Filipe Nyusi

Filipe Nyusi, un poco conocido ingeniero con solo seis años de experiencia política, tiempo en el que cual fungió de enérgico ministro de Defensa, fue escogido por el gobernante Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) como su candidato para la elección presidencial de octubre 2014. Nyusi la ganó sin apuros, aunque con bastantes menos votos que su predecesor en el cargo, Armando Guebuza, frente a su adversario de la conservadora Resistencia Nacional de Mozambique (RENAMO), Afonso Dhlakama.

El cuarto presidente mozambiqueño pertenece a una segunda generación de dirigentes que no participaron en la lucha de liberación nacional (1964-1975) contra Portugal y que fueron formados como cuadros técnicos por el FRELIMO, ayer marxista y hoy socialista democrático, después de la independencia. Durante la campaña electoral, Nyusi prometió continuismo en la estrategia de desarrollo y modernización económicos confiada a las nuevas industrias extractivas (aluminio, hidroelectricidad, carbón, gas) y a las polémicas inversiones y compras chinas, así como un mayor esfuerzo del Gobierno para redistribuir entre una población ampliamente pobre los beneficios del crecimiento económico sostenido, que registra aquí algunas de las tasas más fuertes del continente. Por otro lado, Nyusi habló de entablar un diálogo franco con la RENAMO, la antigua guerrilla anticomunista y feroz enemigo durante la guerra civil de 1977-1992, que lleva dos décadas perdiendo elecciones y denunciando fraudes en las urnas, además de soportar una operación militar del Ejército entre 2013 y 2014, tenso episodio armado que puso en serio peligro la vigencia de los Acuerdos de Paz de 1992 y que creó más inseguridad en un país golpeado por el bandidaje, el narcotráfico, el saqueo de los recursos naturales y los desastres que provocan los episodios climáticos extremos.

Al poco de asumir la Presidencia en enero de 2015, Nyusi se reunió con Dhlakama para convencerle de que reconociera los resultados electorales y levantara su boicot parlamentario a cambio del estudio por la Asamblea de su reclamación de una autonomía regional para las provincias donde la RENAMO goza de mayoría.


(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 13/1/2016. En las votaciones presidenciales del 15/10/2019, denunciadas como fraudulentas por la oposición, Filipe Nyusi fue reelegido para un segundo mandato de cinco años, el cual inauguró el 15/1/2020).

1. Exponente de la segunda generación de dirigentes formados tras la independencia de Mozambique
2. Rápido ascenso en el FRELIMO y elección presidencial en 2014

1. Exponente de la segunda generación de dirigentes formados tras la independencia de Mozambique

Sus padres, campesinos de la etnia minoritaria maconde y oriundos de la región norteña de Cabo Delgado, eran militante activos del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), la organización de inspiración marxista que conducía la lucha armada contra Portugal para conseguir la emancipación de la entonces provincia lusa de ultramar, lo que les obligó, como a tantos miles de paisanos comprometidos con la causa anticolonial, a tomar refugio en la cercana Tanzania. Parte de la infancia del futuro presidente transcurrió en el país vecino, donde el FRELIMO, liderado por Eduardo Mondlane y Samora Machel, tenía sus campos guerrilleros así como sus estructuras políticas y sociales de retaguardia.

El muchacho recibió clases de primaria en una de las escuelas tanzanas del FRELIMO asomadas a la frontera, el Centro Educacional de Tunduru, y en 1973, a los 14 años, se alistó para empuñar las armas en la lucha de liberación; aunque recibió instrucción militar en el campamento de Nachingwea, no llegó a combatir porque en 1975 Portugal puso fin a las hostilidades y otorgó la independencia a su colonia de África oriental. Aquella fue proclamada por Machel el 25 de junio en el Estadio de Machava en Maputo, en una ceremonia a la que el adolescente asistió como delegado escolar de Tunduru.

Nyusi fue uno de los jóvenes miembros del movimiento de liberación que el FRELIMO, convertido en el partido único del régimen prosoviético fundado por Machel y enfrentado desde 1977 en una mortífera guerra civil con la anticomunista Resistencia Nacional de Mozambique (RENAMO), reclutó para la formación de los cuadros técnicos y administrativos que el joven y subdesarrollado Estado requería. En 1980 terminó la educación secundaria en la escuela del partido en Mariri, Cabo Delgado, y hasta 1982 siguió tomando clases en la Escuela Samora Machel de Beira, Sofala. Su biografía oficial no facilita datos sobre estudios de capacitación o trabajos desempeñados en la mayor parte de la década de los ochenta. En 1990 asistió a un curso de Ingeniería Mecánica en la Academia Militar Antonín Zápotocký (VAAZ) de la ciudad checoslovaca de Brno, al que años más tarde, ya en el siglo XXI, iban a seguir sendos certificados de posgrado en Gestión por la Universidad de Manchester y el IMM de Amadbad, India,

En 1992 Nyusi emprendió en Nampula una carrera profesional de ingeniero y ejecutivo en la compañía estatal de transportes Portos e Caminhos de Ferro de Moçambique (CFM), donde en los 15 años siguientes fue sucesivamente operario, auxiliar del jefe del Servicio de Oficinas Centrales, director de ferrocarriles de CFM-Norte y, a partir de 1995, director general de dicha sección, una de las cuatro líneas de que consta la red ferroviaria mozambiqueña. En 2007 fue transferido a Maputo para sentarse en el Consejo de Administración de CFM, donde asumió la dirección de operaciones comerciales. En paralelo a estos servicios como alto funcionario del Estado, Nyusi fue, entre 1995 y 2005, el presidente del Clube Ferroviário de Nampula, un club de la primera división de fútbol mozambiqueña. Bajo su presidencia, el Ferroviário de Nampula ganó el campeonato nacional, la Moçambola, en 2004, así como la Taça de Moçambique, el segundo torneo de fútbol a nivel de clubes más importante, en 2003. En añadidura, desde 2002 impartió clases de Matemáticas en el campus de Nampula de la Universidad Pedagógica.


2. Rápido ascenso en el FRELIMO y elección presidencial en 2014

La trayectoria, hasta entonces esencialmente tecnocrática, de Nyusi tomó un vericueto intensamente político en marzo de 2008 con su nombramiento como ministro de Defensa, en sustitución de Tobias Joaquim Dai, por el presidente Armando Guebuza, sucesor en 2005 de Joaquim Chissano, a su vez heredero del puesto dejado vacante por Machel, fallecido en un accidente de aviación en 1986. La designación de Nyusi para llevar la cartera de Defensa en el Gabinete que tenía a Luísa Dias Diogo de primera ministra resultó muy llamativa porque el ingeniero pertenecía a una generación de miembros del FRELIMO que por edad no habían participado en la guerra de la independencia -aunque en su caso sí era miembro de la Asociación de Combatientes en la Lucha de Liberación Nacional (ACLLN)- y se habían desenvuelto en unos ambientes básicamente académicos y de gestión civil.

Aunque la brutal guerra civil, con casi un millón de muertos, había concluido en 1992 en virtud de un pacto de reconciliación nacional, la RENAMO, liderada por Afonso Dhlakama, asistía con crecientes desagrado e impotencia a su arraigo como fuerza de oposición, incapaz de batir al FRELIMO, cuyo acopio de votos no había hecho sino crecer en los procesos electorales de 1994, 1999 y 2004. Cuando las votaciones de octubre de 2009, la antigua organización insurgente, de tenebrosa reputación por la comisión de masivas atrocidades contra civiles indefensos en los años de la guerra civil, volvió a sucumbir frente a la formación oficialista, la cual, pese a su férula dictatorial durante la época del partido único, retenía una fuerte reserva de legitimidad por su papel de vanguardia en la liberación nacional. Las elecciones de 2009 concedieron a Guebuza la reelección con el 75% de los votos, 11 puntos más que cinco años atrás, y al FRELIMO 191 diputados en la Asamblea de la República de 250 miembros, una subida de 31 escaños con respecto a 2004. En enero de 2010, al comenzar su segundo mandato, Guebuza renovó la posición de Nyusi en el Gabinete que pasó a encabezar Aires Bonifácio Ali, y en octubre de 2012 le mantuvo en Defensa al emitir el nombramiento de Alberto Vaquina como nuevo primer ministro.

Las airadas denuncias de fraude -pese al dictamen de validez democrática, aunque no sin observaciones críticas, por parte de los monitores internacionales- formuladas por Dhlakama tras conocer los resultados de las elecciones de 2009 pusieron el arranque a un deterioro de la situación política que alcanzó su clímax en la primavera de 2013. Entonces, el líder de la RENAMO acusó al Gobierno de estar sometiendo a sus militantes y sus bastiones territoriales a una agresiva campaña de represión injustificada, y en octubre llegó a anunciar que se desvinculaba del Acuerdo de Paz firmado con Chissano en Roma en octubre de 1992. Ciertamente, unidades de las Fuerzas Armadas de Defensa de Mozambique (FADM), siguiendo órdenes del presidente Guebuza y el ministro Nyusi, acometieron una serie de operaciones para clausurar por la fuerza cuarteles e instalaciones de la RENAMO en varios distritos del país, con el argumento de que las actividades paramilitares de la organización opositora entrañaban una amenaza para la seguridad nacional. La grave situación de inseguridad, de tintes prebélicos, y acompañada de una ola de violaciones y secuestros, generó desplazamientos de población y empujó a muchos paisanos iracundos a realizar manifestaciones de protesta en Maputo, Beira y otras ciudades.

Su enérgica actuación como ministro de Defensa, pese a que la campaña del Ejército contra la RENAMO, bombardeos inclusive, amenazaba con volar por los aires la frágil pacificación nacional alcanzada hacía dos décadas, acrecentó la nombradía de Nyusi en el seno del FRELIMO, de cuyo Comité Central ya era miembro por decisión del X Congreso del partido, celebrado en Pemba en septiembre de 2012 y que alumbró unos nuevos Programa y Estatutos orgánicos. Sin embargo, no pertenecía al máximo órgano partidario, la Comisión Política. Su experiencia política era indudablemente limitada. Así que no dejó de suscitar sorpresa su selección, el 1 de marzo de 2014, como el candidato presidencial del FRELIMO para batirse en las elecciones generales que tocaban en octubre y a las que Guebuza, pese a su elevada popularidad, había descartado presentarse de nuevo en cumplimiento de la estipulación constitucional que limitaba a dos los mandatos presidenciales de cinco años.

El Comité Central del partido, reunido en Matola, cerca de Maputo, se decantó por Nyusi en una segunda votación interna en lugar de la ex primera ministra Luísa Diogo, con mucho más bregada en política que el ministro de Defensa y más conocida por la población. Además, Diogo era la apuesta de la vieja guardia del FRELIMO, que tenía como referentes al ex presidente Chiluba y a la influyente Graça Machel, doblemente viuda, primero de Samora Machel y luego, desde hacía apenas unos meses, del ex presidente sudafricano Nelson Mandela. Los observadores señalaron que la cúpula del FRELIMO estaba tan segura de la que sería la quinta victoria electoral consecutiva que no le importó nominar a un oficial relativamente oscuro de cara al público pero que gozaba de la plena confianza de Guebuza, el cual, además de la República, presidía el partido, posición que tenía la intención de retener durante un tiempo luego de traspasar la jefatura del Estado.

El 14 de marzo Nyusi se dio de baja en el Gobierno para preparar su campaña electoral. Esta se desarrolló en un ambiente menos crispado gracias al acuerdo de cese de hostilidades y estabilidad adoptado en septiembre por el FRELIMO y la RENAMO. Atrás quedaban unos choques armados de inquietante envergadura, un número indeterminado de muertos y un rosario de tropelías de difícil cuantificación, dado el secretismo con que las dos partes enfrentadas habían llevado esta crisis. Los de Dhlakama aseguraron su participación en el juego político a cambio del fin de las operaciones militares del Gobierno, una amnistía para todos sus miembros presos y un esquema de desarme e integración de sus ex combatientes en las FADM, aspecto crucial que el Acuerdo General de Paz de 1992 se había dejado en el tintero. El FRELIMO recibió además ciertas garantías de transparencia y limpieza electorales. Esta concesión se sustanció en la aprobación de un código de elecciones más acorde con los estándares democráticos. Entre otros puntos novedosos, la normativa permitía la presencia de representantes de los partidos en los colegios electorales y el acceso de los observadores internacionales al proceso de recuento.

En las elecciones celebradas el 15 de octubre de 2014 Nyusi se llevó la Presidencia con el 57% de los votos, un porcentaje considerablemente más bajo que el obtenido por Guebuza en 2009 y más cercano a los sacados por Chiluba en 1994 y 1999. En las legislativas, el FRELIMO también dejó de apabullar y vio disminuida su representación en la Asamblea hasta los 144 diputados, 47 menos que la vez anterior; en otras palabras, perdió la mayoría de dos tercios. Al final, el intento de laminar a la RENAMO manu militari, estrategia de la que Nyusi había sido preclaro valedor hasta la misma víspera de su nominación presidencial, resultó contraproducente en las urnas. Dhlakama, el eterno segundón, recibió el 36,6% de los sufragios, 20 puntos más que en 2009, y su colectividad saltó de los 51 a los 89 escaños. También contribuyó a la erosión del FRELIMO el empuje, palpable en las legislativas a rebufo de su éxito en los anteriores comicios municipales, del Movimiento Democrático de Mozambique (MDM) de Daviz Simango, una opción tercerista y centrista, surgida en 2009 como una escisión moderada de la RENAMO, que se había arrogado la difícil tarea de abrir brecha en un sistema político caracterizado por la extrema bipolaridad ideológica y las pulsiones violentas, unas rémoras para la democracia directamente heredadas de los días crudos de la Guerra Fría.

Los resultados, validados el 30 de diciembre por el Consejo Constitucional, fueron rechazados de plano por Dhlakama, que los consideraba espurios. El líder de la RENAMO exigió la formación de un Gobierno de unidad nacional y amenazó con formar un ejecutivo paralelo si el FRELIMO no accedía a sus demandas, si bien luego se conformó con boicotear la asunción de las autoridades electas.

El 15 de enero de 2015 tuvo lugar la jura del cuarto presidente de la República de Mozambique. En su discurso de investidura, presenciado por varios mandatarios africanos y por el enviado especial del presidente de China, (potencia asiática que en los últimos años, a golpe de inversiones faraónicas, adjudicaciones de contratas públicas e importaciones a gran escala, se había convertido en el gran dinamizador de la economía y los negocios mozambiqueños, no sin una lluvia de imputaciones de prácticas abusivas y depredadoras, al viejo estilo de las explotaciones coloniales europeas), Nyusi prometió priorizar el diálogo constructivo con las otras fuerzas políticas y conducir a buen puerto, de manera responsable y transparente, los ambiciosos proyectos para la modernización económica, la transformación industrial, la dotación de infraestructuras esenciales y el aprovechamiento comercial de los ingentes recursos naturales que Mozambique atesoraba, principalmente el gas natural y el carbón, hidrocarburos que tenían aquí algunos de los yacimientos más vastos del continente, a sumar a la riqueza, ya rentabilizada, de la fundición de aluminio y la hidroelectricidad.

El nuevo Gobierno, señaló asimismo Nyusi, mantendría al país en la senda del crecimiento económico sostenido y vigoroso (desde el final de la guerra civil, el PIB había experimentado un avance espectacular y la ex colonia portuguesa llevaba una década larga creciendo en torno al 7% anual, sin fallar un solo ejercicio), y no descuidaría su deber de invertir en la educación, la sanidad, la vivienda y sectores productivos tradicionales como la agricultura y la pesca. De hecho, durante la campaña electoral, el aspirante del FRELIMO ya había hecho hincapié en la mecanización del agro, todavía dominando por los cultivos de subsistencia, además de en la redistribución de la riqueza y la creación de empleo para los jóvenes.

El 17 de enero fue anunciado el nuevo Gobierno, con el economista Carlos Agostinho do Rosário de primer ministro. El 7 de febrero el flamante presidente mozambiqueño dio una campanada al sostener en Maputo una reunión con Dhlakama para sondear la disposición del líder opositor a reconocer los resultados electorales y cancelar su amenaza secesionista. El jefe histórico de la RENAMO le planteó a Nyusi la reclamación de que las provincias del centro y el norte donde su partido había sacado más votos que el FRELIMO se constituyeran en "regiones autónomas". Dos días después, los dos hombres más importantes del país, dejándose ver en actitud relajada y en camisa, sin traje ni corbata, celebraron un segundo encuentro en la capital. A la salida del mismo, Dhlakama informó que su adversario e interlocutor le había invitado a presentar su propuesta de las regiones autónomas de manera formal, como anteproyecto de ley, ante la Asamblea, paso que de entrada supondría el levantamiento del boicot de la RENAMO a las sesiones de la nueva legislatura.

El 29 de marzo se produjo de manera súbita el relevo en el mando del FRELIMO: Guebuza dimitió como presidente de la Comisión Política y el Comité Central, por 186 votos a favor, dos abstenciones y un voto nulo, eligió a Nyusi en su lugar. Eliseu Machava siguió como secretario general del Comité Central.

Filipe Nyusi está casado con Isaura Gonçalo Ferrão. La pareja ha tenido cuatro hijos.

(Cobertura informativa hasta 1/4/2015)