Gabriel Attal

 

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha nombrado el 9 de enero de 2024 a su cuarto primer ministro desde su llegada al Elíseo en 2017, el segundo de su segundo y mandato. El promovido es Gabriel Attal, miembro de su núcleo de colaboradores de mayor confianza y con una relación de cargos en el Ejecutivo, el penúltimo el Ministerio de Educación. A sus 34 años el más joven primer ministro en la historia de la República Francesa (de hecho, se trata del más joven jefe de Estado o de Gobierno del mundo en estos momentos), Attal toma el testigo a la sexagenaria Élisabeth Borne, dimitida en la víspera a petición de Macron. Este deseaba empezar el año con una muestra de iniciativa y renovación tras la aprobación en diciembre de la nueva ley migratoria, polémico colofón a un 2023 de lo más tormentoso, política y socialmente.

Al Gobierno Attal puede considerársele continuista por la permanencia de la mayoría de los ministros de peso y el reparto de las carteras entre los principales socios de Juntos (Ensemble), la alianza liderada por Renacimiento (RE), el partido liberal de Macron y del que Attal es miembro. Pero también se aprecia un deslizamiento ideológico desde el centro o el centro-izquierda al centro-derecha, consistente con la necesidad que Macron tiene de Los Republicanos, conservadores y en la oposición, para sacar adelante ciertos paquetes legislativos. Attal debuta en Matignon con una situación parlamentaria precaria para su bloque político, que desde las elecciones de 2022 tiene que apañárselas con una mera mayoría simple de 251 diputados sobre 577. Esta legislatura es la primera de la V República en la que la llamada mayoría presidencial no goza de mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Es el flanco vulnerable por el que está atacando sistemáticamente la oposición combinada de la izquierda (NUPES) y la extrema derecha (RN), que en solo año y medio lanzó contra Borne nada menos que 31 mociones de censura, todas fallidas. 

"Acción, acción, acción", y "resultados, resultados, resultados" para "responder a los problemas de los franceses", anuncia con tono proactivo el nuevo primer ministro, conocido por su dinamismo, elocuencia y ambición, quien ya figura en las quinielas de candidatos de Ensemble de cara a las presidenciales de 2027. Las encuestas son sombrías para el macronismo, al que superan en intención de voto el RN de Marine Le Pen y, en las legislativas, también el sector izquierdista (LFI) de Jean-Luc Mélenchon. La condición de delfín presidencial, si es que Attal responde a la misma a los ojos del 12 años mayor Macron, no casa muy bien con la posición de primer ministro, una oficina de alto desgaste, capaz de quemar a su titular en cuestión de meses: su misión en la práctica es la de servir de escudo térmico, cargando con la abrasión que de otra manera recaería directamente en el jefe del Estado. Sin embargo, Attal, cuya fidelidad entusiasta a Macron y su programa no se cansa de recordar, parte con buenas notas en los sondeos de valoración de líderes. "Sé que puedo contar con tu energía y tu compromiso para implementar el proyecto de rearme y regeneración que anuncié. Fiel al espíritu de 2017: superación y audacia. Al servicio de la Nación y de los franceses" tuiteó Macron el día de su nombramiento.

Por otro lado, Attal sucede a Borne, despedida por Macron con elogios a su "valentía, compromiso y determinación", con los presupuestos de 2024 recién aprobados. El Gobierno se marca el objetivo de reducir el déficit público a finales de año desde el 4,9% al 4,4% del PIB, meta difícil por los elevados compromisos de gasto y la flojera económica (el crecimiento retrocedió un 0,1% en el tercer trimestre y el Banco de Francia prevé un avance del 0,9% en 2024, apenas una décima más que en 2023). El Programa de Estabilidad del Gobierno contempla situar el déficit por debajo del 3%, tal como establece el reactivado Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, no antes de 2027. Si las políticas domésticas dominarán la mesa de trabajo de Attal, en el tratamiento del incluso más revuelto panorama internacional (la guerra de Gaza y sus ramificaciones, crisis del Mar Rojo, apoyo a Ucrania frente a Rusia, ocaso de la Françafrique) Macron seguirá llevando la voz cantante. En junio, Ensemble tendrá el examen de las elecciones europeas, preámbulo que será de los Juegos Olímpicos de Verano en París. 

(Texto actualizado hasta 17 enero 2024)

 

 

Aunque las etiquetas de precocidad y brillantez invitan a la analogía con Macron, Gabriel Attal, a diferencia de su mentor, no adquirió sus primeros puestos de responsabilidad en el Ejecutivo galo partiendo de un currículum laboral en la función pública y el sector privado, sino que toda su actividad profesional se ha circunscrito en los márgenes de la política. Si Macron fue en su momento un parachutiste en este terreno, al que llegó con una aureola de tecnócrata reformista que pudo haber seguido haciendo fortuna en la banca Rothschild, Attal, desde que acabó sus estudios, no ha tenido más ocupaciones que las políticas, trabajando al servicio de sus patrocinadores. En este sentido, su meteórico recorrido desde dentro del poder, estableciendo sucesivos records de mocedad, le asemeja más al austríaco Sebastian Kurz, caso extremo de temprano encumbramiento institucional en una democracia republicana.


 

PROTEGIDO DE EMMANUEL MACRON

Con ascendientes judíos y rusos ortodoxos, el joven completó la secundaria en la École Alsacienne, uno de los liceos más selectos de París y donde, según su testimonio, sufrió acoso verbal por su homosexualidad, orientación que en aquel momento él no reconocía públicamente y que los compañeros de aula solo podían "suponer" por su expresión corporal. En 2007 emprendió la titulación de Asuntos Públicos en el Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) y al año siguiente la carrera de Derecho en la Universidad Panthéon-Assas (París II), con la intención de hacerse abogado. No consiguió este propósito, si bien en 2012 obtuvo la licenciatura en el Sciences Po. Al igual que Macron, Attal canalizó sus primeras inquietudes políticas en el Partido Socialista (PS), al que se unió en 2006 en el contexto de la precandidatura presidencial de Ségolène Royal.

En mayo de 2012 los socialistas, de la mano de François Hollande, regresaron al Ejecutivo nacional y Attal, con 23 años, fue reclutado como consejero del gabinete de la ministra de Asuntos Sociales y Sanidad, Marisol Touraine. En marzo de 2014 salió elegido consejero municipal en Vanves, comuna del departamento de Altos del Sena vecina de su natal Clamart, en el extrarradio meridional de París, mandato que conserva hasta el día de hoy. En 2016 decidió abandonar el PS y subirse a ¡En Marcha! —EM, luego llamado ¡La República en Marcha! (LREM) y desde septiembre de 2022 denominado Renacimiento (RE)—, el partido-movimiento de centro progresista liberal montado por Macron, hasta agosto ministro de Economía en el segundo Gobierno de Manuel Valls, con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2017.

Attal salió elegido asambleísta nacional por Altos del Sena en las legislativas de junio de 2017, una vez instalado Macron en la Presidencia de la República. Como legislador, se hizo notar por su oratoria desenvuelta y su incisiva defensa de las primeras acciones de gobierno de su jefe político, que en enero de 2018 le confirió la portavocía de LREM y en octubre siguiente le consideró maduro para ocupar su primer cargo en el Gabinete de Édouard Philippe, una secretaría de Estado adjunta al Ministerio de Educación Nacional y Juventud, dirigido por Jean-Michel Blanquer. En los meses que desempeñó esta función, Attal estuvo concentrado en diseñar el proyecto del Servicio Nacional Universal (SNU), avanzado por Macron en su programa electoral y consistente en un servicio civil voluntario abierto a todos los ciudadanos franceses de ambos sexos de entre 16 y 25 años.

Fue en esta época cuando Attal empezó a hablar abiertamente de su homosexualidad, en una serie de retratos y entrevistas publicados por las revistas L'Obs, Closer y Têtu, el periódico Libération y la plataforma digital Mélty. Attal decidió pronunciarse luego de revelar el tema un antiguo compañero de clase, el abogado Juan Branco, en una publicación. A estos medios, el secretario de Estado de 29 años se presentaba como un gay que asumía su condición con naturalidad, pero "sin reivindicarlo", sin "llevarlo como bandera", y que esperaba ser algún día padre, añadiendo que no descartaría recurrir a la "gestación subrogada ética" si esta llegara a ser legalizada en Francia. Se sabía que desde 2017 formaba pareja en unión civil (bajo la fórmula del Pacto Civil de Solidaridad) con Stéphane Séjourné, otro joven lugarteniente de Macron con prometedor futuro, en estos momentos asesor del inquilino de Elíseo y posteriormente eurodiputado y secretario general de RE. También Séjourné había dejado el PS para seguir a Macron en 2016.

Ahora en 2024, con motivo de su nombramiento como primer ministro, la prensa francesa añade que Attal y Séjourné se separaron en 2022. El nuevo dirigente francés viene a engrosar la relación de jefes de Estado y de Gobierno europeos que desde 2009 han ejercido sus cargos sin ocultar su orientación homosexual: la islandesa Jóhanna Sigurdardóttir, el belga Elio Di Rupo, el luxemburgués Xavier Bettel y otros cuatro gobernantes actualmente en ejercicio, el irlandés Leo Varadkar, la serbia Ana Brnabic, el andorrano Xavier Espot y el letón Edgars Rinkēvics.

En julio de 2020 Attal fue ascendido a secretario de Estado portavoz del Gobierno a renglón seguido del nombramiento de Jean Castex como primer ministro. En julio de 2021 entró en el Buró Ejecutivo de LREM y tras la reelección de Macron en mayo de 2022 sucedió a Olivier Dussopt como ministro delegado encargado de las Cuentas Públicas, una oficina adscrita al Ministerio de Economía y Finanzas. El ministro era Bruno Le Maire y la nueva primera ministra Élisabeth Borne. En las legislativas de junio, aciagas para LREM/RE por la pérdida de la mayoría absoluta conquistada en 2017, Attal volvió a ganar el escaño correspondiente al décimo distrito de Altos del Sena, pero prefirió el Gobierno a la Asamblea Nacional. El treintañero subió su siguiente peldaño político el 20 de julio de 2023, fecha de su nombramiento al frente del Ministerio Nacional y Juventud.


 

CAMBIO DE GOBIERNO TRAS UN AÑO TURBULENTO

Entregado a la gestión educativa, donde dio que hablar con las medidas disciplinarias contra los alumnos de centros públicos responsables de bullying, la promoción del uniforme escolar y la prohibición de llevar a las aulas la abaya (prenda femenina popular en los países árabes y según el Ministerio identificada con la religión musulmana, por lo que violaba los principios republicanos del laicismo y la aconfesionalidad del Estado), Attal, bastante bien parado en los sondeos de popularidad de líderes, quedó menos expuesto al desgaste que otros responsables del Gobierno en el tempestuoso 2023, año en el que Macron hizo frente a tres grandes crisis político-sociales. 

La primera y más fragorosa batalla, planteada por la oposición parlamentaria de izquierdas y los sindicatos, fue la "no negociable" reforma de las pensiones con el retraso de la edad legal de jubilación de los 62 a los 64 años, promulgada en abril tras recibir el aval del Consejo Constitucional. Esta profunda reforma estructural, concebida por Macron en su primer mandato, fue implementada activando el polémico artículo 49.3 de la Constitución de 1958. Con la consiguiente cólera de la NUPES, la alianza de izquierdas que, bajo el liderazgo de La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, Mathilde Panot y Manuel Bompard, había arrebatado a la derecha posgaullista de Los Republicanos (LR) el liderazgo opositor en los comicios del año anterior. Confrontado a su minoría parlamentaria, el Gobierno Borne eludió el voto en la Asamblea y recurrió al artículo 49.3 en otras 22 ocasiones (récord de discrecionalidad solo superado por el Gobierno de Michel Rocard en 1988-1991), para sacar adelante la ley de programación de las finanzas públicas, los presupuestos generales y las leyes de financiación de la Seguridad Social de 2023 y 2024.

La segunda crisis de envergadura estalló a finales de junio por la muerte del adolescente Nahel Merzouk de un disparo por la Policía en el suburbio parisino de Nanterre, epicentro inmediato de crudas protestas protagonizadas por jóvenes. El incendio en la banlieue de las principales ciudades del país se prolongó una semana y alcanzó un clímax de violencia y destrucciones comparable o incluso superior al de los grandes disturbios de 2005. Lo sucedido acaloró el debate, intensamente politizado, sobre la fractura sociocultural en Francia y la adjudicación de culpas por los fallos del sistema de integración de los inmigrantes y sus hijos en la sociedad de acogida.

La tercera gran bronca política transcurrió en diciembre a costa del proyecto de la nueva Ley de Asilo e Inmigración, condenada desde las izquierdas por demasiado restrictiva y criticada desde las derechas por no ser lo suficientemente dura. El debate parlamentario del proyecto quedó paralizado en la Asamblea Nacional, lo que empujó al ministro del Interior y redactor de la reforma, Gérald Darmanin, a presentar la dimisión, no aceptada por Macron. 

Para desbloquear la adopción del texto, el presidente y Borne acordaron introducir en el mismo una serie de enmiendas exprés pactadas con Los Republicanos de Éric Ciotti, que exigían endurecer las condiciones de la reagrupación familiar, recuperar el delito de estancia irregular y limitar el acceso a las ayudas públicas. El 19 de diciembre las dos cámaras del Parlamento aprobaron la nueva normativa "para controlar la inmigración" y "mejorar la integración" con los votos del grupo oficialista Ensemble, LR y, de paso, el Reagrupamiento Nacional (RN) de Jordan Bardella y Marine Le Pen, la cual alardeó de "victoria ideológica". Dos días después, fracasó la trigesimoprimera moción de censura contra el Gobierno Borne. Aunque no tenía ninguna posibilidad de salir adelante por la falta de apoyos en las derechas, la NUPES lanzó esta censura en respuesta a la vigesimotercera aplicación del arma constitucional del 49.3, con el fin de aprobar sin votación los presupuestos generales de 2024. 

Macron quedó en una situación muy embarazosa porque la extrema derecha votó con gusto a favor de su proyecto de ley y a la vez decenas de diputados de Ensemble, descontentos con la "derechización" del texto, se posicionaron en contra junto con la NUPES. El ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau, del ala socialdemócrata de Ensemble, dimitió como muestra de protesta, portazo que subrayó la imagen de zozobra y fractura en el oficialismo.

Este era el muy revuelto ambiente político en Francia al terminar 2023, con la tensión añadida por el impacto de la guerra de Gaza, que excitaba las expresiones de protesta antiisraelíes, temidas por las autoridades por su posible transformación en acciones antisemitas, desde los colectivos musulmanes y los partidos de izquierda.

El Gobierno Attal, instalado el 11 de enero de 2024, se compone de 11 ministros con cartera y tres ministros delegados. El Gabinete es paritario y las fuerzas representadas son los principales integrantes de Ensemble: RE (que aporta 171 de los 251 escaños en la Asamblea Nacional), el Movimiento Demócrata (MoDEM, social liberales y democristianos) de François Bayrou y Horizons, el partido liberal conservador del ex primer ministro Édouard Philippe. Fuera se quedan varias pequeñas familias políticas presentes en el Gabinete Borne, como los radicales y Territorios de Progreso (TdP), el sector socialdemócrata de Olivier Dussopt, al que la primera ministra saliente perteneció hasta 2022 y que junto con Agir está orgánicamente asociado a RE. 

Puntos significativos, entre los ministros confirmados en sus puestos están los titulares de Defensa, Sébastien Lecornu, Interior, Gérald Darmanin, y Economía y Finanzas, Bruno Le Maire: los tres son de RE, pero proceden de LR. En Exteriores, sale la diplomática independiente Catherine Colonna y entra Stéphane Séjourné, la antigua pareja civil de Attal, que deja el Parlamento Europeo, donde venía encabezando el grupo Renovar Europa, pero mantiene la Secretaría General de RE. Rachida Dati, combativa ministra de Justicia con Nicolas Sarkozy y hasta ahora miembro de LR, regresa al Gabinete como responsable de Cultura. Otra personalidad asociada a Sarkozy y a su predecesor Jacques Chirac, Catherine Vautrin, conocida por su oposición al matrimonio de personas del mismo sexo, pasa a ser ministra de Trabajo y Sanidad. 

(Cobertura informativa hasta 17/1/2024)