Halla Tómasdóttir

El séptimo presidente de Islandia, elegido por sufragio directo el 1 de junio de 2024, es Halla Tómasdóttir, empresaria independiente con un currículum profesional de inversora en negocios privados interesada en los proyectos éticos, la sostenibilidad y las buenas prácticas corporativas. Con el 34,1% de los votos, Tómasdóttir, sin ninguna experiencia política más allá de su primera tentativa presidencial en 2016, se impuso a un total de 11 competidores, cinco de los cuales eran también mujeres, entre ellas la segunda y la tercera personalidades más votadas: la política ecosocialista Katrín Jakobsdóttir, primera ministra del país desde 2017 hasta su renuncia, precisamente para participar en esta elección, el pasado 5 de abril, que sacó el 25,2% de los votos; y la científica Halla Hrund Logadóttir, receptora del 15,7%. 

Tómasdóttir arrancó la campaña como una aspirante zaguera, pero luego tuvo una fulgurante progresión y en la recta final superó ampliamente a la favorita, la popular y bien conocida Jakobsdóttir. El 1 de agosto Tómasdóttir, de 55 años, tomará el relevo en la jefatura del Estado a Gudni Thorlacius Jóhannesson, quien prefirió no optar al tercer ejercicio de cuatro años pese a que la Constitución fundadora de 1944 no limita el número de mandatos, y entrará en los anales como la segunda mujer presidenta de Islandia, luego del registro de Vigdís Finnbogadóttir en 1980-1996.

En el país insular nórdico, con un sistema de gobierno de tipo parlamentario, la Presidencia de la República dista de ser sobre el papel una oficina meramente ceremonial (por ejemplo, su titular tiene las capacidades, si bien raramente o nunca aplicadas, de vetar las leyes adoptadas por el Althingi o Parlamento, de proponer legislación y de convocar referendos en relación con el primer escenario), pero en la práctica no pasa de la función simbólica. Su potestad de nombrar y cesar a los miembros del Gabinete, en los que el presidente delega su poder ejecutivo, suele ajustarse al criterio de los partidos que asumen el mandato de gobernar en función de la mayoría parlamentaria de turno. Esto limita el rol activo del presidente, que de manera habitual, al menos en la última década, es una figura neutral en la vida política del país. Bjarni Benediktsson, del conservador Partido de la Independencia, conduce ahora el Gobierno, que sigue siendo de gran coalición con el Partido Progresista y el Movimiento de Izquierda-Verde.

(Texto actualizado hasta 10 junio 2024)


Tras graduarse en Recursos Humanos por la Universidad Auburn de Montgomery, Alabama (1993) y sacarse el MBA en la Thunderbird School of Global Management de Phoenix, Arizona (1995), Halla Tómasdóttir dio sus primeros pasos en el mundo empresarial como administradora de personal en las compañías M&M's y Pepsi en Estados Unidos. Entre 2001 y 2013 dirigió o presidió las empresas islandesas Calidris (software), Olgerdin Egill Skallagrimsson (bebidas), TAL (aeronáutica) y Veritas Capital (servicios sanitarios), así como la Cámara de Comercio Islandesa. De 2004 a 2006 cursó unos estudios doctorales en la Cranfield School of Management de Bedfordshire, Inglaterra.

En 2007 fundó Audur Capital, fondo de inversión privada al que siguieron Sisters Capital y, en 2018, su fichaje como CEO por The B Team, ONG activa en el ámbito corporativo global, puesta en marcha en 2013 por el magnate británico Richard Branson y con oficinas en Nueva York y Londres. Hasta 2005 trabajó además para la Universidad de Reykjavík, donde promovió la docencia en recursos humanos y el emprendimiento femenino. En 2013 fue copresidenta fundadora del capítulo islandés de la ONG Women Corporate Directors (WCD) y en 2019 tomó igual cometido en Imperative 21, red global, con The B Team entre sus miembros, concebida para cambiar las "narrativas económicas", "reimaginar los sistemas" y conseguir un reset.

Su actividad en Audur Capital, una de las pocas firmas financieras, con su énfasis en las inversiones responsables y los proyectos sostenibles, que salió indemne de la histórica quiebra bancaria nacional de 2008, llevó a Tómasdóttir a involucrarse en las discusiones e iniciativas reformistas que florecieron en Islandia a lo largo de la convalecencia económica poscrisis. Este perfil público la animó a registrar su primera candidatura a presidenta de la República en las elecciones del 25 de junio de 2016, de las que debía salir el sucesor del veterano Ólafur Ragnar Grímsson, jefe del Estado desde hacía dos décadas. Con el 27,9% de los votos, la empresaria quedó segunda de entre un plantel del nueve aspirantes (entre ellos el ex primer ministro Davíd Oddsson) y fue derrotada por el profesor universitario Gudni Thorlacius Jóhannesson.

Durante su campaña presidencial de 2024, Tómasdóttir habló de cerrar totalmente las brechas de género, expresó su deseo de que Islandia se convierta en un "modelo de soluciones sostenibles y ecológicas", y abogó por "un contrato social basado en la justicia, la paz y la inclusión". Tocó temas tan diversos como el potencial de la industria turística en la isla, el papel de la inteligencia artificial o el efecto de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes. Dice tener una "visión" de cómo emplear la oficina del Presidente de la República "para reunir a grupos y generaciones diferentes para comunicarse y colaborar en los muchos problemas que enfrentamos".

En el plano internacional, la presidenta electa se ha mostrado crítica con la decisión del Gobierno Benediktsson de firmar un acuerdo bilateral de seguridad a largo plazo con Ucrania (firmado el 31 de mayo y que incluye una línea de financiación de 30 millones de dólares anuales hasta 2028 para la compra de equipamientos militares por Kyiv), ya que, aduce, no hubo suficiente debate público sobre tan importante cuestión. Islandia, aliado de la OTAN, es una "nación pacífica" y, aunque el apoyo a Ucrania frente a la agresión de Rusia respeta el derecho internacional, el país puede realizar una mayor contribución "eligiendo la paz", arguye. Islandia debería pedir conversaciones de paz en Ucrania "en lugar de creer que tenemos que alimentar incesantemente la maquinaria de guerra", ha afirmado. Por otro lado, Tómasdóttir ha descrito como un "genocidio" la campaña militar de Israel contra Hamás en Gaza.

Halla Tómasdóttir y su esposo, Björn Skúlason, han tenido dos hijos.

(Cobertura informativa hasta 10/6/2024).

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