Enrico Letta

El monumental embrollo instalado en Italia tras las elecciones generales de febrero de 2013 ha hallado una salida institucional, técnicamente impecable pero políticamente incierta, el 28 de abril con el arranque del Gobierno de gran coalición dirigido por Enrico Letta, hasta ahora vicesecretario del Partido Democrático (PD). La investidura de este Gabinete, que no es de concentración nacional porque deja fuera al Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, evita al país transalpino nuevos comicios.

De 46 años y con una imagen pulcra y equilibrada, Letta es un especialista en cuestiones europeas que pese a su relativa juventud exhibe una fecunda trayectoria intelectual y política. Pertenece al sector social cristiano del PD, al que llegó en 2007 siendo miembro de La Margarita, la evolución del Partido Popular Italiano, a su vez el principal heredero, adherido al centro progresista, de la Democracia Cristiana, en la cual Letta militó hasta su extinción en 1994. Próximo al mundo empresarial y los lobbies internacionales, su perfil público hasta la fecha ha sido discreto. La designación del sobrio Letta por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, se produjo después de que el cabeza de lista y secretario nacional del PD, Pier Luigi Bersani, con el escaso margen que le dejaban sus insuficientes escaños en el Senado, fuera incapaz de formar un Gobierno mayoritario ante el rechazo a su oferta de diálogo por Grillo, ganador moral de un terremoto en las urnas que tuvo a los demócratas por pírricos vencedores.

En una desastrosa jugada, Bersani abordó el acuerdo con Silvio Berlusconi pactando con él la candidatura presidencial de Franco Marini (antiguo colega de Letta en el PPI y La Margarita), pero la rebelión de varios diputados de su propio partido frustró la operación. Luego, el PD presentó en solitario a Romano Prodi, que tampoco reunió los votos necesarios. Finalmente, Bersani arrojó la toalla y los grupos parlamentarios, impotentes, no tuvieron más remedio que reelegir al octogenario Napolitano, un estadista respetado y clave para el encauzamiento de las sucesivas crisis de gobernabilidad que sacuden Italia.


El 24 de abril Letta aceptó "con reservas" el encargo que le hacía Napolitano para articular un "Gobierno de servicio al país pero no a cualquier coste". Pese a que él y Bersani lo negaron una y otra vez, su principal socio en el governissimo de grupos ideológicos contrapuestos, primero de esta naturaleza desde 1947, no es otro que el Pueblo de la Libertad (PdL) de Berlusconi, máximo beneficiario de un compromiso "por responsabilidad de Estado" que sin embargo levanta ronchas en el ala izquierda del PD. Al Ejecutivo encabezado desde 2011 por el ex tecnócrata Mario Monti le ha tomado el relevo otro multipartito donde, además del PD y el PdL, obtienen carteras la Lista Cívica de Monti, los Radicales de Emma Bonino y la Unión de Centro de Pier Ferdinando Casini.

Letta ha explicado que sus prioridades son las medidas económica y sociales "de emergencia", cuando el país encadena ya siete trimestres de crecimiento negativo y ve crecer el paro, más una reforma institucional (supresión del bicameralismo paritario, nueva ley electoral, fin de la financiación pública de los partidos) que debería dar respuesta al disgusto ciudadano por los usos y costumbres del sistema político, el cual pide a gritos regeneración y operatividad. Deseoso de marcar el terreno sinuoso por el que tendrá que transitar, Letta certifica el compromiso de Roma en la lucha contra el déficit y la consolidación fiscal, consciente como es de la tremenda losa de la deuda pública, pero reclama "más Europa", con políticas a favor del crecimiento y el empleo, y la concreción de la unión bancaria. Así lo ha dicho en Berlín, Bruselas y París, para contento de un apurado François Hollande.

Ahora bien, la durabilidad y la solvencia del Gabinete Letta dependerán en gran medida de la voluntad de Berlusconi, presente en el mismo a través de su leal factótum, Angelino Alfano, flamante viceprimer ministro y ministro del Interior. De entrada, el habilidoso e incombustible magnate televisivo ha conseguido la supresión del impuesto sobre la vivienda habitual, mientras no duda en aprovechar su recobrada cota de poder para meter bulla callejera en la defensa de sus intereses privados, en un momento muy delicado de sus procesos penales. El arbitrio tornadizo de Berlusconi y la tutela institucional de Napolitano, van a jalonar, en suma, la gestión del nuevo primer ministro de Italia.

(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 22/5/2013. Enrico Letta presentó la dimisión como primer ministro de Italia el 14/2/2014 luego de retirarle la confianza su propio partido, el PD, a instancias del secretario de la formación, Matteo Renzi. Ocho días después, Renzi se hizo cargo personalmente de la Presidencia del Consejo de Ministros, al frente de un nuevo Gobierno de coalición. Posteriormente, Letta fue el secretario del PD desde el 14/3/2021, cuando tomó el relevo a Nicola Zingaretti, hasta el 12/3/2023, fecha en que tomó posesión la nueva líder electa, Elly Schlein. Entre el 22/10/2022 y la última fecha citada, Letta fue asimismo el líder de la oposición parlamentaria al Gobierno de Giorgia Meloni).

Pisano de nacimiento, parte de su infancia transcurrió en la ciudad francesa de Estrasburgo. Su padre, el académico y matemático Giorgio Letta, daba clases de Probabilidad en la Universidad de Pisa. Tío paterno suyo es el periodista Gianni Letta, convertido con los años en uno de los principales colaboradores de Silvio Berlusconi. El joven se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad de Pisa en 1994 y a continuación cursó un doctorado especializado en Derecho Comunitario en la Scuola Superiore Sant'Anna di Studi Universitari e di Perfezionamento (SSSUP). Ya en 1990 Letta fue reclutado por el influyente político y economista democristiano Beniamino Nino Andreatta, quien buscaba talentos universitarios para la plantilla de su Agencia de Investigación y Legislación AREL. Con el sello editorial de esta organización, el futuro gobernante publicó el primer trabajo de una copiosa producción ensayística centrada en las cuestiones de la integración europea y la economía italiana.

Mientras se labraba una carrera de investigador en la AREL, de la que no tardó en convertirse en secretario general (un puesto que mantuvo durante 20 años, hasta su nombramiento como presidente del Consejo de Ministros de Italia en 2013), Letta se introdujo con buen pie en la política militante con el carné de miembro de la Democracia Cristiana (DC). Arrancaba la última década del siglo XX y la veterana formación conservadora, de la mano del incombustible Giulio Andreotti, aún lideraba el sistema de partidos italiano vigente desde la proclamación de la República en 1946, aunque dentro de muy poco herido de muerte por la ofensiva de los fiscales de la campaña contra la corrupción Mani Pulite.

En 1991, partiendo de un pequeño cargo de consejero comunal en el Ayuntamiento de Pisa y con el decisivo patrocinio de su mentor Andreatta, Letta, con 25 años, fue elegido presidente de las Juventudes Demócrata Cristianas Europeas, función que desempeñó hasta 1995. Cuando en enero de 1994 la DC, destrozada por los procesos anticorrupción, dictó su propia acta de defunción y sus miembros se desbandaron, Letta siguió a Andreatta, entonces ministro de Exteriores en el Gobierno de Carlo Azeglio Ciampi, a Mino Martinazzoli, Rocco Buttiglione, Franco Marini y otros dirigentes del ala centrista en la puesta en marcha del Partido Popular Italiano (PPI).

El debut de Letta en el Gobierno Nacional llegó en 1996 al constituirse el primer Gabinete de Romano Prodi, cabeza de la coalición centroizquierdista de El Olivo, que contaba con el PPI entre sus miembros. Los populares recibieron tres puestos ministeriales, entre ellos el de Defensa, para Andreatta, y un ramillete de cargos menores; aquí encajó el técnico Letta, nombrado secretario general del Comité para el Euro dentro del Ministerio del Tesoro, cuyo titular era Ciampi.

En enero de 1997 Letta se apartó temporalmente del Ejecutivo para fungir de vicesecretario nacional del PPI a la diestra de Franco Marini. En octubre de 1998 el nuevo primer ministro, Massimo D'Alema, presidente de los Demócratas de Izquierda (DS), le trajo de regreso al Gobierno sentándolo en el Consejo de Ministros como titular de Políticas Comunitarias, oficina donde relevaba al veterano Lamberto Dini. A sus 32 años, Letta era el ministro más joven en más de medio siglo de democracia republicana. En diciembre de 1999, al constituirse en segundo Gabinete D'Alema, Letta fue transferido al frente del Ministerio de Industria, Comercio y Artesanado, función en la que fue ratificado por el socialista independiente Giuliano Amato en abril de 2000, a la vez que se hacía cargo del departamento de Comercio Exterior con carácter interino. En junio de 2001 causó baja en el Ejecutivo luego de hacerse con el escaño en la Cámara de Diputados, donde pasó a representar a la circunscripción de Piamonte 1.

A las elecciones generales de mayo de 2001 el PPI, con Pier Luigi Castagnetti de secretario nacional, llegó coaligado con la Renovación Italiana (RI) de Lamberto Dini, los Demócratas seguidores de Prodi y la Unión de Demócratas Europeos Reformistas (UDEUR) de Clemente Mastella bajo la sombrilla de La Margarita, a su vez uno de los bloques integrantes de la coalición oficialista, El Olivo, cuyo cabeza de lista era Francesco Rutelli. Sin embargo, el ganador de los comicios fue el bloque del centro-derecha liderado por Berlusconi, que desalojó al centro-izquierda y retornó al poder tras pasarse seis años en la oposición. En los tres años siguientes, Letta compaginó su mandato legislativo con la dirección del departamento económico de Democracia es Libertad-La Margarita, nombre adoptado en 2002 por el partido surgido de la fusión del PPI, el RI y los Demócratas, con Rutelli de presidente. También, con sendos contratos de docente en la SSSUP, su alma máter pisana, y en la varesiana Libera Università Carlo Cattaneo di Castellanza (LIUC), donde impartió clases de historia de la integración europea

En junio de 2004 Letta abrió un paréntesis en la actividad parlamentaria de casa al salir elegido miembro del Parlamento Europeo en la lista Unidos en El Olivo. En la Eurocámara, en tanto que miembro de un partido, DL-La Margarita, ubicado en el centro progresista con acentos social liberales, Letta se adscribió al Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), e integró la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. En este período de intensa actividad europea, Letta siguió ejerciendo la docencia sobre temas comunitarios, esta vez en la Haute École de Commerce (HEC) de París. Asimismo, piso con fuerza en el mundo de las organizaciones internacionales privadas, pasando a formar parte del Instituto Aspen y la Comisión Trilateral. En 2005 puso en marcha veDrò, una think-net multidisciplinar para formar grupos de "reflexión sobre futuro de Italia". La experiencia preparó el lanzamiento, dos años después, de la Asociación TrecentoSessanta, con un perfil más político.

En abril de 2006 Letta estuvo de vuelta en el Parlamento italiano como diputado electo por la circunscripción de Lombardía 1 y con los colores de La Unión, la última y más amplia coalición del centro-izquierda italiano, cuyo componente medular era la Federación del Olivo, integrada por los DS, DL-La Margarita y el Movimiento Republicano Europeo (MRE). Con Prodi de nuevo de capitán, la heterogénea alianza de adversarios de Berlusconi y su Casa de las Libertades retomó las riendas de un Ejecutivo donde Letta, a estas alturas un auxiliar indispensable por su rico currículum académico, político y europeo, no podía faltar. El 17 de mayo Prodi le colocó directamente a su servicio como subsecretario de Estado adjunto a la Presidencia del Consejo de Ministros, puesto burocrático donde curiosamente sucedió a su tío, el fiel berlusconiano Gianni Letta.

A lo largo de 2007, Letta participó activamente en los trabajos para la fusión orgánica de DL-La Margarita, los herederos más progresistas de la extinta DC, y los DS, a su vez los sucesores más moderados del también extinto PCI, cuyo actual secretario era Piero Fassino. El proyecto se sustanció el 14 de octubre con la proclamación del Parido Democrático (PD). Ese mismo día, la flamante formación eligió en primarias abiertas a su secretario nacional y Letta compitió por el puesto con dos adversarios de peso, Walter Veltroni, alcalde de Roma y quien ya fuera secretario de los DS en 1998-2001, y la ministra para la Familia, Rosy Bindi. Sin sorpresas, Veltroni se llevó el puesto y el aspirante margarito quedó relegado a la tercera posición con el 11% de los votos.

La labor de Letta en el segundo Gobierno Prodi llegó a su término el 8 de mayo de 2008 al constituirse el cuarto Gobierno de Silvio Berlusconi, triunfador en abril en las elecciones anticipadas que el prematuro colapso de la coalición del centro-izquierda, minada por las inconsistencias y la fragmentación partidista, había obligado a convocar. De nuevo, la transferencia del puesto de subsecretario de la Presidencia la protagonizaron sobrino y tío, pero con los papeles invertidos. A continuación, Letta, reelegido diputado por Lombardía 2, fue nombrado por Veltroni responsable del Medio Ambiente en su gobierno en la sombra.

En 2009, en plena travesía del desierto para el PD, noqueado por sucesivos batacazos electorales e incapaz de ejercer una oposición mínimamente eficaz al Gobierno Berlusconi a pesar del reguero de escándalos que el político-empresario iba dejando a su paso, Letta fue uno de los numerosos miembros del aparato del partido que salieron a respaldar el desafío lanzado por Pier Luigi Bersani, ministro en los gobiernos Prodi y D'Alema y dirigente procedente del PCI, contra Dario Franceschini, reciente sucesor del dimitido Veltroni en la Secretaría y quien, como Letta, había llegado al PD partiendo de la DC y pasando por el PPI y La Margarita. El 7 de noviembre, una vez celebrada la elección interna con derrota de Franceschini, la Asamblea Nacional del partido proclamó a Bersani secretario nacional y dos días después los asambleístas, por amplia mayoría, eligieron vicesecretario a Letta, en adelante miembro de un virtual triunvirato de líderes demócratas que completaba Rosy Bindi, nueva presidenta de la formación en sustitución de Romano Prodi.

(Cobertura informativa hasta 1/1/2013)