Ilie Bolojan

Presidente de la República en funciones (2025-)
Editado por: Roberto Ortiz de Zárate Arce
En Rumanía, Ilie Bolojan, presidente del Senado y miembro de uno de los partidos que integran el Gobierno de coalición, el Nacional Liberal (PNL), tomó las funciones del presidente de la República el 12 de febrero de 2025, en unas circunstancias de tormenta política: la dimisión del titular del cargo, Klaus Iohannis, acuciado por un voto parlamentario de destitución al haber sobrepasado su tiempo de mandato; y la cuenta atrás para la repetición de las elecciones presidenciales de 2024, después de anular el 6 de diciembre el Tribunal Constitucional la primera vuelta celebrada el 24 de noviembre; en su controvertida decisión, el alto tribunal alegó una flagrante injerencia mediática de Rusia que habría impulsado decisivamente al candidato ganador, el ultranacionalista Călin Georgescu.
Bolojan será un presidente temporal con las capacidades limitadas dentro del sistema de gobierno rumano, de tipo mixto, semiparlamentario, hasta la asunción del vencedor de la nueva elección presidencial, programada para el 4 y el 18 de mayo. No está claro si podrá presentarse de nuevo el polémico Georgiescu, en el punto de mira de la justicia penal y al que jalea una potente movilización radical en las calles.
Los primeros días de la interinidad de Bolojan están siendo pródigos en agitación política y activismo internacional, esta en el contexto del divorcio transatlántico por la decisión de la Administración Trump de abandonar a Ucrania y entenderse por su cuenta con Rusia: el 19 de febrero el mandatario rumano tuvo una asistencia presencial en la segunda minicumbre europea de urgencia convocada por el presidente francés Macron en el Elíseo; el 26 de febrero Georgescu fue arrestado por unas horas acusado de múltiples delitos; el 28 de febrero el Gobierno tripartito del primer ministro Marcel Ciolacu sobrevivió a un moción de censura de la oposición de extrema derecha; y el 1 de marzo Bolojan participó en la reunión de líderes alineados con Ucrania y llamados a Londres por el primer ministro británico Starmer.
(Texto actualizado hasta 6 marzo 2025).
La carrera política de Ilie Bolojan, de 55 años, ha transcurrido casi enteramente en los ámbitos municipal y regional. Formado como mecánico y matemático en las universidades Politécnica y del Oeste de Timisoara, en 1996 ganó su primer mandato de concejal en Alesd, pequeña localidad del condado de Bihor, y en 2004 se convirtió en miembro de Consejo del Condado, del que un año más tarde pasó a ser prefecto y en 2007 secretario general, en ambos casos en representación del Gobierno central.
En las elecciones locales de 2008 obtuvo el puesto de alcalde de Oradea, la capital de Bihor y de la región histórica de Crisana, área transilvana con una fuerte presencia del idioma húngaro, mandato que renovó en las votaciones de 2012 y 2016. En octubre de 2020 dejó la alcaldía para presidir el Consejo de Bihor. Asimismo, ingresó en el Buró Ejecutivo del conservador PNL.
Solo a finales de 2024 Bolojan desembarcó en la política representativa a nivel nacional, pasando de ser una personalidad escasamente conocida por el público a una primera figura en cuestión de días. El detonante de este salto de su persona fue la elección presidencial del 24 de noviembre de 2024, de la que debía salir el sucesor de Klaus Iohannis, anterior dirigente del PNL y jefe del Estado desde 2014, quien agotaba su segundo y definitivo mandato quinquenal.
Contra todo pronóstico, el vencedor provisional, con el 22,9% de los votos, fue el independiente Călin Georgescu, anterior miembro del partido de extrema derecha Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) y vocero de un duro discurso populista donde se conjugaban los alegatos ultranacionalistas y procristianos, de hostilidad a los partidos tradicionales que tachaba de corruptos y antipatrióticos, contra la "propaganda LGBT", contra la OTAN, contra la ayuda militar a Ucrania, en favor de Rusia y dando validez de paso a una serie de teorías conspirativas.
El segundo lugar, con el 19,2% de los votos, fue para Elena Lasconi, la líder del partido liberal proeuropeo Unión Salvar Rumanía (USR), situado en la oposición; tercero quedó el primer ministro desde 2023, Marcel Ciolacu, al frente del Partido Social Demócrata (PSD); cuarto fue George Simion, el presidente de la AUR; y en un humillante quinto puesto, con menos del 9% de los sufragios, terminó Nicolae Ciucă, ex primer ministro (2020, 2021-2023), jefe del PNL y presidente del Senado, quien desde 2021 mantenía un pacto de gran coalición con los socialdemócratas.
El impactante resultado de la primera vuelta presidencial tuvo consecuencias políticas de calado. Para empezar, Ciucă renunció a la presidencia del PNL al día siguiente, el 25 de noviembre. Bolojan le sucedió de manera provisional en funciones. El éxito inesperado de Georgescu, quien había empezado la campaña como un candidato marginal, empujó a sus detractores a señalar actividades sospechosas de promoción y manipulación en las redes sociales, particularmente en TikTok.
El presidente Iohannis acusó directamente al Gobierno ruso de orquestar una vasta operación de injerencia en favor de Georgescu, mientras que los servicios de seguridad rumanos señalaron la presencia de grandes sumas de dinero no declarado en la campaña electoral del opositor, así como la actuación de toda una panoplia de cuentas falsas, bots, videos con propaganda capciosa y ciberataques a la infraestructura electoral, que tendría su origen en un "actor estatal".
Dos candidatos minoritarios, Cristian Terhes y Sebastian Popescu, solicitaron la anulación de la primera vuelta de las elecciones al Tribunal Constitucional; este ordenó el 28 de noviembre el recuento de todos los votos emitidos, pero el 2 de diciembre dio por válidos los resultados de la primera vuelta y confirmó la celebración del balotaje el 8 de diciembre.
En medio de esta controversia, el 1 de diciembre, los rumanos volvieron a las urnas con motivo de las elecciones legislativas. Confirmando el viraje del sentir popular hacia posiciones de la derecha nacionalista, los comicios registraron las fuertes caídas de las principales formaciones proeuropeas: el PSD de Ciolacu, que retuvo por poco la primera posición; el PNL de Ciucă y Bolojan, que perdió un 12% de los votos y descendió a la tercera posición; y la USR de Lasconi, cuarta por detrás de las dos anteriores y de la ultranacionalista AUR de Simion, encaramada del cuarto al segundo lugar. Obtuvieron una representación parlamentaria significativa el S.O.S. Romania de Diana Sosoaca y el Partido de la Gente Joven (POT) de Anamaria Gavrilă, ambos de la derecha radical cristiana.
Bolojan salió elegido senador y el 20 de diciembre tomó posesión de su escaño; tres días después, fue investido presidente de la cámara alta en sustitución de Ciucă y en virtud de la nueva mayoría oficialista forjada por el PSD, el PNL y la Unión Democrática de Húngaros de Rumanía (UDMR/RMDSZ), que ese mismo día constituyeron un Gobierno ampliado de coalición, otra vez con Ciolacu de primer ministro.
Para entonces, Rumanía estaba sumida en una agria controversia por la decisión del Tribunal Constitucional, hasta cierto punto inesperada y sin precedentes en la UE, el 6 de diciembre de anular la primera vuelta de las presidenciales, cancelar la segunda vuelta que tocaba dos jornadas después y ordenar la repetición de todo el proceso, toda vez que había constatado una campaña de "agresivos ataques híbridos rusos" para influenciar y manipular a los electores en un sentido favorable a Georgescu, quien además había mantenido en secreto una abultada donación anónima de un millón de euros.
El Constitucional autorizó a Iohannis continuar en la Presidencia de la República en tanto no tuviera un sucesor electo. El 21 de diciembre expiró el segundo ejercicio del mandatario. Entonces, los tres partidos opositores de ultraderecha, la AUR, el S.O.S. Romania y el POT, acusaron a Iohannis de violar la Constitución y emprendieron un proceso de votación parlamentaria para suspenderle inmediatamente en el cargo.
Temeroso de que los opositores pudieran reunir los votos suficientes para descabalgarle, escenario no imposible porque el tripartito PSD-PNL-UDMR solo alcanzaba la mayoría absoluta de 166 diputados con el respaldo de un puñado de representantes de las minorías étnicas y nacionales, Iohannis anunció la dimisión el 10 de febrero de 2025. El Tribunal Constitucional aprobó la renuncia y el 12 de febrero Bolojan, en cumplimiento de lo previsto por la Constitución en estos casos, tomó las funciones del jefe del Estado.
En su primer mensaje a la nación, Bolojan, que descartó presentarse a las nuevas elecciones presidenciales de mayo (los tres partidos gobernantes consensuaron la candidatura de Crin Antonescu, anterior líder de los nacional liberales) y cedió la presidencia en funciones del PNL a Cătălin Predoiu, prometió un proceso electoral "incuestionable" y fijó como prioridades dotar al país de estabilidad económica, social y política, y restaurar la confianza en las instituciones del Estado, el cual afrontaba "momentos cruciales". En la política exterior, el presidente interino subrayó que Rumanía seguía siendo un "socio confiable y estable" para sus aliados internacionales.
(Cobertura informativa hasta 6/3/2025).
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