John Dramani Mahama

El cuarto presidente de la Cuarta República de Ghana, así como el primer mandatario nacido después de la independencia en 1957, John Dramani Mahama, asumió el mando en julio de 2012 en sucesión del fallecido John Atta Mills, con quien venía siendo el vicepresidente desde 2009. Miembro del partido gobernante, el Congreso Nacional Democrático (NDC), Mahama fue posteriormente ratificado, ganando un mandato de cuatro años, en las elecciones de diciembre, donde se impuso por corto margen a su adversario del Nuevo Partido Patriótico (NPP), Nana Akufo-Addo.

Se espera que la presidencia de Mahama, un experto en comunicación social al que preocupan las cuestiones de la sostenibilidad, prolongue la larga racha de ejecutivos moderados, comprometidos con el desarrollo e identificados con las prácticas de la buena gobernanza. Ghana, antaño paradigma de las "décadas perdidas" y el intrusismo militar, es hoy un oasis de estabilidad y progreso en la convulsa región de África Occidental, donde los golpes de Estado, las guerras civiles y las violencias sectarias siguen teniendo una triste actualidad. Goza de una reputación de democracia consolidada, si bien las sextas elecciones desde 1992 quedaron empañadas por la acusación de fraude vertida por Akufo-Addo.

Mahama manifiesta su intención de pisar el acelerador en la Agenda Better Ghana, que persigue el desarrollo integral del país, y de duplicar la renta por habitante. Los objetivos requieren una gestión eficiente de los ingresos que generan las exportaciones de cacao, oro, bauxita, petróleo -bombeado desde 2010- y otros recursos naturales. En 2011 la economía ghanesa, metida en un proceso de industrialización, creció un espectacular 13,6% y en 2012 el salto fue del 7,9%. Pese a la mejora de los índices sociosanitarios y a la fuerte creación de riqueza nacional, el país, considerado de desarrollo medio-bajo, aún mantiene unos considerables niveles de pobreza y precariedad. La corrupción, aunque menos extendida que en otras naciones del entorno, es otro caballo de batalla de las autoridades.


(Texto actualizado hasta enero de 2013)

1. Carrera política en el NDC
2. Vicepresidente de la República y sucesor del fallecido presidente Atta Mills
3. Confirmación en las urnas


1. Carrera política en el NDC

El primer presidente de Ghana nacido después de la independencia del Reino Unido en 1957 es oriundo de la región norteña y pertenece al grupo etnolingüístico gonja. Su familia formaba parte de las élites aborígenes que colaboraron con los administradores británicos en el período colonial. Emmanuel Adama Mahama, propietario de ricas plantaciones de arroz y profesor, fue parlamentario nacional y ministro regional durante el régimen de Kwame Nkrumah, el artífice de la independencia nacional, derrocado en un golpe militar en 1966.

El joven Mahama recibió una educación acorde al estatus social de su familia. La primaria la cursó en la Achimota School, aula mater de varios jefes de Estado ghaneses, y la secundaria en Tamale. Luego ingresó en Universidad de Ghana en Legon, por la que se diplomó en Historia en 1981 y en Estudios de Comunicación en 1986. Hasta casi cumplir la treintena de edad siguió estudiando en la URSS, en el Instituto de Ciencias Sociales de Moscú, donde en 1988 obtuvo un título de posgrado en Psicología Social. Una vez de vuelta a Ghana, se puso a dar clases de Historia en una escuela para jóvenes y más tarde, entre 1991 y 1995, representó al Gobierno como enlace para asuntos informativos y culturales en la Embajada de Japón en Accra. En estos años realizó cursos formativos en Tokyo y Nairobi. Hasta 1996 trabajó también para la sección ghanesa de la ONG internacional Plan, dedicada a la protección de la infancia.

A los 38 años Mahama ingresó en la política con el Congreso Nacional Democrático (NDC), el partido del presidente de la República, Jerry Rawlings. En diciembre de ese año resultó elegido miembro del Parlamento por la circunscripción de Bole-Bamboi y en abril de 1997 fue nombrado viceministro de Comunicaciones. En noviembre de 1998 ascendió a titular del Ministerio, posición que mantuvo hasta enero de 2001, cuando el Ejecutivo del NDC dejó paso al de John Kufuor y su Nuevo Partido Patriótico (NPP), vencedores en las elecciones generales de diciembre de 2000. En los ocho años que el NDC pasó en la oposición, Mahama se mantuvo políticamente activo como diputado, portavoz parlamentario y responsable de Comunicaciones de su partido. En 2003 tomó asiento además en el Parlamento Panafricano en Pretoria.


2. Vicepresidente de la República y sucesor del fallecido presidente Atta Mills

El momento del salto político llegó para Mahama en 2008 al ser nominado por su partido candidato a vicepresidente de la República en las elecciones del 7 de diciembre de aquel año. El especialista en comunicación secundaba a John Atta Mills, antiguo profesor de Derecho y protegido de Rawlings, con quien fuera vicepresidente en 1997-2001. Atta Mills iba por su tercera candidatura presidencial, luego de perder dos veces, en 2000 y 2004, frente a Kufuor.

Tras imponerse a su contrincante del NPP, Nana Akufo-Addo, hijo del ex presidente (1970-1972) Edward Akufo-Addo, en la segunda vuelta del 28 de diciembre por tan solo 40.000 votos (lo estrecho del margen empujó al Akufo-Addo, que se había adelantado en la primera vuelta, a denunciar fraude, si bien los observadores internacionales no apreciaron manipulaciones), Atta Mills, y con él Mahama, tomó posesión de la Presidencia de la República el 7 de enero de 2009 con un mandato de cuatro años. En tanto que vicepresidente de la República, Mahama se puso al frente del Equipo Nacional de Gestión Económica, el Consejo de las Fuerzas Armadas, el Comité de Descentralización e Implementación y el Consejo de la Policía.

En julio de 2011 Atta Mills fue vuelto a nominar por el Congreso del NDC de cara a las votaciones de 2012. Su postulación a la reelección fue retada por la esposa del ex presidente Rawlings, Nana Konadu Agyemang-Rawlings. Sin embargo, el mandatario, enfermo de un cáncer de laringe que le estaba dejando mudo poco a poco, no iba a tener la oportunidad de obtener la reválida electoral, pues falleció repentinamente en Accra el 24 de julio de 2012, semanas después de someterse a unos chequeos médicos en Estados Unidos, a los 68 años de edad. El Gobierno, deseoso de mostrar el orden y la estabilidad que se esperaban de un país democrático, y para preservar la reputación de Ghana como una de las democracias más maduras de África, condujo la transición en la jefatura del Estado con las máximas transparencia y presteza. Pocas horas después de anunciarse la luctuosa noticia, y siguiendo el mecanismo establecido por la Constitución en estos casos, Mahama fue investido presidente de la República en una breve ceremonia retransmitida en directo desde la sede del Parlamento.

Tras prestar juramento ante la jefa del poder judicial, Georgina Theodora Wood, Mahama pidió a los miembros de la Cámara "mantener la unidad y la estabilidad del país" como mejor homenaje a su predecesor. "Este es el día más triste en la historia de nuestra nación. Las lágrimas anegan la nación, estamos profundamente entristecidos y consternados. Yo, personalmente, estoy destrozado. He perdido a un padre, un amigo, un mentor y un camarada. Ghana se une en el dolor por el presidente que se nos ha ido", fueron las sentidas palabras del nuevo jefe del Estado.


3. Confirmación en las urnas

Las dudas iniciales sobre si Mahama sería también el candidato del oficialismo en las elecciones de diciembre quedaron disipadas en menos de 48 horas. El 26 de julio la cúpula del NDC confirmó su candidatura y el 30 de agosto, entre profusos llamamientos a la unidad interna y expresiones de tributo al dirigente desaparecido, un Congreso extraordinario celebrado en Kumasi aclamó a Mahama, aspirante único, por unanimidad.

En esta ocasión, Mahama fue enfático en su compromiso de mantener el ritmo de la Agenda Better Ghana, un programa de prioridades del Gobierno para acelerar el desarrollo económico y humano del país, el cual ya estaba dando resultados tangibles en varios terrenos. La estabilidad macroeconómica, el crecimiento sostenible, la creación de empleo, la industrialización, el desarrollo del sector privado, el aumento de la productividad agrícola y la inversión pública en infraestructuras, sanidad y educación, así como la apuesta firme por las prácticas de buena gobernanza y el combate a la corrupción, eran los aspectos contemplados por la Agenda, que fundaba sus expectativas en los nuevos ingresos generados por la producción petrolera, puesta en marcha en diciembre de 2010.

En 2011 el PIB ghanés, dinamizado por la flamante industria de los hidrocarburos orientada a la exportación y por los altos precios del oro y el cacao, de los que el país africano es el segundo productor de África (por detrás de Sudáfrica en el primer caso y de Côte d'Ivoire en el segundo), había avanzado un impresionante 13,6%, la segunda tasa más elevada del mundo aquel año, sólo superada por Qatar.

La campaña para las elecciones del 7 de diciembre de 2012 arrancó con una polémica decisión de las máximas autoridades políticas del país que amenazó con restarle votos al oficialismo. Fue la decisión, compartida por Mahama y el Parlamento, de subir los salarios oficiales del presidente, los ministros y los diputados. Así, el sueldo del jefe del Estado pasaba de los 4.240 dólares al cambio a los 6,357 dólares, libres de impuestos. El de los ministros subía a 4.770 dólares y el de los miembros del Parlamento a los 3.800 dólares mensuales. Estos emolumentos contrastaban con los apenas 75 dólares que se pagaban por el salario mínimo y los no más de 500 dólares que cobraban los funcionarios medios de la Administración. Cabeceras de prensa, voces de la opinión pública y la ONG anticorrupción Ghana Integrity Initiative denostaron estas alzas salariales, en particular el hecho de que tuvieran carácter retroactivo hasta 2009.

Durante la campaña, Mahama, cuyo compañero de fórmula electoral era el economista Kwesi Amissah-Arthur, investido vicepresidente el 6 de agosto, prometió invertir sabiamente los nuevos ingresos petroleros en el bienestar y la prosperidad de la población. El presidente puso el énfasis en el desarrollo de nuevas infraestructuras de servicios y comunicaciones, mientras que su oponente del NPP, Akufo-Addo, hizo hincapié en la gratuidad universal de la educación secundaria. Además de Mahama y Akufo-Addo concurrían otros seis candidatos, pero ninguno de ellos tenía más opciones que la de dejar cumplido testimonio de la naturaleza plural del sistema político. Ahora bien, en la práctica, los comicios, como los anteriores, se presentaban tremendamente polarizados, en lo político y lo geográfico.

Se trataba de un duelo a dos entre el NDC, tradicionalmente potente en las regiones norteñas del interior y sureñas de la costa, Accra incluida, y el NPP, que tiene sus baluartes en las regiones de Ashanti, Eastern y Brong-Ahafo, en el centro-sur. La populosa Ashanti, corazón de un poderoso imperio negro en los siglos XVIII y XIX hasta la llegada del Ejército británico y depositaria de una orgullosa cultura local, es la región más rica del país, pues alberga las principales minas de oro y plantaciones de cacao.

La jornada electoral transcurrió de manera pacífica salvo algún incidente aislado en Accra, si bien el fallo en varios colegios del nuevo sistema de verificación electrónica de las huellas digitales de los electores obligó a extender las votaciones al día siguiente, 8 de diciembre. Mahama, tras depositar la papeleta en su circunscripción de Bole, se mostró confiado sobre la valoración de las votaciones: "esta elección va a consolidar las credenciales democráticas de Ghana de una vez por todas. Creo que no va a haber dudas de ningún tipo sobre que Ghana es una democracia líder en África", afirmó el presidente y candidato.

El 10 de diciembre la Comisión Electoral declaró a Mahama ganador en la primera vuelta con el 50,7% de los votos, frente al 47,7% de Akufo-Addo. La participación quedó establecida en el 79,4%. El opositor, al que volvía a escapársele por poco la Presidencia, reaccionó con la misma acritud que en 2008. Las dificultades técnicas experimentadas por las máquinas biométricas sirvieron de argumento al NPP, el cual aseguró poseer "suficientes evidencias concretas" de un "robo sistemático de votos" que había hurtado la victoria a su candidato.

La imputación de Akufo-Addo no halló eco en los equipos de observación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y de un grupo local, la Coalición de Observadores de las Elecciones Domésticas (CODEO), para los que los defectos técnicos no podían poner en tela de juicio el resultado del escrutinio, pese a los tres puntos de diferencia entre el ganador y el perdedor. Según los monitores, el proceso electoral había discurrido en líneas generales con libertad y limpieza. En cuanto a los comicios legislativos, sonrieron también al partido del Gobierno, que sumó 32 a los 116 escaños sacados en 2008, ampliando así la exigua mayoría absoluta de la pasada legislatura.

El 12 de diciembre, con el ambiente político revuelto por la denuncia de su adversario electoral, Mahama declaró su intención de presionar a las compañías extranjeras privadas que operaban en la explotación de los recursos naturales para que aceptaran un régimen de impuestos y regalías más favorable al Estado. El 28 de diciembre el NPP materializó su advertencia e interpuso una denuncia formal ante el Tribunal Supremo. Según la formación opositora, la Comisión Electoral había computado de manera "iregular" e "ilegal" hasta 1,34 millones de votos, más que suficientes para inclinar la balanza del recuento a favor de Mahama.

La impugnación del NPP no frenó los preparativos de la toma de posesión de Mahama. El 7 de enero de 2013 el presidente titular prestó juramento de su cargo con un mandato de cuatro años ante decenas de miles de seguidores y en presencia de 13 jefes de Estado africanos, sin faltar los presidentes de las dos potencias del continente negro, Goodluck Jonathan de Nigeria y Jacob Zuma de Sudáfrica, amén del líder de Benín y presidente de turno de la Unión Africana, Yayi Boni. La ceremonia reunió también a los ex presidentes Rawlings y Kufuor; este último, en abierto desafío a las consignas de boicot hechas por su propio partido.

El cuarto presidente de la Cuarta República de Ghana está casado con Lordina Mahama y es padre de ocho hijos. De fe cristiana, aunque nació y creció como presbiteriano, a raíz de su matrimonio es miembro de las pentecostales Asambleas de Dios. En 2012 apareció su primer libro, uno de memorias titulado My First Coup d'État: and Other True Stories From the Lost Decades of Africa.

(Cobertura informativa hasta 1/2/2013)