Ferenc Mádl

El segundo presidente de la tercera República Húngara, restablecida con el final del régimen comunista en 1989, fue un académico especializado en Derecho Internacional, políticamente independiente y de tendencia conservadora. En su mandato de cinco años, entre 2000 y 2005, Ferenc Mádl manifestó su compromiso con la adhesión de su país a la UE y con el proceso de integración europea. A partir de 2002, cuando entró en cohabitación con un Gobierno socialista, vetó con carácter suspensivo varios proyectos legislativos con los que discrepaba, haciendo uso de una de sus escasas prerrogativas constitucionales dentro de un sistema de tipo parlamentario. Personalidad, con todo, mesurada, Mádl falleció en 2011 a los 80 años de edad.

1. Académico de Derecho
2. Presidente de la República


1. Académico de Derecho

En 1955 se licenció en Derecho por la Universidad Eötvös Lóránd (ELTE) de Budapest y en 1956, el año de la insurrección contra la ocupación soviética -de la cual se mantuvo al margen-, ingresó en el Instituto de Estudios Jurídicos de la Academia Húngara de Ciencias, donde ejercería en los siguientes 15 años. Entre 1961 y 1963 amplió su formación e impartió clases en la Facultad de Derecho Internacional Comparado de Estrasburgo. En 1964 se doctoró en Ciencias Políticas y desde 1973 fue profesor titular en su antigua universidad budapestina, labor docente que compaginó con un puesto técnico en el Instituto de Política y Derecho de la Academia de Ciencias. En 1978, cuatro años después de recibir un segundo doctorado por la Academia, se puso al frente del Instituto de Derecho Civil en la Escuela de Derecho de ELTE.

En 1985 se convirtió en jefe del Departamento de Derecho Internacional Privado de su universidad y pasó a formar parte de la Academia de Derecho Comercial Internacional de la Universidad de Harvard. En 1987 fue elegido miembro suplente de la Academia Húngara de Ciencias, en 1988 figuró en el Consejo Ejecutivo del Instituto Internacional de Roma para la Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT) y desde el año siguiente ejerció de magistrado en el Tribunal Internacional de Arbitraje, con sede en Washington. En todo este tiempo, realizó visitas lectivas a las universidades, entre otras, de Berkeley y Munich.

No afiliado a ningún partido, si bien de inclinaciones moderadas, y de hecho un intelectual desvinculado de cualquier actividad política durante el régimen comunista vigente hasta 1989, del 23 de mayo de 1990 al 22 de febrero de 1993 Mádl ejerció de ministro independiente sin cartera en el Gobierno conservador de József Antall, con la tarea de formular las políticas educativas y científicas del Ejecutivo. Al mismo tiempo fue responsable de la Agencia encargada de la privatización de las propiedades del Estado, hasta 1992, cuando fue puesto al frente de la Autoridad Supervisor de la Banca del Estado. En 1993 ingresó en la Academia Húngara de Ciencias como miembro pleno y hasta el 15 de julio de 1994 siguió en el Gobierno como ministro de Educación y Cultura.

Apartado de las aulas como emérito, en los años siguientes Mádl se centró en sus actividades de académico y conferenciante en las especialidades de derecho civil comparativo, derecho internacional privado y derecho mercantil, así como en aspectos jurídicos de las relaciones económicas internacionales y la construcción europea, materias todas ellas sobre las que publicó artículos y ensayos. Hasta su llegada a la Presidencia de la República en 2000, fue también presidente del consejo de administración de la fábrica de porcelanas Herend.

En las elecciones presidenciales del 19 de junio 1995 Mádl concurrió como el candidato conjunto del Foro Democrático Húngaro (MDF, la fuerza que liderara el primer ministro Antall hasta su fallecimiento en 1993), el Partido Popular Cristianodemócrata (KdNP) y la Federación de Jóvenes Demócratas-Partido Cívico Húngaro (Fidesz-MPP), partidos del arco centro-derechista entonces en la oposición, pero, con 76 votos parlamentarios, fue derrotado por el titular Árpád Göncz, quien, apoyado por los socialistas (ex comunistas) en el Gobierno, optaba a la reelección.

Fundador y presidente en 1996 de la Asociación de Cooperación Cívica Húngara, vinculada a las aspiraciones políticas de los tres partidos citados, en las elecciones legislativas de 1998 Mádl no ocultó sus simpatías por el programa de la Fidesz-MPP, a varios de cuyos dirigentes había dado clases en la universidad y que a la postre resultó vencedor. En 1999 el nuevo primer ministro, Viktor Orbán, integró a Mádl en el comité científico asesor del Gobierno. El 15 de marzo de ese año le fue conferido el Premio Széchenyi, el mayor galardón del Estado húngaro, en reconocimiento a sus aportaciones a la investigación jurídica en Europa, y en septiembre siguiente Francia le nombró caballero de la Legión de Honor.


2. Presidente de la República

El 3 de mayo de 2000 Mádl, a los 69 años, fue nominado candidato presidencial de la coalición gobernante, es decir, la Fidesz-MPP, el MDF y el Partido de los Pequeños Propietarios Independientes (FKgP). El anuncio puso fin a las especulaciones sobre las aspiraciones personales del líder del FKgP, József Torgyán, polémico por sus manifestaciones populistas, y desveló un pacto con Orbán para la colocación en la Presidencia, un puesto fundamentalmente ceremonial y de prestigio, a una figura de amplio consenso, con experiencia internacional, conocedora de idiomas y de trayectoria fundamentalmente no política. Desde la oposición, tanto los socialdemócratas del MSzP como los liberales progresistas de la SzDSz informaron que no presentarían candidato propio y que apoyarían a Mádl, el cual, sin embargo, había irritado a los primero al calificar de “coalición de comunistas” el Gobierno que formaron entre 1994 y 1998.

Fue por este amplio consenso sobre su candidatura, no contestada, que sorprendió la fallida votación parlamentaria del 5 de junio, en la que con 251 votos Mádl se quedó a siete de la requerida mayoría de dos tercios. Fue necesaria una tercera ronda el día 6 en la que ya bastó la mayoría simple de 243 votos. En su discurso previo ante la Asamblea Nacional, Mádl recalcó la importancia de la integración de Hungría en las organizaciones euro-atlánticas y de la normalidad de las relaciones con los países vecinos (Rumanía, Eslovaquia y Serbia) que albergaban minorías magiares. Asimismo, expuso la necesidad de suavizar las relaciones entre los principales partidos de Hungría y llamó la atención sobre la problemática social, en particular la pobreza y la situación de la minoría gitana.

El 4 de agosto de 2000 el académico tomó posesión de un cargo cuyos atributos limitados en política interior (su máxima prerrogativa era la capacidad de retener la aprobación de una ley enviándola al Tribunal Constitucional para su examen y eventual enmienda) eran sobrepasados en la política exterior por una significativa capacidad diplomática.

Mádl fue un ocupante del Palacio de Sándor sumamente discreto durante el Gobierno de Orbán. La situación cambió tras las elecciones parlamentarias de abril de 2002, que pese a otorgar el mayor número de escaños a la lista conjunta de la Fidesz-MPP y el MDF desembocaron en un Gobierno mayoritario de coalición de centro-izquierda formado por el MSzP y la SzDSz, y encabezado por el candidato socialista, Péter Medgyessy.

Así, en la nueva legislatura, y de manera especialmente reiterada en 2003, el jefe del Estado húngaro no dudó en ejercer su facultad constitucional del veto suspensivo de determinados proyectos de ley del Gobierno que no le satisfacían. Mádl mandó de vuelta a la Asamblea para su reconsideración algunos paquetes legales que finalmente vieron la luz y paralizó la promulgación de otros al requerir su escrutinio por el Tribunal Constitucional.

Asimismo, fue un preclaro defensor de la completa aplicación de la polémica Ley del Estatus, aprobada por el Gobierno Orbán en 2001 y que otorgaba derechos espaciales en materias laboral, sanitaria y educativa a los más de dos millones de húngaros étnicos afincados en territorios vecinos que hasta el Tratado de Trianon de 1920 habían sido súbditos del mutilado Reino de Hungría. En junio de 2003 el presidente, en lo que se alineó implícitamente con Orbán, acogió sin entusiasmo una reforma restrictiva de la Ley del Estatus aprobada por la mayoría gubernamental en respuesta a las presiones de los socios y organismos europeos. Sin embargo, para evitar una trifulca internacional, se guardó de bloquear las enmiendas. A lo largo de 2004, Mádl fue testigo de la grave trifulca interna de los socialistas, que segó la hierba a los pies del desautorizado Medgyessy y que desembocó en su sustitución forzosa por el magnate Ferenc Gyurcsány, a cuya nominación por el MSzP el jefe del Estado dio el preceptivo trámite institucional.

Pese a su enfoque más bien nacionalista de la cuestión de las abundantes minorías magiares en el extranjero, Mádl hacía gala de un firme europeísmo, tal como vino a reconocer en noviembre de 2002 la Fundación Jean Monnet para Europa, que le otorgó su Medalla de Oro "por sus servicios a la paz, la libertad, la justicia y la solidaridad". El presidente celebró el resultado masivamente afirmativo (aunque con una participación muy baja) del referéndum del 12 de abril de 2003, el cual despejó la firma, cuatro días después, del Tratado de Adhesión de Hungría a la Unión Europea, ceremonia a la que asistió en Atenas junto con la plana mayor del Estado.

Una vez materializado el ingreso en la UE (1 de mayo de 2004), el presidente defendió con vehemencia la ratificación por su país del luego fracasado Tratado de la Constitución Europea, que recibió la luz verde de la Asamblea Nacional húngara el 20 de diciembre de 2004. Su visión de la integración europea no era compatible con el ingreso de Turquía, ampliación que a su entender podría "debilitar el desarrollo" de aquella. En 2004 publicó un libro de reflexiones sobre el estado de la construcción europea, Quo vadis, Európa?.

Llegado 2005, Mádl dejó claro que no estaba interesado en presentarse a la reelección, permitida por la Constitución, por otros cinco años. En consecuencia, el 5 de agosto transfirió la Presidencia al mandatario electo por la Asamblea, László Sólyom, otro jurista independiente y magistrado del Tribunal Constitucional, quien estaba postulado por el partido de Orbán. Tras abandonar el servicio de Estado, Mádl regresó a la vida académica, pero en unas condiciones de semijubilación. Volvió a ejercer la dirección del Departamento de Derecho Internacional Privado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la ELTE, y fue nombrado uno de los varios copresidentes honoríficos de World Justice Project, ONG basada en Washington DC y dedicada a promover el imperio de la ley como base de comunidades en desarrollo. Además, entró a formar parte como miembro pleno del Club de Madrid.

El ex presidente húngaro falleció en Budapest el 29 de mayo de 2011 a los 80 años de edad, dejando viuda, Dalma Némethy, un hijo y tres nietos. El 7 de junio tuvo lugar en la capital el servicio religioso con honores militares y la asistencia de las altas autoridades del Estado y representantes de los partidos políticos; a su término, Mádl fue enterrado en el Cementerio Nacional de la Calle Fiumei.

(Cobertura informativa hasta 1/8/2011)