Halimah Yacob

El octavo presidente de Singapur, ciudad insular-Estado fundada en 1965 como una república parlamentaria separada de Malasia, es una mujer, Halimah Yacob, proclamada para el cargo sin competición electoral en 2017. Anteriormente miembro del partido gobernante desde la independencia, el de Acción Popular (PAP, conservador) y en la actualidad desafiliada, Halimah dispone de un elenco de atribuciones básicamente ceremoniales, ya que la autoridad ejecutiva efectiva recae en el primer ministro y líder del PAP, Lee Hsien Loong.

Su condición de musulmana con ascendencia malayo-india representa, en una sociedad mayoritariamente china y, en menor medida, budista, el carácter multiétnico y multicultural de esta pequeña (5,6 millones de habitantes concentrados en poco más de 700 km2) pero próspera nación recostada en el extremo sur de la península de Malaya. Adalid del capitalismo de mercado y el liberalismo comercial (que no social), el PAP hizo de Singapur uno de los cuatro tigres asiáticos, un hub de la globalización en Extremo Oriente y a la vez un paraíso fiscal. La moderna y rica Singapur ocupa el duodécimo lugar en el ranking mundial de desarrollo humano y es, tras los europeos Luxemburgo y Liechtenstein, el tercer país con mayor PIB por habitante.

A lo largo de su carrera política, Halimah ha emitido mensajes de rechazo al extremismo religioso y en favor de la armonía social y la equidad de género. Sin embargo, el sistema republicano que nominalmente encabeza descansa en una hegemonía política, cerrada a cualquier alternancia en el poder, que relativiza en grado sumo los atributos democráticos del pluripartidismo y las elecciones regulares. La fijación del PAP con el orden, las conductas cívicas, la limpieza y la eficacia administrativa, así como su puntilloso concepto del imperio de la ley, se traducen en un denso entramado normativo de vigilancia y penalización. Por todo ello, el régimen singapurense es descrito en ocasiones como un ejemplo de "autoritarismo suave" y un caso sui géneris de "tecno-totalitarismo" que no concita repudio popular y obtiene resultados prácticos.



De orígenes familiares muy humildes, abogada de formación, casada y con cinco hijos, Halimah Yacob ejerció su profesión jurídica en la organización intersindical National Trades Union Congress (NTUC), de la que más tarde sería directora de Servicios Legales (1992-2001) y vicesecretaria general (2007-2011), y en el centro académico Singapore Institute of Labour Studies, cuya Secretaría llevó en 1990-1995. Su debut en la política se remonta a 2001, cuando salió elegida miembro del Parlamento, si bien durante una década más continuó intensamente vinculada al mundo sindical.

El suyo fue uno de los 82 escaños sacados en las votaciones de noviembre de 2001 por el PAP, el cual, siguiendo con la pauta hegemónica prolongada hasta la actualidad, prácticamente copó el hemiciclo. Entonces, el PAP estaba liderado por Goh Chok Tong, sucesor en 1990 del primer ministro y padre de la independencia Lee Kuan Yew. Como legisladora, Halimah fue sucesivamente reelegida en los comicios de 2006, 2011 y 2015. En 2004 ingresó en el Comité Central del PAP coincidiendo con la transferencia del mando de Goh Chok Tong a Lee Hsien Loong, hijo de Lee Kuan Yew.

En mayo de 2011 Lee incorporó a Halimah a su Gobierno en calidad de ministra de Estado para Desarrollo Comunitario, Juventud y Deportes. En noviembre de 2012 el primer ministro la trasladó al puesto de ministra de Estado para Desarrollo Social y Familiar. Poco después, en enero de 2013, la dimisión a raíz de un escándalo personal del presidente del Parlamento, Michael Palmer, abrió en la institución legislativa una vacancia que Lee subsanó nominando para el puesto a la diputada y ministra.

El actual presidente de la República era Tony Tan, perteneciente a la comunidad china al igual que el primer ministro, y su mandato expiraba el 1 de septiembre de 2017. En enero de 2016 Lee anunció una minirreforma constitucional para modificar los criterios de la elegibilidad del jefe del Estado singapurense; uno de los nuevos requisitos terminó siendo que la candidatura al puesto fuera reservada a personas de un grupo étnico que no hubiese tenido un representante en la Presidencia en los últimos 30 años.

Esto implicaba que el próximo presidente de Singapur, a elegir directamente por los ciudadanos, tendría que ser un malayo étnico, ya que desde 1971 todos los titulares habían pertenecido a otro grupo: Benjamin Sheares (el segundo presidente desde la independencia y en el cargo hasta 1981) tenía ancestros chinos y europeos; Devan Nair (1981-1985) fue indo-singapurense; Wee Kim Wee (1985-1993) y Ong Teng Cheong (1993-1999), chino-singapurenses; Sellapan Ramanathan (1999-2011), indo-singapurense; y el actual, Tony Tan, también tenía origen chino.

Lee y el PAP se decantaron por la candidatura de Halimah Yacob, que en agosto de 2017 renunció a la condición de parlamentaria y de paso se dio de baja en el partido, postulándose por tanto como independiente. En una decisión que concitó una agria polémica en la minúscula oposición parlamentaria pero también en sectores del propio PAP, la de Halimah fue la única candidatura declarada válida por el Departamento de Elecciones —un órgano directamente supeditado a la Oficina del Primer Ministro—, el cual denegó el Certificado de Elegibilidad a los famosos empresarios Mohamed Salleh Marican y Farid Khan, y a dos ciudadanos independientes prácticamente desconocidos, Shirwin Eu y Ooi Boon Ewe. Los críticos del proceso electoral seguido en 2017 señalaban la ausencia de pluralismo, pero también cuestionaban la cualificación de Halimah para el cargo, en detrimento según ellos de la meritocracia, valor acendrado en la sociedad singapurense.

En estas circunstancias de nula competitividad, Halimah, lista para igualar los registros regionales de Corazón Aquino y Gloria Macapagal Arroyo en Filipinas, y de Megawati Sukarnoputri en Indonesia, no enfrentaba una verdadera elección popular. El escenario, de claro menoscabo democrático, contrastaba con la muy competitiva y reñida elección presidencial de 2017, ganada in extremis por Tony Tan a tres adversarios independientes o de la oposición que en conjunto cosecharon el 65% de los votos.

Ahora, de hecho, la candidatura única de Halimah ni siquiera se sometió al procedimiento formal de la apertura de los colegios electorales y la participación de los electores, llevando a las urnas su exclusiva papeleta. Así, el 13 de septiembre de 2017 Halimah fue declarada sin más presidenta electa de Singapur y al día siguiente tomó posesión del puesto con un mandato de seis años; desde el primer días del mes, la jefatura del Estado había sido desempeñada en funciones por Joseph Yuvaraj Pillay.

(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 17/3/2023. El ejercicio de Halimah Yacob como presidenta de la República de Singapur concluyó el 14/9/2023. Su sucesor en la jefatura del Estado fue Tharman Shanmugaratnam).