Jorge Sharp Fajardo

Jorge Sharp, un poco conocido dirigente estudiantil y activista social de la minoritaria izquierda autonomista y anticapitalista, dio la campanada en las elecciones locales de 2016 en Chile al ganar por goleada la Alcaldía de Valparaíso, derrotando contra pronóstico a los partidos tradicionales. Su candidatura alternativa, exponente de un "movimiento ciudadano" que aspira a hacer una "nueva política" y pasar página a la era del "duopolio" y sus "malas prácticas", convenció con un programa enfocado en la sostenibilidad urbana de la tercera ciudad de Chile, la participación de los vecinos en todas las áreas de gestión municipal, la lucha contra la desigualdad y las intervenciones integrales tanto en la parte alta de la ciudad, los Cerros residenciales, que acusan déficits de infraestructuras, como en el casco histórico de la zona baja y la franja costera, para la que se elaboraría un nuevo plan de expansión portuaria.

De 32 años, Sharp es un abogado de formación que en el momento de asumir el consistorio porteño carecía de cualquier experiencia funcionarial o institucional. Su estilo, desenvuelto, jovial y con un punto de informalidad, muy próximo a la gente, viene acompañando una gestión complicada por la magnitud de los desafíos enfrentados. Transcurrido un año desde su llegada a la Municipalidad con aires de renovación, la mejora más visible en Valpo, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, es la limpieza de sus espacios públicos.


(Texto actualizado hasta marzo 2018)

Jorge Sharp Fajardo, el joven alcalde de la izquierda alternativa chilena que ha revolucionado la política municipal de Valparaíso, pertenece a una ilustre familia de emprendedores culturales y económicos de la región más austral de Chile. Así, es nieto de Jorge Sharp Corona, intérprete de violín, hombre de negocios e impulsor del folclore magallánico, fallecido en 2007, e hijo de Jorge Sharp Galetovic, ingeniero, musicólogo también y en fechas recientes (2016-2017) presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en la Región de Magallanes. Jorge Sharp júnior terminó el colegio secundario en su Punta Arenas natal y en 2003 se trasladó 3.000 km al norte para cursar la carrera de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

Un dirigente estudiantil de la izquierda autonomista
Su intensa actividad estudiantil, despuntada en su etapa escolar en Punta Arenas y pronto extendida a la militancia de diversas causas políticas, sindicales y sociales de la capital porteña, retrasó hasta 2015 la obtención del título de abogado. Sin embargo, su contacto con la profesión legal vino de sendas membresías del Centro de Estudios Académica Jurídica y el Estudio Jurídico OLS de Valparaíso, donde se familiarizó con los pleitos y demandas del mundo laboral de la tercera ciudad de Chile.

La gran protesta nacional de estudiantes del año 2006, en el arranque de la primera presidencia de la socialista Michelle Bachelet, lanzada por los alumnos de primaria y secundaria en defensa de una educación pública de calidad, estimuló las energías activistas de Sharp, que planteó su aspiración de encabezar el Centro de Estudiantes de la Escuela de Derecho de la PUCV y también la Federación de Estudiantes de dicha Universidad (FEPUCV). En 2008, al calor de la movilización universitaria por las carencias del transporte público en Valparaíso, Sharp salió elegido vicepresidente de la FEPUCV y fue uno de los principales rostros de la coordinadora conocida como Cordón de Estudiantes de la PUCV. En 2009 ganó la presidencia de la FEPUCV al segundo intento electoral. También, integró la Mesa Ejecutiva de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECh).

El compromiso del veinteañero con la "lucha educacional" favoreció su toma de conciencia de las problemáticas municipales de Valparaíso, urbe de 300.000 habitantes (más un área metropolitana con el triple de población) que era mucho más que el principal puerto de mar de la capital nacional, Santiago, sita a poco más de 100 km en el interior.

La llamada popularmente a veces Valpo tenía una marcada personalidad, una idiosincrasia porteña que definían su vitalidad comercial, turística y cultural, y, por supuesto, su peculiar geografía, conformada por dos áreas bien diferenciadas: el Plan, la parte baja y más o menos llana desparramada en la costa, con el núcleo histórico y los barrios y sectores que concentran la actividad económica y los edificios públicos; y los Cerros, las decenas de núcleos habitacionales y residenciales construidos en las partes altas, con arquitecturas y equipamientos de lo más dispares. Las desigualdades de los niveles de renta de los porteños se apreciaban fundamentalmente en los Cerros, bastante autónomos los unos de los otros e históricamente comunicados con el Plan por los célebres ascensores funiculares, el medio más eficaz para salvar con rapidez el fuerte desnivel del terreno, pero con unas capacidades lógicamente limitadas para las decenas de miles de potenciales usuarios. Desde hacía décadas, los ascensores venían siendo desplazados por el transporte colectivo vial.

En 2008 Sharp y un compañero estudiante de Derecho, Gabriel Boric Font , de la Universidad de Chile en Santiago, dieron el paso de crear un movimiento que partía de la palestra universitaria pero que tenía la vocación de servir a la vecindad de Valparaíso: la Izquierda Autónoma (IA), que tomaba lectura del ideario marxista en su vertiente gramsciana. Aquel año, la Alcaldía local fue ganada por Jorge Castro Muñoz, de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), al cabo de varias administraciones del Partido Demócrata Cristiano (PDC).

En los ocho años siguientes, Sharp, mientras desarrollaba con parsimonia su carrera de Derecho, hizo una callada labor político-social como el responsable de la IA de documentar las necesidades y reclamaciones de los ciudadanos de Valparaíso y de dar a conocer las ideas y propuestos de su movimiento. Estaba considerado el estrecho lugarteniente de Gabriel Boric, aupado a la presidencia de la Federación de Estudiantes de Chile (FECh) en 2011 y elegido miembro de la Cámara de Diputados de Chile, representando a Magallanes, en las parlamentarias de noviembre de 2013. Aquellos comicios fueron simultáneos a la elección presidencial que acabó siendo ganada por Bachelet, nuevamente presidenta de la República desde marzo de 2014, cerrando así el primer cuatrienio en La Moneda del conservador Sebastián Piñera Echenique.

El Pacto Urbano La Matriz, el Movimiento Autonomista y el Movimiento Valparaíso Ciudadano
2014 fue un año importante en el recorrido político, hasta entonces bastante discreto, de Jorge Sharp, que aún no había llegado a la treintena de edad. En lo personal, tomó la dirección del Centro de Pensamiento y Acción Política Crisol de Valparaíso, descrito a sí mismo como un "espacio de producción político-intelectual" para "desarrollar una reflexión estratégica sobre diversos conflictos sociales nacionales y regionales", y para "avanzar en un nuevo proyecto de sociedad más justo e igualitario".

Por otro lado, en abril de 2014 Valparaíso sufrió un pavoroso incendio, a primera vista inconcebible en la urbe de un país moderno como Chile, que se originó -tristemente irónica casualidad- en el paraje conocido como La Pólvora, al sur de la ciudad. De allí se propagó con furia devastadora hacia el norte y, hasta que los bomberos pudieron sofocarlo en el lapso de cuatro días, el 16 de abril, arrasó casi 3.000 viviendas de numerosas barriadas y cerros de la parte alta. El balance de pérdidas humanas, muy trágico, fue de 15 víctimas mortales, medio millar de heridos y unos 13.000 vecinos damnificados. Las labores de extinción de las llamas, que irradiaron su resplandor y calor infernales a todo Valparaíso, se vieron dificultadas por la naturaleza agreste del terreno y la dispersión de los focos de fuego, pero la magnitud del siniestro puso de relieve también el desorden de las aglomeraciones de viviendas populares en los Cerros y la falta de limpieza en las laderas y quebradas urbanizadas, llenas de material inflamable, tanto vegetal como de factura humana.

El gran incendio de Valparaíso puso en un serio brete al alcalde Jorge Castro, acusado por los concejales de la oposición en el Consistorio de no haber estado a la altura de su cargo y de abandonar las funciones de la máxima autoridad municipal. Para los partidos y movimientos de izquierda, la IA y el Centro Crisol en particular, el estado de cosas en Valparaíso hacía urgente un replanteamiento profundo de la estrategia de gobierno de la ciudad, que tenía que incorporar las dimensiones del desarrollo urbano sostenible, la participación ciudadana, la transparencia gestora y, punto clave, la atención de los problemas específicos de los Cerros, deficientemente conectados con el Plan y entre sí mismos, y con déficits de infraestructuras.

Al comenzar 2015, Sharp y Boric ya tenían maduro su nuevo proyecto político para Valparaíso, con la mirada puesta en las elecciones municipales que tocaban en octubre de 2016. La idea era fundar un partido con vocación de poder institucional que aglutinara a los defensores de la noción del autonomismo de izquierda, es decir, una izquierda radical bien implantada en los movimientos asamblearios de base ciudadana y alternativa a las formaciones de carácter oficialista que habían sido miembros de las coaliciones Concertación Democrática y Nueva Mayoría o que habían girado en torno al Partido Comunista.

El proceso se sustanció en enero de 2016 con la celebración de la denominada Asamblea Nacional de la Convergencia Autonomista. Ahora bien, muy pronto, el sector de Sharp y Boric entró en conflicto con una facción de la IA que dio en llamarse Fuerza Autonomista, con Andrés Fielbaum de principal vocero, por divergencias de diversa índole, tanto organizativas como estratégicas. Por ejemplo, Fuerza Autonomista mostraba menos interés en la política electoral que en el activismo social, y defendía la oportunidad del diálogo directo con el Ministerio de Educación en el marco de la reforma de la enseñanza abierta por el Gobierno Bachelet.

Tras unos meses de forcejeo, la IA se fracturó por la mitad: Boric, Sharp y sus afines decidieron escindirse y constituirse como Movimiento Autonomista (MA), cuyo congreso fundacional quedó diferido para después de las elecciones municipales. El cisma se materializó en mayo de 2016, dos meses antes de resultar ganador Sharp, con el 32,3% de los votos, en las primarias ciudadanas del Pacto Urbano La Matriz para definir al candidato de esta alianza de fuerzas a la Alcaldía de Valparaíso. El Pacto Urbano La Matriz, posteriormente adherido al Frente Amplio por Valparaíso, se remontaba a julio de 2015 y suponía un confluencia de organizaciones, movimientos y actores sociales preocupados por la "mala calidad de vida, la falta de empleo, la vulnerabilidad e inseguridad, y la falta de un Plan de Desarrollo Urbano con mirada ciudadana" en la capital porteña.

Como ejes de acción municipal, los animadores de La Matriz propugnaban regenerar el centro histórico del Plan, declarado por la UNESCO en 2003 Patrimonio de la Humanidad (Valparaíso era la única ciudad de Chile y de todo el Pacífico sur que gozaba de esta distinción), dotar de mejores espacios y servicios públicos a las barriadas populares, invertir más en el mantenimiento de los Corredores Ambientales y elaborar un plan de expansión portuaria a largo plazo que integrase satisfactoriamente la franja costera en la economía local de los vecindarios y la preservara de alteraciones potencialmente dañinas vinculadas a proyectos comerciales y empresariales de dudoso interés general.

Más exactamente, Sharp y sus compañeros se oponían a los actuales planes de construcción del centro comercial Mall Plaza Barón y de la Terminal 2 (T2) de contenedores, adjudicada por la estatal Empresa Portuaria Valparaíso (EPV) a la sociedad privada Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL, filial de la constructora española OHL). La Matriz y los autonomistas también reclamaban un cambio de emplazamiento de la Valparaíso Terminal de Pasajeros (VTP), otra polémica macroestructura cuya inauguración estaba prevista para justo después de las elecciones municipales.

Con estos mimbres, Sharp, cabeza del Movimiento independiente Valparaíso Ciudadano, diseñó su Programa Abierto para un Gobierno Comunal. Articulado en 16 capítulos, el documento incidía en el desarrollo urbano sostenible e inclusivo, la participación ciudadana en todas las áreas de gestión municipal (sin faltar la seguridad y la limpieza de calles y parques), los servicios públicos de calidad, las políticas ambientales con visión de conjunto, la integración comunal y la cohesión social. El joven postulante a edil, desplegando un estilo risueño y desenvuelto, transmitiendo optimismo y empatía con la gente, hizo hincapié en la presentación de soluciones concretas para los problemas de transporte, movilidad y salubridad ambiental de los Cerros y el Valparaíso alto, donde había que construir nuevos ascensores y teleféricos, limpiar descampados, mejorar la recogida de basuras y promover el reciclaje de residuos. También, subrayaba la recuperación del casco histórico de la ciudad baja y la administración integral de todo el borde costero mediante un nuevo Plan de Expansión Portuario que "reformulase" proyectos tales como el T2 y el VTP. El eslogan de Sharp era Con las manos limpias recuperemos Valparaíso.

Inesperado ganador de la "alcaldía ciudadana" en las elecciones de 2016
El día de los comicios locales en Chile, el domingo 23 de octubre de 2016, en Valparaíso saltó la gran sorpresa: Jorge Sharp, de 31 años y sin ninguna experiencia funcionarial o institucional, no solo derrotó al alcalde titular aspirante a la segunda reelección y cabeza de la lista derechista Chile Vamos, Jorge Castro, y a otros dos contrincantes, Leopoldo Méndez Alcayaga por la Nueva Mayoría y Carlos Lemus por Justicia y Transparencia, sino que lo hizo por goleada, con el 53,7% de los votos. Sharp acababa de convertirse en el séptimo alcalde de la democracia restaurada en 1990 y el primero no salido de un partido mayoritario ni de tendencia conservadora desde 1973.

Tras conocer los resultados, el mandatario electo, eufórico, realizó la siguiente alocución:

"Se acabó el duopolio. Se acaba hoy la corrupción. Se acaba la injusticia. Se acaban las malas prácticas. Irrumpe hoy desde Valpo una nueva fuerza política y social de ciudadanos honestos y dignos. Nos hemos atrevido a querer recuperar la dignidad de Valparaíso y nuestro país. Estamos acá no por azar, estamos por una construcción de más de 10 años de distintas fuerzas políticas y sociales. Hoy tenemos la oportunidad de que la gente gobierne en Valparaíso. Hemos demostrado que con una práctica política distinta, donde el centro el protagonismo lo tengan los ciudadanos, es posible construir una alternativa para el país y gobernar una ciudad.

Nuestro desafío es vencer la desigualdad. Hoy el progreso está reducido por unas muy pocas manos. Con un gobierno con protagonismo ciudadano es posible redistribuir ese progreso y construir un país donde todos podamos vivir dignamente, con derecho, democracia y beneficio para nuestra patria (...) Y que lo sepan los poderosos que han estado cómodos en sus casas: hoy día llega la gente digna y decente a gobernar y recuperar Valparaíso. Hoy el pueblo de Valparaíso se expresó en las urnas con una mayoría histórica. Hoy somos fuerza política y social para gobernar esta ciudad, ¡carajo! Somos los ciudadanos los que podemos gobernar las ciudades."

Dos días antes de las elecciones y de este encendido discurso del vencedor, el periódico británico The Guardian había hecho una rara incursión en la lejana actualidad política de Valparaíso con un reportaje centrado en la figura de Sharp y titulado Chile's young independents lead quiet revolution against politics-as-usual.

El 6 de diciembre de 2016 Sharp tomó posesión como alcalde de Valparaíso. Días antes, el 19 de noviembre, él y Boric lanzaron en Concepción el Congreso fundacional del Movimiento Autonomista bajo el lema Construyendo Alternativa, al que decidió sumarse la organización Convergencia de Izquierdas. Este proceso constituyente del MA se dio por concluido en enero de 2017. El nuevo partido se definía como de izquierda "antineoliberal" y "anticapitalista", y se adhería a la "perspectiva marxista del análisis de la realidad". Otros de sus principios doctrinales eran el laicismo, la plurinacionalidad, el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural, el feminismo, el ecologismo, el internacionalismo y el latinoamericanismo. Y, por supuesto, el MA abrazaba la autonomía, entendida tal como "una orientación estratégica que apunta a formas de socialización del poder", "independencia de los poderes económicos y fácticos" y "emancipación popular del capital, el patriarcado y Estado", así como el concepto de la descentralización territorial.

(Cobertura informativa hasta 1/12/2017)