Ernest Bai Koroma

La estabilidad democrática en Sierra Leona, país que hace un lustro superó una tenebrosa década caracterizada por la guerra civil, los golpes de Estado militares y las violaciones masivas de los Derechos Humanos, ha salido reforzada de las elecciones generales celebradas a dos vueltas en agosto y septiembre de 2007, con victoria para la oposición al oficialismo representado por el presidente saliente, Ahmad Tejan Kabbah. El triunfador, Ernest Bai Koroma, líder del Congreso de Todos los Pueblos (APC), fuerza que ya rigiera el país entre 1967 y 1992 pero de manera dictatorial, es un antiguo corredor de seguros con acentos empresariales que hace hincapié en la lucha contra la corrupción y el buen gobierno como medios para corregir la gran asignatura pendiente, que no es otra que el padecimiento –junto con Níger- del más funesto cuadro de desarrollo humano del planeta.

(Texto actualizado hasta octubre 2007)

1. Un corredor de seguros con una tardía vocación política
2. Elección como presidente de Sierra Leona


1. Un corredor de seguros con una tardía vocación política

Luego de cursar la educación secundaria en una escuela pública en Magburaka, en el distrito de Tonkolili, emprendió estudios superiores en el Fourah Bay College de la Universidad de Sierra Leona, una elitista institución lectiva sita en el extrarradio de la capital, Freetown. Su primer trabajo tras graduarse en 1976 fue como profesor en una escuela de secundaria de su Makeni natal, pequeña ciudad de la región central del país, antes de ser contratado en 1978 por la Compañía Nacional de Seguros de Sierra Leona (SLNIC) y debutar en un ramo profesional donde iba a discurrir toda su carrera antes de tomar partido por la política. En 1985, el año en que el entonces presidente-dictador del país, Siaka Stevens, transfirió el poder al general Joseph Saidu Momoh -quien prolongó el régimen del partido único, el Congreso de Todos los Pueblos (APC), instaurado en 1978, once años después de llegar al poder-, Koroma fue reclutado por la compañía privada Reliance Insurance Trust Corporation (Ritcorp), de la que en 1988 se convirtió en director gerente.

En los 13 años siguientes, Koroma se mantuvo concentrado en su trabajo de ejecutivo de empresa aseguradora y no salió del anonimato. Fue un período trágicamente convulso de la política nacional, en el que esta pequeña y otrora relativamente estable –así como, en sus primeros años de vida tras la independencia del Reino Unido en 1961, democrática- nación de África occidental conoció el inicio de la subversión guerrillera del sanguinario Frente Unido Revolucionario (RUF), la deposición de Momoh en un golpe de Estado militar, el agravamiento de la guerra civil con un trasfondo económico de saqueo de los recursos naturales del país, la celebración de elecciones democráticas con victoria para el funcionario internacional Ahmad Tejan Kabbah, la pronta remoción de éste en otro golpe militar –el tercero en un lustro-, la expulsión de la junta resultante por una intervención armada africana, dos contraataques rechazados del RUF –que contaba con el patrocinio del régimen liberiano de Charles Taylor y, finalmente, la conclusión del mortífero conflicto con la derrota de la guerrilla, a la que siguió un frágil proceso posbélico tutelado por la ONU, que se encargó de desarmar a los combatientes y colaboró con el Gobierno en el sometimiento a juicio de los principales responsables de crímenes de guerra.

Fue en 2001, mientras el destrozado país recobraba una frágil paz y comenzaba su reconstrucción con la ayuda internacional, cuando Koroma emergió como el notable de la sociedad civil con recursos económicos y ambición personal que las desmoralizadas filas del APC, el antiguo partido único, estaban buscando para que les sacara de la marginalidad a que les habían condenado las elecciones generales de febrero y marzo de 1996, empiece de un período democrático que la alianza tejida por el militar faccioso Johnny Paul Koroma y el líder del RUF, Foday Sankoh, mantuvo brutalmente interrumpido durante tres años.

Entonces, el candidato presidencial y líder del APC, Edward Mohammed (Eddy) Turay, quedó en un mediocre quinto lugar con el 5,1% de los votos y la lista a la Cámara de Representantes sólo consiguió 5 de los 68 escaños en juego. El vencedor de aquellos comicios fue, como se adelantó arriba, Tejan Kabbah, al frente del centrista Partido Popular de Sierra Leona (SLPP), la histórica formación de los dos primeros jefes del Gobierno del país, los hermanos Milton y Albert Margai, que había quedado proscrita cuando Stevens impuso el monopolio del APC.

Koroma irrumpió con brío en la pugna interna por el liderazgo del APC. Tratándose él de un temné por filiación tribal del padre y un limba por parte de la madre, y estar casado con una kono (esto es, las tres etnias dominantes en el norte y el oeste, estando los limbas los más identificados con la antigua élite dirigente del APC), Koroma aseguraba que la mayoría de sus amigos y colegas profesionales eran mendés (principal sustrato electoral del SLPP) del sur y el este, un perfil perfectamente multiétnico que hacía más apetecible su candidatura. Además, insistió en que su plataforma era moderna y liberal, sin amarras con la tradición corrupta del partido y muy respetuosa con el sector privado en tanto que motor de la economía.

Luego de arrojar la toalla sus seis rivales, Koroma acudió sin oposición a la votación efectuada el 24 de marzo de 2002 por la Conferencia Nacional del APC, que le proclamó candidato presidencial con 370 votos a favor, 12 en contra y una abstención. Para presidir la formación el escogido fue Victor Chukuma Johnson, creándose un liderazgo bicéfalo que iba a generar no pocos roces y tensiones. En las elecciones generales que debieron haberse celebrado en febrero y marzo de 2001 pero que la persistente inseguridad en algunos puntos del país aconsejó postergar hasta el 14 de mayo de 2002 –luego de declarar Kabbah definitivamente terminada la guerra civil y de levantar el estado de emergencia-, el mandatario en ejercicio ganó la reelección de manera abrumadora, con el 70,1% de los votos, seguido por Koroma con el 22,3%; en las legislativas, el SLPP arrasó igualmente y el APC capturó 22 de los 24 escaños de la Cámara no idos al oficialismo, correspondiendo uno de ellos, en representación de su terruño de Bombali, al propio Koroma, puesto que la ley permitía la duplicidad de candidaturas.

La firmeza del compromiso asumido por Kabbah con la paz, la justicia y la democracia en Sierra Leona fue premiada en las urnas, pero el resultado obtenido por Koroma y su partido resultó meritorio, sobre todo porque les consolidó como opciones de futuro. Además, Koroma se abstuvo de elevar acusaciones de fraude, situaciones que eran casi rito obligado en los procesos electorales del África subsahariana, aparte de que los observadores internacionales certificaron las votaciones como ejemplares.

Durante esta legislatura Koroma encabezó la exigua oposición parlamentaria al Gobierno del SLPP y libró una batalla interna por el liderazgo del APC, que le cuestionaba la vieja guardia fogueada en la política desde la época de Stevens y Momoh, la cual le veía como un advenedizo sin las debidas cualidades políticas. Según esta facción, encabezada por Eddie Turay y Mohammed Bangura, Koroma no podía arrogarse la condición de líder del partido porque el elenco de cargos ejecutivos definido por la Conferencia de 2002 violaba los estatutos orgánicos de 1995. Los demandantes acudieron a los tribunales y el 22 de junio de 2004 la Corte Suprema de Sierra Leona falló que el líder legal del APC era Chukuma, pero el 4 de septiembre de 2005 la Conferencia Nacional del partido reunida en Port Loko, por 373 votos contra 23, aclamó a Koroma como presidente y líder nacional, y de paso volvió a confiarle la candidatura presidencial de cara a las elecciones de 2007. Los disidentes persistieron en boicotear a Koroma, pero la cercanía de los comicios con halagüeñas perspectivas para los congresistas terminó por disipar el espíritu de división.


2. Elección como presidente de Sierra Leona

Para las elecciones generales de 2007, Koroma y su partido elaboraron un manifiesto en el que resaltaban su compromiso de luchar contra los abrumadores índices de pobreza y subdesarrollo humano, que eran exactamente los más elevados del mundo, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El infausto cuadro era el resultado de unos déficits estructurales que ya venían desde antiguo y que la guerra civil de 1991-2002 había exacerbado hasta lo inimaginable. La situación resultaba más hiriente si se tenía en cuenta la riqueza latente del sector primario, en la minería (reservas de gran número de metales preciosos y minerales estratégicos, y en especial los diamantes, que hasta ahora habían sido más una maldición que otra cosa, dada su capacidad para estimular la codicia y encender guerras), la agricultura y la pesca.

También, Koroma prometía una mejor gobernanza y una "tolerancia cero" con la corrupción, terrenos en los que centraba las críticas al Gobierno del SLPP, aunque éste acudía a las urnas con algunos éxitos incontestables en las alforjas, como la reciente aceptación por los acreedores internacionales de la cancelación del 90% de la deuda externa del país, que ascendía 1.600 millones de dólares, a cambio de la consolidación de la estabilidad macroeconómica. El líder opositor diagnosticaba, pese al éxito razonable de la pacificación posbélica y a la reactivación del sector privado y las exportaciones, una coyuntura económica y social declinante en el contexto de subdesarrollo y subsistencia por todos sabido, y revertir esta tendencia negativa sería la primera prioridad de una administración suya. Para él, lo que había que hacer era dirigir el país como si se tratase de "una preocupación empresarial", potenciando la producción de alimentos y el turismo frente al ingrato sector minero, y, desde luego, luchando denodadamente contra el cáncer de la corrupción.

Koroma se presentó al envite electoral del 11 de agosto de 2007 confiado de ganar, y para ilustrar esa convicción renunció a postularse a la Cámara de Representantes, de manera que si perdía en las presidenciales, tampoco tendría la consolación del escaño parlamentario. Además, el SLPP llegó achicado luego de escindirse un sector encabezado por Charles Margai, hijo del primer ministro Albert Margai y perdedor de la elección primaria del partido frente al vicepresidente con Kabbah, Solomon Berewa, que concurrió con su Movimiento Popular por el Cambio Democrático (PMDC).

La campaña electoral registró algunos actos de violencia y también el borrón de la denuncia hecha por Koroma, el 23 de julio, de que un grupo de pistoleros mandado por el ex coronel Tom Nyuma, copartícipe en el golpe militar de julio de 1992 que derrocó el régimen del APC y condujo al capitán Valentine Strasser a la jefatura del Estado, había intentado asesinarlo en la habitación de su hotel en Bo, la segunda ciudad del país. En el confuso episodio resultó gravemente herido el propio Nyuma, al que los guardaespaldas de Koroma propinaron una brutal paliza. Koroma justificó la acción de sus hombres en defensa propia, pero medios progubernamentales aseguraron que el intento de atentado había sido un bulo y que el APC sólo buscaba provocar a los seguidores del SLPP.

El secretario general del APC, Victor Foh, lanzó la acusación preventiva de que el Gobierno estaba planeando un fraude electoral, pero el aviso no tenía fundamento y además resultó innecesario: con una participación del 75,8%, Koroma se puso en cabeza con el 44,3% de los votos, seguido de Berewa con el 38,35. Al no alcanzar el opositor el 55% de los votos, se citó en una segunda vuelta con el aspirante del SLPP. En tercer lugar, con el 13,9% de los sufragios, quedó Margai, registro que animó a imaginar que si los populares no se hubieran dividido, el oficialismo habría podido revalidar la Presidencia, incluso en una sola vuelta. En las legislativas, el APC dio también la campanada y conquistó una mayoría simple de 59 escaños sobre 112 (los 12 restantes hasta los 124 que componen la Asamblea estaban reservados a los jefes tribales, considerados en su mayoría aliados al SLPP), frente a los 43 sacados por el SLPP. Los equipos de observación internacionales emitieron unos informes francamente positivos sobre el desarrollo de la jornada electoral y el escrutinio.

Margai anunció su respaldo a Koroma, lo que indujo a éste a solicitar a Berewa que "reconociera" su "derrota" y que se retirara de la segunda vuelta, con el objeto de ahorrar al país los gastos electorales. El interludio electoral registró numerosos actos de violencia, obligando a los candidatos a convocar una marcha conjunta por la paz a la que finalmente no asistió Koroma y en la que Berewa sólo se dejó ver fugazmente. El 8 de septiembre los pronósticos se cumplieron y Koroma se adjudicó la victoria con el 54,6% de los votos, según cifras publicadas por la Comisión Nacional Electoral el 17 de septiembre. En otro gesto de fair play, Berewa admitió inmediatamente los resultados. Ese mismo día, Koroma juraba en la State House de Freetown como presidente de la República con un mandato de cinco años, en presencia de Kabbah y Berewa.

(Cobertura informativa hasta 1/10/2007)