Hassan Diab

El 21 de enero de 2020, tras tres meses de masivas protestas populares y bloqueo político, Líbano se dotó de un nuevo primer ministro que los manifestantes han acogido entre el recelo y el rechazo, quizá no tanto por su perfil personal como por el trasfondo de su nominación. Se trata de Hassan Diab, un ingeniero y catedrático especialista en sistemas informáticos, antiguo ministro de Educación y políticamente independiente, luego en esencia un tecnócrata, condición de la que él mismo presume en el pomposo currículum-presentación que puede leerse en su página web. Ahora bien, su designación, realizada el 19 de diciembre de 2019 por el presidente de la República, Michel Aoun, para cubrir la baja de Saad Hariri, dimitido el 29 de octubre bajo la presión de la calle, fue a instancias del Movimiento Patriótico Libre (MPL, la formación, mayoritariamente cristiana, creada por Aoun y liderada por su yerno, Gebran Bassil, hasta ahora ministro de Exteriores) y los partidos Hezbollah y Amal (shiíes), esto es, los principales integrantes de la Alianza del 8 de Marzo. La posesión por la docena de partidos que conforman esta alianza prosiria de una mayoría de 71 diputados en el Parlamento de 128 miembros aseguró la viabilidad institucional de la candidatura de Diab.

Previamente, no prosperaron las candidaturas de Mohammed Safadi, un ex ministro y rico hombre de negocios particularmente detestado por los manifestantes, entre cuyas exigencias estaba un Gobierno no diseñado por las élites tradicionales que se reparten el poder, y, en un improbable doblete, el propio Hariri, propuesto por Hezbollah pero quien descartó de plano repetir. Una de las muchas estipulaciones del Pacto Nacional, el acuerdo no escrito entre comunidades religiosas que puso los cimientos del Estado multiconfesional libanés en 1943, es que el primer ministro ha de ser siempre un musulmán sunní.

No han querido avalar a Diab en la Cámara ni participar en su Gabinete las fuerzas del bloque rival, la Alianza del 14 de Marzo, cuales son el Movimiento Futuro de Hariri (sunníes), las Fuerzas Libanesas y el Kataeb (ambos cristianos maronitas), además del Partido Socialista Progresista (drusos). Este boicot ha supuesto el final del Gobierno de unidad vigente desde 2014. De los 19 ministros del nuevo Ejecutivo, seis los ha asignado el MPL, cuatro, como el propio Diab, no están afiliados a grupo alguno, dos proceden de Hezbollah, dos de Amal, dos del Marada (maronitas prosirios), dos del Partido Democrático Libanés (drusos) y uno del Tashnag (armenios). Con todo, el perfil general del Gabinete es claramente menos político que tecnocrático.

Diab asegura que su Gobierno, definido como un "equipo de rescate" de cualificación técnica, se empleará a fondo para atender las "aspiraciones" populares de cambios radicales en el sistema político mientras enfrenta la calamitosa situación financiera y preserva la estabilidad de Líbano. Una de las reformas reclamadas es la de la ley electoral, para acabar con el prorrateo de escaños por comunidades religiosas y acto seguido convocar elecciones anticipadas. La fórmula de las cuotas paritarias de posiciones para musulmanes y cristianos no ha dejado de aplicarse en la articulación del Gobierno Diab. La novedad del mismo estriba en que la mayoría de sus miembros son expertos con mínima o nula vinculación partidista, aunque la aritmética religiosa sigue prevaleciendo: 10 son cristianos (cuatro maronitas, tres grecoortodoxos, dos grecocatólicos y un ortodoxo armenio) y los otros 10 musulmanes (cuatro sunníes, cuatro shiíes y dos drusos).

El caso es que ni las mudanzas de los partidos ni las palabras apaciguadoras del primer ministro debutante parecen surtir efecto en el estado de ánimo de la mayoría de la población, que asiste con preocupación y crecientes dosis de hartazgo y enfado al mal curso de su país. La espoleta de la protesta nacional iniciada el 17 de octubre de 2019 en Beirut la pusieron la subida del IVA y las nuevas tasas que el Gobierno Hariri, obligado a la austeridad por los prestamistas internacionales, pensaba imponer a la gasolina, el tabaco y las aplicaciones de mensajería de telefonía móvil. Se trataba de aliviar la penuria de ingresos presupuestarios y corregir el desorbitado déficit público, en un escenario de cuasi colapso económico donde confluyen también los asomos de recesión, una deuda pública por encima del 150% del PIB, la brutal pérdida de confianza en la libra, la falta de divisas y serios problemas de liquidez bancaria.

Sin embargo, los motivos de la cólera ciudadana exceden con mucho aquel concreto detonante. No son otros que la corrupción, el sectarismo y la incompetencia de la clase política sin distinción de siglas, los altos niveles de desempleo, la disfunción de los servicios públicos y, en suma, el agotamiento del sistema de democracia estrictamente confesional que rige en el país levantino desde la independencia. En los últimos años, Líbano ya ha vivido otras movilizaciones transversales de la sociedad civil, sin adscripciones a ningún bloque o partido y sin un liderazgo centralizado, pero la llamada Revolución del WhatsApp, que el Gobierno Diab intentará encauzar, no tiene precedentes por su magnitud y alcance.

(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 10/2/2020. El ejercicio de Hassan Diab como primer ministro de Líbano concluyó el 10/9/2021. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue Najib Mikati).

El vigesimoséptimo primer ministro de Líbano nació en 1959 en Beirut en el seno de una pudiente familia musulmana sunní de origen sirio y su educación escolar culminó en los primeros años de la guerra civil libanesa (1975-1990). Después empezó a formarse como ingeniero en el Reino Unido, primero en la School of Electrical Engineering de la Universidad Metropolitana de Leeds (hoy Universidad de Leeds Beckett), por la que en 1981 se graduó como Bachelor of Science degree en Ingeniería de Comunicaciones, y luego en la Universidad de Surrey, donde en 1982 se sacó un Master of Science degree en Ingeniería de Sistemas. Con la ayuda de una beca británica para estudiantes de posgrado extendió su carrera lectiva hasta el doctorado en la especialidad de Ingeniería Informática, recibiendo la consiguiente titulación en 1985 en la Universidad de Bath. En paralelo a las clases, realizó unas prácticas profesionales en la multinacional IBM.

En 1985 Diab empezó un compromiso docente de más de tres décadas de duración con el Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura Maroun Semaan (MSFEA) de la Universidad Americana de Beirut (AUB). En una primer etapa fue profesor asistente, posteriormente dio clases como profesor asociado y en 1997 llegó al escalón de catedrático. Entre 1998 y 2001 presidió su Departamento de la MSFEA y en 2006 el Rectorado le nombró vicepresidente de Programas Regionales Externos, oficina institucional responsable de los proyectos interuniversitarios de la UAB. También, ingresó en el Consejo de Decanos, entre otros cometidos académicos. Fuera de la casa de estudios beirutí, el ingeniero estuvo estrechamente vinculado al sistema educativo superior de Omán. Así, en el sultanato del Golfo Diab fue entre 2004 y 2006 presidente fundacional de la Universidad de Dhofar, una institución privada, y el primer decano del Colegio de Ingeniería de Salalah.

El 13 de junio de 2011, siendo Michel Suleiman presidente de la República, Diab abrió un paréntesis en su vida universitaria para asumir el Ministerio de Educación y Educación Superior en el nuevo Gobierno de coalición de Najib Mikati, formado tras meses de prolijas negociaciones a raíz de la caída del anterior Gabinete de unidad encabezado por Saad Hariri.

El nombramiento de Diab, quien no militaba en ningún partido ni representaba los intereses de movimiento político o sectario alguno, se inscribió en la cuota de ministros independientes reservada a la discreción del primer ministro, los cuales en su mayoría, como él mismo, eran sunníes. Por lo demás, el Gobierno Mikati estaba dominado por la prosiria Alianza del 8 de Marzo, cuyos principales integrantes eran el Movimiento Patriótico Libre (MPL), mayoritariamente cristiano maronita, de Michel Aoun, los partidos shiíes Hezbollah y Amal, y el partido maronita Marada. Según explica él mismo en su página web, su designación le convirtió en "uno de los raros ministros tecnocráticos desde la independencia de Líbano" en 1943.

Diab sirvió como ministro de Educación de Líbano hasta el 15 de febrero de 2014, fecha en que tomó posesión el nuevo Gobierno del primer ministro Tammam Salam. De inmediato, el ingeniero se reincorporó a las aulas y despachos de la AUB, y reanudó su intensa agenda académica y profesional, que incluía servicios de consultoría privada en el área de tecnologías de la información, así como membresías de consejos de gran número de organismos científicos, instituciones académicas y ONG de varios países. Por otro lado, en 2014 Diab, junto con sus hermanos, puso en marcha una fundación caritativa dedicada a la memoria de su madre, Rifca Taji, quien tras enviudar de su esposo, Baha Eddin Diab, en 1970, había destinado todos los recursos de la familia a proporcionar a sus hijos una buena educación lejos de los estragos de la guerra civil.

Hassan Diab está casado con Nuwar Mawlawi y es padre de tres hijos.

(Cobertura informativa hasta 1/2/2020)