuesto miembro y dirigente. Meses después de la llegada de Tokáyev al Senado, en agosto de 2007, el Nur Otan recibió casi el 90% de los votos en las elecciones legislativas, carentes de credibilidad democrática en opinión de la OSCE (de cuya Asamblea Parlamentaria Tokáyev iba a ser elegido vicepresidente en 2008), y capturó los 98 escaños del Mazhilis.

El 15 de abril de 2011 Nazarbáyev, recién reelegido con el 95% de los votos para un cuarto mandato presidencial al que, en virtud de la reforma legal de 2007, podrían seguir tantos más como él quisiera (en otras palabras, el líder kazajo era ahora en la práctica un presidente vitalicio), volvió a mover de silla a su dócil subordinado. Esta vez, Tokáyev fue recuperado para las funciones internacionales como director general de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (ONUG), alta función internacional para la que había sido designado en marzo anterior y que conllevaba también otras funciones prominentes, como la Secretaría General de la Conferencia de Desarme de la ONU.

La elección del dignatario kazajo para conducir la sede de la ONU en la capital suiza fue vista como un gran éxito diplomático de Nazarbáyev, un dirigente hábil a la hora de jugar sus bazas estratégicas y energéticas, promoviendo a su extenso país rico en hidrocarburos como un valioso baluarte de estabilidad y encrucijada comercial del espacio euro-asiático, y consiguiendo que Estados Unidos y la Unión Europea no le reconvinieran demasiado por la falta de democracia, los abusos represivos y los escándalos de corrupción. Tokáyev tenía toda la confianza de Nazarbáyev y su identificación con el régimen personalista, una dictadura de hecho, era plena. Su visión del sistema político kazajo se resumía en la divisa de "un presidente fuerte, un Parlamento con autoridad, un Gobierno responsable".


2. Sucesión presidencial en 2019

El 16 de octubre de 2013 Tokáyev cesó en la Dirección General de la ONUG en Ginebra y reasumió en Astaná la presidencia del Senado kazajo. El 19 de marzo de 2019 el ya veteranísimo servidor estatal, de 65 años, seguía ocupando este cargo legislativo, por ley el segundo más importante de la jerarquía institucional, cuando el presidente Nazarbáyev, tras 30 años en el poder omnímodo, seis mandatos institucionales y cinco reelecciones populares de carácter plebiscitario, anunció de manera abrupta, aunque no completamente inesperada, su dimisión como presidente de Kazajstán.

En su anuncio televisado, el Líder de la Nación (Elbasy, título honorífico asumido a propuesta del Mazhilis en 2010 y que le otorgaba una total inmunidad), a los 78 años, dio cuenta del mecanismo sucesorio previsto para esta contingencia por la Constitución en su artículo 48, el cual establecía la asunción de la jefatura del Estado por el presidente del Senado para el resto del mandato. Eso suponía que Tokáyev, con efecto inmediato, se convertía en presidente de la República en funciones. Al día siguiente, Nazarbáyev hizo efectiva su renuncia y Tokáyev pasó a ser el presidente titular con fecha de caducidad. El plan inicial, al menos cara al público, era que Tokáyev completara el mandato presidencial inaugurado en 2015 y que no concluía hasta abril de 2020.

"Mi tarea ahora es facilitar el surgimiento de una nueva generación de líderes que continúen las reformas emprendidas en el país", explicó en su alocución de despedida el presidente, quien alabó a su sucesor describiéndole como un "reformista sobresaliente". Ahora bien, la retirada de Nazarbáyev no era completa, pues el dirigente, obedecido y lisonjeado hasta el culto a la personalidad, seguiría siendo el presidente tanto del Consejo de Seguridad, órgano que ahora tenía rango constitucional y ya no era meramente consultivo, como del partido del régimen, el Nur Otan, amén de miembro del Consejo Constitucional. El propio Tokáyev certificó que la opinión de Nazarbáyev iba a tener "una importancia especial, por no decir prioritaria, en la concepción y ejecución de decisiones estratégicas".

A Tokáyev le relevó en la Presidencia del Senado la poderosa e influyente hija de Nazarbáyev, Dariga Nazarbáyeva. Patrona empresarial, anterior viceprimera ministra y hasta la fecha vicepresidenta de la Cámara alta, cuyo Comité de Asuntos Internacionales, Defensa y Seguridad venía encabezando, Nazarbáyeva sonaba desde hacía tiempo como la heredera política de su padre, quien querría verla convertida algún día en presidenta de Kazajstán. Ahora bien, tal mudanza, de ser realmente contemplada por el núcleo del poder kazajo, a la luz de la presente promoción de Tokáyev, quedaba al parecer pospuesta para el futuro.

Lo primero que hizo Tokáyev tras prestar juramento como presidente el 20 de marzo fue proponer al Mazhilis que la capital del país, Astaná, hasta 1998 llamada Akmola, pasara de denominarse Nur-Sultán en honor a Elbasy. Los diputados, obedientes, aprobaron el cambio de topónimo el 23 de marzo. El 4 de abril el nuevo presidente, que no realizó cambios en el Gobierno del primer ministro Askar Mamin, nombrado por Nazarbáyev en febrero anterior en sustitución de Bakytzhán Sagintáyev, realizó su primer desplazamiento exterior a Rusia, principal socio estratégico de Kazajstán en los terrenos económico-comercial, diplomático y de seguridad. Cinco días más tarde Tokáyev anticipó a junio las elecciones presidenciales que en principio tocaban en 2020 con el fin de ahorrarle al país "incertidumbres políticas" innecesarias. Sin sorpresa, el 23 de abril el Nur Otan le proclamó su candidato presidencial.

Las votaciones presidenciales del 9 de junio de 2019, como todas las celebradas desde la independencia, acontecieron en un entorno de falta de garantías democráticas, nula equidad de condiciones y apariencia de competición, pero la no concurrencia de Nazarbáyev, toda una novedad histórica, alentó en la siempre precaria oposición mayores expectativas que en las ocasiones anteriores. En un ejercicio de pluralismo sin precedentes, la Comisión Electoral Central registró a siete de los nueve candidatos que solicitaron concurrir, si bien uno de ellos posteriormente se retiró.

Los seis adversarios nominales de Tokáyev eran: Dania Yespáyeva, diputada del Partido Democrático Ak Zhol, la más destacada formación opositora, de tendencia liberal y que con ocho escaños era el segundo grupo del Mazhilis salido de los comicios de 2016; Jambyl Ahmetbékov, diputado del Partido Comunista Popular de Kazajstán (QKHP, tercer partido del Mazhilis); Amirján Qosánov, periodista y candidato del partido Ult Tagdyry; Toleutai Rahymbékov, académico agrario, del partido socialdemócrata Auyl; Amangeldi Taspíhov, de la Federación de Sindicatos (FTUK); y Sadybek Tugel, funcionario deportivo, del partido Uly Dala Kyrandary.

La Comisión Electoral adjudicó la victoria al candidato del Gobierno con el 70,9% de los votos, seguido a enorme distancia por Qosánov con el 16,2%. Aun anecdótico, el porcentaje de Qosánov era el más elevado sacado nunca por un aspirante de la oposición. Por supuesto, el dato no le dijo nada al sector más combativo de los contrarios al régimen, ya movilizados en la calle desde el 20 de marzo, que llamaron al boicot electoral de una manera tan enérgica como estéril. Cientos de manifestantes vinculados al partido de oposición radical Opción Democrática de Kazajstán (QDT), prohibido por las autoridades con cargos de extremismo y liderado por el banquero Mujtar Ablyázov desde su exilio en Francia, fueron arrestados por las fuerzas de seguridad. Por su parte, la OSCE, acostumbrada a no validar los procesos electorales en el país centroasiático, subrayó la inexistencia de una "competición verdadera" y que las elecciones se habían caracterizado por la "falta de respeto de los derechos fundamentales, incluidas detenciones de manifestantes pacíficos", y las "numerosas irregularidades en el día de la votación".

El 12 de junio Tokáyev inauguró su mandato de cinco años en una ceremonia que tuvo lugar en el Palacio de la Independencia de Nur-Sultán. El segundo presidente de Kazajstán dijo que su eslogan institucional sería "opiniones diferentes en una nación unida".

Kasym-Zhomart Tokáyev está divorciado de Nadezhda Tokáyeva, con quien tuvo un hijo, Timur.

(Cobertura informativa hasta 1/7/2019)