Irakli Garibashvili

En Georgia, el Gobierno del primer ministro Irakli Garibashvili y el partido Sueño Georgiano-Georgia Democrática (KO-DS), en el poder desde hace una década, ha enfrentado en marzo de 2023 una vasta protesta popular con aires insurreccionales. El detonante fue la nueva Ley sobre la Transparencia de la Influencia Extranjera, que facultaba a las autoridades para etiquetar como "agente de influencia extranjera" a cualquier ONG o medio de comunicación que basase en financiaciones procedentes del exterior al menos una quinta parte sus ingresos.

Para la oposición política nacionalista (que incluye al sector del ex presidente Mijeil Saakashvili, actualmente en prisión) y amplios sectores de la sociedad civil, pero también para las potencias occidentales con las que Garibashvili mantiene una estrecha interlocución, esta norma, al eventualmente amparar la penalización de grupos con apoyos internacionales y discurso crítico, presentaba un inquietante elemento autoritario, a sumar a las denuncias domésticas de abusos concitadas por el oficialismo en los últimos tiempos, y además evocaba el modus operandi del putinismo en Rusia.

Garibashvili accedió a retirar la ley el 9 de marzo, dos días después de ser aprobada por el Parlamento y en la tercera jornada de unas protestas que enviaban al mundo imágenes profundamente embarazosas: las de los cañones de agua de la Policía disparando contra manifestantes envueltos en la bandera de la organización, la UE, a la que Tbilisi se apresuró a solicitar la membresía el 3 de marzo de 2022, siete días después de producirse la invasión rusa de Ucrania, a su vez condenada sin reservas. La afirmación del primer ministro de que la ley sobre agentes extranjeros cumplía con los estándares europeos e internacionales fue impugnada incluso por la presidenta ceremonial de la República, Salome Zurabishvili, elegida en 2018 con el respaldo del KO-DS, la cual amenazó con vetar la norma, según ella "redactada bajo el dictado de Moscú", para que no llegara a promulgarse. El KO-DS se apuntó su tercera mayoría absoluta consecutiva en los comicios de 2020, pero recientes escisiones lo han debilitado.

Esta grave crisis interna pone de relieve las contradicciones del Gobierno Garibashvili, que se aferra a un muy complicado equilibrio, acaso insostenible, entre la orientación prooccidental y las aspiraciones europeístas de la república transcaucásica por una parte, y por la otra el miedo al belicismo y el ultranacionalismo expansionistas del Kremlin, protector con tropas ocupantes de las repúblicas secesionistas de Abjazia y Osetia del Sur, al que se cuida de no irritar demasiado.

Así, en paralelo a la llamada a la puerta de la UE, Garibashvili, inicialmente, se desvinculó de las sanciones internacionales a Rusia aduciendo la consideración de "los intereses nacionales y el bienestar de la población". Luego, la presidenta Zurabishvili anunció que Georgia, en un excelente momento económico pese a la inflación, sí se sumaba a las sanciones de tipo financiero. En junio, el Consejo Europeo aprobó las solicitudes de adhesión de Ucrania y Moldova, pero decidió posponer la decisión sobre la de Georgia, instada a estudiar antes un pliego de condiciones; una de ellas viene a ser la desoligarquización de la política georgiana, reforma que tocaría directamente al KO-DS, ya que su fundador y líder en la sombra es el polémico magnate Bidzina Ivanishvili.

Garibashvili insiste en el "rumbo irreversible" de su país hacia el ingreso en la UE y subraya el elevado nivel de entendimiento con Estados Unidos en materia de defensa, ambos ilustrativos de su política exterior "pragmática", pero ya no incide tanto en el otro objetivo nacional recogido por su partido cuando fue fundado en 2012, la incorporación paralela a la OTAN. También en junio de 2022, el dirigente suscitó controversia al afirmar que antes de entrar en la Alianza Atlántica, Georgia tenía que "restaurar su integridad territorial y su soberanía a través de negociaciones pacíficas"; es decir, resolver el conflicto con Rusia por su valimiento militar de abjazios y sudosetios. Significativamente, el Gobierno ruso, que pese a la ruptura de relaciones diplomáticas desde la guerra de 2008 sigue siendo un importantísimo socio comercial, no ha dudado en comparar las protestas de Tbilisi con el Maidan de Kyiv, que en 2014 derrocó al régimen afín de Ucrania. Una analogía forzada que no produce el menor agrado en Garibashvili y su partido.

(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 10/3/2023. Irakli Garibashvili presentó la dimisión como primer ministro de Georgia el 29/1/2024. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue, el 8/2/2024, Irakli Kobakhidze).

Irakli Garibashvili tiene una formación de politólogo especializado en Relaciones Internacionales, materia que estudió en la Universidad Estatal de Tbilisi y en la Universidad de la Sorbona. Toda su carrera profesional, primero administrativa y luego política, es fruto de su estrecha relación con el creso empresario Bidzina Ivanishvili, quien empezó confiándole algunas palancas directivas de su imperio multisectorial, como la gestión de la fundación caritativa Cartu. En 2012 Garibashvili asistió al magnate en la puesta en marcha de Sueño Georgiano-Georgia Democrática (KO-DS), un partido de tecnócratas vagamente ubicado en el centro social liberal, con un programa proeuropeo y declarado en la oposición al entonces presidente georgiano, el muy prooccidental Mijeil Saakashvili.

Tras ganar el KO-DS al partido centroderechista de Saakashvili, el Movimiento Nacional Unido (ENM), las votaciones legislativas de octubre de 2012 con una mayoría absoluta de 85 escaños, Garibashvili, diputado electo a los 30 años, se integró en el nuevo Gobierno formado por su jefe político, al que siguió sirviendo en calidad de ministro del Interior. En noviembre de 2013 Ivanishvili renunció al puesto de primer ministro y también se desprendió de la presidencia orgánica del partido. En las dos posiciones fue sucedido por Garibashvili, si bien los detractores del oficialismo insistieron en que Ivanishvili seguía siendo el hombre fuerte del país, decidiendo las políticas entre bastidores.

Por otro lado, la promoción de Garibashvili coincidió con la llegada a la Presidencia de la República, de Giorgi Margvelashvili, otro hombre de confianza de Ivanishvili. Fue Margvelashvili quien nombró primer ministro a Garibashvili tres días después de suceder a Saakashvili en la jefatura del Estado el 17 de noviembre y de conformidad con el Parlamento. Ahora, ambos pasaron a compartir el poder ejecutivo en virtud de una reforma constitucional que estrenaba el sistema republicano de tipo parlamentario-presidencial, en transición hacia un modelo puramente parlamentario.

Al asumir la jefatura del Gobierno a la temprana edad de 31 años (lo que le convertía en el líder estatal más joven del mundo, después del norcoroeano Kim Jong Un), Garibashvili certificó la continuidad del rumbo estratégico, marcado en su momento por Saakashvili, para la futura entrada de Georgia en las estructuras euro-atlánticas. Desde la derrota militar sufrida frente a Rusia en la breve guerra de agosto de 2008 por el control de las autoproclamadas repúblicas de Osetia del Sur y Abjazia, Georgia no tomaba parte en ninguno de los capítulos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y apostaba por una senda geopolítica plenamente autónoma de Moscú.

En sus dos años de ejercicio como primer ministro, el experto en relaciones internacionales condujo una dinámica política exterior que permitió profundizar la cooperación con Armenia, Azerbaiyán, Turquía, la UE y Estados Unidos. En esta fructífera esfera multilateral, Georgia, pese a sus mutilaciones territoriales, sacaba partido económico de su condición de eslabón de las exportaciones energéticas azeríes hacia Turquía y Europa. Así, por la más occidental de las repúblicas transcaucásicas pasaban el oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyhan (BTC) y, discurriendo en paralelo, el gasoducto Baku-Tbilisi-Erzurum (BTE, oficialmente llamado Gasoducto del Cáucaso Sur), a su vez la primera de las piezas que componían el denominado Corredor Gasista del Sur (junto con los gasoductos TransAnatolio y TransAdriático), concebido por la UE para reducir la dependencia del gas ruso.

Al mismo tiempo, Garibashvili propició una ligera mejora de los tratos con Rusia, sin ceder en la exigencia de la salida de las tropas que ocupaban ilegalmente Osetia del Sur y Abjazia y protegían a sus autoridades separatistas. Ahora bien, la rebaja del tono de hostilidad distó de preludiar el escenario de un restablecimiento de las relaciones diplomáticas ruso-georgianas, rotas desde la guerra.

La gran prioridad, las relaciones con la UE, anotó a los pocos días del cambio de primer ministro en Tbilisi el hito del Acuerdo de Asociación (AA), inicializado en la III Cumbre del Partenariado Oriental celebrada en Vilna el 29 de noviembre de 2013. El AA, firmado el 27 de junio de 2014 en el Consejo Europeo de Bruselas, traía anexo un acuerdo sobre el Área de Libre Comercio Amplia y Profunda (DCFTA) entre Georgia y la UE, y despejaba la abolición del visado requerido a los ciudadanos georgianos para entrar en el Área Schengen, novedad esta última que iba a entrar en vigor en 2017.

Garibashvili presentó la dimisión el 23 de diciembre de 2015. Se trató de un movimiento inesperado al que político no acompañó de explicaciones claras. Su sucesor, investido por el Parlamento cinco días después, fue el hasta entonces ministro de Exteriores, Giorgi Kvirikashvili, quien también le relevó en el mando del KO-DS. Durante una temporada, Garibashvili se mantuvo apartado de la política (no se presentó a las elecciones legislativas de octubre de 2016, vueltas a ganar por el KO-DS con una importante ganancia de escaños) y ejerció en el sector privado; a principios de 2018 fue contratado como asesor regional por la compañía CEFC China Energy.

En marzo de 2019 Garibashvili regresó al primer plano como secretario político del KO-DS, nuevamente presidido por Bidzina Ivanishvili, y en septiembre siguiente retornó al Gobierno desde el puesto de ministro de Defensa, a las órdenes del primer ministro Giorgi Gakharia. En octubre y noviembre de 2020 tocaron las elecciones legislativas, en las que el partido gobernante retuvo una confortable mayoría absoluta pese a perder 25 escaños.

El 18 de febrero de 2021 Gakharia dimitió en desacuerdo con la orden judicial de arresto contra el presidente del opositor ENM, Nika Melia, sobre el que pesaba la acusación de organizar los disturbios violentos que rodearon las protestas antigubernamentales de 2019, y el KO-DS nominó para encabezar el Gabinete a su secretario político y ministro de Defensa; cuatro días después, el Parlamento daba su confianza a Garibashvili, quien tomó posesión de inmediato.

(Cobertura informativa hasta 22/2/2021)