Indulis Emsis
Primer ministro (2004)
Graduado en Biología por la Universidad Estatal de la entonces República Socialista Soviética Letona (RSSL), entre 1972 y 1974, mientras cursaba la titulación, trabajó en la Academia de Ciencias de Riga como auxiliar en una planta de experimentación bioquímica. Posteriormente se empleó como ingeniero en el Instituto de Investigación Científica Forestal y a partir de 1976 como investigador en el Instituto Silava de análisis medioambiental, donde ascendió a jefe de laboratorio en 1978. En 1986 ganó la candidatura a licenciado en Ciencias Biológicas por el Instituto Priroda de Investigación Científica de Moscú y en 1989 sirvió de vicepresidente del Comité de Conservación de la Naturaleza de la RSSL.
El 13 de enero de 1990 Emsis figuró entre los fundadores e integró la primera ejecutiva del Partido Verde Letón (LZP), una más en la pléyade de fuerzas políticas y sociales surgidas al socaire del proceso democratizador y emancipador del poder central soviético emprendido por el ala reformista de los comunistas letones, los cuales asumieron la aspiración popular de restaurar la soberanía nacional perdida en la anexión de 1940. El LZP, siguiendo la costumbre de los partidos ecologistas de Europa occidental, se dotó de un liderazgo colectivo, sin presidencia unipersonal. Asimismo, se unió a los demás grupos nacionalistas, democráticos y anticomunistas en una vasta coalición que dio en llamarse el Frente Popular Letón (LTF).
En las elecciones libres del 18 de marzo de 1990 al nuevo Consejo Supremo republicano el biólogo fue uno de los 131 candidatos del LTF que obtuvo el escaño parlamentario, dando comienzo su trayectoria de político con una amplia experiencia gubernamental y legislativa, sin excepciones ligada a las problemáticas de la protección de la naturaleza y el desarrollo sostenible. Fue presidente del Comité parlamentario de Protección Medioambiental y Energía, y en 1992 completó su formación académica con un doctorado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Riga
En las primeras elecciones al Saeima, celebradas el 5 y el 6 de junio de 1993, con el LTF ya prácticamente disgregado tras lograr su objetivo histórico de conducir al país a la independencia de la URSS y de dotarle de instituciones soberanas, Emsis y sus compañeros de lista no renovaron el escaño (el partido sólo cosechó el 1,2% de los sufragios), pero él se aseguró una presencia en el Ejecutivo merced a un acuerdo con el partido de centroderecha Camino Letón (LC), el más votado en los comicios, y a la par que otra fuerza política no mayoritaria y con varios puntos de convergencia doctrinal con el LZP, la Unión de Campesinos Letona (LZS).
Así, el 8 de julio de 1993 Emsis se estrenó en el gobierno tripartito de Valdis Birkavs, líder del LC, como ministro de Estado en el Ministerio de Protección del Medio Ambiente y Desarrollo Regional, una cartera asociada a su persona en la mayoría de los gobiernos subsiguientes independientemente de la filiación que tuviera el primer ministro de turno. En julio de 1994 se vio obligado a secundar la dimisión presentada por los ministros de la LZS, pero el nuevo primer ministro del LC a partir de septiembre, Maris Gailis, le trajo de vuelta al puesto.
En las elecciones generales del 30 de septiembre de 1995 Emsis, recién elegido por sus compañeros para una de las tres vicepresidencias del partido (en las otras dos le flanqueaban Olegs Batarevskis y Ruta Bendere), retornó asimismo al Saeima como candidato electo de la lista conjunta del LZP y el Partido Conservador Nacional Letón (LNNK), fuerza de la derecha nacionalista que sufrió un fuerte retroceso con respecto a la elección de 1993; eso sí, para el partido verde, tener este compañero de viaje fue una tabla de salvación que le permitió recuperar la condición de fuerza parlamentaria, pues la lista conjunta alcanzó el 6,3% de los votos y ocho escaños.
Emsis fungió su ministerio de Estado en los dos gobiernos presididos por Andris Skele, el primero desde diciembre de 1995 y el segundo a partir de febrero de 1997, así como en los dos encabezados por Guntars Krasts, el primero desde agosto de 1997 y el segundo con arranque en abril de 1998. Los cuatro se trataron de ejecutivos ampliamente multipartitos, con el LC, el LNNK y el también conservador Por la Patria y la Libertad (TB) como fuerzas dominantes.
De cara a las elecciones al Saeima del 3 de octubre de 1998, el LZP decidió desligarse del LNNK y concurrir asociado al Partido Laborista (DP) y la Unión Cristiano Demócrata Letona (LKDS). Tratándose de formaciones minoritarias sin gran tirón popular, la lista tripartita fracasó en las urnas y con un mediocre 2,3% de los votos se quedó fuera del Saeima. El LC volvió a formar el Gobierno, pero esta vez mudó sus preferencias de coaligados y el 26 de noviembre, con la toma de posesión del equipo de Vilis Kristopans, Emsis salió del Ejecutivo tras un lustro de servicio ininterrumpido, si bien el nuevo primer ministro le tomó a su servicio como asesor privado en materia de protección medioambiental. Dos días después, el 28 de noviembre, el Congreso del LZP reeligió a Emsis, Valdis Felsbergs y Askolds Klavins en la presidencia compartida.
En los años siguientes, Emsis desarrolló una febril actividad proteccionista, desde su doble vertiente de dirigente de partido político, coyunturalmente en la oposición, y de militante ecologista a pie de calle. En el verano de 1999 estuvo entre los promotores de una protesta para llamar la atención de la opinión pública internacional sobre la situación de la terminal petrolera lituana de Butinge, a cuya construcción años atrás se había opuesto desde su despacho ministerial. Puesta en funcionamiento el mes de julio, la plataforma de Butinge se encontraba a tiro de piedra de la frontera letona en la costa del Báltico, y el LZP exigía su cierre a menos que se corrigieran una serie de defectos de seguridad que estaban motivando, e iban a motivar en el futuro, vertidos de petróleo de considerable gravedad.
En marzo de 2001 Emsis compitió con un abanico de contrincantes por el cargo de alcalde de Riga en las elecciones municipales, pero el LZP no tenía nada que hacer frente a las fuerzas mayoritarias y su copresidente hubo de conformarse con un puesto de tercer rango, la vicepresidencia del Comité de Desarrollo Urbano del ayuntamiento. Simultáneamente, y hasta 2002, estuvo activo en el sector empresarial privado como vicepresidente y director general de SIA Eirokonsultants y SIA Eiroprojekts, dos firmas especializadas en una amplia gama de servicios relacionados con proyectos y programas con patrocinio de la Unión Europea (UE).
La estrategia de Emsis y sus camaradas de cara a las elecciones generales del 5 de octubre de 2002 se centró en la alianza con la LZS, que entonces presidía Augusts Brigmanis, y esta vez sí se alcanzaron los resultados apetecidos. La lista conjunta, llamada Unión de Verdes y Campesinos (ZZS), nacía con la intención de formar tanto un único grupo parlamentario en el Saeima como una coalición permanente, capaz de hablar con una única voz en hipotéticas participaciones gubernamentales. Los resultados obtenidos, el 9,5% de los votos y 12 escaños, no eran espectaculares en sí, pero daban la llave para el retorno al Ejecutivo, ya que la ZZS ofrecía un perfil centrista susceptible de alcanzar acuerdos con todas las fuerzas parlamentarias, excepción hecha de la izquierda y los representantes de la minoría rusófona, que en conjunto estaban marginados en el sistema de partidos.
El LZP aceptó negociar la entrada en un gobierno de coalición dirigido por el partido liberal Nueva Era (JL), fundado hacía apenas unos meses por el antiguo gobernador del Banco de Letonia, Einars Repse, y la gran sorpresa electoral con su primer puesto, distanciado de los partidos veteranos. El 7 de noviembre se constituyó el Gabinete, mayoritario, con la adición del democristiano Primer Partido de Letonia (LPP), liderado por Eriks Jekabsons, y el TB/LNNK, liderado por Janis Straume. La ZZS recibió tres carteras de eminente contenido social: Agricultura, para Martins Roze, Medio Ambiente, para Raimonds Vejonis, y Bienestar, para Dagnija Stake.
En esta ocasión, Emsis no reclamó su viejo puesto ministerial, que cedió a Raimonds Vejonis, y prefirió el trabajo parlamentario, como vicepresidente de la bancada de la ZZS, supeditado a Brigmanis, y jefe del Comité del Saeima sobre Políticas Económica, Agrícola, Medioambiental y Regional. La experiencia gubernamental con Repse arrancó con buen pie, pero al cabo de unos meses surgieron diferencias que mayormente tuvieron que ver con el estilo autoritario o personalista del primer ministro, aunque también hubo discrepancias de contenido político, como a la hora de elaborar los presupuestos generales del Estado, donde los recortes en las partidas sociales que impulsaba el JL suscitaron el disgusto del bloque verde-campesino.
En política exterior, Emsis y Repse tuvieron coincidencias y divergencias. En el primer caso, ambos respaldaron el ingreso en la UE, que fue aprobado en referéndum el 20 de septiembre de 2003. En este debate nacional, Emsis, que por origen y trayectoria podía asimilarse a la corriente euroescéptica, terció con talante pragmático y opinó que los estándares comunitarios sobre protección medioambiental eran todavía más exigentes que los fijados por la legislación letona, luego sólo podían derivarse ventajas del ingreso. Además, arguyó, cabía esperar una importante dotación de fondos comunitarios en aquel terreno. Por el contrario, la organización ecologista Club para la Protección del Medio Ambiente sostenía que los biohábitats de Letonia eran de más calidad que los de los países de la UE, y que el ingreso podría acarrear perjuicios en ese aspecto.
Las tensiones se fueron acumulando en el Gobierno y sólo dos días después del referéndum sobre el ingreso en la UE la ZZS, el LPP y el TB/LNNK se plantaron con una declaración conjunta en la que expresaban su falta de confianza en Repse. A pesar de la durísima catilinaria contra el economista, los partidos declarantes adoptaron una suerte de tregua ligada a la aceptación tácita de que en lo sucesivo Repse se sometería a métodos de decisión más democráticos. Que el Gobierno había cerrado en falso la crisis de septiembre se puso de manifiesto a comienzos de diciembre, cuando Emsis y sus diputados rehusaron votar con el resto de la mayoría, bien haciéndolo en contra, bien absteniéndose, a favor de prorrogar la misión de los 120 soldados enviados a Irak en mayo, tras terminar la invasión del país por Estados Unidos y el Reino Unido y comenzar el régimen de ocupación.
Emsis había acatado de mala gana la postura de Repse de respaldar a la Administración de George W. Bush en su planes bélicos y ahora exigió que regresaran las tropas letonas con los argumentos de que no se habían hallado las armas de destrucción masiva atribuidas al derrocado régimen de Saddam Hussein ("lo único que han encontrado allí es petróleo", afirmó) y que Estados Unidos no había ratificado el Protocolo de Kyoto sobre la prevención del cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases responsables del efecto invernadero.
El 5 de febrero de 2004 Repse se vio obligado a dimitir después de abandonar el LPP el Ejecutivo, el 28 de enero, en respuesta a la destitución por él del viceprimer ministro Ainars Slesers, dirigente del mencionado partido, y de intervenir en la trifulca la presidenta de la República, Vaira Vike-Freiberga, quien pidió a Repse que reconstituyera el Gobierno de mayoría o, si no era capaz de ello, disolviera el Ejecutivo y permitiera el inicio de consultas con todos los partidos para la formación de uno nuevo.
Ahora mismo, la personalidad más popular de la ZZS era sin duda un fichaje realizado en julio de 2002, al mes de ultimarse la alianza preelectoral: Ingrîda Ûdre, actual presidenta del Saeima y antigua ministra de Economía y candidata presidencial, procedente del Nuevo Partido (JP). Ûdre había entrado en la ZZS por la puerta grande, como su cabeza de lista en los comicios y presidenta de la coalición permanente. Emsis seguía siendo uno de los tres copresidentes del LZP, y aunque gozaba de una gran consideración en el Saeima por encima de las diferencias partidistas, no dejaba de ser un político poco conocido por el público y con una imagen absolutamente gris.
Sin embargo, en la tesitura de designar a un aspirante a formar un gobierno que, era la opinión unánime, debía ser lo más sólido posible para garantizar la estabilidad en la antesala de las entradas en la primavera, con semanas de diferencia entre sí, en la UE y la OTAN, la presidenta Vike-Freiberga se decantó el 20 de febrero por Emsis, al que presentó como poseedor de "todos los principios del Gobierno recto, la lucha contra la corrupción y el trabajo transparente". Los medios de comunicación se refirieron a Emsis como un candidato de compromiso cuyo talante forjador de consensos y sus suaves maneras le alejaban ostensiblemente de Repse, gobernante enérgico y capaz, así como bien situado en los sondeos de opinión, pero proclive a la confrontación.
La intención inicial de Emsis era formar un gobierno pentapartito de muy amplia base con los cuatro miembros del equipo saliente más el centroderechista Partido Popular (TP) que presidía Atis Slakteris, todos los cuales aportarían una confortable mayoría absoluta en el Saeima de 80 escaños sobre 100; de hecho, sólo quedarían excluidos del Ejecutivo los tres partidos de izquierda y prorrusos, agrupados en la alianza Por los Derechos Humanos en una Letonia Unida (PCTVL). Sin embargo, el JL puso como condición para participar que no se contara con el LPP y además se quejó de que Emsis no dijera con claridad si iba a mantener el objetivo de un déficit fiscal del 2% en los presupuestos generales de 2004.
Las conversaciones no llegaron a buen puerto y con el TB/LNNK tampoco se logró el acuerdo, así que Emsis tuvo que resignarse a pactar un programa de Gobierno minoritario con el LPP y el TP: los tres partidos sumaban un respaldo parlamentario de sólo 46 escaños. El 9 de marzo Emsis y su Gabinete pasaron la investidura en el Saeima con 56 votos a favor y 33 en contra. Conseguida la confianza de parte de los diputados del PCTVL, que permitía barruntar un período de gracia de la oposición de izquierda en aras de la estabilidad, Emsis tomó posesión del puesto, convirtiéndose así -registro no baladí- en el primer jefe de Gobierno del mundo perteneciente a un partido ecologista, amén del primer ministro letón bajo cuyo ejercicio iban a producirse los ingresos del país báltico en la OTAN, el 29 de marzo, y la UE, el primero de mayo.
Por lo demás, Emsis heredaba una coyuntura económica bonancible, con una tasa de crecimiento del PIB próxima al 7% anual, aunque también con un fuerte déficit en la cuenta corriente y un desempleo elevado, el 12%, de acuerdo con las encuestas de población activa. También, asumía unas relaciones con Rusia complicadas por la decisión del monopolio estatal del transporte de hidrocarburos de aquel país, Transneft, de dejar de exportar petróleo por el puerto letón de Ventspils y de optar por la nueva terminal de embarque en Primorsk, en su propia costa del Báltico. Para la opinión pública letona, esta mudanza petrolera no era sino una medida de presión al Estado para que otorgara a las firmas rusas del ramo la parte del león, y a precios de saldo, en el cauteloso proceso de privatización de la compañía petroquímica Ventspils Nafta.
El Gobierno de Emsis debutaba con unas razonables perspectivas de estabilidad a corto plazo y, desde luego, su voluntad era llegar incólume a las elecciones legislativas de 2006. Pero las elecciones al Parlamento Europeo del 12 de junio, tal como les sucedió a otros gobernantes de la hornada de países que acababan de ingresar en la UE, depararon a los partidos en el poder unos resultados tan calamitosos que el primer ministro vio fatalmente socavada su posición. Con una participación muy baja, el 41,2%, el tripartito sólo consiguió ganar uno (el obtenido por el TP) de los nueve eurodiputados reservados a Letonia, mientras que el TB/LNNK obtuvo cuatro y el JL, dos.
Los populares, y eso que el ministro de Finanzas, Oskars Spurdzins, era de los suyos, empezaron a impugnar la política presupuestaria de Emsis, que consideraban poco rigurosa y por lo tanto susceptible de malograr el objetivo de entrar en la eurozona en 2008 por el incumplimiento de alguno de los requisitos de la convergencia monetaria, ya fuera el control del déficit público por debajo del 3% del PIB o, más probable, la reducción de la inflación hasta una tasa no superior en 1,5 puntos a la media de los tres estados de la UE con la tasa más baja. El caso era que en 2004 los precios iban a crecer un 6,2% de promedio, cuatro puntos más que en la zona del euro.
En agosto, Emsis aceleró este desgaste, insólitamente prematuro incluso para los estándares letones, con su decisión de proponer a Ûdre para la comisaría europea reservada a Letonia en el colegio que se disponía a formar el portugués José Manuel Durão Barroso. El primer ministro prefería a su aliada frente a la comisaria sin cartera desde el 1 de mayo, Sandra Kalniete, ex ministra de Exteriores con Repse. Pero la dirigente agraria, que tenía a su partido bajo investigación por presunta financiación irregular y que era objeto de críticas generalizadas por hacerse acompañar en sus desplazamientos por un peluquero que no costeaba de su bolsillo, no era del agrado del TP, que consideraba más válida para el puesto a una independiente ampliamente respetada como la diplomática. Para complicar la situación, el tercer socio gubernamental, el LPP, postuló a uno de los suyos, Juris Lujans, el ministro de Economía.
Slakteris y su segundo de abordo, Aigars Kalvitis, acusaron a Emsis de escamotear una votación en el Gabinete sobre la cuestión y de repetir los procedimientos unilaterales y personalistas de Repse, aunque, precisamente, se dirigieron al JL con amagos de articular una coalición alternativa. A pesar de las amenazas de los populares de dar por fenecido el Gobierno, Emsis insistió en la candidatura de Ûdre, que de hecho fue incluida por Barroso en su lista provisional de comisarios, para hacerse cargo de la oficina de Fiscalidad y Unión Aduanera, y se permitió tensar la cuerda advirtiendo a sus socios descontentos que no debían "despertar la personalidad autoritaria que hay en mí".
Las conversaciones entre el TP y el JL produjeron el 3 de septiembre una declaración conjunta sobre la necesidad de articular un gobierno de mayoría basado en cuatro partidos, pudiendo ser los otros dos la propia ZZS, aunque sin Emsis al timón, y la TB/LNNK. Repse quería presentar una moción de censura sin más demora, pero Slakteris era partidario de descabalgar al primer ministro verde mediante un instrumento de desconfianza menos drástico.
La subversión democrática del Ejecutivo de Emsis se realizó el 28 de octubre de 2004 aprovechando la votación parlamentaria de los presupuestos del Estado de 2005, que contemplaban un aumento del gasto del 23% con respecto al ejercicio anterior y un déficit del 2%. De acuerdo con lo pactado, algunos diputados populares se alinearon con la oposición y el proyecto gubernamental fue derrotado por 53 votos contra 39, más cinco abstenciones. Emsis, que se encontraba en Roma para participar en la cumbre europea que al día siguiente iba a producir la firma del Tratado de la Constitución Europea, presentó la dimisión automáticamente, dando comienzo el proceso de consultas entre la presidenta Vike-Freiberga y los cabezas de facción para la designación del nuevo primer ministro.
El escogido, Kalvitis, consiguió formar tras arduas negociaciones un equipo de mayoría con el JL, el LPP y el ZZS. Emsis y los suyos, por lo menos, consiguieron retener a sus tres ministros, Roze, Vejonis y Stake. Antes de entregar el testigo a Kalvitis, el 2 de diciembre, Emsis vio cómo Ûdre era descartada por Barroso de su lista de comisarios tras ser impugnada por el Parlamento Europeo, que exigía al ex primer ministro luso una serie de cambios en su propuesta de equipo antes de recibir la preceptiva investidura. El reemplazo de Ûdre fue Andris Piebalgs, del LC, que se hizo cargo de la Comisaría de Energía. Una vez liberado de responsabilidades gubernamentales, el dirigente ecologista recuperó su condición de parlamentario.
(Cobertura informativa hasta 1/10/2005)