Jirí Paroubek

  El cuarto primer ministro consecutivo salido del Partido Social Demócrata Checo (CSSD) desde 1998 es un experto formado en la Universidad de Economía de Praga (VSE) que en los 14 años siguientes a su graduación, hasta 1990, trabajó como gerente en varias compañías estatales de la entonces República Socialista Checoslovaca, en especial una dedicada a proporcionar servicios de hostelería a los funcionarios. En esta etapa fue miembro de base del Partido Socialista Checoslovaco (CSS), forma residual del Partido Socialista Nacional Checoslovaco (CSNS) de Edvard Benes, que seguía existiendo sólo como un satélite del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC), la fuerza que detentaba el monopolio del poder político bajo la tutela soviética, y bajo la sombrilla del denominado Frente Nacional de Checos y Eslovacos. Él mismo ha reconocido que la policía secreta del Estado, la StB, le tuvo fichado como un posible candidato a confidente, pero puntualiza que nunca llegó a trabajar para ella y que la propia agencia dejó de contactar con él en 1982.

Tras la Revolución de terciopelo de finales de 1989 que puso fin al régimen comunista y restableció la democracia parlamentaria con un tipo de Estado federal birrepublicano (por poco tiempo, ya que el 1 de enero de 1993 Chequia y Eslovaquia iban a emprender su andadura como estados soberanos e independientes), Paroubek se unió al renacido CSSD, histórico partido obrero fundado en 1878 que en 1948, coincidiendo con la reducción del CSNS al vasallaje arriba comentado, había sido obligado a fusionarse con el KSC y que ahora recobraba su independencia orgánica e ideológica.

El 24 y el 25 de marzo de 1990 el CSSD, que aún se hacía llamar checoslovaco y no checo, culminó su proceso de reorganización interna en un congreso que aprobó una estrategia electoral consistente en acudir a las próximas elecciones federales en solitario, fuera de la sombrilla del Foro Cívico de Václav Havel, y que eligió a los cargos directivos. Paroubek fue seleccionado para la Secretaría Central, donde asumió el cometido de estructurar las finanzas del partido, en tanto que Jirí Horák, veterano resistente anticomunista en los años del exilio, tomó la Presidencia. En las elecciones municipales celebradas en noviembre de aquel año, el economista ganó su primer cargo electivo, el de miembro de la Asamblea del consistorio de Praga, mandato que iba a renovar en las tres convocatorias siguientes.

En 1991 Paroubek hizo una lucrativa incursión en la empresa privada, como patrón de una consultora que encontró numerosos clientes entre las pequeñas y medianas compañías de un país que, reencontrándose con su tradición fabril y comercial de entreguerras, abrazaba frenéticamente los esquemas del capitalismo y el libre mercado. Esta actividad corporativa le tuvo prácticamente absorbido hasta el 26 de noviembre de 1998, cuando la Asamblea Municipal praguense salida de las elecciones disputadas días atrás le eligió para una de las cuatro vicealcaldías de la capital checa. Como teniente de alcalde responsable de la política financiera, Paroubek gestionó los créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para acometer las muy necesarias obras de infraestructuras y fue uno de los pivotes de la controvertida coalición municipal con el derechista Partido Cívico Democrático (ODS), uno de cuyos miembros, Jan Kasl, era el primer edil.

Dos años antes, en junio de 1996, Paroubek mantuvo un forcejeo con el presidente del CSSD desde 1993, Milos Zeman. La bronca se desató tras las elecciones generales del 31 de mayo y el 1 de junio de aquel año, en las que los socialdemócratas, dando un gran salto con respecto a los comicios de 1992, sobrepasaron a su teórico rival por la izquierda, el Bloque Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM), se convirtieron en la principal fuerza de la oposición y pisaron los talones al ODS del primer ministro Václav Klaus. El desencadenante de la pelotera entre Paroubek y Zeman fue un artículo periodístico, publicado por Jirí Horák en plena campaña electoral, en el que el ex presidente del partido criticaba el procedimiento de elaboración de las listas de candidatos al Parlamento. Paroubek también había cuestionado la transparencia de las primarias preelectorales del CSSD de Praga y salió a solidarizarse con Horák, ante lo cual, la cúpula del partido le exigió que rescindiera su militancia, so pena de ser expulsado por las bravas.

Al final, el conflicto, para Paroubek, se resolvió con una sanción menos drástica, su apartamiento del Comité Ejecutivo Central. Con todo, el economista, y tras las municipales de 1998 iba a dar vivo testimonio de ello, respaldaba la estrategia de Zeman de cooperar con el ODS, no obstante las grandes diferencias ideológicas que les separaban, en aras de la gobernabilidad y la ejecución de las profundas reformas estructurales que requería la apuesta de membresía en la Unión Europea (UE), pero también para repartirse puestos clave en el Legislativo nacional y en los órganos de representación local. Por lo demás, en las legislativas anticipadas del 19 y el 20 de junio de 1998, el CSSD triunfó con una mayoría simple que permitió a Zeman formar un Gobierno de minoría sujeto a la garantía dada por la formación de Klaus de que no intentaría derribarle mediante una moción de censura a lo largo de legislatura, a cambio, eso sí, de recibir las presidencias de las dos cámaras del Parlamento.

En marzo de 1999 Paroubek se convirtió en presidente del Comité Ejecutivo del CSSD en el distrito quinto de Praga y del club de mandatarios de asambleas municipales elegidos en las listas del partido, en noviembre de 2000 intentó infructuosamente hacerse con un escaño en el Senado nacional en representación del distrito octavo de Praga y en enero de 2001, en una decisión que ratificó el XXX Congreso del partido tres meses después, el Comité Ejecutivo Central le volvió a dar asiento entre sus 174 miembros. Esta suerte de rehabilitación orgánica de Paroubek precedió la renuncia voluntaria de Zeman a la presidencia y su sustitución por el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales del Gobierno, Vladimír Spidla, quien condujo al partido a su segunda victoria consecutiva en las generales del 14 y el 15 de junio de 2002. El 12 de julio siguiente, Spidla tomó posesión como primer ministro en coalición con la Unión Cristiana y Democrática-Partido Popular Checoslovaco (KDU-CSL) y la Unión de la Libertad-Unión Democrática (US-DEU).

Por el momento sólo un cuadro medio-alto del CSSD y un político poco conocido a nivel nacional, en febrero de 2001 Paroubek se hizo cargo también de la vicejefatura de la sección praguense del CSSD y a finales de marzo optó por cesar en sus puestos de presidente y vocal de la junta supervisora del banco municipal Prvni Mestska (PMB) debido a la decisión del consistorio de dar luz verde a la adquisición de esta entidad con serios problemas de liquidez por el banco Ceska Pojistovna, en tanto que él había abogado por un consorcio financiero rival. Ahora bien, esta disonancia con sus socios del gobierno capitalino no tuvo el alcance de las críticas que estaba suscitando su manejo de las finanzas municipales, crónicamente deficitarias, que para muchos, tanto colegas del partido como munícipes de otras tendencias políticas, pecaba de poco riguroso. Por otro lado, las catastróficas inundaciones de agosto de 2002 confirieron un nuevo relieve a su oficina, ya que fue la responsable de capitanear la campaña de captación de fondos para sufragar las labores de reconstrucción.

La ejecutiva regional del partido escogió a Paroubek para aspirar a la alcaldía principal de Praga en las elecciones municipales del 1 y el 2 de noviembre de 2002, pero el 28 de noviembre la Asamblea electa confirió el codiciado puesto a Pavel Bem por ser el candidato del partido más votado en las urnas, el ODS de nuevo. De todas maneras, la coalición ODS-CSSD fue renovada y Paroubek pudo continuar como teniente de alcalde. A Paroubek se le consideraba un miembro de la facción articulada en torno al joven vicepresidente estatutario, o número dos, del CSSD, Stanislav Gross, a la sazón ministro del Interior desde 2000, que sutilmente fue destapando sus ambiciones de alcanzar tanto la presidencia del partido como la jefatura del Gobierno, aunque por el momento prefirió no plantear batalla interna.

En el XXXI Congreso, en marzo de 2003, Spidla y Gross, aunque el primero representaba la sensibilidad más acendradamente socialdemócrata y el segundo apuntaba a posiciones de centro proliberal, hicieron tácitamente una causa común frente a las críticas que les dirigía el sector leal al ex presidente Zeman, tal que consiguieron ser reelegidos en sus puestos. Sin embargo, las tensiones internas en el CSSD continuaron, y de hecho entraron en una fase aguda como resultado del desastroso rendimiento del partido en las primeras elecciones al Parlamento Europeo, el 11 y el 12 de junio de 2004, que fueron interpretadas como un voto de castigo de los ciudadanos al Gobierno por el repentino encarecimiento de la vida desde el mismo día, el 1 de mayo, del ingreso en la UE, por la subida del paro hasta situarse en torno al 10%, no obstante la vigorización del crecimiento económico, y por las medidas de ajuste fiscal y de congelación del gasto para contener un déficit de las administraciones públicas que en 2003 había alcanzado el 12,9%, el doble que el año anterior.

Por cierto que, en el otoño de 2003, Paroubek había sido incluido provisionalmente en un puesto zaguero en la lista socialdemócrata de candidatos al Parlamento Europeo, pero más tarde fue retirado. De todas maneras, el edil praguense no habría ganado el mandato en Estrasburgo, ya que el CSSD sólo capturó dos de los 24 eurodiputados reservados a la República Checa.

Spidla, confrontado a una mayoría hostil en el Comité Ejecutivo Central del CSSD, presentó la dimisión el 26 de junio como presidente del partido y el Gobierno. Gross fue proclamado al punto presidente en funciones del CSSD y justo un mes después, el presidente de la República, Klaus, le nombró primer ministro. La alianza con la KDU-CSL de Miroslav Kalousek y la US-DEU de Pavel Nemec quedó preservada, mientras que Gross premió a Paroubek por haberse alineado con él en la reciente pugna con Spidla con una cartera adecuada a su trayectoria y experiencia, la de Desarrollo Regional. El 4 de agosto, el moravo estrenó su primer cargo, e importante, en la Administración nacional y puso término a 14 años de ejercicio en el municipio de Praga.

Tal como se esperaba, Gross fue elegido presidente titular del partido en el XXXII Congreso, celebrado en Brno del 25 al 27 de marzo de 2005, y Paroubek saltó a una de las cuatro vicepresidencias. Otros cuatro escuderos de Gross fueron elegidos para la vicepresidencia estatutaria (el ministro de Finanzas, Bohuslav Sobotka) y las tres vicepresidencias restantes (Martin Starec, Petr Vícha y Jana Vanhová).

En los meses que fungió como ministro, Paroubek se distinguió por oponerse vigorosamente a la desregulación a corto plazo del mercado de alquileres en lo que afectaba al parque de viviendas de propiedad pública, cuyos inquilinos pagaban unas rentas no ajustadas a los precios del mercado libre, luego más baratas, e independientemente de su nivel de ingresos. Los propietarios privados que instaban al Gobierno a corregir esta distorsión tacharon al ministro de "populista" por defender la pervivencia de lo que para ellos era un residuo del estatalismo socialista.

Pocos días después del congreso del CSSD, el 31 de marzo, al Gobierno de Gross le estalló una prematura y letal crisis con el anuncio por los socios democristianos de que consideraban rota la coalición. Era su forma de protestar por el cariz que estaba tomando el escándalo a propósito de un apartamento de lujo que el primer ministro tenía en Praga y cuya adquisición hacía un lustro no acertaba a justificar, ya que primero dijo que lo había pagado con una hipoteca y luego que con un dinero prestado por un tío suyo. A la poco transparente financiación del inmueble se añadían las informaciones que vinculaban a su esposa con círculos empresariales presuntamente cercanos al hampa praguense.

El 1 de abril, Gross, gracias a la abstención de los comunistas, ganó la moción de censura que le presentó el ODS, pero el 9 de abril, ante la imposibilidad de recobrar la confianza de la KDU-CSL, decidió arrojar la toalla y anunció que dimitía. El candidato propuesto por Gross para sucederle, Jan Kohout, embajador de la República Checa ante la UE y miembro del CSSD, fue desestimado por la KDU-CSL y la US-DEU, que declararon su disposición a negociar el nuevo Ejecutivo si éste lo presidía Paroubek. Al principio, tanto Paroubek como Gross consideraron la posibilidad, arriesgada en términos de imagen política, de promover un Gobierno monocolor de minoría basado en algún tipo de aval de los comunistas.

El 19 de abril el tripartito llegó a un acuerdo y seis días después Gross hizo efectiva su renuncia, que era la señal que estaba esperando Klaus para nombrar a Paroubek. El mismo 25 de abril el dirigente socialdemócrata asumió como primer ministro de un Gabinete que se mantenía prácticamente intacto. Sin dejar la cartera de Finanzas, Sobotka fue elevado al puesto de primer viceprimer ministro. Los cuatro viceprimeros ministros, Pavel Nemec (US-DEU), Milan Simonovsky (KDU-CSL), Zdenek Skromach (CSSD) y Martin Jahn (independiente), así como los responsables de Exteriores, Cyril Svoboda (KDU-CSL), Defensa, Karel Kühnl (US-DEU), e Interior, Frantisek Bublan (independiente), fueron confirmados en sus puestos también. El flamante Ejecutivo superó una moción de confianza en la Cámara de Representantes el 13 de mayo con el resultado de 101 votos a favor –justamente, la suma de los diputados del tripartito- y 99 en contra –ODS y KSCM-.

En sus primeros pronunciamientos, Paroubek, al que los comentaristas adjudican un perfil más izquierdista que su antecesor y una avidez de poder que podrían no tardar en crear conflictos con Gross, quien continúa siendo su superior partidista, se refirió a la necesidad de luchar contra la corrupción y de proseguir los esfuerzos para recortar el déficit de las administraciones públicas, que había descendido al 5,2% en 2004, y realizar el objetivo de ingresar en la eurozona en 2010.

Los presupuestos generales de 2006 deberían contemplar un déficit máximo del 4% y en 2008 la variable negativa tendría que estar reducida en un punto adicional. El primer ministro, empero, vislumbraba la posibilidad de aliviar las cargas fiscales a los contribuyentes de rentas medias y bajas. En los últimos meses de 2004 el Banco Central Europeo y la Comisión Europea habían recordado a Chequia que no cumplía dos de los cinco criterios de la convergencia monetaria: el déficit sobrepasaba el tope del 3% del PIB y la corona seguía fuera del Mecanismo de Tipo de Cambio (ERM II). El país sí cumplía los requisitos de deuda pública (no por encima del 60% del PIB), tipo promedio de interés nominal a largo plazo (no superior en dos puntos a la media de los tres estados con los precios más reducidos) e inflación (no superior en 1,5 puntos a la media de los tres estados miembros con la tasa más baja). Bruselas y Frankfurt también instaban a Praga a adoptar pasos decisivos en las reformas del mercado laboral y el sistema de pensiones, máxime en una coyuntura económica positiva, con un 4% de crecimiento anual (del 10% en el sector industrial).

En cuanto a otro de los puntos candentes de la agenda del Gobierno, la convocatoria de un referéndum para ratificar el Tratado de la Constitución Europea -firmado por los miembros del Consejo de la UE en Roma en octubre de 2004-, Paroubek se reafirmó en la idea avanzada por Gross de hacer coincidir la consulta con las elecciones generales, esto es, si la legislatura terminaba sin novedad, en junio de 2006. El instrumento facultativo era un proyecto de ley aprobado por el Gabinete el 9 de marzo que permitía la convocatoria de referendos sobre asuntos cruciales para la política interior o exterior del país. Los observadores señalaron que los gobernantes checos estaban francamente preocupados con el vigor del sentimiento euroescéptico, de alguna manera reflejado en la paupérrima participación de los comicios al Parlamento Europeo –sólo votó el 28,3% del electorado-, y de hecho alentado por el ODS, al que los sondeos vaticinaban una rotunda victoria en las elecciones de 2006, el KSCM y por el propio presidente Klaus.

Saltaba a la vista que el CSSD y sus dos socios del Gobierno, que conformaban el bloque proeuropeo sin matices, preferían consultar al pueblo hacia el final del proceso de ratificación nacional en los 25 estados de la UE, en la presunción de que para entonces la mayoría de los países ya habrían sancionado el texto por las vías parlamentaria o refrendaria y que los checos no querrían pasar a los anales como los interesados en entorpecer la entrada en vigor de la Constitución. Sin embargo, estas cábalas se vinieron abajo como consecuencia del doble no arrojado por los referendos de Francia, el 29 de mayo, y Holanda, el 1 de junio, resultados que vinieron a herir de muerte al Tratado constitucional. En el Consejo Europeo de Bruselas, el 16 y el 17 de junio, los líderes acordaron una pausa de un año en el proceso de ratificación y la apertura de un "período de reflexión". Como el clima era propicio para las contramarchas, Paroubek se apresuró a notificar a sus colegas europeos que la República Checa probablemente demoraría su consulta a finales de 2006 o a principios de 2007.

(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente en 6/2015. El ejercicio de Jirí Paroubek como primer ministro de la República Checa concluyó el 4/9/2006. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue Mirek Topolánek).